EUROESPAÑA
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me planté: no me quería ir del Sevilla. En<br />
el Sevilla siguieron insistiendo. “Carlos, te<br />
tienes que ir porque si te quedas… es que<br />
no tenemos ni para pagar la luz, nos pueden<br />
embargar…” Yo les contesté que yo,<br />
un chaval con 20 años, no tenía la culpa<br />
de esa ruina. El club me contestó: “Tú no<br />
tienes la culpa, tú eres la solución”.<br />
—El Benfica también le seduciría,<br />
supongo.<br />
—El Benfica es un grande de Portugal,<br />
pero yo lo que quería era jugar en el Sevilla,<br />
y no me importaba para nada jugar<br />
en Segunda. Por no mirar, ni miré lo que<br />
iba a ganar, no me importaba. Yo quería<br />
jugar en el Sevilla. Entonces se me ocurrió<br />
preguntarle al club que cuánto iban a pagar los portugueses<br />
por mí. La respuesta fue tremenda: “Van a pagar 1000 millones<br />
de pesetas. Por eso te decimos que eres la solución”.<br />
Y me fui a Portugal.<br />
Un Valencia de Benítez, campeón<br />
—En Valencia le fueron muy bien las cosas.<br />
—Estuve nueve años y logramos dos veces el título de<br />
Liga, una UEFA, la Supercopa de Europa…Yo llego al Valencia<br />
y tengo la suerte de toparme con el que es posiblemente<br />
el mejor Valencia de la historia. Llevaban 25 años sin<br />
ganar una Liga y en tres años logramos dos. Nos tocó vivir<br />
una época bonita con lo difícil que es Valencia, una plaza<br />
complicada, pero yo no me puedo quejar porque a mí me<br />
trataron muy bien. Resulta paradójico: el Sevilla tan bonito<br />
que me perdí yo me lo encontré en Valencia.<br />
—Coincidió con Rafa Benítez.<br />
—Sí, llegué con él, la misma pretemporada. Ficharon a<br />
gente joven, como Rufete y De los Santos, del Málaga; Mista<br />
y Curro Torres, del Tenerife; gente muy joven y de proyección.<br />
Todo a las órdenes de Rafa Benítez. Fue un periodo<br />
“En el Valencia<br />
desarrollé una<br />
etapa muy bonita,<br />
con Benítez como<br />
entrenador”.<br />
“Del Sevilla me fui<br />
llorando, era mi<br />
casa, pero mi venta<br />
era la solución<br />
porque no había<br />
dinero”.<br />
muy bonito, realizamos grandes partidos.<br />
Debuté con la selección absoluta. En Valencia<br />
pasé unos años muy buenos.<br />
La Selección<br />
Con la selección española, Carlos Marchena<br />
vivió muy de cerca la transformación<br />
y salto del equipo nacional al primer<br />
escalón del fútbol mundial. Al cabecense<br />
le brillan los ojos cuando habla de su fructífera<br />
etapa como integrante de “La Roja”.<br />
“Vivi el paso de una selección vulgar, en<br />
el sentido de que era una de tantas. O sea,<br />
que llegábamos a un Mundial o a una Eurocopa<br />
con un ramillete de ilusiones y que<br />
luego, por una u otra causa, nunca pasábamos<br />
de cuartos; nos quedábamos con la miel en los labios.<br />
Esa sensación la viví yo en la Eurocopa de Portugal y en el<br />
Mundial de Alemania. Nos íbamos a comer el mundo, jugamos<br />
contra Francia… y a casa. Luego tuve la enorme fortuna<br />
de ser partícipe de la transformación, ese chip ganador<br />
que se activó en la Eurocopa del 88 y que tuvo un principal<br />
responsable: Luis Aragonés. Momentos históricos a partir<br />
de ese momento y yo tuve la inmensa suerte de vivirlos”.<br />
—La historia miró de cara a España, esa Selección hasta<br />
ese momento de rostro perdedor.<br />
—Luego nos dimos cuenta, pero entre nosotros comentábamos<br />
que íbamos a cambiar la historia del fútbol español. Hoy<br />
en día vivimos momentos, que la gente joven no valora porque<br />
no lo ha vivido o no se lo han contado, que hace tan solo diez<br />
años, no ochenta, de mediocridad y decepciones. Con la selección<br />
aprendí mucho. Lo hicimos: en estos momentos, toca esto,<br />
nos vamos a echar a todo un país en la espalda, nadaremos contra<br />
corriente, pero creemos y convencer al grupo de que estamos<br />
en el camino cierto. A partir de ahí, y con una carga importante<br />
de trabajo, vinieron los títulos, títulos que tuve la suerte de vivirlos.<br />
Como campeones del mundo tocamos techo.<br />
Su último equipo, el Kerala, de la Liga India<br />
Carlos Marchena ha jugado en los siguientes equipos: Juven, CD Cabecense, Sevilla FC, SL Benfica,<br />
Valencia CF, Villareal CF, RC Deportivo de La Coruña y Kerala Blaster. Este último, club de la India. Su<br />
punto final tuvo como escenario en la ciudad costera de Cochi, donde el jesuita San Francisco Javier<br />
comenzó su apostolado. La Liga india.<br />
—¿Cómo fue esta aparente locura india?<br />
—Terminé en el Depor, donde me sentí muy bien y disfruté mucho. Tenía todavía más ganas de jugar<br />
pero no en cualquier sitio. Quería algo diferente y quería jugar en algún lugar que me llamara la<br />
atención por algo. Se me presentó la posibilidad de jugar en la India. ¿La India? No sabía ni que había<br />
fútbol allí. Me atraía por la curiosidad, por el exotismo, por su leyenda. No me lo pensé y me fui. Fiché<br />
por el Kerala Blaster. Allí todo es peculiar: estás concentrado con el equipo todo el tiempo.<br />
—¿Cuánto tiempo estuvo?<br />
—El tiempo que duró la Liga: tres meses. O tres meses y medio, si te clasificas para los play off. En lo<br />
personal fue una experiencia fantástica, muy enriquecedora. En lo futbolístico, no. Pero me marcó la<br />
India. Estás allí y valoras más lo que tenemos en España. Allí hay mucha diferencia social. Te cambia<br />
la perspectiva de la vida.<br />
—¿Sigue teniendo contacto con la gente de la selección,<br />
con sus compañeros de glorias?<br />
—Es difícil, pues cada uno tiene sus historias, porque un<br />
futbolista requiere de mucha concentración y dedicación. El<br />
fútbol profesional es muy saturado y a veces pierdes el contacto<br />
con otras gentes que quieren estar contigo. Pero cuando<br />
los vuelvo a ver (a los compañeros de Selección), es como si<br />
no hubiese pasado el tiempo, y eso es lo bonito. Por ejemplo,<br />
cuando veo a David Silva, él me dice con entusiasmo,<br />
“ostia, padre”, porque así me llaman, y me da un abrazo, y<br />
nos ponemos a hablar como si el tiempo se hubiera parado.<br />
Así con todos. Porque todas esas vivencias que pasamos nos<br />
unieron mucho y eso quedará ahí para siempre.<br />
—¿Usted tenía más afinidad con alguien determinado?<br />
—Yo he intentado siempre escuchar a todo el mundo, de<br />
llevarme bien con todos. En otros tiempos existía mucha<br />
distancia de jugadores de unos equipos y otros, y siempre<br />
busqué de reducir esas distancias, siempre busqué que fuésemos<br />
más equipos en lugar de selección. Una selección son<br />
los mejores de cada equipo. Pero la palabra equipo va por<br />
delante de todo. Ese concepto nos lo metió Luis Aragonés.<br />
—¿Cómo ve el momento actual de la Selección?<br />
—La Selección posee un enorme potencial. Son gente joven,<br />
de talento, con mucha experiencia, y todo ese caudal<br />
tiene que salir a la luz. Lo que ocurre es que la sombra de<br />
los títulos que hemos conseguido es alargada, por lo que el<br />
listón lo tienen ahora muy alto. Esa coyuntura hay que irla<br />
madurando poco a poco. Pero material humano hay, y de<br />
calidad. También hay cantidad, mucha gente donde elegir.<br />
De todas formas, insisto: la sombra o la huella que dejamos<br />
es alargada y si los muchachos están de ocho en lugar de<br />
diez ya no se van a conformar. Si salimos subcampeones,<br />
que antes hubiera sido un gran éxito, habrá inconformistas.<br />
Un hándicap, claro.<br />
—Pero también habrá ventajas.<br />
—En efecto. Los complejos que nos adornaban antes,<br />
desaparecieron. Los chavales de esta selección compiten<br />
sin complejos. La Roja puede mirar a los ojos a cualquier<br />
equipo. Esta Selección es ganadora.<br />
La retirada<br />
Llegas al final de la meta, la cruzas, te secas la cara sudorosa<br />
por tanto esfuerzo, te miras al espejo. El rostro que<br />
el tiempo marcó (días de sol, días de lluvia, calor, frío, barro,<br />
alegrías, tensiones, sufrimiento, más alegrías…) te dice<br />
que tienes 36 años. Llega el momento de colgar las botas.<br />
La retirada.<br />
—Es duro el momento…<br />
—Pues sí. Ahora ves que has estado a un nivel alto, que has<br />
competido por lo máximo y que, poco a poco, tienes que ir<br />
adaptándote a lo que tienes. El foco ya no te alumbra como lo<br />
hacía anteriormente. Pero si lo asimilas bien, vives y aprendes<br />
de cada situación y la difrutas. Aquella fue una etapa, se<br />
abre otra etapa, hay que vivir el presente con humildad. Lo<br />
que has sido y vivido con anterioridad debe servir para tener<br />
confianza en el futuro, pero siempre desde la humildad.<br />
—Tiene 36 años… Se encuentra en la flor de la vida,<br />
Carlos.<br />
—La palabra retirado, jubilado… son palabras muy fuertes.<br />
Luego sales a la vida normal y te das cuenta de que eres<br />
un chaval, es complicado de digerir: dependes de donde te<br />
muevas, o eres un viejo o un chaval.<br />
—Tiene varios frentes abiertos.<br />
—En Valencia hice Turismo, ahora estudio nutricionista;<br />
siempre me gustó leer y estudiar; también estoy en el segundo<br />
nivel para conseguir el título de entrenador, pronto haré<br />
el tercero y definitivo. En esto hay que ir despacio, porque<br />
aunque tengo una dilatada y fructífera experiencia como jugador,<br />
como entrenador soy un novato y hay que empezar<br />
de cero; a gatear, luego andar y puede que llegue un día que<br />
corra… y a buen ritmo.<br />
—¿Se siente preparado para su nueva vida?<br />
—Siempre dije que mi profesión tenía fecha de caducidad.<br />
Esta llegó para mí. Me he ido preparando para ello.<br />
Tengo un montón de ideas y proyectos por desarrollar.<br />
Ahora me levanto más temprano que antes y me acuesto<br />
más tarde que antes, casi no tengo tiempo. Ahora disfruto<br />
de cosas que antes no podía. Son momentos muy buenos<br />
para mí. Le voy a decir algo: Me siento a reflexionar sobre<br />
lo vivido y me quedo muy tranquilo. Lo di absolutamente<br />
todo como futbolista, no me dejé nada en el tintero. Eso<br />
me hace sentir muy bien.<br />
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