a la agremiación. Empezamos con el ejemplo <strong>de</strong> la terrible pobreza <strong>de</strong> los empleadosferroviarios y <strong>de</strong> correo. Para estos trabajadores estatales imperan condiciones similares a lasrusas en el seno <strong>de</strong>l Estado constitucional parlamentario alemán. Hablamos <strong>de</strong> condicionesrusas previas a la revolución, durante el esplendor inmutable <strong>de</strong>l absolutismo. Ya en la granhuelga <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1905, los obreros ferroviarios <strong>de</strong> la Rusia formalmente absolutista seencontraban, en lo que concierne a la libertad económica y política <strong>de</strong> su movimiento, auna cabeza <strong>de</strong> distancia <strong>de</strong> los alemanes. Los empleados ferroviarios y <strong>de</strong> correo rusos seganaron en medio <strong>de</strong> la tormenta el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> facto a organizarse y si, por el momento, losjuicios y represalias fueron cosa <strong>de</strong> todos los días, no pudieron afectar la unidad interna <strong>de</strong>los trabajadores.Sin embargo, sería un cálculo sicológico totalmente falso suponer, como lo hace lareacción alemana, que la obsecuencia servil <strong>de</strong> los empleados ferroviarios y <strong>de</strong> correoalemanes será eterna, que es una roca que nada pue<strong>de</strong> erosionar. Cuando hasta losdirigentes sindicales alemanes se han acostumbrado a las condiciones imperantes hasta elpunto <strong>de</strong> sentarse, con una indiferencia que casi no tiene igual en toda Europa, acontemplar con entera satisfacción los resultados <strong>de</strong> la lucha sindical alemana, elresentimiento arraigado y reprimido <strong>de</strong> los esclavos uniformados <strong>de</strong>l Estado encontraráinevitablemente la vía <strong>de</strong> escape en el alzamiento general <strong>de</strong> los obreros industriales. Ycuando la vanguardia industrial <strong>de</strong>l proletariado, mediante la huelga <strong>de</strong> <strong>masas</strong>, se apropie <strong>de</strong>nuevos <strong>de</strong>rechos políticos o trate <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r los que ya posee, el gran ejército <strong>de</strong> losempleados ferroviarios y <strong>de</strong> correo pensará necesariamente en su propia <strong>de</strong>sgracia particulary se levantará para liberarse <strong>de</strong> la parte extra <strong>de</strong> absolutismo ruso que les tocó en suerte enAlemania.La concepción pedante, que preten<strong>de</strong> que las gran<strong>de</strong>s movilizaciones populares se<strong>de</strong>sarrollen según planes y recetas, consi<strong>de</strong>ra que es indispensable, antes <strong>de</strong> “atreverse apensar” en una huelga <strong>de</strong> <strong>masas</strong> en Alemania, que los obreros ferroviarios logren el<strong>de</strong>recho a la agremiación. Pero el verda<strong>de</strong>ro curso natural <strong>de</strong> los acontecimientos esexactamente lo opuesto a dicha concepción: el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> agremiación, tanto para lostrabajadores postales como para los ferroviarios, sólo pue<strong>de</strong> otorgarlo una po<strong>de</strong>rosamovilización huelguística <strong>de</strong> <strong>masas</strong>. Y los problemas que en la realidad actual <strong>de</strong> Alemaniaresultan insolubles encontrarán rápida solución bajo la influencia y presión <strong>de</strong> unamovilización política general <strong>de</strong>l proletariado.Por último, veamos la pobreza mayor y más importante: la pobreza <strong>de</strong> los trabajadores <strong>de</strong>la tierra. Es lógico que los <strong>sindicatos</strong> británicos agrupen exclusivamente a los obreros198
industriales, en vista <strong>de</strong>l carácter peculiar <strong>de</strong> la economía británica y la poca importancia <strong>de</strong>la agricultura en la vida económica <strong>de</strong> ese país. En Alemania, una central sindical, por bienorganizada que esté, si sólo agrupa a los obreros industriales y no es accesible al granejército <strong>de</strong> los trabajadores <strong>de</strong> la tierra sólo reflejará un cuadro débil y parcial <strong>de</strong> la situación<strong>de</strong>l proletariado. Pero nuevamente sería una ilusión fatal pensar que la situación <strong>de</strong>l país esinalterable e inmutable, que la infatigable obra educativa <strong>de</strong> la social<strong>de</strong>mocracia y, más aun,toda la política <strong>de</strong> clase alemana, no socavan continuamente la pasividad exterior <strong>de</strong> lostrabajadores agrícolas, que la primera gran movilización general clasista <strong>de</strong>l proletariadoalemán, cualquiera que sea su objetivo, pue<strong>de</strong> no arrastrar al proletariado rural a la lucha.Del mismo modo, el panorama <strong>de</strong> la supuesta superioridad económica <strong>de</strong>lproletariado alemán sobre el ruso se altera consi<strong>de</strong>rablemente cuando nos alejamos <strong>de</strong> lasestadísticas <strong>de</strong> las industrias y sectores sindicalizados y echamos una mirada a los gran<strong>de</strong>ssectores <strong>de</strong>l proletariado que están fuera <strong>de</strong> la lucha sindical o cuya situación económicaespecial no les permite incorporarse a la guerra <strong>de</strong> guerrillas cotidiana <strong>de</strong> los <strong>sindicatos</strong>.Vemos, uno tras otro, sectores importantes en los que la agudización <strong>de</strong> los antagonismosha llegado al punto culminante, en los que hay abundancia <strong>de</strong> material explosivoacumulado, que pa<strong>de</strong>cen mucho <strong>de</strong> “absolutismo ruso” en su forma más cruda, que tienenque hacer las primeras rendiciones <strong>de</strong> cuentas económicas con el capital.Una huelga general política masiva <strong>de</strong>l proletariado, entonces, le presentará todasestas cuentas pendientes al sistema imperante. Una movilización <strong>de</strong>l proletariado urbanoartificialmente preparada, que ocurra <strong>de</strong> una sola vez, una mera huelga <strong>de</strong> <strong>masas</strong> hecha pordisciplina y dirigida por la batuta <strong>de</strong> un dirigente <strong>de</strong>l comité ejecutivo <strong>de</strong>l <strong>partido</strong>, <strong>de</strong>jará alas amplias <strong>masas</strong> populares frías e indiferentes. Pero una movilización combativa,po<strong>de</strong>rosa y audaz <strong>de</strong>l proletariado industrial, surgida <strong>de</strong> una situación revolucionaria,seguramente actuará sobre los sectores más sumergidos y en <strong>de</strong>finitiva atraerá a la luchaeconómica general a quienes en épocas normales se abstienen <strong>de</strong> participar en la luchasindical.Pero, por otra parte, cuando nos volvemos hacia la vanguardia organizada <strong>de</strong>lproletariado industrial alemán teniendo en vista los objetivos <strong>de</strong> la lucha económica por losque combatió la clase obrera rusa, <strong>de</strong> ninguna manera nos encontramos con una ten<strong>de</strong>nciaa <strong>de</strong>spreciar las movilizaciones <strong>de</strong> la juventud, como lo hacen, y con razón, los <strong>sindicatos</strong>alemanes más antiguos. Así, la consigna más importante <strong>de</strong> las huelgas rusas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 22 <strong>de</strong>enero —la jornada <strong>de</strong> ocho horas- no es, por cierto, un objetivo inalcanzable para elproletariado alemán. Antes bien, en la mayoría <strong>de</strong> los casos, es un i<strong>de</strong>al hermoso y remoto.199
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