EUROESPAÑA

Rendidos a
leo,
cinco veces
balón de
n José Manuel García-Otero
Oro
Llovía cuchillas de hielo sobre Zurich en la media mañana
del lunes, día 11, pero sobre el modernista salón
de actos del edificio principal de la FIFA el calor
invitaba a destensar los rostros. El más risueño de todos era
Lionel Messi, jugador del Fútbol Club Barcelona, que recibía
por quinta vez en su vida un Balón de Oro, galardón acreditativo
del mejor jugador del mundo en 2015. A su lado se
encontraba Cristiano Ronaldo, que esgrimía la sonrisa nerviosa
del perdedor, cerca del argentino, su compañero Neymar,
con una especie de bombín echado para atrás, que hizo
reír a Leo. Oro, plata y bronce. Cinco veces oro, un hito que
difícilmente podrá lograr otro genio, al menos en las próximas
décadas, tal vez en los próximos siglos. Lo consiguió
Leo Messi. El Principe de Rosario cosechó el el 41.33% de
los votos, frente al 27,76% de Cristiano y 7,86% de Neymar.
El argentino ganó de calle.
Le chispeaba la mirada esa mañana, apretaba el esférico
dorado que viajó a las manos de CR7 los dos últimos años.
Ahora, dicen los amigos del Principito de Rosario, quiere
extender su dominio otro año más, todos los años que pueda.
Como en 2009, 2010, 2011 y 2012, los años que consiguió
“Balones de Oro”. El que más. Ahora quiere retomar la
senda. Es cabezón Leo y glotón: engulle títulos y galardones
sin el menor indicio de empacho. Pero aquella mañana suiza,
Messi se hallaba feliz. Su quinto Balón era el corolario
de un año de oro: campeón de Liga, de Copa, Champions,
Supercopa de Europa y Mundial de clubes, un chorreón de
títulos, que coloca al Fútbol Club Barcelona en lo más alto
del planeta fútbol y a Leo Messi como su máxima estrella.
Del Bosque: “Es un
chaval de barrio y,
jugando al fútbol,
el mejor de su
pandilla”.
Zanetti: “Estamos en
presencia del mejor
futbolista de la
historia”.
Javier Zanetti, el que fuera capitán de Argentina y jugador
del Inter durante dos décadas, manifestó sin titubear: “Estamos
en presencia del mejor futbolista de la historia. Lionel
lo tiene merecido. Hay que disfrutarlo porque es argentino,
es un privilegio para los argentinos y extensible a todos los
aficionados que aman este deporte”.
En 2009, Lionel Messi recibía el primer Balón de Oro y,
como ahora, también le hizo relevo a Cristiano Ronaldo que
entonces militaba en las filas del Manchester United. Aquel
año, con Pep Guardiola en la batuta del barco azulgrana, Messi
se convertiría en el primer canterano del Barça en lograr el
entorchado más prestigioso a nivel individual. También consiguió
el galardón de la revista “Onze” como mejor jugador
del mundo, así como mejor delantero y futbolista de la Liga
de Campeones. El Barça consiguió el Mundial de clubes y en
mayo de ese año, en Roma, frente al Manchester United, su
segunda Champions. En el culmen de esa escalera de oro, la
Liga y la Copa también cayeron en brazos de los catalanes. Y
Messi, el veinteañero de apenas 1,70, llevó la antorcha de líder,
era el portador de la pócima mágica que doblegó adversarios.
El entrenador Ángel Cappa, un maestro en las artes del
fútbol, argentino y español, hablaba así de Messi: “Cuando
todos dicen que en el fútbol está todo inventado y es imposible
reinventar nada, se equivocan: no vieron al Barça y,
por supuesto, tampoco vieron a Leo Messi. Messi hace del
fútbol una permanente sorpresa, alguien que juega por inspiración,
y la inspiración le va dictando a cada jugada que
realiza. El gran mérito del Barcelona es que supo inculcar
a este genio valores como el fútbol colectivo y lo supo educar
para la práctica del mismo. Vos verás que jamás se queja
cuando le dan una patada, que no protesta ante una decisión
arbitral y nunca hace teatro”.
En 2010 el Balón de Oro se fusionó con el FIFA World Player
convirtiendo el galardón en el FIFA Balón de Oro y que
ahora, además de periodistas, también votan: capitanes de
selección y técnicos. Ese fue el año de España. La Selección
logró el título Mundial en Sudáfrica y todas las miradas apuntaban
hacia Andrés Iniesta o Xavi Hernández como favoritos
al máximo título individual. Pero ante la sorpresa de muchos,
de nuevo fue Leo Messi el que se hizo con el Balón de Oro. El
de plata lo consiguió Andrés Iniesta y el de bronce fue a parar
a manos de Xavi Hernández. El propio Leo, con el trofeo en
la mano y gesto de incredulidad, aseguró: “No me lo esperaba
ganarlo hoy. Era ya una felicidad estar aquí y, ganarlo, aún
más. Es un día muy especial para mí y quiero agradecérselo
a mis compañeros, ya que sin ellos no estaría aquí”. Pero es
que el Barça rugió de nuevo esa temporada, donde arrasó en
la Liga y en Europa también reinó llevándose la Champions.
Andrés Iniesta, el héroe de la final del Mundial, el genio
pálido, compañero y amigo de Messi, dijo: “Cada día, Leo
parece que hace algo nuevo. Nunca has visto todo. Nunca
vi otro futbolista como Messi. Cada partido, cada día y cada
año, se supera, lo que es muy difícil. En un campo de juego
marca la diferencia con una naturalidad tremenda”.
El tercer Balón de Oro lo conseguiría Leo Messi al año siguiente.
Ya era una explosión de fútbol, una realidad en toda
su crudeza. El mejor sin paliativos. Los resultados no dejaron
lugar a las dudas: La ‘Pulga’ recibió casi la mitad de los votos
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