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EUROESPAÑA

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EL FÚTBOL, PREMIADO EN<br />

LA GALA DE LOS PERIODISTAS<br />

GUIPUZCOANOS<br />

El colectivo periodístico guipuzcoano celebró su acostumbrada<br />

Gala del Deporte en la que el fútbol tuvo su espacio entre<br />

los galardonados por los éxitos alcanzados durante 2015 y por<br />

conmemorarse diversos aniversarios de clubes.<br />

El Real Unión de Irún que ganaba la Copa Federación fue homenajeado<br />

al cumplir su centenario, mientras la SD Eibar también<br />

recibió el trofeo correspondiente por sus 75 años de historia.<br />

En el capítulo de distinciones la prensa deportiva reconoció la gran<br />

temporada del equipo femenino Oiarzun Kirol Elkartea culminando<br />

con el ascenso a Primera División, premio que recogieron el presidente<br />

Koldo Fernández y la jugadora y capitana Araitz Etxab.<br />

La Real Sociedad con su vicepresidente Ángel María Oyarzun y<br />

el jugador de la primera plantilla Joseba Zaldúa acudió al acto lo<br />

mismo que el presidente y secretario de la Federación Guipuzcoana<br />

de Fútbol Juan Luis Larrea y Patxi Gabilondo, entre otras personalidades<br />

del mundo del deporte.<br />

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#partedetuvida<br />

50 años en la vida de Ramiro Fernández<br />

de artistas consumados con utensilios recientes e históricos,<br />

combinado todo ello con ese gusto de Ramiro por lo guapo,<br />

que diría un asturiano.<br />

El metal y la cerámica, el mármol y la pintura, todo rezuma<br />

ese gusto por el arte que un día le llevó a la concejalía de cultura<br />

de un Gobierno asturiano. Sin amontonar, sino estratégicamente<br />

situadas, un sillón de barbero de un petrolero que atracó en<br />

el Musel, un secador del 36, tijeras de las más diversas épocas,<br />

brochas de tacto suavísimo, hasta escupideras que se usaban<br />

para aliviar a los clientes, cuchillas, peines cortos, largos, semi<br />

cortos y semi largos, frascos con lociones refrescantes y de ás<br />

“artefactos” para su labor forman parte de ese mundo maravilloso<br />

al que se asoman los clientes de Ramiro, embebidos, seguro,<br />

de la convicción de que cortarse el pelo puede ser un placer, no<br />

un trámite obligado en la vida de cualquiera. Sentarse en sus<br />

sillones no es una delicia, es un feliz descanso que en tiempos<br />

tan agitados como los que vivimos refresca aún más que sus<br />

aromatizados productos post afeitado al mentol.<br />

Hablar de Ramiro Fernández es hablar de muchas<br />

cosas. Yo diría que, como primera de todas, de su<br />

magnífica talla humana, de su bondad y de su generosidad.<br />

Para los que solo conocen de sus habilidades en el<br />

corte de cabello, corto o largo, transversal o no, como diría<br />

ahora algún político cursi, Ramiro es todo un virtuoso de la<br />

tijera, un cuidador sumamente esmerado del cabello, un ortodoxo<br />

de la estética. Los que han pasado por sus sillones<br />

saben que en su casa-museo ovetense no se trata únicamente<br />

de cortar y tirar sin esmero, sino que en ella hallarán cuidados<br />

extremos, apurar más por aquí para que quede mejor por<br />

allá. Un arte. Y a fe que no hay muchos en dicha práctica.<br />

Ramiro Fernández, que ha extremado siempre sus atenciones<br />

a los jugadores de la selección española a los que lleva<br />

esculpiendo - término usado cuando yo era mozo y tenía un<br />

tupé a lo Elvis- el cabello durante décadas, se encuentra enzarzado<br />

ahora en la preparación del Museo de sus 50 años<br />

de vida, una obra plural fruto de su trabajo durante medio<br />

siglo, pero, también, de su búsqueda infatigable de la belleza.<br />

No hay en España peluquería que se acerque a las maravillas<br />

que Ramiro alberga en la suya, centro neurálgico de<br />

la vida ovetense, del Principado y de vecinos de otras tierras<br />

dentro y fuera, y en la que se mezclan esculturas y grabados<br />

80 81<br />

En este medio siglo ha combinado su pasión por la<br />

peluquería con otra su no menos visible vena artística<br />

y, desde luego, por la selección nacional, a cuyos<br />

integrantes ha cortado, repasado y cuidado el cabello.<br />

Hoy mima extraordinariamente el que será su Museo<br />

conmemorativo, el recuerdo imborrable de toda una vida.<br />

A Ramiro su mundo le parece el mejor de los mundos porque<br />

le ha permitido estar en un oficio que conoce a la perfección,<br />

que personalizada extremadamente y que plantea como<br />

mucho más que la mayoría de sus colegas, es decir, desde eso<br />

que tan pomposamente se llama trato personalizado sin llegar<br />

a serlo casi nunca. Ahí está la diferencia y en ello radica<br />

el éxito que ha alcanzado en su profesión. Entre sus clientes<br />

no ha sido raro, pues, encontrar no solo a decenas de futbolistas<br />

internacionales españoles, sino a personajes públicos<br />

de enorme calibre en todos los ámbitos. Bush y Gorbachov,<br />

entre ellos. Nada, en fin, que pueda sorprendernos.<br />

Parte de sus 50 años de vida, entre ellos recuerdos futbolísticos,<br />

quedarán expuestos en el Museo en el que trabaja<br />

minuciosamente desde hace años y en el que se recogerá su<br />

vinculación profesional con el mundo de la selección española,<br />

del balón, en general, y de esta Casa, en particular,<br />

proyecto al que nos sumamos, tras haber pasado afortunadamente<br />

ya algunas veces por su ágiles manos, sus hábiles tijeras<br />

y sus mullidos sillones mientras corta y enseña, advierte<br />

a sus chicos, corrige a sus ayudantes y lo riega todo con ese<br />

tono inconfundible que le ha hecho un hombre sumamente<br />

bondadoso y generoso, y en un profesional de enorme calibre<br />

y enormemente respetado.

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