EUROESPAÑA
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Carlos Marchena,<br />
la huella ejemplar de un<br />
campeón que dice adiós<br />
“Lo di todo como futbolista y no me guardé<br />
nada. eso me hace sentir muy bien”.<br />
n José Manuel García-Otero<br />
El 19 de enero, un día cargado de humedad y nubes remolonas, Carlos Marchena se atrevió<br />
a poner palabras que su pensamiento le dictó. Marchena, uno de los futbolistas más<br />
laureados en la historia del fútbol hispánico, se bajó del caballo, colgó las botas. Lo dijo<br />
en voz alta: “Me retiró del fútbol profesional”. Y Carlos, ex del Sevilla, del Benfica, del Valencia,<br />
del Villarreal, del Deportivo…Añadió el ex más doloroso de todos: ex futbolista. Ahora, con<br />
una sonrisa triste, abrirá las numerosas puertas que sus jóvenes 36 años le esperan. Un campeón<br />
será recuerdo entre los grandes, ahora pide paso la persona.<br />
Marchena va con abrigo, siempre afable, entra en el Instituto MedicAljarafe (el centro médico<br />
de su esposa) y saluda con familiaridad a la recepcionista, nos adentramos en uno de los despachos<br />
y de inmediato procedemos a la charla. Directamente a los ojos, hablamos del pasado, del<br />
presente y del futuro. El ambiente huele a fútbol y a limpio. La nostalgia quiere entrar a golpes<br />
en la conversación: “Yo soy de Las Cabezas de San Juan, a unos 50 kilómetros de Sevilla, y desde<br />
los diez años iba y venía a la Ciudad Deportiva del Sevilla. Mi sueño era el de todos aquellos<br />
chiquillos, ser futbolista del Sevilla, que era lo máximo. Y yo me sentí un privilegiado al conseguirlo.<br />
La verdad es que la situación era propicia, porque el equipo, en Segunda, sin apenas<br />
dinero para fichar, tenía que tirar de la cantera. Y así cumplí mis sueños, con apenas 18 años”.<br />
En aquella excelente generación de cachorros sevillistas (José Mari, Paco Gallardo, Francisco,<br />
Jesuli, Velasco, Víctor Salas, Marchena…) todos se asentaron durante años en Primera, pero<br />
fue Carlos Marchena el que se enganchó durante más tiempo en la elite y el último en bajar la<br />
bandera como futbolista. “Sí, yo he sido el que más tiempo he estado como jugador y el que<br />
tuvo la suerte de llegar muy lejos”.<br />
—Recuerdo que Marchena se fue casi llorando cuando dejó Sevilla para irse, traspasado,<br />
al Benfica portugués.<br />
—Y sin el casi (me rectifica). Me fui llorando y desde luego aquel episodio fue de los momentos<br />
más difíciles de mi carrera. Tenía solo veinte años y consideraba que a esa edad lo tenía<br />
todo; porque estaba jugando en el Sevilla, el equipo en el que siempre quise jugar; mis sueños<br />
se habían cumplido jugando en el primer equipo y me había asentado. Recuerdo que todo<br />
fue muy brusco, sin tenerme muy en cuenta. No me dijeron “oye, hay una oferta”, sino “estás<br />
vendido”. Y yo me fui llorando. Y esa espinita se me ha quedado: la de irme del Sevilla y no<br />
poder volver nunca.<br />
“Tuve la fortuna de vivir el paso al chip<br />
ganador de la Selección”.<br />
—¿Y pudo regresar el Sevilla?<br />
—Con sinceridad, nunca tuve esa opción. Yo sí que he<br />
hecho por venir. Cuando salí del Valencia, en 2010, recién<br />
ganada la Copa del Mundo, dije que venía; al año siguiente<br />
dije que venía, también al siguiente año. Pero nunca tuve<br />
una palabra afirmativa por parte del club. Cuando te dicen<br />
tres años seguidos que no… es que no. Estuvimos a una palabra,<br />
como se dice. Yo decía sí y ellos no. Al final fue no.<br />
Me quedé con las ganas de regresar al Sevilla.<br />
—Pese a todo, el sentimiento, el corazón blanquirrojo<br />
queda, ¿no, Carlos?<br />
—Hombre, claro. Yo llegué al Sevilla con diez años. Es el<br />
equipo en el que un niño tiene la ilusión y el sueño de llegar<br />
al primer equipo. Fueron muchos días de Ciudad Deportiva<br />
como para olvidarse.<br />
—Después de una breve y exitosa etapa en el Benfica,<br />
el destino le hizo un guiño favorable: el Valencia, que lo<br />
cambió a pelo por el esloveno Zahovic.<br />
—Zahovic venía del Oporto donde había estado muy bien,<br />
muy bien, y llegó al Valencia donde no le fueron las cosas<br />
como él quería. Entonces, el Benfica vio la posibilidad de<br />
ficharlo y el Valencia se fijó en mí. Cambiamos. A mí me<br />
vino de maravilla. Aterricé en un equipo que acababa de<br />
proclamarse sub campeón de la Champions.<br />
—Marchena se marchó cuando las vacas del Sevilla andaban<br />
muy flacas, con telarañas en la caja…<br />
—Pero es que yo les dije a los dirigentes del Sevilla que<br />
no me iba y ellos me decían, “no, te tienes que ir”. Yo ese<br />
día me negué en redondo y me marché a casa con el no en la<br />
boca. La verdad es que le eché un par…Tenía veinte años y<br />
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