30.07.2015 Views

JUVENTUD, CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN ... - Inicio - Injuv

JUVENTUD, CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN ... - Inicio - Injuv

JUVENTUD, CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN ... - Inicio - Injuv

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>JUVENTUD</strong>, CIUDADANÍAY PARTICIPACIÓNNOTAS PARA LA DISCUSIÓN[Año 6] [Número 22] [Julio 2009]


<strong>JUVENTUD</strong>, CIUDADANÍAY PARTICIPACIÓNNOTAS PARA LA DISCUSIÓN[Año 6] [Número 22] [Julio 2009]


2Revista Observatori o de Juvent ud


Instituto Nacional de la JuventudÍndicePRESENTACIÓN PROGRAMA OBSERVATORIO DE <strong>JUVENTUD</strong> 4PRESENTACIÓN REVISTA Nº22 6Juan Eduardo Faúndez1. NUEVAS CIUDADANÍAS JUVENILES:INDIVIDUACIÓN Y PARTICIPACIÓN ADHOCRÁTICA 9Sergio González Rodríguez2. LA INSCRIPCIÓN DE LA CIUDADANÍA JUVENIL:POSIBILIDADES Y LÍMITES DE UN VÍNCULO INTERMITENTE 23Pedro Núñez3. <strong>JUVENTUD</strong>, CIUDADANÍA Y GÉNERO: LAS NUEVAS CONFIGURACIONES DELO POLÍTICO EN LA EXPERIENCIA DE MUJERES JÓVENES FEMINISTAS CHILENAS 37Katerin Barrales Guzmán4. LA RESIGNIFICACIÓN IMAGINARIO-SOCIAL DE LA ETNICIDADCOMO COMPONENTE DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y POLÍTICAEN LAS Y LOS JÓVENES INDÍGENAS EN LA CIUDAD DE SANTIAGO DE CHILe 47Andrea Aravena Reyes5. LA CONSTRUCCIÓN IDENTITARIA DE LA <strong>JUVENTUD</strong> PERONISTA (1955-1962):REDES DE SOCIALIZACIÓN, GENERACIÓN Y CURSO DE VIDA 59Laura Ehrlich3NORMAS DE PUBLICACIÓN 75


Revista Observatori o de Juvent udPRESENTACIÓN PROGRAMA OBSERVATORIO DE <strong>JUVENTUD</strong>1 • Sentido y ObjetivosEn nuestro país, instituciones gubernamentales como el INJUV, académicas yde la sociedad civil realizan investigaciones e intervenciones sobre juventud.No obstante, no existe realmente un sistema integrado de información sobrejuventud, que logre hacer dialogar las diversas fuentes, perspectivas teóricasy aportes metodológicos, lo que dificulta una lectura integrada de la situación,posición y condición de las y los jóvenes chilenos.Por ello, el Programa Observatorio de Juventud, creado en el año 2003, tienecomo objetivo dar un salto cualitativo en el conocimiento generado sobre juventud,en la comunicación efectiva de éste y en la promoción de su actualización.Concretamente, busca desarrollar un mecanismo institucional que dote de continuidada la producción y difusión de información sobre la juventud chilena, yque integre los conocimientos generados desde las distintas instituciones, demanera tal de aportar coherencia al conjunto de las actividades de investigaciónque se desarrollan tanto en el Estado como en el sector privado.El Programa Observatorio de Juventud es desarrollado por el Departamento deEstudios y Evaluación del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) y se ejecuta através de una red de organizaciones privadas -nacionales e internacionales-, asícomo en coordinación con otras instituciones públicas.Los objetivos del Observatorio de Juventud son:4• Aportar información y conocimiento actualizado, continuo, oportuno y confiablesobre la realidad juvenil, en sus dimensiones de inclusión/exclusión en lossistemas funcionales (situación), prácticas de la vida cotidiana (condición), produccióncultural y orientaciones motivacionales de los y las jóvenes (posición).• Aportar información actualizada, continua, oportuna y confiable sobre la calidadde la oferta institucional (normativas, programas e instituciones) dirigida ala población joven.• Sugerir orientaciones de políticas públicas basadas en el análisis de la informacióngenerada sobre juventud.• Analizar la información generada desde una perspectiva prospectiva que permitaestablecer las tendencias que en el futuro adoptaría la juventud de nuestropaís.• Identificar temáticas relevantes y contingentes a ser abordadas en materia dejuventud.• Promover e integrar la perspectiva de juventud en el Estado.


Instituto Nacional de la Juventud2 • Actividades Realizadas por el Observatorio de Juventud“Actualización del sistema integrado de análisis de la realidad juvenil y la ofertapública de juventud”:a) Estudios específicos de profundización en temáticas juveniles.b) Actualización y difusión del Programa Georeferenciado en Juventud: Injumap II.c) Creación y Producción trimestral de la Revista del Observatorio de Juventud.d) Elaboración de investigaciones cualitativas en juventud.“Generación de redes de información sobre juventud y difusión de la perspectivade juventud”:a) Realización de Seminarios Nacionales e Internacionales sobre Juventud.b) Realización de encuentros de discusión y difusión de estudios en Juventud.c) Mantención de un Centro de Documentación (CEDOC), en las dependenciascentrales de INJUV, con posibilidades de consulta de los catálogos y material detrabajo en la página web de la institución.LA REVISTA OBSERVATORIO DE <strong>JUVENTUD</strong>El objetivo de la revista es la discusión sobre las condiciones, calidad de vida,subjetividad y perspectiva de derecho de los y las jóvenes chilenos, así como laprofundización y la difusión de las políticas e intervenciones sociales dirigidasa este segmento de la población. En términos generales, la revista analiza temáticamentealgún área, aspecto o dimensión de la vida juvenil que está presenteen la agenda pública sobre Juventud, proponiendo una lógica de discusión permanentefrente al tema. De este modo, la publicación plantea desafíos y dilemasde la política pública haciendo hincapié en perspectivas futuras relacionadascon la realidad juvenil.5


Revista Observatori o de Juvent udPresentación revista nº22No cabe duda que, en las últimas décadas, la preocupación por la participación y los procesosde construcción de ciudadanía en las democracias occidentales ha generado una vastaproducción en el campo de las ciencias sociales, toda vez que se constata la emergencia deuna multiplicidad de transformaciones en las sociedades que ha afectado en diverso modoy escala las formas de convivencia social. Asimismo, en el ámbito latinoamericano -y, másespecíficamente en los países del Cono Sur- a la base del interés por estas temáticas estála pregunta respecto de cómo se construye una comunidad que permita el desarrollo de losindividuos que forman parte de ella y el fortalecimiento de la democracia.En este sentido, la ciudadanía -y la participación social y política que son unas de sus formasde expresión- constituye un mecanismo de inclusión/exclusión que delimita quién es parteintegrante de una determinada comunidad política, es decir, es la expresión de una construccióncolectiva que organiza la relaciones entre los sujetos sociales pero que, a la vez,son formados en ese mismo proceso. Desde esta perspectiva, la práctica ciudadana sería ellugar de confluencia entre el individuo y la comunidad; allí donde es posible la reivindicaciónde la individualidad y la afirmación de la pertenencia al colectivo, en la medida en que elreconocimiento de la condición singular depende del destino del conjunto. La ciudadanía esuna construcción histórica que, por lo mismo, se trasforma en el transcurrir del tiempo yresponde a estructuras sociales diversas.De tal suerte, si la ciudadanía -y su ejercicio- es un producto histórico-cultural que correspondea la conflictiva y nunca acabada construcción del orden deseado, que da cuenta de ladimensión humana de la producción de la vida colectiva y en la cual la subjetividad aportaríael material que sustentaría dicho proceso de construcción, ¿cuál sería la especificidad deanalizar estas nociones en el ámbito de las juventudes?El abordar la relación entre ciudadanía, participación y juventudes viene dada por la interrogaciónrespecto de las formas en que las actuales generaciones -en realidades socio-históricasespecíficas- conciben los derechos y las responsabilidades, se vinculan a la comunidaden la que viven y experiencian lo político en un momento en el que el contexto de las relacionesjuventud/mercado/Estado se ha modificado de manera importante; donde las instanciaseconómicas, educativas, jurídico-normativas y políticas van perdiendo su eficacia como ritosde pasaje -otorgadores de certidumbres- y lo relativo a la expresión y la industria culturalasociada a la juventud se ve fortalecido como elemento diferenciador, al compensar el déficitsimbólico de lo que es ser joven hoy en sociedad. Vale decir, donde el encuadre institucionaly simbólico que aseguraba una “comunidad de experiencias” tiende a diluirse.6El presente número de la Revista Observatorio de Juventud ha tenido como finalidad aproximarse,desde distintos lugares, enfoques y niveles, a las formas que adopta la participacióny la construcción de ciudadanía en las personas jóvenes, poniendo el acento en la dimensiónsubjetiva de aquéllas.El primer artículo corresponde al análisis y sistematización de dos investigaciones del autorque abordan las orientaciones de la población juvenil chilena en torno a la significación de laparticipación; el protagonismo en el espacio público; y los diversos sentidos asociados al conceptode ciudadanía, a partir de los cuales destaca las diferencias entre Ciudadanía Activa yCiudadanía Pasiva. En función de aquello, el autor subraya que en la cohorte de menor edad dedicha población joven se advierte una importante presencia de contenidos de individuación que


Instituto Nacional de la Juventudestarían propiciando una disposición hacia una participación ciudadana en organizaciones decarácter adhocrático y a una mayor tendencia al ejercicio de la ciudadanía activa.En Argentina, las transformaciones sociales recientes han tenido efectos importantes en losrepertorios de participación social y política de mujeres y varones jóvenes. En tal sentido, lapregunta respecto de las formas en que, en el actual contexto socio-histórico, la juventud seapropia de su condición de ciudadanía y se vincula con la política cobra especial interés. Elsegundo artículo indaga en torno a aquellas materias a partir del trabajo de campo desarrolladopor el autor en escuelas secundarias de la jurisdicción denominada Gran La Plata y delanálisis de las experiencias participativas de tres mujeres jóvenes y un conjunto de accionesde reclamo efectuadas por las juventudes en sus instituciones.La irrupción de los llamados “nuevos movimientos sociales” ha dado pie a la configuraciónpero, sobre todo, a la expresión de una mayor diversidad de modos de vivir, interpelar y entenderla y lo político. El tercer artículo se inscribe en esta perspectiva al explorar, de manerapreliminar, la experiencia organizativa de un colectivo de mujeres jóvenes feministas que enlos últimos cinco años se ha hecho presente en la escena del movimiento feminista chileno;allí se relevan las principales dimensiones que construyen su identidad como grupo, en dondelos conceptos de género, de generación y la concepción del ejercicio de la ciudadanía comouna práctica creativa son fundamentales.Identidad y ciudadanía confluyen de manera diversa al momento de reflexionar en torno alas formas de participación que las juventudes accionan. El cuarto artículo da luces respectode esto al analizar el proceso de recomposición de la identidad étnica mapuche urbana demujeres y varones jóvenes indígenas de la ciudad de Santiago y el modo en que aquél seconstituye en un componente de participación ciudadana y política. Para dar cuenta de ello, laautora describe el dispositivo que opera en la transformación del imaginario social dominanterespecto de la otredad o alteridad indígena inferiorizada a un imaginario social positivo, entensión con el imaginario radical, y que rompe con la heteronomía imaginaria social inicial.Cada generación construye sus relatos, en los que el tiempo histórico y el tiempo de la experienciase combinan en un orden propio y único. Los procesos de construcción de ciudadaníanecesariamente responden a las imbricaciones de estos dos tiempos. Comprender las formasen que generaciones jóvenes pasadas han significado su accionar social y político, desde laespecificidad que ello tuvo en un determinado momento de sus cursos de vida, aporta indiciosde los modos en que juventud, participación y ciudadanía, en su dimensión identitaria,se articulan. En este sentido, el último artículo aborda determinados aspectos de la construcciónidentitaria de la Juventud Peronista -actor emergente en la escena social y política de laArgentina post 1955- a través de herramientas de análisis del estudio sociodemográfico degeneraciones y trayectorias biográficas. La autora propone que, en la medida en que el activismopolítico peronista estaba asociado imaginariamente al alcance de una nueva etapa enel curso de vida personal, la reivindicación del estatuto de “juventud” permitió anudar dichaidentificación a una reinventada tradición peronista y proyectarla al futuro.7JUAN EDUARDO FAÚNDEZDirector NacionalInstituto Nacional de la Juventud


8Revista Observatori o de Juvent ud


Instituto Nacional de la JuventudNuevas Ciudadanías Juveniles:Individuación y Participación AdhocráticaDr. Sergio González Rodríguez,Psicólogo Social y Antropólogo. 1ResumenEn el presente artículo se analizan y sistematizan dos estudios relevantes sobrela orientación de la población joven de nuestro país respecto de los contenidosasociados a la noción de ciudadanía, y, a la significación de la participación y delprotagonismo en el espacio público. Se distinguen contenidos de individuación quepermiten constatar una orientación a la participación ciudadana en organizacionesde carácter adhocrático y a una mayor tendencia al ejercicio de la ciudadanía activaen las nuevas cohortes del mundo juvenil.Palabras clave: Ciudadanía, Participación Adhocrática, Juventud, Individuación.AbstractThe present article analyses and systematizes two relevant studies carried in ourcountry to reveal ideas and notions our youth have on subjects such as citizenship andparticipation and protagonism in public spaces. Results show the individuation dimen-sions that allow us to establish a tendency toward youth participation in adhocraticorganizations and an even greater inclination to exercise an active citizenship in newyouth movements.Key words: Citizenship, Adhocratic Participation, Youth, Individuation.91 Universidad de Santiago de Chile. Avda. Ecuador 3650, 3er piso. Santiago. sergio.gonzalez.r@usach.cl


Revista Observatori o de Juvent ud1. Desde la Noción de CiudadaníaPodríamos señalar que en la última década hemos asistido al regreso del conceptode ciudadanía; a la referencia obligada a esta entidad básica de la vida social democráticay de la modernidad. La noción se ha reinstalado en el imaginario colectivo,incluso con más fuerza que en su posible concreción en los espacios societales y políticos.Esta entidad conceptual estuvo en la trastienda por mucho tiempo. Desde laantigüedad grecolatina aparece y desaparece, dependiendo de las contingencias porlas que atraviesa la vida de Occidente. “El ciudadano puede desaparecer, ausentarsede la escena indisociablemente filosófica y política que es su lugar de predilección-por ejemplo en caso de una dictadura militar, como en los acontecimientos demayo del ‘68-, en beneficio de otros personajes conceptuales: el pueblo, el exiliado,el revolucionario, el inmigrante” (Vermeren; 1999: 19). Al reaparecer se reviste denuevas significaciones y reconstruye su presencia desde una tradición en que seentremezclan contenidos reales y míticos; legitima una modernidad que no sólo serepite a sí misma al recrear la amalgama de sus antiguos y nuevos contenidos.Esta reaparición cabe dentro de otros momentos históricos que tienen como comúndenominador la crisis de la democracia republicana, la cual expresa entre otrossíntomas la pérdida de confianza en la representación política, situaciones de exclusiónsocial, la desigualdad económica y la fragmentación de la vida social. En estecontexto de adversidades, el concepto de ciudadanía ha vuelto para quedarse porun buen tiempo. Hoy forma parte de manera natural de las conversaciones de losdiversos actores del mundo público y las personas apelan a su condición ciudadanapara referirse a la consideración de sus derechos. Así, para bien, en nuestra opinióneste constructo explica gran parte de la relación actual individuo–sociedad.Revisaremos estudios anteriores (González, 2007, 2003, 2001) para intentar explicary caracterizar las orientaciones ciudadanas actuales del segmento juvenil y la nuevafenomenología de la participación ciudadana en que se expresa la diversidad delmundo juvenil. Comenzaremos explicitando, desde una perspectiva psicosocial, lanoción de ciudadanía con que se trabaja en la presente línea de investigación:10La Noción de Ciudadanía refiere los sistemas cognoscitivos conformados porlas opiniones, creencias y aspiraciones que las personas sostienen sobre los diversostipos de derechos, responsabilidades e identificaciones de pertenenciasocietal (membresía), en los diferentes niveles de inclusión y articulación socialesque se han generado, reproducido y modificado en un proceso colectivode construcción sociocultural (González, 2001).


Instituto Nacional de la JuventudEste concepto puede ser refrendado, en relación a sus componentes, en el siguienteModelo de Ciudadanía:Modelo de CiudadaníaComponentes de Ciudadanía2. Orientaciones del Comportamiento CiudadanoLa noción de Ciudadanía está directamente relacionada con una Cultura de lo Cívico.En este sentido, no queremos restringirla a cultura cívica, la cual nos centra exclusivamenteen el acatamiento de las normas y preceptos de una sana y buena convivenciaen común; esta acepción está relacionada con la Ciudadanía Pasiva. El interésen las posibilidades que abre este reencantamiento con la ciudadanía debe apuntara lo que se relaciona con lo público; lo político en sus dos acepciones: de polis y depolumus (Mouffé, 1999). Por tanto, el regreso al interés por la Ciudadanía se relacionacon un aspecto programático concerniente al protagonismo del sujeto social; delactor social con discurso propio que retome su relación directa con los mecanismosdel poder político y pueda instaurarse en el definitivo control de sus mandatos. Estees el camino del protagonismo de la Cultura Civil, de la Ciudadanía Activa, el último(y más reciente) bastión de construcción de la sociedad civil: la búsqueda de mássociedad (PNUD, 2009, 2000) frente a la preponderancia sin contrapesos del mercadoy del accionar independiente y autocontenido del Estado. La Ciudadanía Activa, enespecífico, es el contexto en que ideas, valores, principios y acciones tienen sentidofundacional y de redención de la acción pública que se redigitaliza al incluir el11


Revista Observatori o de Juvent udinterés privado de los individuos que piensan el fin colectivo a partir de sus propiosfragmentos: de visiones restringidas a lo individual, a lo semicolectivo, pero losúnicos lugares posibles desde donde construir lo colectivo, lo público, lo político. LaCiudadanía Activa es el camino de la sociedad civil para instaurarse en posición deprotagonismo frente a las lógicas ocultas y despersonalizadas del poder.Modelo de Comportamiento CiudadanoEn el diagrama anterior se esquematiza la representación social de la ciudadaníacomo un elemento sustancial de la Cultura Cívica, e incluso se puede señalar queésta puede ser medida e interpretada en base a la cantidad y calidad de contenidosque constituyen la representación social en sus diferentes aspectos. Ésta se consideraun aspecto central de la Cultura Cívica, que permite la comparación entre gruposy sectores, al mismo tiempo que mediciones en un grupo o sector determinadoen diferentes momentos para el análisis comparativo en un mismo conglomerado.Junto a lo anterior, en este esquema podemos distinguir dos tipos de orientacionesconstitutivas de la representación social de la ciudadanía en cuanto aspectos orientadoresdel comportamiento ciudadano, elementos que se desprenden tanto de loscontenidos propios de la teoría y la literatura temática como de nuestros resultados;nos referimos a la Ciudadanía Pasiva y la Ciudadanía Activa.12La Ciudadanía Pasiva está caracterizada por el ejercicio ciudadano, es decir, por laorientación del ciudadano/a a que le sean reconocidos sus derechos civiles y políticos,y al acatamiento de los deberes o responsabilidades ciudadanos para la convivenciaen común con otros (alteridad). La Ciudadanía Pasiva significa la aspiración a mantenery reproducir una situación de equilibrio entre el Estado y el ciudadano/a. A estaorientación la hemos llamado de ejercicio ciudadano y se refiere a la titularidad decontenidos que debe estar garantizada irrestrictamente en un Estado de Derecho. Elcomportamiento ciudadano que se restringe a este tipo de elementos de la ciudadaníase entiende como Ciudadanía Pasiva, la cual es consustancial a la vida democrática.


Instituto Nacional de la JuventudLa Ciudadanía Activa se define en base a la orientación del comportamiento cívicohacia la acción ciudadana, es decir, la orientación de personas y grupos a que les seanreconocidos y ampliados sus derechos económicos, sociales y culturales, fundamentalmente;asimismo, alude a la tendencia proactiva hacia los contenidos que significanla pertenencia o membresía en referentes ciudadanos específicos (organizaciones funcionales)y en aquellos que traducen el todo social. Hemos denominado esta orientaciónconativa de la ciudadanía como acción ciudadana, porque significa un necesariodinamismo y/o protagonismo de los actores en la búsqueda del reconocimiento y dela ampliación de los derechos ya alcanzados. La Ciudadanía Activa permite extenderlas fronteras de lo posible y se encuentra mediatizada por la cantidad y la calidad dela acción ciudadana que puede desarrollarse en el dinamismo de la sociedad.Ambas formas de ciudadanía, como ha quedado demostrado en estudios previos yaaludidos, están contenidas en la representación social de la ciudadanía y las personaspueden diferir en sus orientaciones y contenidos según los diferentes elementos internalizadosde la cultura cívica.3. Ciudadanía y Mundo JuvenilA través de los resultados cuantitativos obtenidos mediante la aplicación de la EscalaRes-Civitas (González, 2006) sobre las orientaciones ciudadanas de estudiantes secundariosy universitarios del país, mujeres y varones, se constata que las y los estudiantessecundarios sobresalen en sus puntuaciones en la noción de ciudadanía por sobrelas y los universitarios. Estos resultados arrojaron diferencias no sólo en los puntajestotales, sino en todas las subescalas de este instrumento, tanto en Ciudadanía Activacomo Pasiva, en derechos, deberes y membresía; y en los tres tipos de derechos (civiles,económicos y sociales), también sus puntuaciones fueron superiores.Al relacionar aquella información con el análisis de segundo orden, a partir de los gruposde discusión, la interpretación de este hallazgo nos permite señalar las siguienteslíneas de explicación:• La tendencia idealista presente en las y los estudiantes secundarios está marcadapor la etapa de la vida en que se encuentran. La adolescencia constituye unmomento de exaltación de los valores y principios de altruismo social, donde loselementos de una mayor entrega social se combinan con una menor experienciade frustración y/o realismo ante la confrontación con el funcionamiento institucionalen la realidad social y cultural. Esta interpretación psicologicista se veavalada por la presencia de una mirada de mayor crítica social y de tendenciaa la acción más manifiesta en el plano actitudinal que en los otros grupos depoblación juvenil.13• El no haber vivido la experiencia de la dictadura de una manera directa o indirecta,diferenciaría a la población joven menor de 19 años de quienes habríanvisto y vivido la situación de pérdida de los derechos fundamentales, por locual no estaría sometida a una experiencia directa de desesperanza sistémica.


Revista Observatori o de Juvent udLa huella del autoritarismo habría mermado en los otros segmentos juveniles-al menos en parte- la creencia en la posibilidad del ejercicio ciudadano pleno.Las y los jóvenes secundarios no habrían sido marcados por este escepticismosobre la vigencia de los contenidos de los derechos y del bien común.• Otra explicación interpretativa se origina de lo señalado por el grupo de discusiónde estudiantes secundarios/as: ellas y ellos tienen muy clara su situaciónde derechos y deberes, en tanto miembros de una sociedad que no les integray que genera una fuerte sanción a su condición de segmento juvenil; de noser entendidos/as ni considerados/as por el mundo adulto. A este respecto, semencionan situaciones de hostigamiento por sospecha sólo por el hecho de serpersonas jóvenes o por lo que he llamado discriminación por fenotipo (característicasde estética corporal, como uso de aros por los varones, pelo pintadode colores no tradicionales, tipos de vestimenta, entre otros). Ante ello aspirana condiciones de integración en una ciudadanía plena que los refleje, también,inclusivamente.Estas diferentes líneas explicativas no son alternativas entre sí, más bien creemosque pueden ser complementarias en algunos de sus contenidos.3.1. Los Derechos: el núcleo semántico y práctico de la CiudadaníaLos derechos debemos entenderlos fundamentalmente según la diferenciación enlos tres tipos que se distinguen desde la teoría: civiles, políticos y económico-socialesy culturales (DESC). En el mundo juvenil es nítida la situación de valoración de losderechos civiles y los DESC, lugares donde el mundo juvenil expresa que existe, porparte de la sociedad, una cuenta por saldar con él. Así, por ejemplo, se espera quelos derechos civiles o garantías ciudadanas efectivamente no permitan la discriminacióny los abusos contra la población juvenil por el hecho de su condición etaria yque por pertenecer a sectores populares (estudiantes secundarios) sean segregados/as, incluso, por las personas adultas que comparten sus espacios de pertenencia.Este anhelo de ser percibido/a y tratado/a como un titular de derechos se constituyeen lo concreto, en lo experiencial, en una aspiración a superar la negación de laalteridad juvenil desde el mundo adulto. Es interesante la percepción de que la solucióna este tipo de atropellos se alcanza con la plena instauración de los derechosrecogidos en la noción de ciudadanía.14De manera concordante con lo anterior encontramos la preocupación e interés porlos DESC, los cuales son vistos como el camino a la integración social y al mundoadulto. Hay que hacer notar que estos derechos son relacionados directamente en eldiscurso de ambos tipos de sujetos juveniles (estudiantes secundarios/as y universitarios/as)con la preocupación por sus proyectos de vida, por su apropiación delfuturo, por un posicionamiento que los proyectará al mundo adulto en condicionesdesfavorables y que se ven como irreversibles de no corregirse en esta época depreparación y activación del proyecto de vida. Esta preocupación se centra en elacceso a una efectiva igualdad de oportunidades para, desde las propias capacida-


Instituto Nacional de la Juventuddes, concursar en la meritocracia del sistema social. La igualdad en el acceso a losDESC implica corregir las condiciones desventajosas producto de la desigualdad detrayectorias que les afecta a quienes provienen de sectores sociales vulnerables, alcontar con recursos culturales e instrumentales deficitarios frente a las personasjóvenes de los sectores más acomodados de la sociedad.La preocupación por el proyecto de vida y por colonizar el propio futuro se relacionacon el repliegue a lo privado, a la vida personal, a los espacios de subjetividad desdedonde los intereses individuales pueden dar forma a estrategias en que lo colectivose exprese como una consecuencia necesaria de asumir, de efecto remoto de labúsqueda de realizar el propio proyecto. La preocupación por constituir y participaren redes efectivas es un atributo presente en el mundo juvenil universitario.Junto a ello, es interesante la visión optimista que trasunta la población juvenil,al atribuirse las posibilidades de éxito en las tareas que emprendan al esfuerzopersonal; a la propia entrega en pos de los objetivos que cada cual se ha trazado;y el optimismo presente en la creencia de que los DESC se seguirán extendiendo yque las condiciones que aportarán al instaurarse permitirán un mejor porvenir. Esteelemento es concordante con los estudios acerca de las proyecciones que realiza elmundo juvenil para su futuro, toda vez que esperan gozar de mejores condicionesde vida que sus progenitores, debido a la confianza que tienen en la extensión delos DESC y su ampliación hacia contenidos que se relacionan directamente con supropia realidad (INJUV,2007).3.2. Individuación y autorreferencia en la evaluación de lo públicoLa Ciudadanía Activa incluye entre sus contenidos un elemento cognitivo-aspiracionalque expresa deseabilidad social. Esto significa entender la ciudadanía comotitularidad de derechos y como pertenencia activa a una comunidad reflexiva y convocación de acción en pro de sus intereses y de la ampliación de los derechos. Estecontenido conativo es distintivo de la Ciudadanía Activa, en el sentido que suponeque las personas como sujetos sociales se encuentran motivadas y abiertas a pensarla realidad individual y colectiva en términos de la extensión de su protagonismoy de la satisfacción de sus aspiraciones expresadas en los derechos económicosocialesy culturales y en los nuevos derechos subjetivos. Esto denota, a la luz delos estudios refrendados (González, 2007, 2003), que existe una clara orientación alejercicio de estos contenidos. Al mismo tiempo, se espera que los derechos civilesy políticos sean respetados por parte del Estado, por lo cual coexisten en el mundojuvenil, prácticamente en un mismo nivel de presencia en los repertorios cognoscitivos,la orientación a la Ciudadanía Activa y a la Ciudadanía Pasiva.15En relación con el repliegue a lo privado encontramos en el conjunto de la poblaciónjuvenil estudiada un predominio del interés individual por construir el presente yfuturo personal y del grupo afectivo próximo. El propio éxito y las condiciones enque se desenvuelve la vida personal se convierten en medidas de evaluación dela situación colectiva, de la marcha del país, del proceder del Gobierno; por tanto,


Revista Observatori o de Juvent udel bienestar y el malestar colectivos se consideran en su dimensión subjetiva ointersubjetiva. Este prisma, centrado en la individualización/individuación, no permitevisualizar una centralidad de lo societal, lo cual queda relegado a un plano deinferior consideración. Los derechos de ciudadanía son importantes en la medidaque permiten alcanzar de manera funcional las propias metas y objetivos. De igualmodo, los deberes adquieren importancia al asegurar condiciones de estabilidadpara el desenvolvimiento de los propios proyectos. Este repliegue individualista tienecomo común denominador el escepticismo en la importancia y en la eficacia delo público, de lo colectivo, de lo societal, en los que no se perciben beneficios y solucionesque se correspondan con los intereses, motivos y aspiraciones individuales.Por otra parte, lo colectivo aparece como lejano, distante psicológicamente y difícilde abordar y controlar. Hoy en día las propias realidades y las del contexto cercanodeterminan la percepción y el proceder sobre el mundo de lo público.4. Nueva fenomenología de la Participación CiudadanaLa participación ciudadana debe ser entendida en relación directa con la CiudadaníaActiva, incluso, podríamos señalar que es concebida como su ejercicio pleno. A travésde ella se concreta y objetiva la expresión del nivel aspiracional de las personasy de las expectativas que movilizan al ejercicio de una Ciudadanía Activa. Esto sedemuestra en la evidente orientación a los derechos económicos y sociales de lasdemandas que se instalan en el espacio público. De este modo, en su componenteconativo la participación ciudadana es el último paso demostrativo de una orientacióna la Ciudadanía Activa.16En el sentido común, participación y ciudadanía no se pueden reducir a los interesesespecíficos y limitados de los colectivos y grupos que se manifiestan en pro desus demandas. En los estudios aquí analizados se demuestra que los y las jóvenesreivindican la defensa de los intereses específicos en las esferas del poder y del aparatoestatal, pero al mismo tiempo entienden la participación ciudadana como unareflexibilidad mediante la cual es posible pensar lo social y lo público a través deldebate y el concurso de ideas y posiciones ciudadanas. La participación ciudadanaes percibida como un esfuerzo mayor en el ejercicio de la Ciudadanía Activa, porlo cual los significados atribuidos a los problemas que se encuentran para su desarrollotienen que ver con la presencia de un sinnúmero de elementos inhibidoresde la participación, que refuerzan el repliegue hacia el mundo privado y personal.En este sentido, para la activación de la participación ciudadana se debiera contarcon facilitadores (dispositivos de política pública) que estén en consonancia con losintereses y motivaciones que se configuran desde las realidades individuales, peroque pueden constituirse en aspiraciones colectivas en un nivel básico y fundamentaldel bien común.


Instituto Nacional de la Juventud5. Participación adhocráticaAsistimos, por tanto, a la transformación profunda de la participación que se ha recicladoa nuevos contenidos. Esto lleva a entender que la motivación, los intereses ylas aspiraciones por participar en un nivel ciudadano se inscriben en la posibilidad depercibir beneficios y satisfactores cercanos, accesibles e inmediatos. La participación,al no ocurrir motivada por grandes ideas para la acción, se constituye desde la esferaprivada e, incluso, íntima, en torno a aquellos temas específicos que son percibidoscomo fundamentales en la satisfacción de necesidades y situaciones evaluadas comourgentes que afectan a las personas. Podemos señalar que la participación ciudadanase localiza en horizontes próximos y no enajenables, es decir, se constituye en espaciosen que los resultados de la participación son apropiados y apropiables paralos actores. Este es un aspecto claramente positivo de los nuevos contenidos de laparticipación ciudadana. En la otra cara de esta constatación, entre los aspectos negativos,encontramos una tendencia a la cosificación de la acción colectiva hacia finesinmediatos y de corto plazo. Justamente, la adhocracia 2 en la participación se refierea su constitución en contenidos específicos en que se pierde un posible horizonte delargo plazo y la continuidad establece una socialización y madurez en la acción ciudadana.Esto significa participación segmentada que se realiza a través de fragmentos omomentos de participación ciudadana que no tienen continuidad que puedan asegurarla formación de movimientos sociales como fueron entendidos y visualizados hastaprincipios de la década del noventa en el siglo pasado.Esto implica, además de tener que profundizar en los impactos de las subjetividadesen la fenomenología de la participación ciudadana, redimensionar los estrechoslazos de la inmediatez de la acción colectiva con los contenidos exponenciales delos imaginarios sociales. No obstante, esta cualidad egosintónica (en sintonía conel yo) de la participación ciudadana determina una marcada cercanía psicológicaentre lo público y lo privado. Dicho de otro modo, lo público no se puede constituiren espacios distantes y ajenos a los sujetos. Lo público no puede ser una dimensiónsin correspondencia con las realidades concretas y los deseos de los individuos. Estapertinencia en la participación ciudadana supone una relectura de las ofertas departicipación que se realizan a los y las jóvenes y, en el plano del análisis, formularun nuevo paradigma interpretativo de los contenidos actuales de la participación.Esta nueva lógica adhocrática expresa la reticencia a la incorporación en las tramasorganizacionales institucionalizadas y corporativas. Las modalidades de participaciónestamental mediatizadas por estructuras de representación formal están entredichasy en un claro declive en la adhesión que el mundo juvenil les otorga. La nuevafenomenología en el mundo organizacional está caracterizada por la gestualidad,por la adhesión modulada por el propio control del individuo y por una adscripciónrelativa en compromisos revisables y en escrutinio permanente. Las organizacionespueden ser prescindibles en las identificaciones que generan o, más bien, noimplican para las personas jóvenes una necesidad de adhesión o pertenencia cor-172 Término proveniente del concepto ad hoc, utilizado en teoría de las organizaciones para caracterizar lasorganizaciones temporales que mantienen a sus integrantes mientras dura un proyecto específico. Esta forma detrabajo es una fórmula altamente adecuada para tareas complejas en entornos turbulentos (Morgan; 1996).


Revista Observatori o de Juvent udporativas. Se puede entrar y salir de ellas con total soltura y libertad psicológica.Para su validación social deben ser permeables y expresar contenidos de directasignificación e interés para sus miembros. Las organizaciones están concebidas ensu carácter de medios para alcanzar objetivos y deben ser expresión instrumental delas finalidades de las personas que en ellas participan. En este sentido, la expresiónde gestualidad tiene un correlato muy específico en la manifestación de contenidosemocionales, que trasuntan agrado, cercanía, actitud de favorabilidad o desagrado,rechazo e inconformidad ante los motivos y objetos de posible adhesión social. Estasituación se corresponde con lo señalado por Bauman (2008) sobre la configuraciónen la realidad actual de una Modernidad Líquida, donde el vínculo social se refierepreferentemente a su manifestación de intensidad emocional (bienestar/malestar)sin prevalencia de una carga ideológica/valórica justificadora. Lo que está en cuestionamientoes la estabilización y continuidad hasta de las organizaciones juvenilespropias, las cuales -más allá de su éxito en el cumplimiento de sus metas- tienenfecha de caducidad, de término. Incluso, expresan la paradoja de que decaerán almomento mismo que alcancen sus fines, es decir, una vez cumplidos los propósitosde las agendas específicas que les dieron origen. Sólo se mantendrán, y con dificultades,si trasuntan emocionalidad, cotidianidad y afectos compartidos. La más claraexpresión de esta realidad se ejemplifica en la continuidad prácticamente exclusivade los agrupamientos que se conforman en la simetría y emociones compartidas engrupos de pares o de amigos.6. Hacia nuevas Identidades CiudadanasEl vínculo social hoy se recicla y se constituye en nuevas modalidades de agrupamientojuvenil. Las pertenencias, el estar dentro, tienen nuevas formas de relacióncon el todo social. La membresía es un elemento decisivo en la construcción y ampliaciónde Ciudadanía. Este aspecto tiene al menos dos componentes que hemosdistinguido de acuerdo con sus niveles de concreción:Un componente es fundamentalmente el identitario. La identificación y expresiónde interés por la conformación de referentes colectivos en los cuales sentirse partede una comunidad imaginada (Anderson, 1997). Esto apunta a la constitución de unimaginario en que es deseable reconocerse.18Por otra parte, está el elemento en que se expresan las relaciones sociales y lasprácticas en que se desenvuelve la cotidianidad. Esta concreción refiere elementosdel realitario en que las personas construyen de manera directa su relación con elentorno social y las interacciones comunitarias propias de los niveles intermediosy microsocial.En relación con lo anterior se constata la pérdida de interés y de centralidad de lasacepciones de patria, nación y del sentido nacionalista en la noción de ciudadanía,es decir, la pertenencia o membresía se seculariza en conceptos de bien común,interés colectivo, interés privado, proyecto de país. Para las personas jóvenes lonacional se reduce y expresa en los eventos con alta carga de emoción y de pasión


Instituto Nacional de la Juventudprivada (aunque colectiva). Este eventismo es el reducto de la convocatoria para elencuentro en torno a lo nacional, para el encuentro de las partes en un posible reconocimientoen la totalidad. La población joven no desconoce esta identificación reactuadaen espacio-tiempo acotados, ni oculta estos procesos que también determinansu cotidianidad, para sumarse a ellos o para negarlos. La constitución de lo nacionalse refunda de manera restringida y en este colapso emergen los/las ciudadanos/as para constituirse en una soberanía que puede reinstalarse en un espacio propio.Finalmente, es destacable señalar que existe un quiebre entre generaciones de lapoblación juvenil, entre las diferentes cohortes, en cuanto a las orientaciones ciudadanasy a las distinciones en las forma de relacionarse con las diversos tipos dederechos. Hemos explicado que en investigaciones anteriores encontrábamos quelas y los jóvenes universitarios en nuestro país tenían y tienen una prevalencia decontenidos con orientación a la Ciudadanía Pasiva (derechos civiles y deberes), adiferencia de las/os jóvenes secundarias/os actuales que en sus núcleos de orientaciónciudadana destaca una marcada significación de contenidos a la CiudadaníaActiva. Esta constatación nos permite mirar auspiciosamente la instalación denuevos contenidos, de nuevas agendas y, por sobre todo, de nuevos actores en lascartografías ciudadanas que hoy se construyen con vocación de futuro.19


Revista Observatori o de Juvent udBibliografíaANDERSON, B. (1997) Comunidades Imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusióndel nacionalismo. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.BAUMAN, Z. (2008). Tiempos Líquidos: vivir en una época de incertidumbres. BuenosAires: Tusquets Editores.BOTTOMORE, T. (1998). “Ciudadanía y clase social, cuarenta años después”. En: MAR-SHALL, T. H. Y BOTTOMORE, T. Ciudadanía y Clase Social. Madrid: Alianza Editorial.GIDDENS, A. (1997). Modernidad e Identidad del Yo. El yo y la sociedad en la épocacontemporánea. Barcelona: Ed. Península.GONZÁLEZ, S. (2007). “La Noción de Ciudadanía en Jóvenes Estudiantes Secundariosy Universitarios: La Nueva Ciudadanía”. En: V.V. A.A. Psicología Comunitaria en Chile.Evolución perspectivas y proyecciones. Santiago de Chile: RIL Editores, pp. 335-372.------------ (2006) “Representación Social de la Noción de Ciudadanía: Construccióny Ampliación de la Ciudadanía en Grupos articulados al Sistema Educacional”. Capítulode Libro: Tesis Doctorales en Psicología. Programa de Doctorado en Psicología,Universidad de Chile. Santiago de Chile, pp. 9-38.------------ (2003) “Representación Social de la Ciudadanía en jóvenes de enseñanzamedia y enseñanza universitaria: un análisis de estudios comparados en la ciudadaníaque viene”. En: ARRAU, A. (editor). Bases para la competencia en Chile: La educaciónen una sociedad desigual. Santiago de Chile: RIL Editores - PREDES, Universidadde Chile, pp.139-177.------------ (2001) “Representación Social de la Noción de Ciudadanía: Construccióny Ampliación de la Ciudadanía en Grupos Articulados al Sistema Educacional”. Tesisde Doctorado en Psicología. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile.Santiago de Chile.20INJUV (2007). Quinta Encuesta Nacional de Juventud. Santiago de Chile: Instituto Nacionalde la Juventud.LATINOBARÓMETRO (2007). Informe Latinobarómetro América Latina. Santiago de Chile.


Instituto Nacional de la JuventudMORGAN, G. (1996). Imágenes de la Organización. México, D. F.: AlfaOmega Editores.MOUFFÉ, CH. (1999). El Retorno de lo Político. Comunidad, ciudadanía, pluralismo, democraciaradical. Barcelona: Editorial Paidós Ibérica.PNUD. (2009). Desarrollo Humano en Chile: La manera de hacer las cosas. Santiago deChile: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.PNUD. (2000). Desarrollo Humano en Chile. Más Sociedad para Gobernar el Futuro.Santiago de Chile: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.VERMEREN, P. (1999). “El Ciudadano como personaje filosófico”. En: V.V. A.A. Filosofíasde la ciudadanía: sujeto político y democracia. Rosario, Argentina: Homo SapiensEdiciones, pp.19-32.21


22Revista Observatori o de Juvent ud


Instituto Nacional de la JuventudLa inscripción de la ciudadanía juvenil:Posibilidades y límites de un vínculo intermitente 1Pedro Núñez, FLACSO-Argentina/CONICET 2ResumenEste artículo busca analizar el modo en que las y los jóvenes asumen su condiciónde ciudadanas/os. En el primer apartado se indaga en los efectos que las transformacionessociales recientes han tenido sobre los significados de la política yla participación para la juventud contemporánea. En segundo lugar se presentanalgunos hallazgos del trabajo de campo desarrollado en escuelas secundarias de laJurisdicción denominada Gran La Plata (que comprende a la ciudad homónima y alos municipios de Ensenada y Florencio Varela) para rastrear, en las formas de participaciónprotagonizadas por tres mujeres jóvenes y en el repertorio de acciones dereclamo utilizado por las juventudes en sus instituciones, los indicios que permitanrevelar las formas que adopta el vínculo juventud-política por estos años.Palabras clave: juventud, política, ciudadanía.AbstractThis article aims to analyze how young people assume their role as citizens. The fistsection addresses the impact of recent social developments on the meaning of poli-tics and participation for youth nowadays. The document then presents some findingsfrom the fieldwork conducted in secondary schools in the Gran La Plata jurisdiction(which includes the city of La Plata and the municipalities of Ensenada and FlorencioVarela) to track, in the forms participation protagonized by three young women and inthe repertoire claim actions used by the youth in their institutions to identify how thelinkage between youth and politics currently expresses itself.Key Words: youth, politics, citizenship.231 Este artículo es producto del trabajo del autor para su tesis doctoral, cuyo objetivo principal es analizar losaprendizajes y acciones políticas juveniles en la escuela secundaria. El proyecto de tesis se enmarca en lainvestigación “Intersecciones entre desigualdad y educación media-un análisis de las dinámicas de produccióny reproducción de la desigualdad escolar y social en cuatro jurisdicciones”, realizada durante 2006 y 2007 enlas jurisdicciones de Salta, Neuquén, Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires con la participación deequipos locales en cada una de ellas, bajo la coordinación de la FLACSO-Argentina.2 Ayacucho 555, C1026AAC – Ciudad de Buenos Aires (Argentina), pnunez@flacso.org.ar


Revista Observatori o de Juvent ud1. Transformaciones en el contexto: de las garantías de la matrizintegracionista al énfasis en la responsabilidad individualLa sociedad argentina se distinguió en el contexto latinoamericano, durante granparte del Siglo XX, por sus amplias clases medias y por una estructura social másigualitaria que permitía la integración social, donde el Estado cumplía un rol determinante.La matriz integracionista argentina descansaba principalmente sobredos pilares: el desarrollo de un sistema educativo homogéneo para todo el país y laextensión de los derechos sociales vía la integración en el mercado de trabajo. Ellobrindaba a los sujetos la sensación de contar con garantías igualitarias de justicia(Jelin, 1996). La Argentina era, tal como la retrató O´Donnell (2004), una sociedadrelativamente igualitaria y autoritaria a la vez ya que contaba con altos niveles demovilidad social ascendente, pero también experimentó durante varias décadas lapresencia de gobiernos autoritarios.Pocas dudas caben de que la situación en que experimentan su condición juvenilquienes hoy son considerados jóvenes presenta notorias diferencias con otros periodoshistóricos. Los cambios en los modos de inserción provocan la conformaciónde una sociedad con crecientes desigualdades, pero, simultáneamente, la expansióndel horizonte democrático favorece la presencia de otros modos de participacióny de entender la civilidad protagonizados –no única pero sí principalmente- por elcolectivo juvenil.En este nuevo contexto, el estudio del aprendizaje y de la acción política juvenilrequiere de ampliar la mirada, evitar restringir la definición de participación políticaal involucramiento en los centros de estudiantes, los sindicatos o partidos políticos,para lograr así interpretar las claves, señas, los símbolos reconocibles que permitandesentrañar los modos de intervención política que protagonizan las personas jóvenesy el significado que le asignan a la noción de ciudadanía.24Como es sabido, Marshall (1998) -en su clásico trabajo- plantea que la ciudadaníaes aquella condición otorgada a miembros plenos de una comunidad, iguales enderechos y responsabilidades. Para Marshall, si bien la condición ciudadana es conferidadesde el Estado, se constituye como producto de luchas sociales a lo largode la historia. En su ensayo desagrega el análisis del concepto en tres esferas: lacivil, la política y la social; que son producto del camino de expansión de derechosque corresponden a cada siglo de la edad moderna. 3 Asimismo, el autor destaca unaspecto que suele ser menos considerado por los estudios: quienes luchaban porsus derechos tenían una historia en común, se reconocían como un nosotros. Estaconstatación se nos presenta en la actualidad con la forma de una interrogante inquietante:¿quiénes comparten la vida en común?3 Marshall (2005) nos describe que el elemento civil está compuesto por los derechos necesarios para la libertadindividual de la persona, libertad de palabra, pensamiento y fe, derecho a poseer propiedad y concluir contratosválidos, y el derecho a la justicia. El elemento político refiere al derecho a participar en el ejercicio del poderpolítico, como candidato y como elector. Finalmente, con elemento social se refiere a toda una variedad dederechos, desde el derecho a una medida de bienestar económico y seguridad hasta el derecho a compartir laherencia social y llevar una vida acorde a las pautas que prevalezcan en esa sociedad.


Instituto Nacional de la JuventudSociedades como la argentina mutaron considerablemente en un periodotemporal relativamente corto que abarca desde el inicio del golpe militar de1976 hasta el proceso de desestructuración de los mecanismos de integraciónsocial, el que ocurrió fundamentalmente en los años noventa del siglo pasado.En este tiempo, las relaciones y vínculos sociales discurren sobre nuevastramas que roen la relación entre individuos: la imposibilidad de ser justosentre un nosotros, de cierta práctica recíproca de justicia; el incremento delas dificultades para compartir espacios de relación interclases; o los cambiosen la estructura de oportunidades provista por el Estado y el mercado detrabajo. El momento actual se caracteriza por la existencia de un Estado máspresente en las necesidades de las familias, especialmente en los sectorespopulares, pero alejado de -y discutido en- su rol de garante de la igualdadante la ley. Por otra parte, el mercado de trabajo ha pasado de ser un espaciode experiencia de la ley a un terreno de aprendizaje de injusticias, propio delo que sucedía antes de la conquista de los derechos sociales (Kessler, 2004).Para gran parte de la juventud contemporánea el Estado ya no representa alconjunto de instituciones que, mediante su acción, enlaza a sus ciudadanos/as como parte de un común sino que, más bien, muchas de las prácticas juvenilesse desarrollan en oposición a su presencia. La concepción del Estadocomo un otro peligroso -proceso que persiste pese al interregno que significóel Juicio a las Juntas Militares en 1985 4 - contribuyó a delinear nuevas trazaspara la construcción de las narrativas identitarias juveniles. Los casos degatillo fácil como expresión de la violencia institucional 5 y la inclusión en laagenda pública de la seguridad ante el delito como cuestión primordial -enun diagnóstico que responsabiliza por su incremento a los jóvenes varonesde sectores populares- restringen el ejercicio ciudadano, lo que redunda enuna intensificación de la desconfianza de mujeres y hombres jóvenes hacialas instituciones estatales.El vínculo Estado-juventud se va constituyendo, cobrando forma y modificándosepor una serie de episodios cuya repetición contribuye a sedimentar unanueva cultura política juvenil en la Argentina. Uno de los casos más paradigmáticoses el de Ezequiel Demonty. En septiembre de 2002 su cuerpo fueencontrado ahogado en aguas del Riachuelo, en La Boca. Pese al hermetismopolicial, a los pocos días trascendieron los detalles de su muerte: Ezequielhabía sido detenido por la policía junto a dos amigos a la salida de una bailanta,golpeado y torturado por los agentes, quienes lo obligaron a meterse enel agua como “escarmiento”.254 Tal como lo destaca Smulovitz (2002) la sentencia a los ex comandantes militares implicó un descubrimientode los beneficios de ley y contribuyó a que diferentes actores fundamenten y legitimen sus acciones en discursosque invocan al derecho o denuncian su violación.5 Se denomina gatillo fácil a los casos de uso de armas de fuego por parte de policías o guardias de seguridadprivados en situaciones que podrían haberse resuelto sin su empleo. Los casos aumentaron considerablementedurante la década del noventa.


Revista Observatori o de Juvent udSilvia Elizalde (2003) relata la participación espontánea de un grupo de mujeresjóvenes vecinas de Ezequiel, en las numerosas marchas en repudio a la violenciainstitucional que se sucedieron tras el macabro hallazgo. En su estudio,la autora sostiene que la participación en las movilizaciones en reclamo dejusticia y contra la estigmatización de la juventud de los sectores populares seconstruye sobre un nuevo sentido de la resistencia que no recurre a las figurasdel pasado ni a las demandas de los grupos feministas. Los nuevos sentidos seconstituyen en oposición a la impunidad de los poderosos, a la falta de justiciasocial y la ausencia del Estado, y a la denuncia del accionar policial. Todo loanterior permea el tipo de prácticas a utilizar en la relación con otras instanciasestatales.2. La condición juvenil contemporánea: representaciones yprácticas sobre la políticaSi observamos detenidamente las temáticas abordadas por los estudios queindagaron en el vínculo entre juventud y política en Argentina, se aprecia undesplazamiento en las preocupaciones de la investigación. En efecto, la interrogaciónacerca de la participación juvenil transita de los estudios sobre lasinstituciones de la modernidad hacia las nuevas experiencias participativas,donde lo performativo cobra especial relevancia 6 .Quienes tenemos contacto con las actuales juventudes hallamos en sus comportamientospolíticos, a grandes rasgos, dos tendencias que parecieran contradictorias,pero que se refuerzan mutuamente. Por un lado, se asumen connaturalidad identidades múltiples; los símbolos y las pertenencias varían, adquiriendoun cariz ecléctico. Por otro lado se fortalecen significados y sentidosidentitarios unitarios, cerrados -encapsulados podríamos decir-, que dificultan,cuando no imposibilitan, la relación con los otros; sin embargo, estas formasde agregación, lejos de ser de una vez y para siempre, se caracterizan por suinestabilidad. Más que con identidades de largo plazo nos encontramos con unasuperpoblación de grupalidades inestables, que anudan de diferentes modos alas y los jóvenes, pero cuya temporalidad se rige por el corto plazo.26Rossana Reguillo (2000) señala que en este contexto adquiere relevancia lapregunta por los diversos modos en que las juventudes asumen la ciudadanía,donde la definición de la misma no se detiene en actos jurídicos sino que seexperimenta como el derecho a la igualdad en la afirmación de la diferencia.En su trabajo, la antropóloga se muestra particularmente interesada en explorarsi efectivamente se configura un actor político a través de un conjunto de6 En los últimos tiempos existe un crecimiento exponencial de los estudios sobre juventud en la Argentina. Bastaaquí mencionar, a modo de ejemplo, algunos trabajos como los realizados en torno a las acciones políticas yculturales en espacios que van desde las instancias comunitarias (Vommaro, 2007), el movimiento de derechoshumanos (Bonaldi, 2006), las y los jóvenes mapuches urbanos (Kropff, 2004), así como estudios que prestanatención a las nuevas tecnologías como espacio de expresión política (Balardini, 2008; Urresti, 2008), o en torno aprácticas culturales como el rock chabón, la cumbia o la murga (Chaves, 2005; Semán, 2006).


Instituto Nacional de la Juventudprácticas culturales. Para la autora, el sentido de tales prácticas no se agota enuna lógica de mercado sino que hombres y mujeres jóvenes repolitizan la políticadesde fuera, sirviéndose para ello de los propios símbolos de la llamadasociedad de consumo 7 .En tiempos recientes, otros estudios leyeron los escenarios donde se desplieganlas sensibilidades juveniles y han hecho hincapié en la necesidad de pensarlos rasgos específicos que asume la cultura política juvenil. Por ejemplo,Aguilera (2008) discute no sólo la idea que señala el declive de la política enlas prácticas culturales de la población joven, sino también, los discursos queindican que sus nuevas modalidades de participación se encuentran restringidasa grupos minoritarios, acotada a ciertas expresiones juveniles que llamanla atención por su espectacularidad y su exotismo. En definitiva, estos trabajosiluminan aspectos poco considerados al momento de reflexionar sobre la juventud,brindando nuevos indicios para analizar las transformaciones socialesocurridas en los últimos años.La modernidad les otorgó a instituciones como el trabajo, la familia, la escuelao la política una función particular, con objetivos claros que permitían a losindividuos proyectar que su paso por ellas definiría una trayectoria específica.En contraste, la condición juvenil contemporánea debe enfrentar el nuevo sigloconviviendo con una sensación de mayor incertidumbre, donde riesgo e inseguridadaparecen como formas diferentes de gestionarla 8 . Las juventudes, asícomo deben habituarse a modos flexibles de contratación laboral y a un mundocaracterizado por la ausencia de pautas de acción estables y predeterminadas,precisan de desarrollar otras aptitudes para enfrentar la vida en común. En estecontexto, el estudio del modo en que las nuevas generaciones se vinculan conla política y lo político asoma como un escenario que permite entrever los rasgosparticulares que asumen sus acciones, propios del momento histórico queles toca transitar. El análisis de aquéllas contribuye a desmenuzar las característicasde la cultura política juvenil. El conocer las estrategias, las accionesy los temas de intervención que movilizan a las personas jóvenes permite proyectartendencias, imaginar escenarios políticos a futuro y reflexionar sobre suposibilidad de constituirse como ciudadanos y ciudadanas.La forma que asumen los vínculos sociales transmite un aprendizaje cotidianopara las y los jóvenes: al desvanecerse su corresponsabilidad en la construcciónde un mundo compartido cada cual debe diseñar su propio destino. No hay7 En ese mismo trabajo, Reguillo -ante la constatación del surgimiento de una multiplicidad de culturas juvenilessepregunta si este proceso redundará en una mayor pluralidad o en crecientes dificultades para convivir, generandodinámicas de enfrentamiento entre ellos. Lechner (2004), en su análisis de los datos de la Cuarta Encuesta Nacionalde Juventud (Chile), presenta una idea similar al señalar que mujeres y varones jóvenes defienden la libertad deelegir, pero se vuelve dificultoso compatibilizar las libertades de todos/as.8 Machado Pais distingue entre el riesgo y la inseguridad como modos distintos de enfrentar las incertidumbres.Mientras el primero incluye la perspectiva de que se produzcan determinadas amenazas pero que puedenanticiparse, teóricamente a través de alguna forma de cálculo o previsión, la inseguridad –como lo opuesto a laseguridad en tanto expresión de una condición de estabilidad o permanencia, que permite proyectar una carreraexpresa“un sentimiento de incertidumbre en relación con el futuro, con lo desconocido” (Machado Pais, 2004; 24).27


Revista Observatori o de Juvent udnadie ante quien responder, lo que implica simultáneamente que la posibilidadde recurrir a soportes institucionales se presenta como una alternativa deejercicio intermitente.3. En la escuela: inclusiones efímeras frente al desdibujamientode un horizonte de justicia universalGabriela, Nora y Cynthia no se conocen y probablemente nunca lo hagan. Sus trayectoriasrecorren itinerarios diferentes entre sí, que remiten a universos culturalesdistantes. Pese a ello, sus historias tienen varios puntos en común: cursan el mismoaño de la escuela secundaria; sus gustos son similares; viven en localidades vecinas-La Plata y Ensenada-, e, incluso, son parecidas físicamente: estatura mediana,morochas, ojos vivaces. Las vidas de las dos últimas comparten otras similitudes:estudian en escuelas que se encuentran a pocas cuadras de distancia y la mayoríade sus compañeros/as provienen de los sectores medios y altos de la sociedad platense,de familias conformadas por profesionales, comerciantes o empleados públicoscon alto nivel educativo. En contraste, las y los jóvenes que asisten a la escuelacon Gabriela proceden de barrios vecinos, principalmente de familias de sectoresmedios y bajos, muchos de hogares donde las mujeres ocupan el rol de jefas delmismo, actividades que un alto porcentaje de ellas combina con el cobro de algúntipo de plan social.A pesar de que sus biografías son disímiles las tres tienen algún tipo de vínculo quese podría caracterizar como participación política o, al menos, de involucramientoen acciones políticas: Gabriela participa en una organización social presente en subarrio; Nora forma parte del Centro de Estudiantes de su escuela, y Cynthia -quienpor las tardes asiste a una institución de la colectividad judía platense- se involucróen acciones y marchas en conmemoración del Holocausto.28El hecho de que quienes participen más activamente sean tres jóvenes mujeresobliga a un análisis particular que por la extensión de este artículo no desarrollaréaquí. Sin embargo, es preciso señalar que este hallazgo contradice las representacionesmás extendidas sobre la acción política juvenil, ya que si bien Gabriela,Nora y Cynthia participan en ámbitos que han sido tradicionalmente ocupados pormujeres se trata de espacios menos considerados por los estudios de juventud yde una temática -la participación política- que suele ser analizada desde clavesque enfatizan el lugar de los hombres 9 . Por lo general, en la difusión de imágenesde personas jóvenes protagonizando reclamos en la escena pública predominan losrostros masculinos; las movilizaciones, las marchas, los cortes de calle o ruta parecieranrequerir de la fuerza de los varones. El espacio público se constituye comoeminentemente masculino, invisibilizando el lugar de las mujeres. Por el contrario,el trabajo de campo muestra que ellas son más activas tanto en las organizacionesbarriales (que se convirtieron en un lugar protagonizado por las mujeres como ga-9 Tal como destaca Elizalde (2006) lo juvenil-masculino aparece como el ámbito privilegiado por las cienciassociales para indagar en las lógicas delictivas, los lazos de pertenencias, afinidad y sociabilidad, los consumosilegales o la conformación de identidades colectivas, pero la misma elección de dichas dimensiones tiende aprivilegiar el estudio en un ámbito con fuerte presencia de varones.


Instituto Nacional de la Juventudrantes de la reproducción familiar), los centros de estudiantes en la escuela (en partepor la transmisión de experiencias de compromiso con la educación como esfera deacción específica de las mujeres) y en las actividades de organizaciones comunitarias,en este ejemplo de la colectividad judía (el caso de Cynthia es un indicio de laimportancia del rol en tanto responsable de preservar la memoria y transmitirla enel futuro desde su lugar de madre).En base a estos hallazgos es necesario preguntarse si la participación de las mujeresjóvenes asume rasgos específicos. La decisión de involucrarse políticamente de Gabriela,Nora y Cynthia es consecuencia de una imbricación de valoraciones -algunasracionales y otras motivadas por la emoción y el afecto-, que se deben tanto a supreocupación por algunos problemas del país y de su escuela como a su socializaciónfamiliar 10 . En Geografhies of girlhood (2005), libro que compila una serie deartículos que analizan los espacios escolares liminares donde las mujeres jóvenesconstruyen un sentido del self y sus identidades de género, Adams y Betty señalanla necesidad de entender los ámbitos específicos -los territorios- en que las jóvenesconforman su mundo y considerar cómo sus cuerpos cumplen un rol importanteen dicha construcción. Las tres historias que presento conceden la oportunidad deconocer los espacios por los que ellas circulan y las prácticas juveniles asociadasa esos lugares, que son los que hacen posible ser y estar, encontrarse con otros yotras, tornarse visible ante los demás.Gabriela participa en una organización social presente en su barrio. Su relación conla organización tiene un componente azaroso y otro vinculado a su biografía: haceunos tres años acompañó a su hermana a una de las actividades y desde entoncescada vez que puede se suma a las marchas o difunde las acciones del grupo. Encontraste con estas actividades, Gabriela se negó a impulsar la conformación de unCentro de Estudiantes en su escuela. En su caso, la figura que hace posible su visibilidadpública no es la participación en dicho espacio sino su lugar como activistapolítica barrial. Por tanto, si pretende posicionarse desde otro lugar y alzar la voz 11es menester rechazar la propuesta bienintencionada de sus docentes para continuarsiendo reconocida como la piquetera 12 , término que si bien es usado como insulto-como una marca estigmatizante por algunos/as de sus compañeros/as- le permitesituarse de igual a igual en la arena pública. Para Gabriela participar de instanciascomo una marcha contra el CEAMSE (empresa encargada de la administración delos residuos que cuenta con una planta depuradora en Ensenada), así como de otras10 En la Argentina, el lugar de las mujeres en la esfera pública logró notoriedad a partir de la experiencia delos organismos de Derechos Humanos. De acuerdo a Elizabeth Jelin (2003), desde los inicios del movimiento dederechos humanos la presencia de mujeres le imprimió a los reclamos una lógica del afecto más que una lógicapolítica ya que su compromiso no provenía de convencimientos ideológicos explícitos o de estrategias en la luchacontra la dictadura. El objetivo era más privado y personal –recuperar a sus hijos- que público.2911 La distinción entre salida, voz y lealtad fue propuesta por Albert Hirschman en su clásico trabajo. Rosanvallon(2008) traduce lealtad como indiferencia aprobadora, concepto que podría aplicarse al caso que presento.12 Los piquetes como forma de protesta surgieron en la Argentina durante la década del noventa y entre surepertorio de acciones privilegian los cortes de ruta y de calles. Por esos años se conformaron una serie demovimientos (auto) denominados piqueteros de características heterogéneas pero que como rasgo común utilizansimilar forma de acción, Sus integrantes son denominados, y en algunos casos buscan identificarse, comopiqueteros/as.


Revista Observatori o de Juvent udactividades en las que quizá se encuentren con algún docente de su escuela la posicionaante sus profesores/as desde un plano de mayor reciprocidad al compartir lamisma demanda, rompiendo la jerarquía docente-alumno/a que organiza el espaciointraescolar.Por su parte, la historia de Nora asoma como expresión de un síntoma de la ambigüedadcon la que la política se inscribe en la experiencia escolar juvenil. La instituciónen la que estudia cuenta con una rica tradición de compromiso político devarias de sus generaciones de egresados/as -homenajeados de múltiples maneras-,e incluso con una alta participación política de sus docentes. Sin embargo, de manerasimultánea, las autoridades sostienen implícitamente una negación de los modosde participación política de sus actuales estudiantes, fundada en el temor a losconflictos que pudieran producirse. Mientras en el discurso público la participaciónen política es valorada como característica de quienes transitan por esta institución,solapadamente tiene lugar una jerarquización de la misma, que la resitúa como ámbitoprivilegiado de actuación de las personas adultas.El cuestionamiento por parte del mundo adulto del perfil conflictivo de quienes participanen el Centro de Estudiantes, redunda en una desvalorización de la políticaque deslegitima sus funciones. Esta oposición no se manifiesta abiertamente sinoque se hace a partir de la construcción de un estereotipo negativo –compartido poralgunos/as docentes, pero también por muchos de los compañeros y las compañerasde Nora- del perfil de alumno/a que participa en él. De acuerdo a estas miradas, elespacio del Centro de Estudiantes conjuga una serie de atributos negativos, en tantoes un destino de los “hippies”, “los zurdos” o “los mugrosos”. Para quienes allí participanel Centro asume la forma de un espacio de identificación política, pero tambiénde un lugar en el que las y los jóvenes que se acercan buscan identificarse con losestilos señalados –transformando un marcador social que para las personas adultases negativo en otro positivo-. Para ellas y ellos la política se estructura a partir dela empatía con algunos/as considerados/as similares, reafirmando la pertenencia aun nosotros; no obstante, se torna más difícil la posibilidad de construir demandascolectivas de justicia compartidas por quienes lucen otras estéticas juveniles 13 .30Finalmente, Cynthia, al igual que Gabriela, porta un marcador social –en su caso laidentificación como judía- que posee dos implicancias. En primer lugar, la creenciade que por esta razón va a ser siempre discriminada 14 . En segundo lugar, tal percepciónla lleva a reforzar el vínculo con lo más próximo: su familia y los/as compañeros/asen la organización comunitaria. La discriminación de la que fue y es objetocotidianamente por su condición judía provoca una ruptura extraescolar, es decir,la construcción de un nosotros-ellos en el espacio público sin restringirse al ámbitoescuela. Sin embargo, la ruptura, lejos de implicar sólo exclusión, es la condición13 En el caso de los reclamos protagonizados por las y los jóvenes se puede apreciar las dificultades queentraña la definición de una noción de ciudadanía que incorpore como trama central el “enfoque de derechos”,el posicionamiento de los/as receptores reconociéndolos como titulares de derechos que a la vez generanobligaciones al Estado y no como beneficiarios/as. Derechos que no son individuales sino que se obtienen por lapertenencia a un grupo social (Arcidiácono, 2008).14 En un apartado de la entrevista Cynthia decía: “Creo que siempre a un judío lo van a discriminar. No entiendo.Nunca entendí por qué siempre a los judíos o por qué a los gitanos, que siempre les pasó lo mismo”.


Instituto Nacional de la Juventudpara la acción en tanto facilita/promueve la identificación con un grupo identitario-en el sentido que le otorga Gutmann (2008)- y es la expresión de una asociaciónpolítica de personas que se identifican o son identificadas por otros/as con uno omás marcadores sociales.4. Sobre los agravios y las posibilidades de usar la voz: graffitis,reclamos por mediación y usos del tiempo escolarMás allá de las historias que presento, durante el tiempo que realicé el trabajo decampo en las escuelas de la jurisdicción Gran La Plata fueron pocos los casos departicipación juvenil. Las actitudes juveniles hacia la política parecían inscribirseen una concepción que valorizaba los derechos individuales, que en los hechosprovocaba que las injusticias del mundo cotidiano se percibieran de manera crecientementepersonalizada. No se trataba de que no existieran reclamos, sino másbien de la presencia de episodios de participación intimista, es decir, vinculada algrupo de referencia, amigos/as y familiares cercanos, antes que a grandes epopeyascolectivas.En las escuelas de la modalidad técnica fue posible constatar la existencia de unadisyunción entre el tiempo en el aula y el tiempo que mujeres y varones jóvenespasaban en los talleres. Si bien era habitual que en las entrevistas surgieran quejaspor la precariedad estructural del establecimiento, el aula se organizaba ratificandola asimetría entre las personas adultas y jóvenes, ya que los/as docentes actuabancomo nexo entre los/as alumnos/as y las autoridades. Por otra parte, el tiempodel taller se hallaba impregnado de las lógicas laborales. En dichos momentos, auncuando la jerarquía docente-alumno/a no era eclipsada, se encontraba matizadapor la relación entre quien transmite un oficio y su aprendiz, ambos trabajadores/as. La rigidez disciplinaria que parece persistir en este tipo de escuelas sólo puedeentenderse, y quizá también sólo pueda ser soportable para los/as estudiantes, sise la piensa inscripta en un conjunto más amplio de reglas y vínculos; como partede un conjunto de obligaciones mutuas que se establecen en el mundo laboral, quecombina la necesidad de obediencia a quien supervisa con la confianza construidaen tanto compañeros/as. Cuando le pregunté al director de una de estas institucionescómo se imaginaba al alumnado en el futuro respondió: “Como compañerosde trabajo”. Más allá de si esta afirmación será o no confirmada en el tiempo, suspalabras inscriben a la ciudadanía en la esfera de lo social y al mundo del trabajocomo el espacio que garantiza la igualdad, aspecto emblemático del modo en queamplios contingentes significaron a la condición de ciudadano/a 15 .En otros establecimientos la reivindicación sobre un aspecto educativo expresabade manera solapada el reclamo por necesidades económicas más acuciantes. Porejemplo, en una de las escuelas las y los jóvenes habían realizado un corte de callefrente al establecimiento para protestar por la imposición, por parte las autorida-3115 Tal como lo destaca Jelin (1996), para los sectores populares y amplias capas de la población la ciudadanía seexpresaba en referencia a los derechos sociales que no igualaban a todos pero brindaban garantías igualitariasde justicia.


Revista Observatori o de Juvent uddes provinciales, de una prueba integradora que debían rendir correctamente paraaprobar el ciclo lectivo. Si bien la acción no logró un acompañamiento masivo delestudiantado, las paredes del frente de la institución conservan un graffiti comoexpresión del recuerdo de una gesta y como un mensaje cotidiano para la institución:“No a la integradora ni a las vainillas los jueves” 16 . En una institución con unfuerte control sobre el comportamiento del estudiantado el graffiti da voz a quienespermanecen rígidos/as y callados/as en la escuela; la trasgresión se produceen la entrada de la misma, pero con la pretensión de subvertir el orden dentro deella. El reclamo se había originado por la prueba, pero brindaba la posibilidad deelevar una queja –hasta entonces vedada- respecto de la comida que recibíandurante el desayuno; aspecto que para las y los jóvenes era tan o más importanteque la cuestión académica.Por último, en la escuela a la que asiste Gabriela ocurrió un acontecimiento paradojico.Tal como comenté más arriba, los/as docentes buscaron promover laformación de un Centro de Estudiantes, pero su propuesta no encontró el eco esperadoen sus alumnos/as. Sin embargo, durante el trabajo de campo asistí a unhecho que permite contraponer dos modos de intervención pública y de formaciónde la ciudadanía juvenil. Las y los jóvenes solicitaron al personal docente poder veren las horas libres, cuando faltaba algún profesor/a, películas que les interesaran.Como consecuencia, las autoridades de la escuela organizaron un cine debate paraproyectar la película requerida, actividad a la que concurrieron cientos de alumnos/asy varios/as docentes.Los sucesos ocurridos en la escuela de Punta Lara enseñan un caso fallido de conformaciónde Centro de Estudiantes y, de un modo simultáneo, el interés -y el éxito-del grupo de estudiantes en decidir cómo organizar el tiempo escolar. Mujeresy varones jóvenes transformaron ese tiempo escolar, convertido en autocoacción-esa coacción ejercida, a decir de Elías (1989), por un tiempo exterior que se imponeal individuo como una obligación-, en el intento por liberarse de la regulaciónque toleran en la institución, buscando reapropiarse de ese tiempo, reorientándolode acuerdo a sus intereses. Esta acción les otorga mayor autonomía y sensaciónde afirmación del self que la conformación de un Centro de Estudiantes modeladode acuerdo a los intereses de las personas adultas.5. Algunas conclusiones32Las historias de Gabriela, Nora y Cynthia; el graffiti en la puerta de una escuela; losintentos fallidos por conformar un Centro de Estudiantes; los reclamos por mediación;o la posibilidad de incidir en el modo en que se organiza el tiempo escolar:todo ello muestra las mutaciones en la forma como las juventudes contemporáneasasumen su condición de ciudadanas/os.16 En esta escuela se distribuye el desayuno a media mañana, de allí la queja por las vainillas (un tipo de galletas)de los días jueves.


Instituto Nacional de la JuventudEn un trabajo recientemente editado, Butler y Spivak (2008) retoman varias de lasideas desarrolladas por Arendt para repensar qué contiene el Estado en tiemposde migraciones que vuelven sus fronteras más fluidas. Las autoras destacan quea la vez que las minorías nacionales están bajo el control del poder estatal, ellasse convierten en apátridas: son recibidas por sus nuevos territorios, pero lo sonprecisamente con la condición de no pertenencia al conjunto de las obligacionesy prerrogativas jurídicas estipuladas por la ciudadanía o “en todo caso, solamentediferencial y selectivamente” (Butler y Spivak; 2008: 6).Las acciones protagonizadas por las personas jóvenes en sus escuelas nos muestrancambios en el modo en que se vinculan con la política, la participación y la ciudadanía-y en este aspecto su estudio permite dar cuenta de las posibilidades conlas que cuentan-; pero, de manera simultánea, muestran los límites que enfrentany el acceso diferencial y selectivo e intermitente y efímero a la ciudadanía. Frenteal debilitamiento de los mecanismos de integración social tradicionales, hombresy mujeres jóvenes recrean lazos de corresponsabilidad que asumen un carácterselectivo. En una sociedad habituada a pensar la ciudadanía emparentándola a lanacionalidad, las prácticas juveniles nos hablan, a la vez, de la importancia de laproximidad biográfica y territorial y de las dificultades para la construcción de unhorizonte común de justicia.Las juventudes de este tiempo ya no cuentan con certezas en sus intentos de participaciónpolítica, pero precisamente sus modos de involucramiento en la vida encomún desnudan uno de los componentes decisivos de la práctica democrática: laincertidumbre (Lefort, 1990). Tal como nos enseña la historia, las generaciones enfrentaroncon éxito dispar las incertidumbres de su época, pero siempre lo intentaron.33


Revista Observatori o de Juvent udBibliografíaADAMS, N. y BETTIS, P. (2005) Geographies of girlhood. Identities in-between. New Jersey:Lawrence Erlbaum Associates.AGUILERA, O. (2008) Movidas, movilizaciones y movimientos. Cultura política y Políticade las Culturas juveniles en el Chile de hoy. Tesis doctoral, UAM, Barcelona, inédita.ARCIDIACONO, P. (2008) “Políticas sociales con perspectiva de derechos. La agendapendiente en Argentina”. En: Revista Aportes Andinos, N° 21 “Derechos Humanos yPolíticas Públicas”. Ecuador: Universidad Andina Simón Bolívar.BALARDINI, S. (2008) “De deejays, floggers y ciberchabones: subjetividades juveniles ytecnocultura”. En: BENTID, R.; HAHN, M. Y MIRANDA, A. (comp.) Los jóvenes y el futuro.Buenos Aires: Prometeo.BONALDI, P. (2006) “Hijos de desaparecidos. Entre la construcción de la política y laconstrucción de la memoria”. En: JELIN, E. y SEMPOL, D. (Comp.) El pasado en el futuro:los movimientos juveniles. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editora Iberoamericana,Social Science Research Council.BUTLER, J. y SPIVAK, G. (2007) Who sings the Nation-State? New York: Seagull Books.CHAVES, M. (2005) Los espacios urbanos de jóvenes en La Plata. Tesis de doctorado,Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP, Inédita.ELÍAS, N. (1998) Sobre o tempo. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor.ELIZALDE, S. (2003) “Intervenciones desde el género. Participación y empoderamientoentre mujeres jóvenes de sectores populares”. En: Serie Políticas Sociales, Nº 74,octubre. Santiago de Chile: CEPAL.ELIZALDE, S. (2006) “El androcentrismo en los estudios de juventud: efectos ideológicosy aperturas posibles”. En: Revista Última Década, Nº 25, diciembre. Valparaíso:CIDPA.34GUTMANN, A. (2008) La identidad en democracia. Buenos Aires: Katz Editores.JELÍN, E. (2003) The family in Argentina: modernity, economic crisis, and politics, BuenosAires, IDES, Paper de discusión.------------- (1996). “La matriz cultural argentina, el peronismo y la cotidianidad”.En: Vida cotidiana y control institucional en la Argentina de los ‘90. Buenos Aires: Ed.Nuevo Hacer.


Instituto Nacional de la JuventudKESSLER, G. (2004) Sociología del delito amateur. Buenos Aires: Ed. Paidós.KROPFF, L. (2004) “, jóvenes mapuches urbanos”. En: Revista Kairos, Nº 14.San Luis: Universidad Nacional de San Luis. Disponible: http://www.fices.unsl.edu.arLECHNER, N. (2004) “Cultura juvenil y desarrollo humano”. En: Revista de Estudios Jóvenes,Número 20, enero-junio. México D.F.: Instituto Mexicano de la Juventud.LEFORT, C. (1990) La invención democrática. Buenos Aires: Nueva Visión.MACHADO PAIS, J. (2007) Chollos, chapuzas, changas. Jóvenes, trabajo precario y futuro.Barcelona: Anthropos.MARSHALL, T.H. y BOTTOMORE, T. (1998) Ciudadanía y clase social. Buenos Aires:Losada.O´DONNELL, G. (2004) “¿Y a mí qué mierda me importa”. En: Contrapuntos. BuenosAires: Paidos.REGUILLO CRUZ, R. (2000) Estrategias del desencanto. La emergencia de culturas juvenilesen Latinoamérica. Buenos Aires: Ed. Norma.ROSANVALLON, P. (2008) La contrademocracia. La política en la era de la desconfianza.Buenos Aires: Paidós.SEMAN, P. (2006) Bajo continuo. Exploraciones descentradas sobre cultura popular ymasiva. Ed. Gorla: Buenos Aires.SMULOVITZ, C. (2002) “The discovery of the Law. Political Consequences in the ArgentineExperience”. En: BRIAN, B. y DEZALAY, Y. (eds.) Global Prescriptions. The Production,Exportation, and Importation of a New Legal Orthodoxy. Michigan: The Universityof Michigan Press.URRESTI, M. (2008) Ciberculturas juveniles. Buenos Aires: Ed. La Crujía.VOMMARO, P. (2007) “Dos experiencias de organización social en Quilmes analizadasdesde el protagonismo juvenil: las tomas de tierras y los asentamientos de 1981 y elMTD de Solano”. I Reunión Nacional de Investigadores/as en Juventud, UNLP, La Plata.35


36Revista Observatori o de Juvent ud


Instituto Nacional de la Juventud<strong>JUVENTUD</strong>, CIUDADANÍA Y GÉNERO:Las nuevas configuraciones de lo político en laexperiencia de mujeres jóvenes feministas chilenas 1Katerin Barrales Guzmán,Lic. Antropología Social, Universidad de Chile. 2ResumenEn el actual escenario de lo que se ha comprendido como “nuevos movimientossociales” y “nuevas configuraciones de lo político”, este artículo intenta revisar preliminarmentela experiencia organizativa de un grupo de mujeres jóvenes feministasque ha tenido una presencia importante en el movimiento feminista chileno durantelos últimos cinco años, de la cual la autora también forma parte. Explora las distintasdimensiones que construyen su identidad como colectivo, en la que los conceptos degénero y generación son gravitantes; al mismo tiempo, expone las interpelacioneséticas y culturales que perfilan el particular posicionamiento político de dicho colectivo:como una práctica creativa que contraviene el tradicional y estrecho ejerciciode ciudadanía.Palabras clave: mujeres jóvenes, feministas, identidades genéricas.AbstractIn the present escenary of the new social movement and the new political configura-tions, this article try to explore the organizations behaviors in a group of the youngfeminists woman, who have had a very important partipation in the chilean feministmovement in the last five years. The article explore the diferents directions which buildtheir identity like a colective, which the concept of gender and generation are very im-portant. At the same time tella about the ethical and culture questions that draw theirparticular political position like a creative practice which is opposite to the traditionaland narrow citizenship practice.Key Words: young woman, feminists, gender identities.371 En este artículo no pretendemos abarcar ni representar la experiencia del conjunto de las mujeres jóveneschilenas que adscriban al pensamiento feminista. Las interpretaciones que acá se observan involucran la particularexperiencia personal de la autora en base a su pertenencia a la organización ex-Coordinadora de FeministasJóvenes, actualmente Circo Feminista, conformada por una diversidad de mujeres feministas que comparten unproyecto político feminista y una misma identidad generacional en el Chile postdictadura. Además, incorpora elanálisis cualitativo de entrevistas hechas a feministas jóvenes que han participado de las Escuelas de Líderes dela Fundación IDEAS, en el marco del Estudio de Valoración Social realizado el año 2008 (Astorga, M.; Barrales, K.)2 Estudiante Magíster en Gestión y Políticas Públicas, Universidad de Chile. kabarguz@gmail.com


Revista Observatori o de Juvent ud1. IntroducciónEn la literatura especializada sobre juventud, tanto mundial como nacional, se hahecho tradicional que los estudios sociales que analizan la participación política y laciudadanía juvenil introduzcan la temática con la sentencia que señala el crecienteproceso de desafección política por parte de las y los jóvenes, respecto a los grandesconglomerados partidistas que monopolizan la política institucional. En nuestropaís, la última Encuesta Nacional de la Juventud (INJUV, 2007) muestra de maneracontundente el proceso de desafección política que aleja a las personas jóvenes delas estructuras tradicionales del sistema político institucional.Sin embargo, el conocido proceso de “desafección política” involucra una doble faz.La otra cara es la creciente participación de mujeres y hombres jóvenes en nuevosmovimientos sociales (Melucci, 1989), culturales y de defensa de ideales, en organizacioneslocales y de voluntariado.A nuestro entender, existen muchísimas claves para interpretar estas nuevas formasde comprender el ejercicio de la ciudadanía por parte de la población juvenil, cuyadescripción escapa a las posibilidades de este artículo. Sin embargo, tales configuracionessugieren la emergencia de nuevos referentes políticos que convocan a laparticipación de las personas jóvenes bajo nuevos formatos de expresión y ejerciciode la ciudadanía juvenil. Todo ello nos sitúa en la exigencia de repensar los alcancesde “lo político” en el ejercicio de la ciudadanía de los y las jóvenes, en la construcciónde sus identidades y colectividades políticas.Este artículo explora en clave interpretativa “las nuevas configuraciones de lo político”que cobran relevancia en la experiencia organizativa de un grupo de mujeresjóvenes chilenas, cuyo referente ideológico es el feminismo y en cuya práctica confierennuevos sentidos a la acción colectiva de un movimiento que reclama plenavigencia en el Chile actual.2. Las nuevas configuraciones de lo político38Como se trata de un análisis preliminar, no pretendemos ser exhaustivas en lasdimensiones que nos permiten hablar de las nuevas configuraciones de lo políticoen el marco del ejercicio de la ciudadanía juvenil. Nuestra observación releva arbitrariamentealgunos elementos que resultan pertinentes para el análisis sociológicoen torno al ejercicio de la ciudadanía juvenil de un grupo particular: mujeres jóvenesfeministas chilenas.Ser joven en época de transformacionesSin duda el contexto político y cultural en el que actualmente se vive la particularexperiencia de juventud involucra nuevas significaciones en la configuración de horizonteséticos y prácticas políticas. Hoy, la experiencia social y política sitúa a lasjuventudes en medio de la consolidación del paradigma de los derechos humanos


Instituto Nacional de la Juventudcomo el horizonte ético que consagra el principio de igualdad entre las personas. Sibien en el Chile actual falta mucho para hablar de una verdadera consolidación, sonlas personas jóvenes de la última década -más que ninguna otra generación- quieneshan tenido la fortuna de ser socializadas en mayor medida bajo este principioético de la igualdad. Ello articula fuertemente sus potencialidades para jugar un rolactivo en la construcción de una sociedad más democrática, que persiga la justiciasocial y económica, que respete la diversidad y que promueva la tolerancia.Por otro lado, las transformaciones socioculturales y económicas de las últimasdécadas en nuestro país han coincidido -y se retroalimentan- con la emergencia denuevos movimientos sociales (Ruggiero, 2001), cuya apuesta se dirige a la plena realizaciónde los individuos sin ningún tipo de discriminación, a la ampliación de la democracia,la justicia social y el desarrollo económico sostenible. Dicha apuesta tienesu expresión en nuevas y novedosas formas de articulación política y de accionescolectivas, muchas de las cuales desafían algunas formas tradicionales de hacer política,al proponer nuevas temáticas, nuevas reflexiones, nuevas articulaciones y nuevasformas de involucramiento con lo social y político (Astorga y Barrales, 2008). Entodas ellas destaca un fuerte componente personal y subjetivo por parte de las y losjóvenes. A nuestro entender, se configura un nuevo escenario de participación en laque lo personal e íntimo son cuestiones clave para entender dicho involucramiento.En concreto, vivir la juventud en la última década permitiría tener más alternativasen la construcción de la identidad de las personas jóvenes en tanto sujetos. Dichaidentidad se ha construido con mayor independencia de los ordenamientos culturalesy de las ideologías políticas de lo que lo hicieron nuestros padres y abuelos. Todoaquello ha abierto una fisura en lo que respecta a la participación social y política dehombres y mujeres, en la que la ciudadanía se expresa de las más diversas formas,de manera congruente a los intereses, pero que tienen en común la predilecciónpor la asociatividad y la conformación de redes, la sociabilidad y la confianza entrepares. Las y los jóvenes valoran fuertemente el ejercicio colectivo de los liderazgosy la horizontalidad en la toma de decisiones, ya sea como una estrategia de fortalecimientode las organizaciones o para no desgastar a las personas por exceso deresponsabilidades. Asimismo, en el ámbito de los ordenamientos de género si biensiguen existiendo hegemonías, sobre todo en lo que respecta a las identidades degénero, también ha tenido lugar una pequeña fisura en la que se asoman la voluntadpor construir relaciones de género más igualitarias y por desafiar los roles de géneroexcluyentes propios del modelo rígido de ser hombre o ser mujer.3. Narrativas de Género, Feminismo y Juventud en las definicionesidentitarias de las mujeres jóvenes feministas chilenas39La construcción de colectividades políticas que reivindican una identidad genéricaen nuestro país no es un fenómeno nuevo. La historia reciente de nuestra vida republicanaha mostrado el modo en que distintos grupos de mujeres han colectivizadosus demandas, particularmente en la lucha por el reconocimiento de sus derechospolíticos. Esta realidad es parte de procesos sociales de alcance mundial, conocida


Revista Observatori o de Juvent udcomo la primera ola del feminismo, cuya centralidad fue la lucha por el derechode las mujeres a la ciudadanía plena. Evidentemente las expresiones nacionales deestas demandas estuvieron modeladas por las circunstancias históricas y políticasde la época, pero tienen en común ser aspectos poco conocidos en la historiografíatradicional (Castillo, 2005). En efecto, se conoce muy poco de la temprana expresiónde un movimiento sufragista en Chile 3 ; de los movimientos de mujeres obrerascomandados por Belén de Sárraga a principios del siglo pasado; de la creación, en1922, del “Partido Cívico Femenino”; y, en 1924, del “Partido Demócrata Femenino”.Todas estas colectividades compartían la preocupación por mejorar la condición dela mujer, en diversas dimensiones de la vida social.Las condiciones sociales y de género que experimentan las mujeres en la actualidadclaramente distan mucho de aquellas del pasado reciente. Más aún, es evidente elavance que han experimentado las mujeres entre generaciones consecutivas; pero,entonces ¿significa ello que las desigualdades han desaparecido? Ciertamente queno, y es precisamente la visibilización de las desigualdades de género que persistenlo que moviliza la acción política de las mujeres jóvenes feministas chilenas.Nuestro interés no es volcarnos sobre el análisis de las desigualdades de género queaún subsisten, sino más bien explicitar que, en una época de grandes transformacionessociales en curso, el concepto de “género” no sólo emerge como categoríaanalítica, sino también como eje articulador de la identidad política de las jóvenesfeministas.En este sentido, este grupo de mujeres jóvenes feministas adscriben a una identidadgenérica en tanto mujeres, pero no de un modo esencialista, sino que entendida demanera estratégica en la medida en que busca a través de la reflexión y acción políticavisibilizar un orden de género patriarcal, vociferar aquello que parece no existir:las desigualdades de género, sumando en ese intento a más mujeres que compartanesta visión. La identidad genérica deviene así en estrategia política, la de mujeresjóvenes feministas que se resisten a ser juzgadas por los ordenamientos tradicionalesdel ser mujer y que apuestan a una construcción como sujetos políticos por fuerade cualquier intento de categorización.40Además de la identidad genérica, en este colectivo existe un posicionamiento desdeel feminismo en cuanto campo de acción para la transformación social de las relacionesde género propias de un sistema patriarcal que limita la autonomía de lasmujeres como sujetos políticos y sociales; se asumen como parte de un movimientosocial de larga data (COORDINADORA DE FEMINISTAS JÓVENES, 2005), cuya actuaciónha posibilitado el avance sostenido de los derechos de las mujeres y del cual senutre para dar nuevos bríos a la acción política feminista.3 “…Un grupo de mujeres de San Felipe en una fría mañana de mayo de 1875 irrumpieron en las oficinas electoralesde su distrito con el manifiesto propósito de inscribirse en el registro nacional de electores y hacer así efectivo suderecho a voto en la elección presidencial que se aproximaba. Amparadas en la universalidad de los derechos yaferradas al artículo 7° de la Constitución de 1833, este grupo de mujeres exigía su inclusión al orden de lo públicohaciendo suyos, avant la lettre, el principio de igualdad…” (Castillo, 2005: 28).


Instituto Nacional de la JuventudPor cierto, otra de las dimensiones gravitantes en la identidad colectiva de mujeresfeministas es el ser jóvenes, que como identidad transicional deviene principalmenteen el autorreconocimiento de ser parte de una generación específica que compartela experiencia de “estar siendo” jóvenes en el Chile transicional de la posdictadura(COORDINADORA DE FEMINISTAS JÓVENES, 2005).Ahora bien, una de las dimensiones más relevantes a la hora de analizar la génesisde esta experiencia organizativa dice relación con los vínculos, las tensionesy las dinámicas intergeneracionales suscitadas a propósito de su emergencia enel contexto de un movimiento social de larga data. Sin duda, las implicancias denombrarse jóvenes, al interior de un movimiento feminista liderado por mujeresque no comparten formalmente dicha identidad, interpela las identidades subjetivasde cada quien cuestionando la naturaleza transicional de las identidades juveniles.Nuevamente, en contra de los esencialismos, desde este posicionamiento se entiendea las juventud/es como una construcción cultural que alude a una generación enconstrucción, que suscita el interés de las más diversas fuerzas sociales, en estecaso del movimiento feminista en general, en tanto metáfora del continuum o transformacióndel orden social. Los y las jóvenes en este contexto son concebidos comocentro de los procesos de cambio y continuidad que caracterizan a todo colectivosocial (Aguilera, 2008).Aun cuando esta organización ha construido una historia o narrativa sobre los procesosvividos en el transcurso de su existencia como tal, a nuestro particular modo decomprender los procesos sociales, no es posible sostener taxativamente una fechaen la cual situar sus orígenes. Sin embargo, como antecedente a la emergencia formalde la Coordinadora de Feministas Jóvenes es destacable un evento realizado afines del año 2003 por un pequeño grupo de mujeres jóvenes feministas que, bajo elpatrocinio de la Escuela de Mujeres Jóvenes Líderes de la Fundación IDEAS, organizóen la localidad de “El Manzano” el Primer “Encuentro Intergeneracional de Formaciónen Feminismo”. El interés de aquel evento era propiciar un espacio de encuentro eintercambio de experiencias entre mujeres feministas de distintas generaciones,tendiente a la inclusión de las mujeres jóvenes en las redes de organizaciones defeministas activas y en las acciones de las mismas. La sensación de aquellas mujeresjóvenes, que se definían como feministas, era la ausencia de una apertura delmovimiento hacia la incorporación de mujeres jóvenes.En un documento de sistematización de esta experiencia se señala: “También queríamosconocer de manera introductoria las distintas corrientes teóricas del Feminismopara responder a la necesidad emergente de autodefinición dentro de algunacorriente feminista, buscábamos consolidar una identidad feminista consciente einformada. Podríamos decir que la columna vertebral del Encuentro Intergeneracionaltenía que ver con generar una instancia de reflexión y conocimiento de laexperiencia vivida por el movimiento de mujeres en Chile, y que ello constituyera unenriquecimiento para nuestras acciones futuras”. 4414 Manuscritos personales, diciembre 2003.


Revista Observatori o de Juvent udA la luz de estos años de militancia en el movimiento feminista, nos sorprende queeste encuentro intergeneracional se estuviese realizando exactamente en la mismaépoca en que se publicaba un estudio sobre el movimiento feminista en Chile (Ríos,Godoy y Guerrero, 2003), cuyas conclusiones sostienen que si bien existen actuacionesimportantes de feministas de nuevas generaciones, el movimiento más bienpresenta una homogeneidad generacional caracterizada por el predominio de lasmujeres mayores. Este mismo estudio propone que el movimiento feminista chilenono se encuentra en un “nuevo silencio”, como el que describiera Julieta Kirkwood enlos ochenta, sino que a propósito de la postdictadura se ha reconstruido y reformuladoproducto de la interacción de las fuerzas estructurales (cambio en las estructurasde oportunidades políticas), de las cambiantes dinámicas internas y de las decisionesestratégicas de las propias feministas. Esta concepción implica reconocer unadiversidad de mujeres y organizaciones de distinto tipo -sus acciones y eventos-, asícomo también, las ideas y los discursos que transitan entre estos actores en dichasesferas en tanto parte del movimiento social (Ibídem: 16).Desde esta interpretación del movimiento feminista nació la experiencia organizativade este colectivo de mujeres jóvenes feministas, cuya narrativa subraya sucondición de movimiento autónomo, no dependiente de ningún partido político uorganización no gubernamental; aun cuando se declara como un grupo de izquierda,se señala el celo con el que resguardaría su independencia y la convicción por crearun espacio horizontal, donde se respetasen las ideas, su expresión y su confrontaciónhonesta como una forma superior a los tradicionales mecanismos de toma dedecisiones que delegan la responsabilidad en un grupo dirigente. En este grupo nacíaun pacto de construcción colectiva, un pacto entre mujeres jóvenes feministas quecomprenden al feminismo no como una identidad única y homogénea, sino como uncampo de acción (Ríos, Godoy y Guerrero, 2003), en el cual se posicionan de un modoparticular y creativo.La densidad vital de la juventud42Al decir de Marcela Lagarde 5 , antropóloga feminista, la juventud es una etapa caracterizadapor una fuerte carga de experiencias, descubrimientos, expectativas, deseos,cuestionamientos y sueños que están en constante proceso de cambio y construcción,en donde lo central para quienes son jóvenes es la realización personal, la búsqueday la construcción de una identidad individual y colectiva. Es por ello que se refiere ala juventud como una etapa densa en el ciclo vital. Es comparable a la sensación dequererlo todo y quererlo ya. Es en este sentido que se puede comprender la intensaactividad social que tienen las y los jóvenes con sus grupos de pares. La Coordinadorade Jóvenes Feministas, actualmente Circo Feminista, en el transcurso de los primerostres años de acción política realizó un sinnúmero de actividades, entre las que destacan:su participación en el Encuentro Nacional Feminista realizado en el año 2005 yen el Décimo Encuentro Feminista Latinoamericano en Brasil, también en 2005. Asimismo,una importante experiencia fue los “Diálogos sobre Aborto”, a partir de la cualse asoció con otros referentes sociales jóvenes. La intensa actuación que ha tenido5 Entrevista realizada por Gabriela Cob y Fernando Francia. s/r.


Instituto Nacional de la Juventudla organización en los últimos años le permitió alcanzar una importante visibilidad yreconocimiento al interior del movimiento feminista.Las afinidades y los vínculos de amistadUna de las dimensiones más importantes de las nuevas configuraciones de lo políticoes el reconocimiento de las afinidades y los vínculos de amistad como catalizadorde la acción política. En el caso del colectivo de mujeres jóvenes feministas, seconstata que en el transcurrir de las conversaciones van evidenciando las afinidadesentre las jóvenes, en sus dimensiones sociales, políticas y también en términos deintereses más particulares (Astorga y Barrales, 2008). Estas afinidades tienen uncomponente fuertemente prerreflexivo, cuestión natural a las relaciones humanas.Así, en el espacio que genera la reflexión y la acción política, las motivaciones y laspreocupaciones de las jóvenes militantes emergen como comunes en el compartir loíntimo y lo privado, conformándose una comunidad de pares que comparten ciertosvalores e ideales y que construyen una trayectoria común. Por cierto, también hayespacio para el disenso y para la confrontación de ideas.La amistad que se gesta en la acción política de las jóvenes feministas es unaamistad creadora, una complicidad creadora, ya que ha propiciado la construcciónde redes con más personas y proyectos específicos; aquello se da en el proceso delhacer político.Las Identidades de Género: tensiones y trasgresionesLa construcción de la identidad individual es una de las dimensiones más importantesa la hora de analizar la experiencia de ser joven y el ejercicio de la ciudadanía. El procesode individuación y construcción de la identidad de las personas involucra a lossujetos en un proceso psicológico, social y cultural de identificación con un grupo depares o referentes significativos. Se trata de la construcción del sentimiento de pertenenciaa un grupo, a una identidad o a una definición existencial de los individuos ycomo tal está mediado por los contextos culturales, por la edad y por el género.Como antes dijimos, las transformaciones socioculturales de las últimas décadas,especialmente en el plano de las identidades genéricas, tensiona los modelos tradicionales,abriendo pequeñas fisuras en las que pueden construirse identidades másautónomas respecto de los ordenamientos de género. Es así que, en lo que refiere a lasparticipantes del Circo Feminista, el contexto de transformaciones las posiciona en unescenario propicio para la trasgresión del tradicional modelo de identidad femenina yla búsqueda de relaciones más igualitarias y satisfactorias.43No obstante, en este proceso de construcción identitaria y de trasgresión de roles -quecoincide con la adolescencia y con la juventud- surgen contradicciones, conflictos conlas personas mayores y fuertes cuestionamientos a la rigidez de los modelos preexistentesy tradicionales. Con ello, se abre un espacio crítico y más autónomo para llenarde sentido la identidad genérica. Es ahí donde se yergue la construcción de identidadesde mujeres feministas.


Revista Observatori o de Juvent udLa apuesta por la Equidad en las Relaciones de GéneroSe suele indicar que en las últimas décadas las relaciones de género han cambiadomás de lo que lo habían hecho en todo el siglo anterior. Quizá la profundidad de lastransformaciones de género pueda ser puesta en duda, pero lo que no podemos dejarde reconocer es que esta década ha dejado entrever con mayor evidencia las tensionesy los conflictos que se suscitan en las relaciones entre los géneros a propósito de ladesigualdad de poder, del marcado autoritarismo y de la violencia que las caracteriza.Es en este contexto que el orden de género es criticado por las jóvenes feministas, porsu rigidez y por las desigualdades que provoca entre hombres y mujeres. Es tambiénconfrontado al proyecto de vida propio, en cuyo proceso se critican las formas enque el género se socializa; los roles que se han asignado a hombres y a mujeres; laconstrucción hegemónica de la masculinidad y la feminidad; las formas aceptadas deejercer la sexualidad; y, más tardíamente, los modelos de cómo ser madre o padre y lasformas de hacer y ser familia.Habremos de convenir que la equidad de género es uno de los grandes consensosalcanzados en materia de derechos humanos en un mundo que se globaliza. Es unanoción que fija una dirección al quehacer de diferentes actores sociales e institucionaleshacia el logro de la ampliación de los derechos -en igual magnitud e intensidadpara hombres y para mujeres-, asumiendo por cierto la particularidad de derechos quegozarán unos y otras en razón de su diferencia sexual. Es decir, la equidad asume lasdiferencias sexuales, pero no a riesgo de transformase en desigualdad.En lo que respecta a las jóvenes feministas, se observa que el valor de la equidad degénero va mucho más allá de ser sólo un discurso o una simple declaración de principios.Existe un involucramiento muy personal e íntimo con la equidad, cuestión queya se ha dejado ver en la voluntad por incorporar cambios en sus propias relacionespersonales, con el objetivo de conseguir relaciones más justas.Muy vinculado a lo anterior, se debe destacar que entre este colectivo existe un amplioreconocimiento en torno a que, para avanzar en las transformaciones culturales, enorden a que las relaciones de género evolucionen hacia relaciones más satisfactoriasy justas se requiere la participación tanto de hombres como de mujeres. En estemarco, la generación de instancias de reflexión con hombres es uno de los actualesdesafíos de las mujeres jóvenes feministas.444. A modo de conclusión: lo personal también es políticoHasta el momento hemos querido expresar cómo las jóvenes feministas intentan llevara la práctica personal y cotidiana los valores que promueven: equidad de género,no violencia, justicia social, etc. Esta actitud se observa como un ejercicio constanteen muchas de las jóvenes, por medio del cual intentan traspasar los límites de lomeramente discursivo para ejercer en lo privado aquello por lo que luchan políticamente;en otras palabras: lo privado también es político.


Instituto Nacional de la JuventudEsta visión más amplia y alternativa de lo político se yergue como una crítica a lapredilección que ha tenido la política por lo “público”, con lo cual deja fuera ámbitosde acción relevantes para los individuos a la familia o a la sexualidad, por ejemplo,dejando éstas y otras dimensiones sólo en el espacio de lo privado. Ahora bien, lacrítica a la exclusión de lo privado del orden de lo político no es nueva. Durante losochenta, las feministas y mujeres organizadas en nuestro país impugnaron a lospoderes dictatoriales de la época, “Democracia en el País y en la Casa”. Con ello dirigíanuna tenaz crítica cultural al consignar “lo privado” también como un ámbito deacción de lo político. Este es el sentir de las jóvenes feministas chilenas. De lo cualqueda mucho por conocer y analizar.BibliografíaASTORGA. M. y BARRALES. K. (2008) Estudio de Valoración de las Escuela de JóvenesLíderes de la Fundación IDEAS. Estudio sin publicar.AGUILERA, O. (2008) “Políticas de Culturas Juveniles y Ciudadanías; Desafíos para laSociedad Chilena en el Bicentenario. En: Revista Observatorio de Juventud, InstitutoNacional de la Juventud. Año 5, número 20, Diciembre 2008. Santiago, Chile: InstitutoNacional de la Juventud.CASTILLO, A. (2005) La república masculina y la promesa igualitaria. Santiago, Chile:Editorial Palinodia.COORDINADORA DE FEMINISTAS JÓVENES (2005) Definiciones Identitarias. Manuscritoscolectivos de la organización.LAGARDE, M. (s/r) Entrevista realizada por Gabriela Cob y Fernando Francia.RÍOS, M.; Godoy, L.; Guerrero, E. (2003). ¿Un nuevo silencio Feminista? La transformaciónde un movimiento social en el Chile posdictadura. Santiago, Chile: CEM.RUGGIERO, V. (2001), Movements in the City: Conflict in the European Metropolis, NewYork: Prentice Hall. Traducción libre al Español de Jean Pierre Cara (sin publicar).Instituto Nacional de la Juventud –INJUV- (2007). Quinta Encuesta Nacional de Juventud.Santiago, Chile: INJUV.45MELUCCI, A. (1989). Nomads of the Present. Social Movements and Individual Nerds inContemporary Society. Londres: Hutchinson.


46Revista Observatori o de Juvent ud


Instituto Nacional de la JuventudLa resignificación imaginario-social de laetnicidad como componente de participaciónciudadana y política en las y los jóvenesindígenas en la ciudad de Santiago de Chile 1Andrea Aravena Reyes, Dra. © en Antropología (EHESS-París) 2ResumenEn primer lugar, en este trabajo se analiza la manera como se manifiesta la etnicidaden los niveles micro, meso y macrosocial; específicamente, en la recomposiciónde la identidad étnica mapuche urbana de mujeres y varones jóvenes indígenas de laciudad de Santiago, transformándose en un componente de participación ciudadanay política. En segundo lugar, se describe el dispositivo conforme al cual el imaginariosocial dominante respecto de la otredad o alteridad indígena inferiorizada setransforma en un imaginario social positivo, en tensión con el imaginario radical, alromper con la heteronomía imaginaria social inicial.Palabras Clave: Chile, pueblos indígenas, mapuche, identidad étnica, memoria colectiva,imaginarios sociales.AbstractIn the first place, this article analyses the way that ethnicity manifested in the micro,meso and macro social levels; specifically, in the recomposition of the mapuche urbanethnic identity from indigenous young people of the city of Santiago, transforminginto a component of citizenship and political participation. Secondly, it describes themechanism under which the dominant social imaginary over indigenous alterity orotherness marginalized becomes a positive social imaginary, in tension with the radi-cal imaginary, on having broken with the initial social imaginary heteronomy.Key Words: Chile, indigenous peoples, mapuche, ethnic identity, collective memory,social imaginaries.471 Trabajo desarrollado a partir de las tesis de magíster (1996) y de doctorado © de la autora (2008), así comotambién del proyecto Fondecyt 1071090 «Imaginarios Sociales del Otro en el Chile Contemporáneo: La mujer, elindígena y el inmigrante (2007-2009)», del cual es coinvestigadora. El mismo ha sido presentado en el 53 er CongresoInternacional de Americanistas Los pueblos americanos: cambios y continuidades. La construcción de lo propio enun mundo globalizado, dentro del Simposio titulado “Juventudes Indígenas Latinoamericanas. Identidades, cambiosy continuidades de lo que sabemos, nuevos problemas y perspectivas de estudio” (Ciudad de México, 19 al 24 dejulio, 2009).2 Docente Dpto. de Sociología y Antropología, Universidad de Concepción, Chile. andrea.aravena@udec.cl


Revista Observatori o de Juvent udIntroducciónComo lo hemos desarrollado en diversas publicaciones sobre una misma investigacióncon personas mapuches urbanas en la ciudad de Santiago (Aravena, 2008, 2005a, 2005b,2003a; 2003b, 2002) 3 , la identidad étnica puede ser observada y analizada al menosen tres niveles, los cuales tienen implicaciones significativas en ciertas condiciones, asaber: el nivel microsocial o individual; el nivel mesosocial o grupal; y, el nivel macrosocial.Tal y como ha sido demostrado en dichos trabajos, a nivel individual, la etnicidadcorresponde al sentimiento de pertenencia que experimenta un individuo respecto de undeterminado grupo étnico (Poutignat et Streiff-Fenart, 1995); a nivel grupal, la etnicidadcorresponde principalmente a la movilización étnica y a la acción colectiva de carácterétnico (Barth, 1976); y, a nivel macrosocial o estructural, la etnicidad se ve involucradapor el conjunto de determinantes estructurales de naturaleza social, económica y políticaque moldean las identidades étnicas (Bourdieu, 1987; Díaz-Polanco, 1987).La mayoría de los estudios que se han hecho sobre personas indígenas urbanas -Chileno está ajeno a esta tendencia- destacan los efectos devastadores y desestructuradores,en términos identitarios, de los procesos migratorios contemporáneos. Especial impactotienen los mismos en la población indígena joven y adulto joven, pues es esta poblaciónla que enfrenta directamente la migración. Numerosos estudios destacan, respecto delas causas y las consecuencias de la migración sobre personas de origen Mapuche,Aymara y Rapanui -por citar a las más estudiadas en el caso de Chile-, el choque deidentidades que se produce con la migración al aparecer como un obstáculo para laadaptación de cada migrante, generando lo que hemos llamado “conflicto identitario”(Aravena, 2004). Aquél, para tener éxito o simplemente para sobreponerse a la situaciónde discriminación que enfrenta en la ciudad, se ve impulsado a esconder o negar suidentidad indígena asimilándose a la sociedad urbana dominante.La discriminación inicial que experimenta el y la joven inmigrante mapuche en la ciudad-e inclusive los y las jóvenes hijos e hijas de inmigrante-, asociada a su origen étnico,constituye la variable central en el proceso de reconstrucción identitaria. Ella se expresaa través de una acción colectiva que comienza por una relación estrecha con la familia ylos/as antepasados/as y deviene en una participación activa en asociaciones indígenas.Lo que hemos denominado la “etnicidad negativa” (Aravena, 2004) se transforma en una“etnicidad positiva”, que implica una “afirmación identitaria” a partir de la experienciacolectiva de las y los jóvenes migrantes mapuches y de quienes residen en la ciudad.48El paso de una etnicidad “negativa” a una identidad étnica “positiva” se daría, en el casode la población joven mapuche en Santiago, en virtud de construcciones socio- imaginariasen pugna. En lo que respecta a la “etnicidad negativa”, ella corresponde a unaconstrucción socioimaginaria dominante que estigmatiza e inferioriza a los pueblosindígenas; mientras que la “etnicidad positiva” se da cuando, en ruptura con la primera,opera una reivindicación socioimaginaria subordinada capaz de construir un imaginariosocial positivo.3 Las diferentes publicaciones hacen referencia a distintos medios de difusión de trabajos o ensayos similares,sobre diversos aspectos de una misma investigación y respecto de los cuales se pueden apreciar correcciones yactualizaciones.


Instituto Nacional de la JuventudEntenderemos por imaginarios sociales (Castoriadis, 1975) lo que, de acuerdo a lapropuesta (en construcción) de Pintos, se ha significado como “aquellos esquemasconstruidos socialmente que nos permiten percibir como real lo que en cadasistema social se considere realidad, explicarlo e intervenir en ello (…) (2000).Así, los imaginarios sociales estructuran en cada instante la experiencia social yengendran tanto comportamientos como imágenes ‘reales’ (…) Lo que sea creíblecomo función de la plausibilidad no se define por la aportación de argumentosante un público con capacidad de discusión sino por la construcción/desconstrucciónde determinados instrumentos de percepción de la realidad social construidacomo realmente existente” (Pintos, 1994) 4 .La experiencia de la etnicidad a nivel microsocialSer indígena y ser portador/a de una identidad étnica indígena reviste una dimensiónlargamente subjetiva: se trata de un sentimiento, de la conciencia depertenencia que sienten los individuos respecto del grupo étnico, así como dela manera en que en último término se identifican los individuos a sí mismos yel modo en que son identificados por los otros (Barth, 1976). Así, el proceso dediferenciación de las personas indígenas y de los/as mapuches de los/as noindígenas y no mapuches se da en un contexto de relaciones desiguales (Balandier,1967, en Aravena, 1999). Como ha sido recientemente trabajado para el casoindígena en Chile (Baeza, Aravena y Urrutia, Fondecyt 107090; Aravena y Dresden,2008), en estas relaciones desiguales diferencias étnicas y diferencias socialesse acercan las unas a las otras: el imaginario social dominante del otro indígenaen Chile se construye a partir de etnodiferencias y sociodiferencias respecto dela población nacional de origen europeo.Por lo general, en el proceso de inserción social, el individuo de origen o ascendenciamapuche residente en Santiago debe esconder o negar su identidadmapuche asimilándose a la sociedad urbana dominante, en un contexto que hemosdenominado de “conflicto étnico” (Aravena, 2004). El mismo se origina en elmarco de un imaginario social dominante desvalorizante, cargado de prejuiciosy estigmas, que conduce a estos individuos a asumir una postura de defensa yde movilización de su identidad como una manera de escapar a la situación dedisonancia en la que se encuentran. El y la joven mapuche citadina viven una experienciaasociada a un proceso de adaptación cultural, cuyos resultados en términosidentitarios son ya sea la negación identitaria producto del conflicto identitario,o la afirmación identitaria resultado de la superación de ese conflicto;pareciera que las diferentes formas de interacción social -como la participación494 El propio autor se inspira en Ledrut, Raymond “Société réelle et société imaginaire”, en Cahiers Internationauxde Sociologie, 82 (1987) 45. El mismo sugiere además: Balandier, G. (1985) Le détour. Pouvoir et modernité, Paris:Fayard, 271 p.; Castoriadis, C. (1975) L’institution imaginaire de la société, Paris : Seuil, 505 p.; Francastel, P. (1965) Laréalité figurative, Paris: Denoël/Gonthier; Védrine, H. (1990) Les grandes conceptions de l’imaginaire de Platon à Sarteet Lacan, Paris : Livre de Poche, 160 p.; Kearney, R. (1988) The Wake of Imagination. Ideas of creativity in Westernculture, London, Hutchinson, 467 p.; Kamper, D. (1990) Zur Geschichte der Einbildungskraft, Reinbek: Rowohlt, 302 p.;y, Kamper, D. (1986) Zur Soziologie der Imagination, München: Carl Hanser, 216 p.


Revista Observatori o de Juvent uden organizaciones- constituyen los medios más eficaces para que esta identidad, inicialmentenegada o escondida, pueda ser afirmada (Thual, 1998, en Aravena, 2004). 5Las dificultades para sobreponerse a la condición de inmigrante o las dificultades parasobrellevar el peso del origen étnico estigmatizado, resultado del racismo que sientenlas personas residentes mapuches urbanas, conlleva consecuentemente esta suerte denegación de la identidad como mecanismo de adaptación a la vida citadina, al menosen una primera instancia. La experiencia de la “etnicidad negativa” se asocia a sentimientosde rencor, de rabia, de depresión, de subvaloración y de sufrimiento de partede quien enfrenta su vida cotidiana desde una identidad que percibe como subvaloraday despreciada (Aravena, 2004).Así, además de la experiencia personal de enfrentar el rechazo y la estigmatización, las ylos jóvenes mapuches urbanos comparten una experiencia colectiva de discriminación,en el sentido de advertir que siempre son clasificadas/os en un lugar secundario, entanto se acercan al estereotipo instituido por el imaginario social dominante. En estaetapa de la “etnicidad negativa”, y cuando hay toma de conciencia que el rechazo y ladiscriminación no sólo operan en mi contra sino en contra de todo mi grupo, se observala búsqueda de apoyo colectivo: primeramente en la familia y luego en la comunidad, através de pares que han vivido el mismo tipo de experiencias.En ese momento suele comenzar una acción colectiva que puede llevar a una participaciónorganizacional importante, especialmente entre los segmentos más jóvenes dela población. En este estadio la “etnicidad negativa” se transforma en una “etnicidadpositiva”, donde la adscripción identitaria es valorizada en lo personal y grupalmentecomo útil, notablemente a partir de una acción colectiva (Aravena, 2004). Cuando hayconflicto identitario, en efecto, un grupo determinado actúa en nombre de la defensa desu identidad con la certeza de encontrarse amenazado de dominación o de desaparición,lo que conlleva su movilización completa, de tal manera que ha sido demostrado quelos conflictos identitarios dan paso a procesos de reconstrucción de la identidad étnica(Thual, 1998: 329-336, en Aravena, 2004).50En relación a la construcción de esta realidad, Juan-Luis Pintos ha subrayado la necesidadde “reflexionar sobre lo que está sucediendo”, pues “lo que nos está sucediendo ya no sesatisface con el discurso de las ‘crisis’ (económica, política, cultural, religiosa, moral, etc.)”,toda vez que al decir del autor, “somos conscientes de que tenemos que reelaborar losconceptos básicos de nuestra percepción/construcción de lo que denominamos realidad”(Pintos, 1994, 2000). Así es como en las y los jóvenes mapuches en Santiago, opera unaconstrucción de realidad positiva allí donde se experimentaba una “etnicidad negativa”.5 Esta etnicidad, que instrumentalmente hemos llamado “etnicidad negativa”, se expresa más o menos así:Nosotros sabíamos que había muchos mapuches en Santiago, y los salíamos a buscar (...) Íbamos a la búsquedade los mapuches en la ciudad. Partíamos al cerro Welen, a la Alameda, a la Estación Central, y les preguntábamosa todos los que tenían cara de mapuches si eran mapuches, pero la mayoría nos respondía que no sabían lo queera eso (...) cuando no les preguntábamos directamente si eran mapuches, les preguntábamos que de dónde eran, ynos respondían al tiro ¿por qué?, así, con mucha agresividad. (...) Pero nosotros sabíamos que Santiago estaba llenode mapuches (…) (Estas y todas las citas de entrevistas en que se basa una buena parte de este artículo tienen suorigen en nuestro trabajo etnográfico con personas mapuches inmigrantes y residentes en Santiago, realizadas enel contexto de nuestra tesis de magíster y de doctorado. Las mismas han sido publicadas en extenso en: Aravena,2001, 2008).


Instituto Nacional de la JuventudAhora bien, en relación a este proceso que hemos denominado como un proceso deconversión a la identidad mapuche positiva (Aravena, 2004) quisiéramos plantear que,en términos relacionales, lo que ocurre es en realidad un proceso de resignificaciónimaginario-social de la etnicidad, que permite un reencuentro con la propia identidad apartir de una valorización de la misma, como imaginario social subalterno. Opera aquíun cambio en el imaginario social de la identidad étnica indígena que pone en cuestiónel imaginario radical. Este cuestionamiento no solamente transforma el imaginario negativoen uno positivo, sino que lo hace por medio de una reelaboración de la maneraen que se construye la realidad. Esta transformación se expresa a través del sentimientode ser aceptado/a como mapuche, con la consecuente actitud crítica y de rechazo de larelación alter-ego estigmatizada descrita con anterioridad y del imaginario social dominanteconstruido por la sociedad. En el nuevo imaginario social mapuche reivindicado,la aceptación de la propia identidad conlleva una suerte de idealización de la vida encomunidad, de los/as antepasados/as, y un deseo de reproducir la cultura de la comunidadcon el objeto de que esta cultura y esta identidad sean difundidas y reconocidas; loanterior se hace a partir de un complejo proceso de actualización de la “memoria individual”y de la memoria colectiva en el seno de la organización mapuche urbana, muchasde ellas vinculadas al quehacer estudiantil o a los hogares indígenas. Así, pareciera queluego de un período en el que la identidad étnica fue relegada, escondida, negada uolvidada, aparece con gran ímpetu y fuerza (Aravena, 2004). 6La experiencia colectiva de la etnicidadLa familia como cuadro socialComo para la mayoría de los pueblos indígenas, para el pueblo mapuche el núcleo fundamentalde su sociedad es justamente la familia y es a través de los lazos de familia quelos individuos se sienten ligados a su identidad. Ello no podría ser diferente en el caso delos y las jóvenes. En ese sentido, en el caso de este estudio, la relación con la etnicidades ante todo una relación de consanguinidad. Esta crea una identidad y un sentimientode adscripción identitaria incontestables. 7En la memoria de estas familias, y especialmente a través de las personas adultas, seencuentra la transmisión de un saber propiamente mapuche a los y las niñas y jóvenesque hace referencia a un saber tradicional. En este saber transmitido en el marco socialde la familia hay primeramente una relación hacia los/as antepasados/as y las fuerzasde la naturaleza, que hace que las personas jóvenes mapuches se sientan diferentes a lasno mapuches, especialmente a los/as chilenos/as. La familia es la fuente de transmisiónde este saber, de la lengua, de las prácticas y de las costumbres (Aravena, 2008, 2001).En las invocaciones individuales a los recuerdos de familia siempre está presente unadimensión colectiva, en el sentido en que los individuos se ven a sí mismos como parte516 “Mi identidad estaba dormida”, “me desperté de un largo sueño”; “Es como si alguien me hubiese despertado, yme hubiese dicho, escucha, ese es tu lugar, esta es tu gente y debes luchar por ellos (...)”. (Aravena, 2008, 2001).7 “Mi nombre es (…) mapuche por el lado de mi padre y por el lado de mi madre”; “Mis padres eran los dos Mapuchesy según mis ancestros, somos todos mapuches, siempre fuimos mapuches, no tenemos sangre huinca (…) Yo soymapuche por lado y lado” .(Aravena, 2008, 2001).


Revista Observatori o de Juvent udde un todo que traspasa a la familia misma y se extiende al grupo social. Ellas y ellosno hablan solamente de sus recuerdos privados, sino de recuerdos personales que soncolectivos, aplicables al grupo en su conjunto porque se trata de recuerdos compartidos.Aquí se manifiesta la existencia de un conjunto de lazos que unen a los miembros de unamisma familia y de un grupo, a pesar de la distancia que pueda existir entre sus miembros.A decir verdad, los recuerdos de familia se desarrollan, como en tantos otros campos,en la conciencia de diversos miembros del grupo de pertenencia primario: cuandoestán cerca los unos de los otros y en mayor medida cuando la vida los separa, cada unode ellos se recuerda, a su manera, del pasado familiar y comunitario común (Halbwachs,1994 [1925]: 146); y en este proceso de recordar, se reconstruyen dichos lazos y se actualizanlos vínculos de forma permanente. Estos recuerdos de familia serían memoriascompartidas por los diferentes integrantes de la familia y, entonces, en la evocación dela memoria de la familia, mujeres y varones jóvenes mapuches en la ciudad tejen un verdaderolazo o vínculo con la historia mapuche y con su propia identidad (Aravena, 1999).Las organizaciones mapuches urbanas como lugares de construcciónidentitaria y políticaLa constitución de redes de relaciones sociales entre los/as mapuches citadinos/asrepresenta, por un lado, un medio de organización social y de defensa política frente alos problemas de integración a los medios urbanos; por otro, se constituye en un lugarde actualización de la memoria mapuche. En tal medida, como lo hemos observado desdehace más de una década, constituye tanto una estrategia de adaptación a la ciudadcomo un lugar de recomposición identitaria; están dirigidas principalmente a la reconstrucciónde la cultura frente al principal problema de las personas residentes mapuches:la pérdida de la cultura y la dispersión de la población (Aravena, 2003a, 2003b, 2002,2000, 1999, 1995).52De los diferentes tipos de organizaciones indígenas urbanas destacan, especialmente,las Asociaciones Mapuches Urbanas constituidas con arreglo a la Ley Indígena, tanto porel gran número existente como por sus posibilidades de interacción con los serviciosdel Estado. Algunas de ellas son asociaciones juveniles o agrupaciones de personas jóvenesde los hogares indígenas y mapuches que se encuentran en las distintas ciudadesde Chile donde hay estudiantes mapuches; las principales se localizan en las ciudadesde Santiago, Temuco y Concepción. Estas organizaciones constituyen el lugar más importantede reconstrucción y de proyección identitaria de los y las jóvenes mapuchesque reivindican su identidad. Como ha sido subrayado, “un grupo no es solamente unconjunto de individuos en interacción, sino fundamentalmente una institución portadorade valores, de normas y de reglas que estructuran la percepción, los sentimientos ylos comportamientos de sus miembros” (Lipianski, 1992, in Costalat-Founeau, 1997: 12).Estas organizaciones actúan como un espacio o cuadro donde se vive y se ejercita unacomunidad urbana. En efecto, las organizaciones mapuches, como grupos de referencia,pueden ser entendidas como verdaderos cuadros sociales de la identidad y de lamemoria mapuche. La vida organizacional desarrolla así una dinámica de produccióny de reproducción de la identidad mapuche, facilitando mecanismos de proyección yde identificación, así como de recreación de esta identidad a partir de adaptaciones al


Instituto Nacional de la Juventudcontexto urbano y de experiencias vividas en el grupo. En esta “comunidad urbana” sereproduce la idea del grupo como lugar de apropiación simbólica de la identidad colectiva.Costalat-Founeau ha subrayado la importancia del grupo como un “Espacio de pertenencia(…) generador de mecanismos identitarios, a través del funcionamiento de redesde comunicación y de diferentes roles respecto de los que cada individuo que pertenecese siente verdaderamente investido o susceptible de investir” (Costalat-Founeau, 1997: 97,en Aravena, 2008, 2000, 1999).Al principio dijimos que a nivel grupal la etnicidad correspondía a la movilización étnicay a la acción colectiva de tipo étnica. Continuando con esta idea, podemos sostener quelas organizaciones en las que participa la juventud mapuche en las ciudades son verdaderoslugares donde la etnicidad mapuche adquiere una existencia social. En la organizaciónmapuche cristaliza el sentimiento de identificación de cada individuo al grupo,en una identidad étnica colectiva, contribuyendo así a la creación del grupo étnico delos/as mapuches urbanos/as, que en trabajos anteriores hemos también llamado los/asmapuche-warriache en Santiago (Aravena, 2002, 1999).La memoria colectiva religiosa: el rol de la religión en la recomposiciónidentitariaEn la práctica religiosa ejercida en los medios urbanos encontramos también una especialforma de afirmación de la identidad mapuche mediante un afianzamiento en lascreencias religiosas tradicionales, las que no obstante sufrir modificaciones están lejosde haber desaparecido.De manera análoga a la forma precedente -de la organización-, en el espacio de lareligiosidad nos encontramos ante un grupo étnico en un medio urbano que buscajustamente reforzar su etnicidad a través de la conservación de sus prácticas religiosas,tal vez como el elemento más distintivo de su etnicidad. El ejemplo máscaracterístico de ello lo observamos en las ceremonias del nguillatún y en la celebracióndel we tripantu (Aravena, 2000, 1999, 1995). En la primera práctica se articulala memoria colectiva como un conjunto de rasgos y características que se buscareproducir. En estas ceremonias se puede, como dice Halbwachs apelando a la memoriacolectiva, “no necesariamente reconstruir el pasado, pero reconstruirlo a partirde mi visión de mundo presente” (Halbwachs, 1994: 329). En la celebración del wetripantu advertimos la reivindicación de una fiesta mapuche de la cual hasta hacepoco tiempo sólo teníamos información por los etnohistoriadores y los cronistas.Sin embargo, hoy es usada como un estandarte de reivindicación por el movimientomapuche urbano. A través de estas ceremonias rituales, especialmente por mediodel nguillatún, se movilizan diferentes dimensiones de la identidad y de la religiónmapuche, como son: la dimensión colectiva o comunitaria, desde la cual se definenlas fronteras étnicas de los/as mapuches urbanos/as; la dimensión cultural, quepermite asimilar un conjunto de saberes y de tradiciones; la dimensión ética o moral,mediante la cual se representan los valores y las normas del comportamientomapuche; y, finalmente, la dimensión emocional, a partir de la que se actualiza elsentimiento de pertenencia grupal (Aravena, 2000, 1999, 1995).53


Revista Observatori o de Juvent udEstos ritos estarían cumpliendo la función de devolver a los individuos el equilibriointerno y externo que se rompió con la negación de su identidad producto del racismoy el rechazo que experimentan por parte de la comunidad urbana. 8 En este caso, el ritoademás sacraliza el paso de la identidad negativa de que hablábamos antes, a la identidadpositiva. Este proceso ha sido descrito a su vez como el paso a la identidad mapucheurbana propiamente tal o mapuche-warriache (Aravena, 2003a, 2003b, 2002).La etnicidad a nivel estructuralEn Chile, desde hace más de una década, se observa la existencia de condiciones políticasque han favorecido la afirmación de la adscripción étnica, especialmente implementadasluego de un largo período de absoluta negación. Como consecuencia se handesarrollado diferentes estrategias de apoyo a la difusión de la identidad mapuche enlos medios urbanos y para el desarrollo de los mismos, desde los programas implementadospor la CONADI a las iniciativas desplegadas desde el Ministerio de Planificación através del programa Orígenes. Dichas políticas pueden ser consideradas como uno de losdeterminantes estructurales más importantes de la etnicidad mapuche urbana.Solo recordemos que antes del año 1994, en que las personas mapuches urbanas sondefinidas como un grupo objeto de los programas y subsidios de CONADI, no existíadocumento oficial del Estado de Chile en que se reconociera la existencia de indígenasurbanos como tales (CONADI, 2000: 11). Sin embargo, ahora se puede afirmar a esterespecto el carácter performativo de esta Ley en la materia, pues ésta ha sido de sumaimportancia en el fortalecimiento de la identidad mapuche urbana. A su vez, las personasbeneficiarias de dicha política han encontrado en la movilización de su etnicidaduna herramienta para atraer recursos gubernamentales y privados de diversa índole. Loanterior, a través de un proceso de institucionalización de su adscripción identitaria yde su asociatividad que, en el marco de la Ley Indígena, les permite optar a programassubsidiarios, ya sea para el fortalecimiento de la identidad (concursos) o para compensarsituaciones de discriminación (becas, subsidio a la microempresa, etc.). 954Sin duda, estamos en presencia de una aproximación instrumental y opcional de pertenenciaétnica, que es usada con fines estratégicos y situacionales por los actores involucrados,de manera consciente o inconsciente. También, se ha favorecido una suerte de“empoderamiento” de los actores indígenas en instancias de toma de decisiones locales,comunales y regionales ajenas a sus sistemas de organización tradicional, pero que favorecensu participación política y su capacidad de intervención en las políticas ciudadanas.8 “Volví a nacer”; “ Mientras que bailaba el purrun y giraba en torno a ese rewe en medio de la cancha de footballdel barrio donde siempre había vivido, iba sintiendo mi reconexión con el pasado mapuche, mi vínculo con todo mipueblo y me acordé de dónde yo venía”.9 “Desde el año 1995, comencé a acercarme a los mapuches (…) escuché hablar de la CONADI y decidí acercarme (…)Nunca había practicado la lengua (...) Ahora me siento orgullosa cuando me visto con mis vestimentas mapuches (...)Ahora que participo en el movimiento siento un orgullo que nunca había sentido”. (Aravena, 2008, 2001).


Instituto Nacional de la JuventudConclusionesEn el primer nivel del análisis explicamos en detalle la importancia de la identidad étnicapara el individuo y el hecho de que la etnicidad mapuche correspondiera, en parte,a un proceso de identificación individual al pueblo mapuche. A nivel colectivo, ante lapérdida del referente identitario en la ciudad, se observa una reorganización de la unidadétnica, en función de nuevas estrategias y esquemas. Estas operan a nivel familiar,organizacional y religioso y tienen por objeto mantener presente la relación con la tierrade origen y con la historia, permitiendo la persistencia de la identidad étnica de los/asinmigrantes y de los/as descendientes de inmigrantes. También, a nivel estructural, esposible encontrar un conjunto de variables determinantes de la “etnicidad negativa” delas personas mapuches urbanas: las condiciones sociales, la división social del trabajo,las condiciones económicas y las condiciones políticas, que en conjunto configuran unimaginario social dominante acerca de lo indígena. Ello viene a confirmar que, en ciertoscasos, la etnicidad no es únicamente una cuestión de elección individual y subjetiva, sinotambién una obligación relativa a la que deben enfrentarse los individuos clasificados, aveces contra su propio deseo, en una categoría étnica determinada. Igualmente, existencondiciones políticas que determinan positivamente la adscripción identitaria, favoreciendola emergencia de una etnicidad mapuche urbana propiamente hablando, dondeencontramos principalmente el rol del Estado, de los/as investigadores/as y de las ONG.En conjunto, todas estas instituciones colaboran en la emergencia de un discurso étnicoen los medios urbanos que reivindica y afirma la existencia de una identidad mapucheurbana, en circunstancias que hace unas décadas dicha identidad no era reclamada.En segundo lugar, vimos la manera en que -en las circunstancias reseñadas- la relaciónimaginaria social en la cual ego (dominante) construye un imaginario social inferiorizadosobre alter (el otro indígena), alter entra en ruptura con dicho imaginario, rompiendolas estructuras de ajustes del imaginario social dominante. Como ha sido planteado porCastoriadis (1975), todas las sociedades construyen sus propios imaginarios sociales, queserían más o menos sus sistemas de representaciones sociales. Así, como sistema oposibilidades de significaciones imaginarias sociales, los imaginarios sociales estructuran,regulan y orientan la acción de quienes integran esa sociedad sin que por ellono estén afectos a cambios y rupturas. En la relación de alter-ego imaginaria socialinstituida, respecto de los pueblos indígenas y las personas mapuches en Santiago, egoha construido un imaginario negativo, el que ha sido “instituido” por la sociedad comoimaginario social dominante. Respecto del mismo que es vivido de manera negativa poralter (las y los jóvenes mapuches migrantes o hijos e hijas de migrantes enfrentados asu etnicidad) -como hemos visto en este trabajo-, bajo ciertas condiciones de realidadplausible, alter construye una realidad socioimaginaria distinta (instituyente), impulsandola transformación social del primero. En palabras de Castoriadis, diríamos aquí que laforma nueva emerge -viviente instituyente- a partir de la realidad existente. La célebreexpresión se hace fuego con la madera encontrada: nos orientaría en torno a la rupturaque en estos y estas jóvenes mapuches opera respecto del imaginario social instituidosobre las personas mapuches, la cual se daría en el sentido nuevo que ellos/as le confierena lo que han heredado como imaginario social dominante, utilizando lo negativoy convirtiéndolo en positivo.55


Revista Observatori o de Juvent udBibliografíaARAVENA, A. (2008) Mapuches en Santiago: Memorias de Inmigrantes y Residentes.Un ejercicio de Antropología Implicada sobre Indígenas Urbanos. Concepción, Chile:Ediciones Escaparate. (Versión mimeografiada: Aravena, 2001).------------------ (2004 [2003]) “El rol de las memorias individuales y de la memoriacolectiva en la conversión identitaria de los mapuches en Santiago”. En: RevistaEstudios Atacameños, Número 26, octubre, pp. 89-96. San Pedro de Atacama, Chile:Universidad Católica del Norte.------------------ (2003a) “Los Mapuche-Warriache: procesos migratorios contemporáneose identidad mapuche urbana (versión corregida y aumentada)”. En: AMÉRICAINDÍGENA, Volumen LIX, Número 4, oct.-dic., pp-162-188. México, D. F.: Organizaciónde los Estados Americanos, Instituto Indigenista Interamericano.------------------ (2003b), noviembre. “Los Mapuche-Warriache: Procesos migratorioscontemporáneos e identidad mapuche urbana en el siglo XXI (versión resumida)”. En:Actas IV Congreso Chileno de Antropología, noviembre. Santiago, Chile.------------------ (2002) “Los Mapuche-Warriache: Procesos migratorios contemporáneose identidad mapuche urbana”. En: BOCCARA, G. (editor). Colonización, resistenciay mestizaje en las Américas. Lima-Quito: Instituto Francés de Estudios Andinos/Abya-Yala.------------------ (2001) Mapuches en Santiago: Memorias de Inmigrantes y Residentes.Santiago, Chile: Biblioteca de Antropología Universidad de Chile (Versión mimeografiada).------------------ (2000) “La identidad indígena en los medios urbanos: una reflexiónteórica a partir de los actuales procesos de recomposición de la identidad étnicamapuche en la ciudad de Santiago”. En: BOCCARA, G. y GALINDO, S. (editores). LógicaMestiza en América. Temuco, Chile: Instituto de Estudios Indígenas de la Universidadde la Frontera.56------------------ (1999) “La identidad indígena en los medios urbanos: una reflexiónteórica a partir de los actuales procesos de recomposición de la identidad étnicamapuche en la ciudad de Santiago (versión resumida)”. En: Actas del Tercer CongresoChileno de Antropología, octubre, Temuco, Chile.------------------ (1995) “Desarrollo y Procesos Identitarios en el Mundo Indígena Urbano”.En: Enfoques en Atención Primaria, Volumen 9, Número 1, pp. 6-10. Santiago,Chile: PAESMI; y, en: INSTITUTO DE ESTUDIOS INDÍGENAS. Tierra, territorio y desarrolloindígena. Temuco, Chile: Universidad de la Frontera.------------------ y Dresden, D. (2008) Ponencia Pre-Alas, Concepción, Chile.


Instituto Nacional de la Juventud------------------, Baeza, M.A. y Urrutia, M. Proyecto Fondecyt 1071090: “ImaginariosSociales del Otro en el Chile Contemporáneo: La mujer, el indígena y el inmigrante(2007-2009)”. Chile.BALANDIER, G. (1967) Anthropologie Politique. París: PUF.BARTH, F. (1976 [1969]). “Introducción”. En: Los grupos étnicos y sus fronteras. La organizaciónsocial de las diferencias culturales. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.BOURDIEU, P. (1987) Choses dites. París: Les Editions de Minuit.CASTORIADIS, C. (1975) L’institution imaginaire de la société. París: Seuil.Corporación Nacional de Desarrollo Indígena -CONADI- (2000). Memoria de la Oficinade Asuntos Indígenas de Santiago, 1994-1999: Construyendo de la mano con la diversidad.Santiago, Chile: CONADI.COSTALAT-FOUNEAU, A. (1997). Identité sociale et dynamique représentationnelle. Rennes,Francia: PUR.DÍAZ POLANCO, H. (1987). Etnia, Nación y Política. México, D.F.: Juan Pablos Editor.FARON, L. (1997 [1964]), Antüpaiñamko, Moral y Ritual Mapuche. Santiago, Chile: EdicionesMundo [Buenos Aires: Editorial Nuevo Extremo].Halbwachs, M. (1994 [1925]) Les cadres sociaux de la Mémoire. París: Albin Michel.------------------------ (1997 [1950]) La mémoire collective. París: Albin Michel.HERVIEU-LEGER, D. (1993) La Religion pour Mémoire. París: Les Éditions du Cerf.PINTOS, J. L. (2000) Construyendo Realidad(es): Los Imaginarios Sociales. Santiago deCompostela, España.------------------- (1994) Más allá de la ideología. La construcción de la plausibilidad através de los imaginarios sociales. Santiago de Compostela, España.57POUTIGNAT, P. et STREIFF-FENART, J. (1995) Théories de l´ethnicité. París: PU F.THUAL, F. (1998) “Les conflits identitaires”. En : RUANO-BORBALAN, J. (coord.) L’identité,l’individu, le groupe, la société. París: Editions Sciences Humaines.


58Revista Observatori o de Juvent ud


Instituto Nacional de la JuventudLa construcción identitaria de la JuventudPeronista (1955-1962): redes de socialización,generación y curso de vida 1Laura Ehrlich, Historiadora argentina,CEI-UNQ / CONICET. 2ResumenEste trabajo se propone iluminar determinados aspectos de la construcción identitariade la Juventud Peronista, actor emergente en el contexto de transformaciones políticas,sociales y culturales de la Argentina post 1955. En primer lugar, se consideranlas redes de socialización primarias en las que se inscribían quienes formaron esesector juvenil, extrapolando herramientas de análisis del estudio sociodemográficode generaciones y trayectorias biográficas. En relación con ello, proponemos quealgunas de las dimensiones presentes en la identificación como “jóvenes peronistas”pueden ser comprendidas como respuesta a una coyuntura de pasaje en lastrayectorias personales. Advertimos que mientras el activismo político peronistase asociaba imaginariamente a la consecución de una nueva etapa en el curso devida personal, la asunción del estatuto de “juventud” permitió anudar la identidad asíespecificada a una reinventada tradición peronista y proyectarla al futuro.Palabras clave: Juventud Peronista, identidad colectiva, redes sociales, generación,curso de vida.AbstractThis article analyses the making of the Juventud Peronista’s identity. This organizationof the Peronist youth became an important political actor after the fall of Peron in1955. First, I look into the primary socialization networks where its members developedtheir action. To do so, I make use of sociodemographic studies’ about generations andbiographical paths. Then, I stress that some salient features of “young Peronists” iden-tification can be understood as a consequence of a time of passage in their members’life. The paper argues that Peronist political activism was imaginarily associated tothe pursuit of a new stage in personal development. At the same time, the “youth”status assumption allowed that identity to be tied to an invented Peronist tradition,both past and future.Key Words: Juventud Peronista, collective identity, social networks, generation, trajec-tory.591 Este trabajo forma parte de mi investigación de maestría, desarrollada en el marco del Programa de Posgradoen Ciencias Sociales UNGS-IDES, Argentina.2 Roque Sáenz Peña 352, Bernal - B1876BXD, Pcia. de Buenos Aires, Argentina. lauraehrlich@hotmail.com


Revista Observatori o de Juvent udIntroducciónA partir de 1955 la Argentina atravesó un período convulsionado, signado poruna creciente conflictividad social y por una crónica inestabilidad políticoinstitucionalproducto de la dificultad para encontrar la fórmula que resolvierapolíticamente qué hacer con el peronismo, tras su derrocamiento del gobiernoy posterior proscripción electoral por parte de regímenes militares y civiles.Correlativamente, también se produjeron transformaciones en el ámbito culturale intelectual, asociadas a dinámicas de cambio cuya sede de irradiaciónquedaba no sólo dentro de las fronteras nacionales.En el mundo del trabajo, los embates de sucesivos gobiernos en pos de unaracionalización de la producción y de un nuevo equilibrio de poder entre elcapital y el trabajo que torciera el camino recorrido por el peronismo tuvieroncomo respuesta la reacción y reconfiguración del movimiento sindical comoactor insoslayable de la arena política y una mayoritaria reafirmación en suidentidad peronista (James, 1999).En la medida en que la persistencia de tal identidad en los/as trabajadores/asy sectores populares se consolidaba como parte del paisaje político y social,el “fenómeno peronista” comenzó a constituirse en el tema de debate respectodel cual las intervenciones públicas de intelectuales y figuras políticas debíanpronunciarse (Neiburg, 1998) y, más aún, se convirtió en el eje de variaciónalrededor del cual otras culturas políticas, como la de la izquierda, se fuerontransformando (Altamirano, 2001).En el centro de esas mutaciones identitarias que comenzaban a tener lugar endistintas familias políticas, la propia identidad peronista se pobló de nuevossentidos vinculados al lugar de proscripción (Neiburg, 1998), de “identidad enresistencia” (Salas, 2006) que pasó a ocupar ese movimiento político tras diezaños en el poder; ese cambio también estuvo relacionado con el desplazamientode Perón de la escena pública inmediata a raíz de su exilio del país.60Entre esas novedades, se halló el surgimiento de grupos de activistas identificadoscomo Juventud Peronista. Este trabajo se propone iluminar determinadosaspectos de su construcción identitaria. Para ello, exploraremos desde unpunto de vista cualitativo fuentes de carácter testimonial y otras producidasen el período objeto de estudio, fundamentalmente prensa política semiclandestina.Daremos cuenta de las redes de socialización primarias en las que seinscribían quienes formaron ese sector juvenil, extrapolando herramientas deanálisis del estudio sociodemográfico de generaciones y trayectorias biográficas.Propondremos que algunas de las dimensiones presentes en la identificacióncomo “jóvenes peronistas” pueden ser comprendidas como respuesta auna coyuntura de pasaje en las trayectorias personales. El activismo políticoperonista se asoció imaginariamente a la consecución de una nueva etapaen el curso de vida personal y la asunción del estatuto de “juventud” permitió


Instituto Nacional de la Juventudanudar la identidad así especificada a una reinventada tradición peronista yproyectarla al futuro. 3“Éramos los náufragos, los sobrevivientes de un gran naufragio”:los antecedentesA pesar de algunas reacciones populares en zonas de concentración obrera comoRosario, Avellaneda, Berisso y Ensenada, algunas regiones de Tucumán y, en menormedida, de Mar del Plata, la actitud mayoritaria entre las y los peronistas ante la caídade su gobierno tras la sublevación de la Marina y parte del Ejército (en septiembredel ‘55) fue de expectación y moderación. Sólo algunos sectores periféricos alperonismo como una parte de la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN) o los gruposdirigidos por John Cooke y por ex comunistas incorporados al movimiento lideradopor Perón salieron a “ganar la calle” (Melon Pirro, 1993; Salas, 2006; James, 1999).Instaurado el régimen de facto que se autoproclamó “Revolución Libertadora” (1955-1958), su sesgo antiperonista fue in crescendo, arrojando a buena parte de la dirigenciaperonista que no iría a prisión, a la clandestinidad. En una sucesión de medidasrepresivas cuyo objetivo general era lograr la “desperonización” del país, el PartidoPeronista fue disuelto; 4 las y los dirigentes políticos y gremiales que hubieran ejercidocargos durante el régimen depuesto fueron inhabilitados; miles de mujeres yhombres resultaron encarceladas/os; la CGT y los sindicatos adheridos fueron intervenidos;los bienes de la Fundación Eva Perón, liquidados; el Ejército fue depurado.Como una suerte de culminación de esa política “desperonizadora”, el decreto 4161de marzo de 1956 prohibió la expresión de toda palabra, consigna o ícono que hicierareferencia a Perón, Evita o el peronismo, en un intento de desterrar éste hasta delplano simbólico de la vida política argentina. Un levantamiento militar frustrado el 9de junio de 1956 que reclamaba la vuelta al orden constitucional y que contó con elapoyo de civiles peronistas, resultó castigado de modo ejemplar: más de 30 militaresy varones civiles fueron fusilados en forma sumaria. El accionar represivo sumóalgunos sectores políticos al campo de la oposición a la Revolución Libertadora,entre ellos, la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) 5 , los nacionalistas católicosdesplazados del gobierno militar y una franja de la intelectualidad de izquierdas,además de las distintas variantes del peronismo.La clandestinización a la que aquél fue forzado vino acompañada de la generalizaciónde actos de sabotaje en las fábricas y de terrorismo urbano, a cargo de peque-3 Este artículo deja fuera, por razones de espacio, otras problemáticas como la creación de nuevos marcossimbólicos y la formación ideológica, una mayor exploración de los espacios de sociabilidad y, por último, elabordaje de la cuestión de la violencia y la opción por la lucha armada como parte de la acción política.4 Cuando luego de años de proscripción electoral volviera a obtener personería jurídica, el Partido Peronista pasóa designarse Partido Justicialista, denominación vigente hasta la actualidad.5 La UCRI fue una de las ramas en que se dividió a fines de 1956 el centenario partido Unión Cívica Radical.Liderado por Arturo Frondizi, resultó la fórmula vencedora en las elecciones presidenciales de febrero de 1958,luego de un pacto con el peronismo que, en situación de proscripción, le cedió sus votos a cambio de una seriede compromisos.61


Revista Observatori o de Juvent udños grupos de activistas que se denominaron “comandos” (James, 1999). Paralelamente,la ilegalización o desperonización de ámbitos institucionales hegemonizadospor el peronismo durante el período anterior, como sindicatos, comisiones internasde fábricas y unidades básicas partidarias, trajo aparejado un desplazamiento espacialdel activismo obrero y peronista hacia ámbitos de la vida cotidiana -comoel café, la casa, el barrio, el club de fútbol-, que pasaron a ser el nuevo espacio deconstitución de la identidad política y de clase a través de redes de solidaridad vecinaly barrial (Salas, 2006).Determinados espacios que disimulaban su perfil político bajo el barniz de la actividadcultural también resultaron ámbitos de encuentro y circulación para unamilitancia dispersa: los “Ateneos” de discusión convocados por algunos de los periódicosfiloperonistas de esos años; las conferencias y cursos de temática históricadel Instituto revisionista Juan Manuel de Rosas; o las actividades propagandísticas demovimientos de liberación nacional de países africanos, las cuales tenían lugar enlas sedes de comunidades inmigrantes de países árabes o bien eran promovidas porasociaciones de solidaridad con éstos. También las frecuentes misas en homenaje alas personas fusiladas de junio del ‘56 constituyeron lugares de reconocimiento parapartidarios y partidarias del peronismo. 6Fue a ese activismo de baja intensidad, gestado en el ámbito semipúblico de las redesfamiliares, de mujeres y varones afectados por la represión y en ciertos centrospolítico-culturales -entre 1955 y 1957-, adonde apuntan las fuentes disponibles comoorigen de la militancia juvenil peronista que se desarrolla en los años siguientes. Laconvocatoria electoral del 28 de julio de 1957 para la designación de representantesa la Convención reformadora de la Constitución Nacional de 1949 7 amplió, aun cuandomantenía vigente la proscripción del justicialismo, la estructura de oportunidadespolíticas (Mc Adam et al., 1999) para la expresión de manifestaciones opositorasal gobierno de facto.En ese marco, tuvieron lugar acciones de protesta que parecen haber reafirmadocierta apertura del escenario político. En efecto, uno de los semanarios identificadocon la causa de los hombres fusilados y, más en general, con la de las y los peronistasproscriptos, organizó una “Marcha del Silencio” como homenaje público al cum-626 Cfr. la convocatoria a “Ateneos” de Palabra Argentina, en varios números de la publicación, por ejemplo, el n° 7del 8/10/56, donde se anuncia la formación de esos centros y se incita a las personas interesadas a contactarsecon el director o también, en n° 9, 22/10/56 y n° 12, 27/11/56. Los cursos y las conferencias del mencionado Institutohistórico revisionista se informan en la Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas,n° 19, 1° trim. 1959, p. 107 y n° 22, jul./ dic. 1960, pp. 385 y 386. Un ejemplo de las actividades de apoyo a la causade liberación de los pueblos árabes, en “Alejandro Olmos hablará en Bahía Blanca”, Palabra Argentina, Año II n° 24,21/5/1957, p. 2. Tanto J. Rulli (en Monzón, 2006: 552) como E. El Kadri (en Cersósimo, 2008: 28) testimonian habertomado contacto con otros/as jóvenes que luego serían compañeros/as de militancia en esos diversos ámbitos.Por último, hay referencias a las mencionadas misas en “‘El pueblo’, el Padre Lucchia Puig y los fusilamientos”, enRebeldía, Año I n° 1, Bs. As., 10/7/1957, p. 3, así como una alusión a manifestaciones de protesta protagonizadaspor mujeres de luto por las torturas o asesinatos de sus familiares, en “En la pomada (sección)”, Rebeldía, Año I n°1, Bs. As., 10/7/1957, p. 2. En su testimonio, G. B. enfatiza el carácter multitudinario que adquirían esas misas, a lolargo de Iglesias de toda la ciudad de Buenos Aires. Entrevista de la autora con G. B., Buenos Aires, julio de 2009.7 Así se conoce a la Constitución Nacional reformada durante el primer gobierno peronista, que incorporó a laCarta Magna los derechos de mujeres y hombres trabajadore/as, de la ancianidad y la niñez, la soberanía delEstado Nacional sobre los recursos del subsuelo y la posibilidad de reelección del presidente de la República.


Instituto Nacional de la Juventudplirse un año de los fusilamientos de junio del ‘56. 8 Allí y en otros actos recordatoriosde ese tipo relatan haberse conocido o trabado relación varios hombres y mujeresjóvenes que hasta entonces se habían movilizado en la pequeña escala de lo familiaro la afinidad personal (Melon Pirro, 1993, 2002; testimonios de Jorge Rulli, Mabel diLeo y Carlos Villagra en Anzorena, 1989).Así, podría postularse que los emprendimientos de memoria 9 respecto de los fusiladosen junio del ‘56 ampliaron las oportunidades políticas para la emergencia, enun contexto previo de represión y proscripción, de otras manifestaciones colectivaso agrupamientos reivindicatorios de la identidad peronista, como el de los y lasjóvenes. Las elecciones de convencionales constituyentes en julio de 1957 –cuyosresultados fueron expresivos de la persistencia del peronismo como identidad en unimportante segmento de la población– 10 y la convocatoria electoral presidencial parael año siguiente resultaron otros determinantes de un clima de apertura política queprobablemente incidió en las expectativas de los actores considerados.Cobraría forma a partir de entonces un activismo peronista juvenil urbano, vinculadopero autónomo de los sindicatos así como de otros grupos peronistas clandestinospreexistentes. No deja de ser interesante que quien se ubica como sobreviviente deun gran naufragio al enunciar la frase con que se abre este apartado, hacia 1957 teníacerca de 18 años, lo que sugiere el trabajo sobre la tradición que encarnaron estaspersonas jóvenes. Reconociéndose en el mundo sumergido que en buena medidapertenecía a la generación de sus padres, al emprender una acción por recuperarlo,redefinieron a la vez su propia identidad.Redes de socialización, generación y curso de vida¿Quiénes eran, entonces, esos varones y mujeres jóvenes que a partir de 1957, conuna edad aproximada de 17 a 20 años, formaron los “comandos de juventud” y sedenominaron Juventud Peronista; a lo largo de qué redes de socialización inscribíansu acción? 11Un primer dato –en la medida en que las fuentes cualitativas consultadas permitensostenerlo– es que una parte de sus organizadores/as proviene de familias peronistas,algunos/as de cuyos padres han ocupado posiciones destacadas dentro de lasestructuras del movimiento, ya como delegados gremiales, como funcionarios polí-8 “¡Por los muertos!”, Palabra Argentina, Año II n° 24, 21/5/1957, p. 1. “¡Presentes el 9 de junio!”, Palabra Argentina,Año II n° 25, 28/5/1957, p. 1 (La tapa de este número está dedicada a relatar los últimos momentos del General Valle,líder del intento de golpe fallido del 9 de junio de 1956, antes de ser fusilado y cuenta con el testimonio de su hija,“Susanita Valle”, quien sería una de las activistas juveniles que conforman los grupos objeto de este trabajo. Cfr.también Rebeldía, n° 1, 10/7/1957, p. 2). Sobre esa “Marcha del Silencio” y su significado político, v. Melon Pirro, 1993.La de junio del ‘57 no era la primera de este tipo de marchas.639 Tomo esta expresión de Jelin (2002: 48).10 El voto en blanco, que fue la opción tomada por los peronistas para manifestar su repudio a la convocatoriaelectoral, obtuvo la primera minoría en los comicios.11 Retomo aquí parte de lo analizado en Ehrlich (2008a).


Revista Observatori o de Juvent udticos o bien han estado vinculados al levantamiento de junio de 1956. Esto sin dudasno significaba una herencia y promoción automáticas a lugares de dirigencia dentrodel activismo juvenil. Pero esa red primaria de peronistas de cierta jerarquía querepresentaban la familia y sus allegados/as implicaba un capital social inicial quepodía invertirse y multiplicarse en la construcción de nuevas redes, en el seno de lascuales tales jóvenes “hijos e hijas de peronistas” adquirirían una posición central.Ese mecanismo de promoción casi nunca era visible para las propias personas involucradas,más proclives a subrayar el carácter escasamente orgánico de la selecciónde los/as líderes y su basamento en habilidades probadas en la lucha callejeracuerpo a cuerpo, o sencillamente, en la audacia de los “cojones”. En un testimonioexcepcional en ese sentido de Mabel di Leo, organizadora de la Juventud Peronistade Vicente López 12 , aparece explícitamente una valorización de la credencial quesuponía militar junto a los hermanos de uno de los civiles fusilados en junio del ‘56,Carlos Lizaso:“Los Lizaso fueron un buen nexo, nosotros teníamos eso de bueno, que comoteníamos el apellido Lizaso… Aunque yo no lo tengo pero era como si lo tuvieraporque Carlitos era como un hermano. Vos en todos lados decías ‘soy delgrupo de los Lizaso’ y era una garantía de que nos insertábamos en cualquierlado […] De alguna manera eso era bueno porque ya nos daban una ubicaciónconcreta dentro del peronismo que a lo mejor otros no tenían y por ahí los podíancuestionar ‘¿ustedes, de dónde vienen?’. A nosotros no nos cuestionaronnunca y siempre tuvimos posiciones muy radicalizadas los de Vicente López(citado en Anzorena, 1989: 51)”.En el caso de uno de los grupos juveniles de Capital Federal, entre sus organizadores yorganizadoras se contó Susana Valle, la hija del general fusilado por liderar el levantamientocívico-militar fallido de junio del ‘56 (testimonio de Jorge Rulli en Anzorena,1989: 24-25; testimonio de G. B.); en La Plata 13 , también fue el hijo de un participanteen la frustrada sublevación quien coordinó los primeros grupos que luego se identificaríancomo Juventud Peronista de La Plata (testimonio de Carlos Villagra en Anzorena:57-59).64No sólo importaba, entonces, ser “hijo o hija de” para ubicarse en una posición de preponderanciaen las redes de activismo juvenil, sino que la vinculación directa comofamiliares o allegados/as a los fusilados y a los/as perseguidos/as por el levantamientodel 9 de junio parece haber jugado un rol particular. Y esto se relaciona con elimpacto que el acontecimiento de los fusilamientos tuvo entre las y los peronistas eincluso otros sectores políticos, el cual se convirtió –bajo la forma de su memoria, desu investigación y denuncia o de su apropiación para erigir un martirologio– en ejeconvocante de identificaciones y acciones colectivas, algunas de las cuales oficiaron,como adelantamos, de espacio para la interconexión y encuentro de mujeres y varonesjóvenes peronistas en busca de “hacer cosas”, de “armar algo nuevo”.12 Vicente López es un municipio del primer cordón del conurbano bonaerense que rodea la Capital Federal.13 La Plata es la ciudad capital de la Provincia de Buenos Aires.


Instituto Nacional de la JuventudAhora bien, para comprender la construcción de la identidad de Juventud Peronista queresultó de ese activismo juvenil deberíamos ir más allá de las condiciones dadas estructuralmenteo abiertas políticamente para la acción colectiva. ¿Cómo y por qué lavoluntad de oposición a la Revolución Libertadora y al posterior gobierno de ArturoFrondizi se expresó bajo la modalidad de la afirmación de una identidad, diferenciada ya la vez inmersa en otra más amplia, la del peronismo? Algunas pistas para responder aesa pregunta las proporciona el análisis generacional cruzado con el del curso de vida. 14El agrupamiento por edad estuvo presente como factor aglutinante para la conformaciónde los primeros “comandos de juventud” y también, el determinado por la afinidad personal,según surge de distintas fuentes. Pero tan importante como situar a esos/as jóvenesactivistas como parte de una misma cohorte de edad resulta considerar el momentodel ciclo vital individual en el que la construcción colectiva de la Juventud Peronistacobró forma. En efecto, para cuando aparecen los primeros grupos de Juventud, entre1957 y 1959, 15 sus miembros tenían entre 17 y 20 años, edad que según las convencionessocioculturales de la Argentina de la época representaba, al igual que en otros paíseslatinoamericanos, el momento pautado para una de las “transiciones importantes en lavida del individuo” (Balán y Jelin, 1979: 11).La hipótesis que planteamos aquí, extrapolando elementos del análisis sociodemográficode Balán y Jelin al estudio cualitativo de una identidad política, es que la consideracióndel tiempo biográfico personal en conjunción con el tiempo histórico colectivo puede iluminarel proceso de construcción identitaria en cuestión. Es de suponer que los cambiosa nivel macro de la Argentina post 55 hayan sido experimentados y procesados, entrequienes se identificaban como peronistas, de modo diferente no sólo según la posiciónen el espacio social y en la jerarquía interna del movimiento peronista, sino también deacuerdo al momento del curso de vida en el que esa transformación los encontraba. 16La emergencia de la identidad colectiva Juventud Peronista tuvo lugar en un momentocrítico del curso de vida de sus miembros: el fin de la escolaridad secundaria y la entradaa la edad adulta a través del ingreso, pautado socialmente, al mundo laboral o a launiversidad. La redefinición de estatus dentro de la red familiar que tales situaciones depasaje individual comportan se proyectó en el caso de estos jóvenes, hombres y mujeres,en la adquisición de un lugar político propio en la “gran familia” peronista, medianteuna refiguración identitaria.14 Una primera exploración de esta perspectiva de investigación, en Ehrlich (2008b)15 Además de los testimonios ya citados que refieren a la formación de los primeros grupos de afinidad ymás tarde, en 1959, a la organización de la Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista de Capital Federal y GranBuenos Aires, acredita la existencia de diversos “comandos de juventud” y “Juventudes Peronistas” -especificadaspor nombre y barrios de Capital y localidades de Gran Buenos Aires- la “Declaración de Principios de la JuntaCoordinadora Provisoria Nacional de la Juventud Peronista” del 6 de septiembre de 1958, documento reproducidoen Monzón: 481-485.16 Distintos registros testimoniales de ex miembros de los grupos juveniles recuerdan cómo las personas mayoresya estaban insertas en la actividad clandestina de la Resistencia. Un dato por cierto aislado revela que un miembrode la generación de los nacidos c. 1930, quien cuando iniciara actividades en la “Resistencia Peronista” tenía 26-27años, no se consideró “joven” como para integrar algún grupo de “juventud” (Entrevista de la autora a C. L., Rosario,diciembre de 2008).65


Revista Observatori o de Juvent udComo adelantamos al comienzo de este apartado, el hecho de que algunas de laspersonas organizadoras de la Juventud Peronista procedieran de familias que incluíanentre sus integrantes a personas con posiciones de reconocimiento públicoen el peronismo hace pensar que, para ellas, la asunción de esa filiación política noera ajena a una estrategia de definición de estatus frente a los padres y a las redessociales de pertenencia –familiares, barriales y de amistad–, así como a un usoestratégico del capital social familiar heredado.El testimonio de Mabel di Leo citado in extenso supra, al destacar la ventaja de perteneceral mismo grupo que Carlos Lizaso (familiar directo de uno de los civiles fusiladosen junio del ‘56), da cuenta de la preocupación por tener una ubicación concretadentro del peronismo. La analogía establecida por el siguiente relato de G. B. entre elaprendizaje obtenido en la militancia callejera de los primeros “comandos de juventud”y la “Facultad” expresa, a su vez, que el despunte de la identidad política juvenilse asociaba imaginariamente a una nueva etapa en la propia trayectoria personal,como lo constituye para las y los jóvenes de clase media el ingreso a la Facultad.“Mi papá quería que yo fuera abogado. No tuvo suerte. Porque en todo eseínterin, yo me estoy haciendo los últimos, los últimos meses del secundario,ya comenzamos a circular, a conversar, nos impactan los acontecimientosque el país va viviendo, el clima que se vivía, yo iba mucho por el centro…. ahíCorrientes y Esmeralda, 17 y comenzamos a vivir otra dinámica, otra… otro díaa día, donde nos peronizamos…”[…]“Corrientes y Esmeralda era un poco como ir a la Facultad.”[…]“Y bueno, comenzamos a entrar en eso y fue una dinámica que nos fue absorbiendo,nos recibimos de agitadores todos ahí”. 18El texto “desde la cárcel” publicado en Trinchera de la Juventud Peronista y destinadoa los “padres” por su autor, establece bajo otra modalidad una comparación similar:66“Mil veces maldito sería si faltara a mi deber [de militante] escudándome enque los demás no hacen nada o en que debo dejarlo para cuando me reciba.Primero recibámonos de hombres que lo demás se nos dará por añadidura”. 1917 Corrientes y Esmeralda es una esquina del centro de la ciudad de Buenos Aires donde a partir de la RevoluciónLibertadora, comenzaron a juntarse algunos/as jóvenes peronistas para realizar acciones de protesta frente a laspizarras de los diarios de mayor circulación o bien para enfrentar con el cuerpo, cachiporras y hasta tiros lasmanifestaciones celebratorias del antiperonismo.18 Fragmentos de entrevista de la autora a G. B., Buenos Aires, julio de 2009.19 “Desde la cárcel”, en Trinchera de la Juventud Peronista, Año II n° 12, octubre de 1961, p. 9 (subrayado en el original).


Instituto Nacional de la JuventudLas expectativas acerca del curso de vida futuro constituyen otra dimensión deltiempo biográfico que puede relacionarse con la construcción identitaria colectiva.Porque la ubicación en el lugar de la “juventud” permitía apropiarse de los sentidospositivos tradicionalmente asociados a esa categoría cultural así como encarnaruna misión que desde su arraigo en el inmediato pasado (el mandato de Perón a losniños y jóvenes para erigir una nación poderosa) 20 , proyectaba a éstos/as al futuroy los situaba más allá (temporal y subjetivamente) del oscuro presente que signabaa la generación de sus padres, de la que se desagregaban por medio de este desplazamientosimbólico.Así, en una reinvención de la tradición peronista, el órgano juvenil Trinchera otorgabaa la juventud una historia de sacrificio, con un papel purificador y revolucionario enlos orígenes del peronismo y legitimaba, mediante esa mitificación, el reclamo de unespacio y un rol a jugar en el presente del movimiento peronista.“…en el poder o en el llano, los Jóvenes Peronistas han jalonado con el sacrificiode sus vidas las amarguras y los triunfos de nuestra Revolución enMarcha”.[…]“A 15 años del primer 17 de octubre 21 vemos con doloroso orgullo que en elavance hacia una Argentina Justa, Libre y Soberana, hemos dado al Movimientosu primera y su última baja: es que la mística de la Juventud sigue laDinámica del Movimiento Peronista”. 22En el mismo sentido, en un texto que delimita la identidad por exclusión, donde hayuna veneración y a la vez un distanciamiento respecto del carácter disciplinado delos primeros colosos en mangas de camisa del peronismo y además, una denunciade sectores peronistas calificados de traidores u oportunistas, se advierte la articulaciónentre pasado y futuro que habilita el estatuto juvenil, a la que ya hicimosreferencia.“Pero la situación ha cambiado. La epopeya cambiará de característica.Nuestras huestes no tolerarán que los baleen impunemente; responderán yajusticiarán. Y nosotros cumplimos con un deber al dejar estas líneas como20 Mandato que, de hecho, se reactualizaba en el vínculo que por correspondencia establecieran con Perón. Cfr.“Carta de Perón”, en Trinchera de la Juventud Peronista [n° 9, julio de 1961], pp. 1-2.21 El día 17 de octubre de 1945 fue instaurado por la tradición peronista como fecha fundacional de su movimientopolítico. Durante esa jornada, una movilización gremial de carácter masivo ocupó la Plaza de Mayo (situada junto ala sede del gobierno nacional) para reclamar la liberación de Juan Domingo Perón, quien acababa de ser desplazadoy confinado por el propio régimen militar (1943-1946) del que había sido principal figura. Una vez puesto en libertad,Perón habló a los trabajadores y trabajadoras allí congregados/as desde el balcón de la Casa Rosada, en lo queconstituyó su consagración como líder carismático y como candidato presidencial para las próximas elecciones.Desde la asunción del poder por vía constitucional en junio de 1946, el peronismo dispuso la celebración del 17 deoctubre año a año, ritualizando progresivamente su significado hasta transformar el acontecimiento en una fiestapatriótica. Sobre el 17 de octubre, v. Plotkin (2007) y Torre (1995).22 “Mística”, en Trinchera de la Juventud Peronista, Año I n° 3, octubre de 1960, pp. 4 y 6.67


Revista Observatori o de Juvent uddocumento previo a la batalla, porque queremos ser vanguardia de nuestrospadres y nuestros abuelos, tan solo por hacerle saber a Perón que lassemillas de doctrina que sembró tienen ya frutos de primera calidad.” 23La demarcación respecto de los trabajadores como actor colectivo o de los sindicatos(espacio donde la identidad peronista arraigaba desde la gestación delmovimiento político homónimo) resultaba algo problemática. Por un lado, estos/as jóvenes se arrogaban la representación o asumían la palabra y la lucha ennombre del Pueblo Trabajador.Por gravitación de las fuerzas históricas, es el Pueblo Trabajador el destinadoa cumplir esa tarea [la destrucción de la sociedad liberal y laconstrucción de la sociedad justicialista; el cambio de las estructurasburguesas por un Estado Sindical en el que el pueblo mande al gobierno].Y la Juventud Peronista es sólo su punta de lanza. Pues no somos una minoríajuvenil que quiere interpretar al Pueblo ni un laboratorio de futurasclases dirigentes “obreristas”. Somos carne, sangre y mentalidad de Pueblo.Somos uno cualquiera de la masa anónima. Somos Pueblo. Por eso notememos equivocarnos. Queremos lo que el Pueblo quiere. Expresamos loque el Pueblo siente. 24Por otro lado, se dejaba traslucir su intención de disputar con las y los trabajadoresla vanguardia en el combate que conduciría a la Revolución.Y ahí nos encontrarán los Compañeros Gremialistas [en la preparación dela revolución en armas que los ocuparía una vez recuperada la CGT], codoa codo disputándonos el Honor de la vanguardia en el frente de Combate. 25El peronismo no es un partido político sino un Movimiento Nacional. Y enél la Juventud Peronista es y será su vanguardia. 26En los testimonios recientes, en cambio, esa ambivalencia inherente a la identificacióncomo Juventud Peronista se resuelve enfatizando que los sindicatos erancomo nuestra casa (Rulli en Anzorena: 50-51, 58-59 y en Cacopardo), afirmaciónque describe en sí misma una situación real (puesto que las y los jóvenes se reuníanallí, utilizaban recursos de los gremios, imprimían allí su publicación) peromantiene discursivamente la tensión entre lo idéntico y lo diferente. 276823 “17 de octubre”, en Trinchera de la Juventud Peronista, Año I n° 3, octubre de 1960, pp. 2 y 4.24 “Perón al poder. Editorial”, en Trinchera, Año II n° 12, oct. 1961, p. 3.25 “CGT – Plan Conintes – Estado de Sitio – Tres Banderas”, en Trinchera de la Juventud Peronista, Año I n° 5,mar.-abr. 1961, p. 2.26 “9 de Julio”, en Trinchera de la Juventud Peronista [n° 9, julio de 1961], pp. 4-5 (destacado en el original).27 Este punto sin dudas merecería un desarrollo más amplio que por una cuestión de espacio es imposible derealizar aquí.


Instituto Nacional de la JuventudVolviendo a la cuestión de la inscripción de la identidad generacional en unatemporalidad larga, en la siguiente argumentación del voto en blanco se ve cómoaquélla se proyecta al futuro: 28“Porque es el testimonio histórico que legamos a nuestros hijos, quienestendrán así, pruebas de cómo lucharon sus antecesores por la LiberaciónNacional”. 29La proyección hacia adelante incorpora en un mismo movimiento valores positivostradicionalmente asociados a la categoría de juventud:“Sólo los jóvenes de alma y limpios de espíritu pueden comprender el valorinmenso que encierra una organización de este tipo, donde la pureza sehermana con el heroísmo para producir al combatiente Peronista, hombreprototípico de esta etapa que el destino nos manda vivir.Constituimos la savia nueva y la levadura del porvenir: venimos del ayer conun mensaje de hoy para los hombres de mañana; sabremos cumplir como argentinossi en cada momento tenemos presente la trascendencia de nuestrasituación”. 30La asunción de una misión legada por el presidente Perón a los/as jóvenes fue partede la construcción imaginaria de la identidad Juventud Peronista en el período post55, como se expresa en el testimonio contemporáneo de G. B.:G. B.: …es lamentable el panorama que tiene el país hoy, sobre todo para lagente joven, que es el futuro del país, que era sobre lo que el peronismo ensus primeras épocas y hasta no hace mucho, recargaba las tintas, ¿no?, erala juventud la que debía formarse y tomar conciencia, y como parte de esemovimiento nacional, sacar a ese país adelante, pero sacarlo en serio, ¿no?E: Ustedes de alguna manera como que sentían que tomaban esa posta…G. B.: Nosotros sentíamos que estábamos participando en un proyecto nacional,en un país en serio, en una comunidad organizada.6928 El voto en blanco fue una de las formas de expresión de repudio del peronismo proscripto de la contiendaelectoral desde su derrocamiento del gobierno, ante los sucesivos llamados a elecciones. Aunque hubooportunidades en que participó de frentes electorales habilitados (en elecciones que luego fueron anuladas) o biencanalizó sus votos hacia alguna fórmula no peronista, como cuando Arturo Frondizi fue electo presidente en 1958.29 “Porque votaremos en blanco”, en Trinchera de la Juventud Peronista, Año II n° 4, febrero de 1961, p. 3.30 “De nuestra carta orgánica”, en Trinchera de la Juventud Peronista, Año I n° 5, marzo-abril de 1961, p. 7.


Revista Observatori o de Juvent udPalabras finalesSi en el origen del accionar de estos hombres y mujeres jóvenes simpatizantes delperonismo había una voluntad oposicional, de desafío al proyecto desperonizadorque los había tenido -con sus familias y redes primarias de socialización- comoparte de su blanco, en el curso de la acción colectiva se vio comprometida una dimensiónafectiva inherente a la definición de toda identidad (Calhoun, 1999).La construcción identitaria de la Juventud Peronista coincidió con un momento críticodel ciclo vital de sus miembros y, por tanto, algunas de sus características puedenser comprendidas como respuesta a esa coyuntura de pasaje en las trayectoriaspersonales. La identificación como peronistas permitía afirmar el propio estatus,ubicarse en una posición dentro de un contexto de referencia donde las redes familiaresy de personas allegadas se confundían con las de la “familia política peronista”,y disponer de un capital social a invertir en la creación de nuevas redes.La actividad política juvenil, según hemos demostrado, se asociaba imaginariamentea la consecución de una nueva etapa en el curso de vida personal. Por otro lado, laubicación en el lugar simbólico de la juventud, apropiados los sentidos positivosque esa categoría cultural portaba, habilitó a estos/as jóvenes la articulación delpresente al pasado de una reinventada tradición peronista, y al futuro en el queproyectaban sus deseos de trascendencia.Sobre el final del período aquí considerado, otra experiencia en el proceso identitariose sumó a las anteriores. A partir de la ejecución del Plan Conintes 31 por partedel gobierno de Frondizi, desde 1960 en adelante la cárcel pasó a ser el destino demuchas y muchos de estos activistas. En qué medida esa experiencia modificó o nola identidad conformada no lo analizamos aquí, donde se detiene por ahora nuestrotrabajo.FuentesTestimonialesEntrevista de la autora a C. L., Rosario, diciembre de 2008.70Marta Curone en Cacopardo (2008)“Mabel di Leo” en Anzorena (1989: 45-55).“Envar El Kadri” en Cersósimo (2008: 20-47, 29-30).31 Con esa medida, se declaraba el “estado de Conmoción Interna” en todo el territorio nacional, habilitando a lasFuerzas Armadas a detener y procesar bajo jurisdicción militar a personas civiles acusadas de desarrollar actividadescalificadas de “terroristas” o “subversivas”. Centenares de militantes políticos y gremiales, mayoritariamenteperonistas, resultaron encarcelados/as y condenados/as en el marco de esa legislación represiva.


Instituto Nacional de la JuventudEntrevista de la autora a G. B., Buenos Aires, julio de 2009.Manuel Gallardo en Cacopardo (2008).“Testimonio. Jorge Rulli (Primera Parte)”, en Anzorena (1989: 21-44).“Jorge Rulli, la rebelión permanente”, en Monzón (2006: 541-562).Jorge Rulli en Cacopardo (2008).“Carlos Villagra” en Anzorena (1989: 56-65).“Carlos R. Villagra” recuperado dehttp://www.carlosvillagra.com/?page_id=6 en julio de 2008.Hemerográficas 32 .Rebeldía (1957).Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas (1959-1960).Palabra Argentina (1956-1957).Trinchera de la Juventud Peronista (1960-1962).BibliografíaALTAMIRANO, C. (2001) Peronismo y cultura de izquierda. Buenos Aires: Temas.------------------ (1998) Frondizi o el hombre de ideas como político. Buenos Aires:Fondo de Cultura Económica.ANZORENA, O. R. (1989), Historia de la JP (1955-1988). Buenos Aires: Ed. del Cordón[incluye varios testimonios].BALÁN, J. y JELIN, E. (1979) “La estructura social en la biografía personal”. En: EstudiosCEDES, 2, n° 9. Buenos Aires: CEDESBOURDIEU, P. (1998) “A ilusão biográfica”. En: Amado, J. y de Moraes Ferreira, M.(comps.) Usos & abusos da história oral. Río de Janeiro: Fundação Getulio Vargas, pp.183-191.71CACOPARDO, A. (org.) (2008, mayo) Historias que resisten. Entrevista pública a expresos Conintes (1955-1963) no publicada. Comisión Provincial por la Memoria, ÁreaArchivo. La Plata [Apuntes tomados por la autora].32 Se indican entre paréntesis los años consultados y citados de estas publicaciones.


Revista Observatori o de Juvent udCALHOUN, C. (1999) “El problema de la identidad en la acción colectiva”. En: AuyeroJ., Caja de herramientas. El lugar de la cultura en la sociología norteamericana. Bernal:UNQ, pp. 77-114.CERSÓSIMO, F. (2008) Envar El Kadri. Historias del peronismo revolucionario. BuenosAires: Colihue.EHRLICH, L. (2007). “Carlos Caride”; “Envar El Kadri”; “Gustavo Rearte”; “Raimundo Villaflor”.En: Tarcus, H. (dir.) Diccionario biográfico de la izquierda argentina. De losanarquistas a la “nueva izquierda” (1870-1976). Buenos Aires: Emecé, pp. 114-117; 196-200; 558-562; 694-697.------------- (2008a) “Redes, espacios y repertorios de acción en el activismo de laJuventud Peronista, 1956-1960”. En: SLATMAN, M. Y AYALA, M. (comp.). Los movimientossociales en América Latina. Pasado, presente y perspectivas. Memorias arbitradas delas Jornadas Internacionales de Problemas Latinoamericanos. Mar del Plata, 26 al 28de septiembre de 2008, ed. en CD, Proyecto editorial Gregorio Selser, pp. 585-592.------------- (2008b) “El peronismo rebelde en dos tiempos: entre el cambio generacionaly la memoria”. En: Prácticas de oficio, n° 3, diciembre. Disponible en http://www.ides.org.ar/programasdeposgrado/publicaciones/practicasdeoficio/2008n3.jspGORDILLO, M. (2003) “Protesta, rebelión y movilización: de la resistencia a la luchaarmada, 1955-1973”. En: JAMES, D. Violencia, proscripción y autoritarismo (1955-1976).Buenos Aires: Sudamericana, pp. 329-380.JAMES, D. (1999) Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina.1946-1976. Buenos Aires: Sudamericana.-------------- (2004), Doña María. Historia de vida, memoria e identidad política. BuenosAires: Manantial.JELIN, E. (1976). “El tiempo biográfico y el cambio histórico: reflexiones sobre el usode historias de vida a partir de la experiencia de Monterrey”. En: Estudios Sociales,n° 1. Buenos Aires: CEDES.------------ (2002). “Las luchas políticas por la memoria”. En: JELIN, E. Los trabajos dela memoria. Madrid: Siglo XXI, pp. 39-62.72MC ADAM, D., MAC CARTHY, J., ZALD, M. (1999) “Oportunidades, estructuras de movilizacióny procesos enmarcadores: hacia una perspectiva sintética y comparada de losmovimientos sociales”. En: Movimientos sociales: perspectivas comparadas. Madrid:Istmo, pp. 21-46.


Instituto Nacional de la JuventudMELON PIRRO, J. C. (1993) “La resistencia peronista: alcances y significados”. En: AnuarioIEHS, VIII, pp. 215-246.-------------------- (2002) “La prensa de oposición en la Argentina postperonista”. En:EIAL, 13, n° 2, julio-diciembre. Recuperado el 1 de marzo de 2008 de http://www.tau.ac.il/eial/XIII_2/melon.htm#foot63Melucci, A. (1994) “Asumir un compromiso: identidad y movilización en los movimientossociales”. En: Zona Abierta, 69, pp. 153-178.MONZÓN, F. (h) (2006) Llegó carta de Perón. Rapsodia de la Resistencia, 1955-1959.Buenos Aires: Corregidor.NEIBURG, F. (1998) Los intelectuales y la invención del peronismo. Buenos Aires: Alianza.PLOTKIN, M. (2007) Mañana es San Perón. Propaganda, rituales políticos y educación enel régimen peronista (1946-1955). 2ª ed. Buenos Aires: Universidad de Tres de Febrero[1ª ed. 1993].PORTELLI, A. (1994) “‘El tiempo de mi vida’: las funciones del tiempo en la historiaoral”. En: ACEVES, J. (ed.) Historia oral. México, D.F.: Instituto Mora.SALAS, E. (2006) La resistencia peronista. La toma del frigorífico Lisandro de la Torre,(2ª ed. Ampliada). Buenos Aires: Retórica Ediciones/ Altamira.SIRINELLI, J. F. (1998) “A geração”. En: Amado, J. y de Moraes Ferreira, M. (comps.)Usos & abusos da história oral. Río de Janeiro: Fundação Getulio Vargas, pp. 131-137.SWIDLER, A. (1998) “Culture and social action”. En: SMITH, P. (ed.) The New AmericanCultural Sociology, Cambridge: Cambridge University Press, pp. 171-187.TORRE, J. C. (comp.) (1995) El 17 de octubre de 1945. Buenos Aires: Ariel.TOURAINE, A. (1997) ¿Podremos vivir juntos? Buenos Aires: FCE.73


74Revista Observatori o de Juvent ud


Instituto Nacional de la JuventudNORMAS DE PUBLICACIÓNREVISTA OBSERVATORIO DE <strong>JUVENTUD</strong>La revista del Observatorio de Juventud es una publicación trimestral editada por elInstituto Nacional de la Juventud (INJUV).El objetivo de la revista es la discusión sobre las condiciones, calidad de vida, subjetividady perspectiva de derecho de población juvenil chilena, así como la profundizacióny la difusión de las políticas e intervenciones sociales dirigidas a estesujeto social.En términos generales, la revista analiza temáticamente algún área, aspecto o dimensiónde la vida juvenil que está presente en la agenda pública sobre juventud,proponiendo una lógica de discusión permanente frente al tema. De este modo, lapublicación plantea desafíos y dilemas de la política pública haciendo hincapié enperspectivas futuras relacionadas con la realidad juvenil. Es una publicación dirigidaa académicos, investigadores, servicios públicos, alumnos y público en general.Alcance y política editorialLos artículos presentados deben ser inéditos, no publicados en otras revistas o libros.Excepcionalmente el Comité Editorial podrá aceptar artículos que no cumplancon este requisito.Los textos deben desprenderse de investigaciones empíricas o teóricas, que dencuenta de avances concretos en temáticas de juventud, o bien, de revisión y/o sistematizaciónde experiencias y metodologías de intervención con población juvenil enáreas sensibles para la perspectiva de juventud y políticas públicas.La escritura de los trabajos debe considerar el uso de lenguaje inclusivo (no sexista).EJEMPLOLenguaje inclusivoLa juventud, las juventudesmujeres y varones jóvenesJóvenes, mujeres y varones / Jóvenes, hombres y mujeresLas y los jóvenesPersonas jóvenesSegmento juvenilPoblación jovenPerspectiva de juventudMundo juvenilLenguaje sexista (NO USAR)Los jóvenes75


Revista Observatori o de Juvent udCada artículo será sometido a evaluación anónima y publicado sólo tras su aprobacióny la del Consejo Editorial.Las y los autores deberán considerar, en los casos necesarios, las observaciones dequienes evalúen el artículo y de la Editora de la Revista antes de que sean aceptadospara su publicación. Ello puede suponer la realización de algunas correcciones, tantoformales como de contenido.Forma y preparación de manuscritosSecciones del manuscrito:• Título del trabajo• Autoría(s)• Resumen en español• Palabras clave• Abstract en inglés• Key words• Texto• Referencias bibliográficas.Presentación y extensión del manuscrito:• Formato y extensión del artículo: los textos deberán ser presentados en formatoWord, hoja tamaño carta, margen 2,5 cm en todos los sentidos, espacio simple,párrafos sin sangría y separados por un espacio, fuente Arial 12 y con una extensiónmáxima de 10 páginas (incluye referencias bibliográficas y resúmenes).• Título: debe dar una indicación concisa del contenido del artículo, y ser fácilmenteidentificable cuando se usa en bibliografía.• Autoría(s): el nombre o nombres deberá(n) alinearse en el margen derecho, luegodel título del artículo. A renglón seguido deberá indicarse: especialidad; institucióna la que se encuentra(n) adscrito(s) laboralmente; dirección postal institucional,y dirección de correo electrónico.76• Resumen: deberá estar escrito en español, con una extensión de mínimo 5 líneasy máximo 10; el título ha de ir en mayúsculas y negrita y el texto en cursiva.Debe ser una representación abreviada y ajustada de los contenidos del textoque se presenta, sin añadir interpretación o crítica. Es conveniente que incluyatodas las palabras con las que se sospecha pueda ser posible su recuperaciónde una fuente secundaria.• Palabras clave: bajo el resumen del trabajo deben indicarse entre 3 y 5 descriptoresseparados por una coma (,) que permitan la recuperación en una fuentesecundaria. Deben estar escritas en español.


Instituto Nacional de la Juventud• Abstract: deberá estar escrito en inglés, con una extensión de mínimo 5 líneasy máximo 10; el título ha de ir en mayúsculas y negrita y el texto en cursiva.Debe ser una representación abreviada y ajustada de los contenidos del textoque se presenta, sin añadir interpretación o crítica. Es conveniente que incluyatodas las palabras con las que se sospecha pueda ser posible su recuperaciónde una fuente secundaria.• Key words: bajo el abstract del trabajo deben indicarse entre 3 y 5 descriptoresseparados por una coma (,) que permitan la recuperación en una fuente secundaria.Deben estar escritas en inglés.• Texto: el desarrollo argumentativo de los trabajos basados en investigacionesdeben seguir un plan lógico y claro, tal como lo señala la norma ISO-215. Porello es conveniente que figuren objetivos, métodos, resultados y discusión. Enel caso de los documentos revisión y/o sistematización se recomienda unaestructura lógica, es decir, que desarrolle didácticamente el conocimiento quese trata de comunicar.• Notas al pie de página: se recomienda utilizar las notas sólo si sonimprescindibles, las cuales se situarán al final de cada página y numeradascorrelativamente en números arábicos (1,2,3…).• Referencias bibliográficas:• Referencias dentro del texto: se debe usar la normativa APA (American PsychologicalAssociation), edición 2001, es decir: apellido del autor o autora,año y página, escrito entre paréntesis: (Christoff; 1996: 21). La referenciacompleta deberá constar en la bibliografía.• Cuando el apellido del autor forma parte de la narrativa se incluye solamenteel año de publicación del artículo entre paréntesis.Ejemplo: Habermas (2000) estudió las relaciones entre…Cuando el apellido y la fecha de publicación no forman parte de la narrativadel texto, se incluyen entre paréntesis ambos elementos, separadospor una coma. Ejemplo: El estudio de las relaciones entre políticay lenguaje (Habermas, 2000) abrió una nueva perspectiva…Cuando tanto la fecha como el apellido forman parte de la oración nose usa paréntesis. Ejemplo: En el 2000 Habermas estudió las relacionesentre Estado y globalización…77Si hay más de una obra/artículo de un solo autor o autora aparecido elmismo año, se citará con una letra secuencia seguida al año. Ejemplo:(Habermas, 2000a, Habermas 2000b, etc.).


Revista Observatori o de Juvent ud• Referencias bibliográficas: las referencias bibliográficas en lista final debendisponerse en orden alfabético y año de publicación. Los datos de las referenciascitadas deberán ser dispuestos en el siguiente orden:• Libro de un/a autor/a: Autor/a (APELLIDO E INICIAL DEL NOMBRE), Añode publicación (entre paréntesis), Título del libro (cursiva), Edición (entreparéntesis), Lugar de edición (seguido de dos puntos), Editorial. Si no tieneeditorial se escribe [s.n] del latín sine nomine que significa sin nombre.• Libro con más de un/a autor/a: Autor/a(es) (APELLIDO E INICIAL DEL NOM-BRE), Año de publicación, Título del libro (cursiva), Edición (entre paréntesis),Lugar de edición (seguido de dos puntos), Editorial.• Artículo de revista científica con un autor/a: Autor/a del artículo (APELLI-DO E INICIAL DEL NOMBRE), Año de publicación (entre paréntesis), Títulodel artículo, Título de la revista (en letra cursiva, seguido de coma), Volumen(seguido de coma), Número, Paginación (separadas por un guión).• Artículo de revista científica disponible en Internet: Autor/a(es/as) (APE-LLIDO E INICIAL DEL NOMBRE), Fecha de edición o de publicación (año, díay mes, entre paréntesis), Título del artículo, Título de la revista (en letracursiva), Volumen, Coloque la expresión “Recuperado el”, Fecha de consulta(día, mes y año), Coloque la expresión “de”, Dirección electrónica.• Tablas y gráficos: todas las tablas y gráficos deberán ser numerados en el ordenen que son mencionados en el texto. Se deberá proveer un título corto para cadatabla y gráfico, en letra minúscula.Envío de manuscritosEl orden de publicación de los artículos quedará a criterio del editor. Los interesadosen publicar en esta revista enviarán sus trabajos a adonoso@injuv.gob.cl78

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!