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Más que representar bien a Brasil allá fuera,interpretando brillantemente los clásicos de la músicaerudita al piano, él también aprovechó su insercióninternacional para divulgar compositores brasileños. Élfue el responsable, por ejemplo, por la primera audiciónmundial del Concierto Número 1, de Heitor Villa-Lobos,en Japón, en Rusia, en Austria y en Alemania, trabajoque tuvo como resultado la grabación del concierto conla Orquesta de la Radio de Moscú. Arthur Moreira Limatambién rescató del olvido al carioca Ernesto Nazareth,pianista y compositor carioca considerado uno de losgrandes nombres del tango brasileño, y al paulistaFrancisco Mignone, pianista, maestro y compositorerudito, que inició su carrera en las ruedas de choro deBexiga y de Brás, ambos natos en el siglo XIX.Moreira Lima también hizo la primera grabación deBrazílio Itiberê da Cunha, importante autor paranaenseque hasta entonces permanecía prácticamentedesconocido, y, en 1997, realizó un sueño que veníasiendo anhelado a lo largo de casi veinte años: grabar,por primera vez, obras del maestro argentino AstorPiazzolla especialmente transcritas para el piano. Eldisco fue grabado en Londres, y permitió que fuesenprogramadas presentaciones en Brasil, en Suiza, en Italia,en Francia, en Inglaterra y en Alemania.En Brasil, su trabajo discográfico le rindió el Premio Sharppor dos veces consecutivas, en 1989 y en 1990.Y, al año siguiente, 1991, ocupando un cargo ejecutivoen la Secretaría de Cultura del Estado de Rio de Janeiro,empezó a colocar en práctica un deseo que trajo en el42