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Memorias de nómada Numero 4

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memorias nomada<br />

<strong>de</strong><br />

Cultura y Arte <strong>Numero</strong> 4 - Ano 1


I<br />

N<br />

2 El DISEÑO EDITORIAL<br />

COmo Tamiz<br />

5 La musica <strong>de</strong><br />

nuestros rumbos<br />

Jhonny Euan<br />

D<br />

9 Artes visuales : Un poco más <strong>de</strong> 10 años<br />

Ramón González<br />

I<br />

C<br />

E<br />

11 Un amor muy<br />

especial<br />

Hugo Cocom y<br />

Graciela Montalvo<br />

16 Peces Podridos<br />

Andrés Castillo<br />

21 La literatura <strong>de</strong><br />

las i<strong>de</strong>as<br />

Miguel Civeira<br />

28 <strong>Memorias</strong> <strong>de</strong> un<br />

Viajero en el tiempo<br />

Katia y Jesús<br />

12 Galería:<br />

Vi|Lateral<br />

Monserrat López<br />

24 Entre la vida y el<br />

papel<br />

Yobaín Vázquez


1<br />

EDITORIAL<br />

retrospectiva<br />

En una <strong>de</strong> las presentaciones <strong>de</strong> la revista comenté que este proyecto comenzaba en medio <strong>de</strong> un cambio<br />

evi<strong>de</strong>nte en la oferta <strong>de</strong> los espacios culturales en Mérida, y específicamente en el centro <strong>de</strong> esta ciudad.<br />

Como ejemplo mencioné los foros musicales y las galerías que hace diez años eran escasas, y hoy han<br />

conformado una red, algo así como una hermandad que ofrece variados eventos para un público también<br />

diverso.<br />

La mayoría <strong>de</strong> nosotros nació un poco antes <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> siglo y es difícil comparar la ciudad <strong>de</strong> hoy a<br />

como era cuando teníamos diez años. La memoria es tacaña. Decidimos intentar una retrospectiva <strong>de</strong>l<br />

centro en sus primeros años en el Siglo XXI. En Bitácora <strong>de</strong> supervivencia, Jhonny Euán explora un poco<br />

<strong>de</strong>l ambiente musical <strong>de</strong> esas épocas, habla <strong>de</strong> cómo y quiénes eran los protagonistas <strong>de</strong> la música sobre<br />

todo <strong>de</strong>l rock yucateco. Por otro lado, Jesús Cámara Ríos y yo nos aventamos un cua<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> viaje <strong>de</strong><br />

ficción títulado "Memorías <strong>de</strong> un viajero en el tiempo" dividido en tres partes, que trata <strong>de</strong> incluir <strong>de</strong>talles<br />

y un bosquejo <strong>de</strong> cómo era Mérida en el año dos mil.<br />

Yobaín Vázquez publica una crítica al antilector en su sección Síndrome <strong>de</strong> papelera a propósito <strong>de</strong>l libro<br />

"El último lector" <strong>de</strong> David Toscana. Hugo Cocom y Graciela Montalvo colaboran con la reseña <strong>de</strong> la película<br />

italiana "Un amor muy especial" cuya traducción en español no le hace mucha justicia al título original<br />

"Ti voglio bene, Eugenio" , pero prometemos que la reseña sí.<br />

Nuestros artistas invitados en las secciones <strong>de</strong> Galería y Hoja <strong>de</strong> arce son Monserrat López Mácias con su<br />

proyecto fotográfico "Vi|Lateral", y Andres Castillo Martínez con el cuento ganador <strong>de</strong>l premio Beatriz<br />

Espejo 2014, "Peces podridos".<br />

El artista visual Ramón González colabora con una columna acerca <strong>de</strong> las artes visuales en la península.<br />

Maik Civeira aceptó participar con una columna sobre ciencia ficción, y como introducción explica por qué<br />

es importante éste género en la literatura. Natalia Macías escribe en nuestras primeras páginas sobre el<br />

diseño editorial y su función en armonía con el texto. En cuanto a ilustración Samantha Nuñez realiza una<br />

obra para el cuento “Peces Podridos”, Carlos Dzul para "La literautra <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as", <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Chiapas el poeta e<br />

ilustrador Alonso Gordillo nos manda unos caracoles, la metáfora <strong>de</strong>l libro: duro por fuera y suave por<br />

<strong>de</strong>ntro; y Luis Cruces Gómez, el ilustrador <strong>de</strong> la casa y el encargado <strong>de</strong> que todo se vea y se lea muy chulo,<br />

los bosquejos <strong>de</strong>l cua<strong>de</strong>rno y el rockero <strong>de</strong> Bitácora <strong>de</strong> supervivencia.<br />

Katia Rejón<br />

Imagen <strong>de</strong> portada por Luis Cruces


2<br />

Algunas i<strong>de</strong>as acerca <strong>de</strong>l diseño en la labor editorial*<br />

Natalia Macías Mendoza<br />

En el diseño editorial convergen dos entornos: se trata <strong>de</strong> una labor que realiza una persona versada<br />

en el manejo estético <strong>de</strong> las formas, y que al mismo tiempo <strong>de</strong>be encontrarse inserta en un contexto<br />

que organiza, presenta, distribuye y comercializa un producto editorial. Esto coloca al diseñador editorial<br />

en una posición especial y a veces conflictiva pues, empapado <strong>de</strong> ambas esferas, <strong>de</strong>be valorar<br />

tanto la textualidad como la materialidad <strong>de</strong>l producto que ha <strong>de</strong> confeccionar.<br />

Por sí mismo, el diseño gráfico orientado a las publicaciones posee una narrativa propia que pronuncia con<br />

muy variadas estrategias visuales que van más allá <strong>de</strong> los elementos paratextuales. Es <strong>de</strong>cir, el diseño editorial<br />

es un lenguaje y no constituye únicamente un soporte para la textualidad; dota a esa textualidad porque el<br />

diseño es, por naturaleza, narración, relato, historia. Así, en una publicación, el contenido se encuentra tanto en<br />

el texto como en la materialidad <strong>de</strong>l diseño que lo soporta, lo lee, lo acompaña, lo interpreta. No sólo contribuye<br />

al texto sino que media su recepción <strong>de</strong> forma <strong>de</strong>terminante.<br />

Es claro que habría que hacer distinciones acerca <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> publicación al que nos referimos cuando<br />

hablamos <strong>de</strong> las tensiones entre el lenguaje verbal y el visual, pues sin duda encontraremos mucha menos resis-<br />

*Este artículo se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la ponencia “Libros, texto e imagen: consi<strong>de</strong>raciones acerca <strong>de</strong>l diseño en la labor editorial”, presentada en la Mesa “Interrogando los<br />

paradigmas literarios: sen<strong>de</strong>ros editoriales y nuevos géneros literarios” el <strong>de</strong> 17 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2016, en el marco <strong>de</strong> la Feria Internacional <strong>de</strong> la Lectura <strong>de</strong> Yucatán (FILEY).


M<br />

3<br />

tencia en admitir las posibilida<strong>de</strong>s que el diseño proporciona en una editorial que<br />

confecciona una novela o un poemario que en el equipo editorial <strong>de</strong> una revista <strong>de</strong><br />

filología. Y no porque la segunda requiera <strong>de</strong> procedimientos menos susceptibles a<br />

ser diseñados, sino por ciertas características que son comunes a sus lectores: en<br />

ambientes científicos y académicos suelen subestimarse las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l diseño,<br />

pues se piensa que las intervenciones <strong>de</strong> éste le quitan seriedad al texto**.<br />

E<br />

Pensar en el diseño como una narración refiere dos planteamientos: el primero<br />

es que el diseño <strong>de</strong> la publicación particular cuenta por sí mismo una historia que<br />

<strong>de</strong>be mantener una relación lógica con la textualidad; el segundo, que existe una<br />

carga sociohistórica que envuelve al acto <strong>de</strong> diseñar. Porque si afirmamos que el<br />

diseño es lenguaje, hay que agregar entonces que el diseño es discurso, es cultura<br />

y es i<strong>de</strong>ntidad: contiene y <strong>de</strong>spliega siglos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo cultural, y en él pue<strong>de</strong>n<br />

rastrearse tensiones, motivaciones, memoria.<br />

En esta línea, que pareciera comenzar a tocar una sociología <strong>de</strong>l diseño, cabe<br />

preguntarnos, ¿po<strong>de</strong>mos hablar <strong>de</strong> un diseño mexicano?, si es así, ¿qué dice <strong>de</strong><br />

nosotros el diseño mexicano?, ¿qué códigos, qué relatos, qué apropiaciones preferimos?,<br />

¿con qué clase <strong>de</strong> intertextos hemos formulado nuestra i<strong>de</strong>ntidad visual? Y<br />

es que actualmente, como afirma Marina Garone Gravier, investigadora <strong>de</strong>l Instituto<br />

<strong>de</strong> Investigaciones Bibliográficas <strong>de</strong> la UNAM, “no podríamos enten<strong>de</strong>r el diseño sin<br />

pensar en sincretismo, migración, préstamos, adopción <strong>de</strong> códigos –sean tipográficos,<br />

cromáticos, tecnológicos o conceptuales–” (Garone, 2011: 20).<br />

Para abordar <strong>de</strong> forma muy breve estas reflexiones voy a referirme al diseño<br />

que se practica <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> editoriales in<strong>de</strong>pendientes mexicanas. Para empezar, el<br />

fenómeno editorial in<strong>de</strong>pendiente tiene fundamentos muy parecidos a los que<br />

dieron origen al diseño como práctica social: el primero posee entre sus motivaciones<br />

distanciarse <strong>de</strong> la mecanización con la que se conducen ciertas editoriales transnacionales,<br />

y el segundo surge en el siglo xx, con la misión <strong>de</strong> “<strong>de</strong>volverle el sentido<br />

y la i<strong>de</strong>ntidad a los espacios y objetos (…) en la ciudad industrial <strong>de</strong> masas” (Kloss,<br />

2013: 197). Así, el diseño en estas editoriales se vuelve parte <strong>de</strong> un discurso –político,<br />

si se quiere–, y se vuelca a evi<strong>de</strong>nciarlo con estrategias que conciben claramente<br />

al libro como un objeto estético (como apelando al coleccionismo o fetichismo <strong>de</strong>l<br />

lector); priorizan la inclusión <strong>de</strong> elementos gráficos, involucran al autor en la totalidad<br />

<strong>de</strong>l proceso y no temen utilizar recursos artesanales, aunque esto suponga elevar los<br />

costos o ralentizar los procesos (la ganancia monetaria no es lo más importante).<br />

X<br />

I<br />

C<br />

O<br />

**En Historia, diseño y edición (2013), Gerardo Kloss abunda en esta relación, y menciona como “el otro lado <strong>de</strong> la moneda” a los diseñadores editoriales que <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñan<br />

a la textualidad y trabajan con ella con resignación, como si se tratara <strong>de</strong> una interferencia, <strong>de</strong> una molestia inevitable.


4<br />

Las maneras <strong>de</strong>l disenador<br />

-<br />

Sobre esta misma línea, hay que apuntar que si bien para el diseñador editorial es imprescindible<br />

mantenerse actualizado en las ten<strong>de</strong>ncias emergentes en cuanto a tipología <strong>de</strong>l papel, ilustración, encua<strong>de</strong>rnación<br />

o tipografía, <strong>de</strong>be también estar consciente <strong>de</strong>l origen y <strong>de</strong>sarrollo histórico <strong>de</strong> estas ten<strong>de</strong>ncias,<br />

pues van a proveerle directrices y conexiones que complejizarán el trabajo y lo dotarán <strong>de</strong> profundidad.<br />

Para aproximarse a la responsabilidad <strong>de</strong> preparar el diseño editorial, la fase <strong>de</strong> visualización <strong>de</strong> cualquier<br />

publicación, hay que tener en cuenta ciertos atributos: para comenzar el texto <strong>de</strong>be ser comprendido,<br />

o mejor dicho: su complejidad <strong>de</strong>be ser dimensionada. En este punto hay que actuar con especial<br />

cuidado, pru<strong>de</strong>ncia y claridad por lo siguiente: si, como vimos, el diseño es narración, cuando éste se<br />

encuentra con la carga simbólica <strong>de</strong> la textualidad que arropa, pue<strong>de</strong>n crearse tensiones, ironías, <strong>de</strong>scartes<br />

o pue<strong>de</strong>n lograrse tonos que en un principio no se pretendían. La coherencia <strong>de</strong> una publicación es la<br />

convivencia, ya sea armónica, violenta o contradictoria, pero siempre consciente e intencional, entre la<br />

materialidad <strong>de</strong>l diseño y la textualidad. Debe poseerse la mayor claridad posible en cuanto a los requerimientos<br />

y propósitos <strong>de</strong> las publicaciones. Posteriormente, <strong>de</strong>ben cuestionarse los elementos y las estructuras<br />

<strong>de</strong> un diseño, para <strong>de</strong>cidir si éstas se mantienen en el diseño final y conformarlo, o si por el contrario<br />

serán <strong>de</strong>scartadas.<br />

Es particularmente interesante el tema <strong>de</strong>l conflicto y la armonía que el diseño produce <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las<br />

publicaciones. Todo comienza en la página, la cual pue<strong>de</strong> albergar un equilibrio visual o estar pensada<br />

para producir en el lector cierto grado <strong>de</strong> incomodidad o irritación.<br />

Entre los factores <strong>de</strong>l diseño susceptibles a ser maniobrados por el diseñador se encuentran: las cuestiones<br />

espaciales, el predominio <strong>de</strong> la forma, la forma a través <strong>de</strong>l color, la tensión, la repetición, la flui<strong>de</strong>z,<br />

el contraste, el equilibrio y profundidad. Dos elementos, el papel y la tipografía, son particularmente significativos<br />

en el lenguaje visual; ambos tienen una carga simbólica importante pues están anclados al origen<br />

<strong>de</strong> los libros, la invención <strong>de</strong> la imprenta.<br />

Concluyo estas breves reflexiones apuntando que aunque pudiera parecer frívolo o <strong>de</strong>sconectado <strong>de</strong><br />

la dimensión literaria, académica o científica <strong>de</strong> las publicaciones, el diseño editorial no le resta protagonismo<br />

al contenido, en su variante <strong>de</strong> signo lingüístico, puesto que es en sí mismo contenido, cultura impresa<br />

y discurso visual.


Bitácora <strong>de</strong> supervivencia<br />

5<br />

´<br />

La musica<br />

<strong>de</strong> nuestros<br />

rumbos<br />

Por<br />

Jhonny Euan<br />

´<br />

Ilustración <strong>de</strong> Luis Cruces


6<br />

Siempre que tengo la oportunidad <strong>de</strong> charlar con mi<br />

amigo Rodrigo llegamos, por instinto, al tema <strong>de</strong> la<br />

música. Por los años que me aventaja resultan<br />

interesantes sus anécdotas. Amante <strong>de</strong>s<strong>de</strong> joven <strong>de</strong><br />

la música, empezó a conocer la cultura urbana <strong>de</strong> la<br />

ciudad <strong>de</strong> Mérida gracias a sus primos, músicos <strong>de</strong><br />

El Astro <strong>de</strong> la Rumba.<br />

Me contó que durante los años 90 todo el asunto <strong>de</strong><br />

la música rockera en Mérida era <strong>de</strong> carácter clan<strong>de</strong>stino.<br />

Los “toquines” se efectuaban en lugares<br />

discretos don<strong>de</strong> se disparaba la venta <strong>de</strong> alcohol y el<br />

consumo <strong>de</strong> drogas.<br />

Rodrigo acudió a muchas <strong>de</strong> estas fiestas salvajes<br />

repletas <strong>de</strong> jóvenes <strong>de</strong>seosos <strong>de</strong> pasar un rato agradable<br />

con buena y potente música. En esos años no<br />

había re<strong>de</strong>s sociales ni esa interacción con la tecnología<br />

que hoy es muy recurrente. Los eventos se<br />

difundían entre voces, razón por la que siempre<br />

acudían amigos <strong>de</strong> amigos y conocidos <strong>de</strong> los músicos.<br />

Por su característica <strong>de</strong> “ilegales” o “secretas”, las<br />

fiestas <strong>de</strong>l rock siempre estuvieron en la mira <strong>de</strong> la<br />

policía. Hubo muchas redadas, recuerda Rodrigo.<br />

Sin embargo, con el paso <strong>de</strong> los años los “toquines”<br />

fueron organizándose mejor y la cultura musical<br />

urbana se fortaleció.<br />

De 2000 a 2010 subsistieron las ganas <strong>de</strong> hacer<br />

música <strong>de</strong> algunos, y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> otros por escuchar,<br />

bailar y agitar las cabezas al ritmo <strong>de</strong> las guitarras.<br />

La ola musical tomó un nuevo impulso y eso permitió<br />

menos opresión <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s y más eventos<br />

“un<strong>de</strong>rground” que ofrecían una alternativa a<br />

los conciertos masivos con estrellas nacionales <strong>de</strong>l<br />

rock patrocinados por reconocidas empresas <strong>de</strong><br />

espectáculos. Esto, en gran parte fue gracias a Rockultura<br />

y otras organizaciones como Colectivo<br />

Radiacción, que junto a varios grupos <strong>de</strong> músicos<br />

empren<strong>de</strong>dores han fomentado el talento local por<br />

medio <strong>de</strong> tocadas <strong>de</strong> Punk, Metal, Ska y otros géneros.<br />

En 2010 la onda musical <strong>de</strong> la ciudad se encontraba<br />

en un buen momento. Se hacían con bastante<br />

frecuencia “tocadas” en bares o centros culturales<br />

como La Quilla, el Foro Santiaguero, el bar Agozzar,<br />

que por varios años fueron se<strong>de</strong> <strong>de</strong> estas y otras<br />

manifestaciones urbanas. Parte vital <strong>de</strong> la buena<br />

secuencia <strong>de</strong> eventos fueron las nuevas bandas<br />

musicales que surgieron en la ciudad y otras que ya<br />

empezaban a consolidarse en el gusto <strong>de</strong> los jóvenes<br />

yucatecos. Por esos años grupos como Ayudantes<br />

<strong>de</strong> Caska, Denso Slam, Inutilators y la Mamá<br />

Ruda y los Skatastróficos Hijos <strong>de</strong>l Henequén eran<br />

ya referentes <strong>de</strong> la cultura urbana.


7<br />

Los parques empezaron a ser un área importante <strong>de</strong><br />

interacción juvenil <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Mamá Ruda, una<br />

banda que con su mezcla <strong>de</strong> sonidos <strong>de</strong> Ska y Swing<br />

se ganó el aprecio <strong>de</strong> muchas personas. Se retomaron<br />

festivales y otros más tuvieron sus primeras<br />

ediciones. Un ejemplo es el festival Paso a Paso que<br />

tuvo seis ediciones en varios parques como Mejorada,<br />

Alemán, Ibérica; con bandas como Jam Gorila,<br />

Maya Roots, Los Llamados Superpuestos, entre<br />

otras.<br />

A la par <strong>de</strong> estas intervenciones en espacios públicos,<br />

seguía la diversidad <strong>de</strong> “toquines” en lugares<br />

cerrados. La Quilla realizaba entretenidas veladas<br />

musicales para celebrar sus aniversarios. El Colectivo<br />

Propuesta Rocanrolera coordinó una sola<br />

edición <strong>de</strong> “Monstruos <strong>de</strong>l Rock Yucateco” que se<br />

llevó a cabo en un local <strong>de</strong>l barrio <strong>de</strong> Santiago y que<br />

regresó a los escenarios a varias bandas yucatecas<br />

con largo recorrido como Potaje Nuclear,<br />

Corroxxión y Niños Suburbanox.<br />

En estas fiestas musicales hechas en lugares cerrados<br />

se distribuía alcohol y el humo <strong>de</strong> la mariguana<br />

era algo tan normal como el “slam” o “mosh pit”<br />

que se formaba entre los oyentes. Por lo general,<br />

todos los eventos eran con bandas locales. Eran<br />

pocos los grupos foráneos que integraban el cartel<br />

<strong>de</strong> un evento. Sin embargo, con la perseverancia <strong>de</strong><br />

colectivos como el Santiaguero, se empezó a disfrutar<br />

en Mérida más ritmos <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> distintas<br />

partes <strong>de</strong> la república. Todos <strong>de</strong> carácter “un<strong>de</strong>rground”,<br />

<strong>de</strong> pocos reflectores y popularidad.<br />

Una fecha <strong>de</strong>stacada <strong>de</strong> la música local fue el 2 <strong>de</strong><br />

abril <strong>de</strong> 2011, pues se realizó el festival <strong>de</strong> Rockultura,<br />

una importante organización <strong>de</strong>l rock yucateco.<br />

El éxito <strong>de</strong>l evento, efectuado en la Unidad<br />

Deportiva La Inalámbrica, obligó a que se repitiera<br />

en 2012, con más expectativa y un cartel más variado<br />

que incorporó a los grupos sobresalientes <strong>de</strong>l<br />

momento en aquel entonces: Mamá Ruda, La Venganza<br />

<strong>de</strong>l Padre García, Vortigen, Inutilators, que<br />

junto a leyendas yucatecas como I&I y Maldita<br />

Gallina <strong>de</strong>leitaron a todos los asistentes.<br />

La ola musical en Mérida era buena, los rockeros<br />

yucatecos podían disfrutar casi cada fin <strong>de</strong> semana<br />

<strong>de</strong> una buena “tocada” y pasar una agradable noche,<br />

ya sea en un parque o en un bar; como los ya citados<br />

antes, o nuevos como el Mayan Pub, e incluso más<br />

lugares públicos como el malecón <strong>de</strong> Progreso.<br />

Otra fecha que marcó al medio local fue el 29 <strong>de</strong><br />

diciembre <strong>de</strong> 2013, cuando agentes <strong>de</strong> SSP <strong>de</strong>tuvieron<br />

a 38 personas en una “fiesta clan<strong>de</strong>stina”. Se<br />

trataba <strong>de</strong> un “toquín”, en el cual se distribuía alcohol<br />

y muchos fumaban mariguana. Según la prensa,<br />

durante el operativo <strong>de</strong> vigilancia por las fiestas<br />

<strong>de</strong>cembrinas acudieron al lugar tras el aviso <strong>de</strong> dos<br />

jóvenes y corroboraron que el organizador <strong>de</strong> la<br />

“fiesta clan<strong>de</strong>stina” no tenía los permisos necesarios<br />

para un evento <strong>de</strong> esa índole, y menos para<br />

ven<strong>de</strong>r bebidas embriagantes.<br />

Esa noche <strong>de</strong>tuvieron a muchas personas que estaban<br />

en el lugar, incluidos varios músicos. Rodrigo<br />

consi<strong>de</strong>ra que la redada <strong>de</strong> esa noche fue la causa<br />

para que el auge y la armonía <strong>de</strong>l movimiento musical<br />

que imperaba en la ciudad perdiera fuerza. Por<br />

un tiempo los eventos <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> hacerse y empeza-


8<br />

ron a ser vigilados por las autorida<strong>de</strong>s.<br />

Mamá Ruda se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> los escenarios. Otras<br />

bandas que hoy en día se mantienen vigentes <strong>de</strong>saparecieron<br />

por largos periodos <strong>de</strong> tiempo, incluso<br />

algunas no han regresado <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>scansos temporales.<br />

Otras más continuaron su inercia pero sin<br />

tanta difusión en las re<strong>de</strong>s sociales, que en su<br />

momento fueron un medio para difundir los “toquines”.<br />

En la actualidad ya son pocos los eventos que<br />

se realizan y todos con un muy bajo —pero constante—<br />

número <strong>de</strong> asistentes.<br />

El Festival Rockultura no ha tenido otra edición<br />

sobresaliente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 2013 que se hizo en el Polifórum<br />

Zamná, en parte porque sus organizadores<br />

comenzaron a interesarse en proyectos televisivos<br />

para seguir impulsando el talento local.<br />

Tal vez fue una evolución. Un cambio <strong>de</strong> propuestas<br />

o estilos. Lo cierto es que hoy en Mérida las<br />

preferencias <strong>de</strong>l público han cambiado y ya se<br />

tienen más opciones a la hora <strong>de</strong> elegir un buen<br />

espectáculo.<br />

Lásgori, Vulpes Vulpes, Los Macabra, entre otras.<br />

Por otro lado, han surgido más proyectos musicales<br />

como Santiaguito Brass, un ensamble <strong>de</strong> varios<br />

músicos cuya onda es puramente callejera.<br />

Pese a esta realidad musical <strong>de</strong> 2016, Rodrigo<br />

piensa que muchos rockeros <strong>de</strong> corazón extrañan<br />

los “toquines” extremos, en lugares poco <strong>de</strong>centes y<br />

con el riesgo constante <strong>de</strong> ser golpeado por una<br />

botella <strong>de</strong> cerveza. Él es uno <strong>de</strong> esos rockeros, y<br />

pese a que todo ese rollo sigue vigente, en otros<br />

bares y con el mismo público fiel <strong>de</strong> muchos años<br />

atrás, consi<strong>de</strong>ra que esa movida ya no es “lo <strong>de</strong><br />

hoy”, ya no es la principal opción <strong>de</strong> entretenimiento<br />

en la ciudad. Al menos no cuando se habla <strong>de</strong><br />

espectáculos musicales <strong>de</strong> corte local.<br />

Los públicos y la música siguen alterando toda la<br />

diversión urbana, y así seguirán. “Sólo queda<br />

disfrutar”, dice Rodrigo.<br />

Todavía se hacen “tocadas” que organizan Rockultura<br />

y producciones pequeñas con bandas nuevas y<br />

algunas ya veteranas, pero es menos frecuente.<br />

Ahora, mucho público joven prefiere acudir a tributos<br />

y shows con bandas nacionales en bares y lugares<br />

comerciales. O entrarle a la propuesta <strong>de</strong> Sinestesia,<br />

una organización difusora <strong>de</strong> talento local que<br />

promueve y efectúa eventos, ya sea en espacios<br />

públicos, o en lugares privados como Café Momento,<br />

su “se<strong>de</strong> oficial”.<br />

Sinestesia trajo a Mérida artistas como Caloncho,<br />

Mon Laferte, Siddhartha, Comisario Pantera, y ha<br />

impulsado en gran medida la música <strong>de</strong> agrupaciones<br />

<strong>de</strong> la ciudad como Alice True Colors, Los


9<br />

Por Ramón González Valle<br />

Artes Visuales<br />

Un poco más<br />

<strong>de</strong> 10 años<br />

Ilustración <strong>de</strong> Luis Cruces<br />

A nivel nacional hay una discusión entre<br />

“bandos” <strong>de</strong> interesados en el arte que quieren<br />

un regreso <strong>de</strong> lo tradicional y <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñan sin<br />

argumentos sólidos el arte contemporáneo; y<br />

viceversa, hay personas que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n lo contemporáneo<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñando lo tradicional. Las<br />

licenciaturas <strong>de</strong> artes visuales y plásticas son<br />

incluyentes: aceptan todas las manifestaciones<br />

artísticas y proponen métodos para su estudio y<br />

enseñanza. La calidad <strong>de</strong> cómo se hace es otro<br />

tema <strong>de</strong> discusión. Es <strong>de</strong>cir, es más flexible una<br />

institución y hay muchas posturas en las personas<br />

interesadas en el arte. Pero son las personas<br />

con estudios en el área en su mayoría quienes<br />

tienen una mentalidad más abierta.<br />

En Yucatán se “institucionalizó” el arte contemporáneo con las licenciaturas en Artes Visuales por<br />

parte <strong>de</strong> la Escuela Superior <strong>de</strong> Artes <strong>de</strong> Yucatán y Universidad Autónoma <strong>de</strong> Yucatán hace un poco<br />

más <strong>de</strong> 10 años. Hubo <strong>de</strong>scalificación y rechazo <strong>de</strong> algunos artistas locales, autodidactas en su<br />

mayoría, hacia esa manera <strong>de</strong> producción artística. Existió un movimiento en las aguas cuando se<br />

anexó los modos <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> lo contemporáneo porque no hubo una ruptura con lo anterior,<br />

ya que continúan los modos <strong>de</strong> producción que estaban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antes <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong> las escuelas.<br />

Esto significa que sí hay un avance y se producen manifestaciones artísticas en Yucatán contrario a<br />

las tesis que sustentan que el arte está estancado.


10<br />

Lo que habría que empezar a hacer es una crítica <strong>de</strong> arte <strong>de</strong> exposición por exposición, hablar <strong>de</strong><br />

obras si funcionan o no, <strong>de</strong> cuerpo <strong>de</strong> obra <strong>de</strong> artistas, como funcionan las instituciones relacionadas<br />

con el arte en todos los niveles, hacer esta especie <strong>de</strong> corte <strong>de</strong> caja para saber en dón<strong>de</strong> estamos<br />

y hacia dón<strong>de</strong> vamos. Hay personas que escribimos sobre el tema: Alberto Arceo, Ricardo<br />

Tatto, Christian Nuñez, Ricardo Javier Martínez Sánchez, Gloria Serrano y yo. Sin embargo,<br />

siento que aún no son las suficientes voces.<br />

En estos últimos diez años han abierto más lugares que brindan su espacio a las artes visuales en<br />

diferentes niveles, prácticamente cada semana hay una inauguración; antes la oferta era árida. Es<br />

<strong>de</strong>cir, se ha incrementado lo que se pue<strong>de</strong> ver. Si bien esto es un avance no es lo suficiente, hay<br />

que elevar la calidad <strong>de</strong> lo mostrado y como se muestra, pocos lugares tienen un proceso curatorial<br />

y museográfico. Se trivializa el arte como un evento y se <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> lado las obras tanto <strong>de</strong><br />

manera oficial como privada.<br />

Hay esfuerzos que <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> lado la trivialización, pero son aislados y las autorida<strong>de</strong>s con tal <strong>de</strong><br />

cumplir un cierto número <strong>de</strong> exposiciones para <strong>de</strong>cir que “cumplieron”, no <strong>de</strong>jan trabajar con<br />

suficiente planeación una muestra. Quieren inauguraciones cada 15 días, cuando sería mejor algo<br />

que valga la pena con una investigación a<strong>de</strong>cuada por un curador, un trabajo <strong>de</strong> museografía<br />

planeado, con duración <strong>de</strong> 6 meses a un año expuesto. Pero prefieren algo exprés que se hace por<br />

cumplir con un número.<br />

Son pocos los artistas que han egresado <strong>de</strong> ambas escuelas ya mencionadas. La responsabilidad<br />

<strong>de</strong> ejercer en el arte es personal, esto significa que muchos que estudian no tienen un interés real<br />

en ningún área <strong>de</strong> las artes visuales. Esto suce<strong>de</strong> en muchas carreras, pero artes, al ser una carrera<br />

en la que la mayoría <strong>de</strong> lo que se hace es público, brillan por su ausencia las nuevas generaciones.<br />

Esto es una provocación para que se apropien <strong>de</strong> espacios, expongan y escriban sobre arte.


Recomendaciones<br />

11<br />

Un amor muy especial<br />

Por Hugo Cocom y Graciela Montalvo<br />

El escritor y novelista francés, Alejandro Dumas (hijo)<br />

pronunció esta frase: “Debemos amar, no importa a<br />

quién, no importa cómo, mientras se ame”, la cual<br />

pue<strong>de</strong> ser utilizada como trasfondo <strong>de</strong> la película italiana,<br />

escrita y dirigida por Francisco José Fernán<strong>de</strong>z Un<br />

amor muy especial (Ti voglio bene Eugenio) estrenada<br />

en 2002.<br />

Cuenta la historia <strong>de</strong> Eugenio (Giancarlo Giannini), un<br />

hombre maduro con Síndrome <strong>de</strong> Down que invierte su<br />

tiempo trabajando como jardinero y es a su vez voluntario<br />

en el centro <strong>de</strong> traumatología <strong>de</strong> un hospital. Es<br />

ahí don<strong>de</strong> conoce a Laura (Chiara <strong>de</strong> Bonis) joven que<br />

resultó gravemente herida <strong>de</strong>bido a un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong><br />

auto, y a quien ayuda en su proceso <strong>de</strong> rehabilitación.<br />

La historia adquiere intensidad cuando Elena (Giuliana<br />

<strong>de</strong> Sio), una vieja amiga <strong>de</strong> Eugenio <strong>de</strong> la cual estaba<br />

enamorado, regresa para confesarle un secreto.<br />

Ganadora <strong>de</strong>l premio <strong>de</strong>l festival cinematográfico <strong>de</strong><br />

Palm Springs 2002 y con una duración <strong>de</strong> 95 minutos,<br />

el filme es una muestra <strong>de</strong> los diferentes contrastes a<br />

los que un ser humano con ésta discapacidad se pue<strong>de</strong><br />

enfrentar: ya sea la imposibilidad <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r ser correspondido<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un plano sentimental o mostrarse auténticamente<br />

in<strong>de</strong>pendiente para hacer cambiar la opinión<br />

<strong>de</strong> una mujer que tiene por solución abortar a su<br />

bebé (como se ve en la escena don<strong>de</strong> Eugenio interviene<br />

para convencer a un personaje sobre su <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong><br />

abortar a su hijo que ha sido diagnosticado con dicho<br />

síndrome) y sobre todo, la capacidad <strong>de</strong> dar amor por<br />

encima <strong>de</strong> los estigmas impuestos por la sociedad.<br />

Francisco José Fernán<strong>de</strong>z nos presenta al amor en el<br />

personaje <strong>de</strong> Eugenio: alguien capaz <strong>de</strong> expresar y<br />

recordar que el tiempo no afecta las emociones verda<strong>de</strong>ras,<br />

pues rompe con aquellas barreras interpuestas<br />

para evocar lo que es una promesa. Eugenio es un<br />

transmisor <strong>de</strong> emociones. El personaje permite al espectador<br />

contagiarse <strong>de</strong> la visión <strong>de</strong>l director, quien da una<br />

menor perspectiva a las condiciones en la que nos<br />

<strong>de</strong>senvolvemos rutinariamente. El director pone en<br />

marco la relevancia <strong>de</strong> aquellas personas que pa<strong>de</strong>cen<br />

este síndrome y nos asegura, con un toque cómico y<br />

dramático, que ellos pue<strong>de</strong>n ser completamente<br />

productivos e in<strong>de</strong>pendientes, como se muestra en la<br />

escena don<strong>de</strong> Eugenio cocina para Elena o cuando<br />

Eugenio pone en tela <strong>de</strong> juicio sus sentimientos y rechaza<br />

a Elena al no querer tener relaciones sexuales con<br />

ella mientras ésta se encuentra borracha.<br />

Nadie se cuestiona que los seres humanos con este<br />

síndrome son capaces <strong>de</strong> elevar la dignificación<br />

humana, sin embargo es preciso señalar la importancia<br />

<strong>de</strong> esta disparidad <strong>de</strong> pensamiento. La película presenta<br />

una visión <strong>de</strong>l colectivo con discapacidad y contribuye<br />

a recibir con empatía y percibir con admiración, cómo<br />

se pue<strong>de</strong> expresar amor por encima <strong>de</strong> las circunstancias.<br />

A modo <strong>de</strong> ejemplo, el director elimina por completo<br />

las barreras que <strong>de</strong>rriban el miedo que pudieran<br />

impedir mantener una buena comunicación familiar,<br />

como la <strong>de</strong> Eugenio y su hermano mayor, incluso el<br />

conservar las memorias <strong>de</strong> una amistad <strong>de</strong>l pasado, tal<br />

como se muestra en los Flasbacks <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>l protagonista.<br />

Pese a ser una cinta poco difundida, ésta no <strong>de</strong>be<br />

estar exenta en recibir mayor recibimiento. La temática,<br />

la ambientación y la historia son la triada <strong>de</strong> un guión<br />

perfectamente entendible que tiene por esencia encaminar<br />

a las nuevas generaciones en la inclusión <strong>de</strong> una<br />

<strong>de</strong>seable ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> pensamiento, don<strong>de</strong> todos los<br />

individuos son capaces <strong>de</strong> sentir y ser autosuficientes,<br />

basándose en el respeto hacia los <strong>de</strong>más, sin importar<br />

su condición social, racial, <strong>de</strong> género y salud.<br />

Un amor muy especial nos invita a explorar más allá <strong>de</strong>l<br />

cine hollywoo<strong>de</strong>nse para darle una bienvenida calurosa<br />

al cine in<strong>de</strong>pendiente.


12<br />

Galería<br />

Vi<br />

|Lateral<br />

Monserrat López Macías<br />

Nació el 29 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 1988<br />

en Chiapa <strong>de</strong> Corzo, Chiapas,<br />

actualmente radica en Mérida,<br />

Yucatán, México. Realizó estudios<br />

en la Licenciatura en Artes Visuales<br />

<strong>de</strong> la Universidad Autónoma <strong>de</strong><br />

Yucatán. Ha participado en exposiciones<br />

colectivas e individuales en<br />

galerías privadas en la ciudad<br />

don<strong>de</strong> resi<strong>de</strong>.<br />

Sus obras han formado parte <strong>de</strong> la<br />

Feria <strong>de</strong> Artes Visuales <strong>de</strong> Yucatán<br />

FAVY (2011). Su interés por la tridimensionalidad<br />

la ha llevado a<br />

tomar cursos como Construcción<br />

en Ma<strong>de</strong>ra en la Fundación Gruber<br />

Jez A.C. Por otra parte su interés<br />

por manifestaciones bidimensionales<br />

la condujo a tomar cursos <strong>de</strong><br />

dibujo, pintura, gráfica y fotografía<br />

con artistas como Jordi Boldó,<br />

Renato González, Mario Reyes,<br />

Teresa Vázquez, Juan José Herrera<br />

y Lizette Abraham. Su trabajo artístico<br />

está relacionado con la experimentación;<br />

algunas obras muestran<br />

la estética <strong>de</strong> la <strong>de</strong>construcción<br />

<strong>de</strong> la imagen, representando<br />

panoramas urbanos, sociales y<br />

paisajísticos.


13<br />

Vi|Lateral<br />

Fotografía Digital<br />

(Proyecto en proceso)<br />

Monserrat López Macías<br />

2016<br />

Vi|Lateral<br />

Fotografía Digital<br />

(Proyecto en proceso)<br />

Monserrat López Macías<br />

2016


14<br />

Vi|Lateral<br />

Fotografía Digital<br />

(Proyecto en proceso)<br />

Monserrat López Macías<br />

2016<br />

Vi|Lateral<br />

Fotografía Digital<br />

(Proyecto en proceso)<br />

Monserrat López Macías<br />

2016


15<br />

Vi|Lateral<br />

Fotografía Digital<br />

(Proyecto en proceso)<br />

Monserrat López Macías<br />

2016<br />

Vi|Lateral<br />

Fotografía Digital<br />

(Proyecto en proceso)<br />

Monserrat López Macías<br />

2016


16<br />

Peces Podridos<br />

Por Andrés Castillo Martínez<br />

Cuento ganador <strong>de</strong>l "Premio Beatriz Espejo 2014"<br />

Ilustración por<br />

Samantha Nuñez<br />

El aroma <strong>de</strong>l pan le dio la bienvenida a Ricardo. Irene<br />

estaba en la cocina terminando <strong>de</strong> hornear y preparar<br />

café para el <strong>de</strong>sayuno. Era media mañana y ella sabía<br />

la hora en que llegaba su marido; él volvía <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

haber estado tres días en altamar en el buque <strong>de</strong> la<br />

compañía pesquera. Al tocar puerto los pescadores<br />

van hacia el almacén don<strong>de</strong> limpian <strong>de</strong> escamas los<br />

peces, les sacan la hiel y reciben una parte, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

algún dinero como sueldo. Cuando Ricardo entró a la<br />

cocina Irene abordó sus labios; sus manos calentadas<br />

por el horno lo arrastraron hasta el baño. Él sólo<br />

quería saciar su hambre, mitigar su fatiga <strong>de</strong> la larga<br />

jornada, pero Irene también quería saciarse con su<br />

pescador; a pesar <strong>de</strong>l cansancio, Ricardo se <strong>de</strong>jó<br />

hacer en el suelo <strong>de</strong>l baño. Un tibio vapor, sucio <strong>de</strong><br />

escamas y arena, envolvía los cuerpos, mientras en la<br />

cocina se enfriaba el <strong>de</strong>sayuno.<br />

Después <strong>de</strong> matar el hambre, Ricardo se<br />

<strong>de</strong>splomó en un sueño cálido <strong>de</strong> mediodía. Cuando<br />

<strong>de</strong>spertó, el sol moría en el mar. Su pequeña casa<br />

quedaba cerca <strong>de</strong>l monstruo <strong>de</strong> agua y la luz reverberaba<br />

en las pare<strong>de</strong>s tiñéndolas <strong>de</strong> rojo. Irene había<br />

lavado la ropa y la tendió en la soga <strong>de</strong>l patio trasero;<br />

limpia y blanca, la ropa flotaba como gaviotas atrapadas<br />

en el viento. Una peste pútrida atrajo a Ricardo<br />

hacia la cocina; vio una bolsa con peces podridos en<br />

el suelo; Irene disponía algo <strong>de</strong> cenar.<br />

― ¿Volviste a olvidar los pescados que te traje?, ¿por<br />

qué no los cocinaste?


17<br />

― Eran <strong>de</strong>masiados para mí sola; hice algunos, pero<br />

olvidé los <strong>de</strong>más, perdón. Sabes que me fastidia<br />

comer mucho pescado y no soporto tener que guardarlo<br />

en la nevera.<br />

― Al menos hubieras ido al mercado a ven<strong>de</strong>rlos y no<br />

<strong>de</strong>jar que se pudrieran y <strong>de</strong>sperdiciaran así como si<br />

nada. ¿Qué hiciste con los que traje hoy?<br />

―Ya los guardé, no se me van a olvidar estos, <strong>de</strong><br />

veras.<br />

― Eso espero.<br />

― Mejor ven a cenar.<br />

Terminada la cena ambos se dirigieron al<br />

baño para asearse. Irene <strong>de</strong>svestía a Ricardo y aspiraba<br />

con profundidad las ropas, él se <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong>snudar,<br />

mojar con el agua tibia y enjabonar y tallar con una<br />

piedra marina para quitar la piel marchita por sus días<br />

<strong>de</strong> pesca. Yendo <strong>de</strong> su cuerpo al <strong>de</strong> Ricardo, Irene<br />

refrescaba sus miembros y los relajaba disponiéndolos<br />

para la noche. Después <strong>de</strong> quitarse el exceso <strong>de</strong><br />

humedad con las toallas, salieron <strong>de</strong>l baño y se<br />

tendieron en la hamaca <strong>de</strong>l cuarto. A veces el bochorno<br />

acumulado incomodaba el acostarse en una sola<br />

hamaca y dormían por separado, pero el frescor <strong>de</strong> los<br />

cuerpos limpios estimulaba el <strong>de</strong>seo. El vaivén <strong>de</strong> la<br />

hamaca, como un oleaje suspendido, los arrastraba<br />

como la marea alta. Después <strong>de</strong> amarse, con caricias<br />

por el cuerpo intentaban conciliar el sueño que se<br />

resistía a acogerlos.<br />

―Irene, ¿no te gustaría tener hijos? Ya tenemos más<br />

<strong>de</strong> un año <strong>de</strong> casados.<br />

―Mi cielo, aún no lo sé; no me siento lista para<br />

cuidar hijos.<br />

―Pero ya te lo he dicho varias veces, los vamos a<br />

crecer juntos; vas a ser una buena mamá.<br />

―No sé, Ricardo, ¿no te parece que aún estamos<br />

jóvenes para pensar en eso?<br />

―Pero ya estamos casados, en eso mismo <strong>de</strong>bemos<br />

pensar ahora, sino en qué, mi amor.<br />

―Bueno, pues ya veremos.<br />

Acostumbrado a levantarse antes que el sol, Ricardo<br />

abandonó la hamaca y se dirigió al patio para remendar<br />

re<strong>de</strong>s, preparar anzuelos y afilar cuchillos que le<br />

servirían ese día. La ausencia <strong>de</strong> su pescador junto a<br />

ella obligó a Irene a <strong>de</strong>jar el sueño y preparar algo<br />

para el <strong>de</strong>sayuno. Un par <strong>de</strong> besos y caricias al amanecer<br />

<strong>de</strong>spidieron a Irene.<br />

―Me gustaría que vinieras conmigo.<br />

―No ando con muchas ganas para ir al mar, mi amor;<br />

mejor me quedo y arreglo la casa y preparo la comida<br />

cuando vuelvas.<br />

―Está bien, entonces, nos vemos al rato.<br />

―Cuídate, amor.<br />

Cuando la compañía pesquera no contrataba<br />

personal, Ricardo iba al astillero para rentar una<br />

pequeña lancha <strong>de</strong> motor junto a otros compañeros<br />

pescadores; se lanzaban a altamar y atrapaban mercancía<br />

por su cuenta; al volver la ofrecían en el mercado<br />

dividiéndose las ganancias que les permitían<br />

esperar hasta el siguiente viaje. En el astillero trabajaba<br />

Arón como reparador <strong>de</strong> lanchas y carpintero. De<br />

vez en cuando acompañaba a quienes iban <strong>de</strong> pesca,<br />

la fuerza <strong>de</strong> sus brazos podía ser un valioso apoyo<br />

para jalar re<strong>de</strong>s en días <strong>de</strong> abundancia. En grupos <strong>de</strong><br />

tres o cuatro salían los hombres a hacer la labor en el<br />

mar, ya acordado el respectivo trabajo y cómo se<br />

repartirían los gastos <strong>de</strong> alquiler y la futura ganancia.<br />

Salían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> temprano aprovechando la marea baja y<br />

la tenue luz <strong>de</strong>l día para sorpren<strong>de</strong>r los cardúmenes.<br />

Varias horas en el océano pasaban como olas veloces;<br />

por la altitud y la fuerza <strong>de</strong>l sol calculaban el mediodía<br />

para retornar al puerto. Ricardo se entregaba a su<br />

oficio con vigor y entusiasmo; él solía mantener el<br />

buen humor entre sus compañeros mientras espera-


18<br />

ban llenar las re<strong>de</strong>s. El movimiento <strong>de</strong> la marea<br />

creaba una armonía en su ritmo <strong>de</strong> trabajo, se acoplaba<br />

al océano y su oficio como pescador le resultaba<br />

placentero.<br />

En casa, Irene sabía cuándo volvería su pescador.<br />

Las labores domésticas no le llevaban mucho<br />

tiempo y al terminar podía salir a entregar sus encargos.<br />

Solía aceptar prendas para zurcir, algunos pedidos<br />

<strong>de</strong> bordado o ropa que necesitara arreglo. No era<br />

media mañana cuando salió para recorrer el puerto,<br />

entregando su labor, cobrando algún dinero, pasar por<br />

el mercado y conseguir algo para la <strong>de</strong>spensa.<br />

Cuando sus pendientes estaban listos iba al astillero.<br />

Como ese día Arón no acompañó a los pescadores, se<br />

quedó en la parte <strong>de</strong>l taller trabajando en algún bote;<br />

su faena iniciaba raspando los crustáceos que se<br />

pegaban en el fondo; adheridos con moho y podredumbre,<br />

era necesario forzarlos con navajas y rastrillos<br />

agudos para <strong>de</strong>jar limpia el área a reparar. En esto<br />

se encontraba cuando llegó Irene. Dejando sus herramientas<br />

sus manos buscaron el cuerpo <strong>de</strong> ella,<br />

aferrándola como si le perteneciera. En el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> esas manos rudas, sucias <strong>de</strong> moho y sudor, Irene se<br />

<strong>de</strong>jaba poseer por él y disfrutaba el vigor <strong>de</strong> ese<br />

hombre diferente, distinto al pescador, con la fuerza y<br />

la energía <strong>de</strong> alguien que tiene los pies en la tierra,<br />

pero sabe manejar los embates <strong>de</strong>l océano.<br />

―En dos días saldrá un viaje <strong>de</strong> la compañía.<br />

― ¿Vas a irte con ellos?<br />

― No, voy a quedarme, tengo mucho trabajo.<br />

― Entonces, no podré venir, no tendrás tiempo.<br />

― Los viajes <strong>de</strong> la compañía siempre duran varios<br />

días, a<strong>de</strong>más en la noches no trabajo, lo sabes.<br />

― De todos modos le preguntaré a Ricardo cuanto<br />

tiempo tardará el viaje, él nunca <strong>de</strong>saprovecha esas<br />

oportunida<strong>de</strong>s.<br />

El caldo <strong>de</strong> pescado llegaba a su segundo hervor.<br />

Ricardo lo disfrutaba en cada sorbo, se manchaba los<br />

<strong>de</strong>dos, chupaba los huesos precavido, se llenaba el<br />

estómago hasta el empacho. La digestión lo amodorraba<br />

en la hamaca sin dormir, Irene cosía alguna ropa<br />

en la otra hamaca. La tar<strong>de</strong> se volvía perezosa en los<br />

días que una llovizna cubría el puerto. Boleros <strong>de</strong><br />

amor roto se <strong>de</strong>jaban escuchar por la radio, los<br />

interrumpían las noticias sobre el clima, la llegada <strong>de</strong><br />

la temporada <strong>de</strong> huracanes, el primer frente frío. Irene<br />

tarareaba con <strong>de</strong>scuido un bolero <strong>de</strong> serenata. Ricardo<br />

iba recobrando el ardor cuando escuchaba hablar<br />

sobre los riesgos <strong>de</strong> las tormentas.<br />

― Irene, ven, vamos a jugar a la sirena.<br />

― ¿Qué?, ¿cómo te acordaste?, ya no hacemos eso.<br />

― Por eso, hace tiempo que no jugamos, ven, vamos<br />

a hacerlo.<br />

― Estoy cansada, Ricardo, salí por la mañana,<br />

a<strong>de</strong>más como que ya no me emociona jugar así.<br />

― Con más razón, vente te digo, vas a ser mi sirena.<br />

Jugar a la sirena era provocar la fantasía hasta<br />

alcanzar la realidad. Antes <strong>de</strong> casarse lo jugaban<br />

mucho en la playa, por las noches; durante su primer<br />

año <strong>de</strong> matrimonio fueron abandonando el juego<br />

hasta casi olvidarlo. Irene consintió a la insistencia <strong>de</strong><br />

Ricardo y se volvió sirena que tentaba al marinero.<br />

Ella fingía ser la criatura mitológica escurridiza <strong>de</strong> las<br />

profundida<strong>de</strong>s; él la perseguía en su embarcación <strong>de</strong><br />

velas hinchadas; con su canto ella lograba hipnotizarlo<br />

y doblegar su voluntad, pero no se entregaba a sus<br />

antojos; haciendo uso <strong>de</strong> un hechizo <strong>de</strong> pescadores, él<br />

conseguía encontrar el rastro, lograba atrapar a la<br />

sirena en sus brazos como re<strong>de</strong>s, la tendía en su<br />

lancha <strong>de</strong> hilos y la poseía, cayendo él mismo en las<br />

profundida<strong>de</strong>s marinas. Una siesta los envolvió el<br />

resto <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>. Al volver <strong>de</strong>l sueño había escampado<br />

y un frescor dominaba la noche.


19<br />

― Voy con los muchachos.<br />

― Mejor quédate, no me gusta que vayas, siempre te<br />

pones mal.<br />

― Sólo vamos a pasar el rato, hace días que no voy a<br />

Las mojarras.<br />

― Pero siempre te pones mal, y me habías dicho que<br />

no volverías a ir porque siempre terminan en pleitos.<br />

― Sólo es juego, Irene, voy un rato nada más, <strong>de</strong><br />

veras.<br />

Todos los pescadores que se dignaban <strong>de</strong><br />

profesar ese oficio acostumbraban nutrir la concurrencia<br />

<strong>de</strong> Las mojarras, la cantina <strong>de</strong>l puerto.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la cerveza y el aguardiente que se <strong>de</strong>rramaban<br />

como olas, en el lugar podían conseguirse por<br />

unos billetes los placeres <strong>de</strong> la piel. Cada pescador<br />

que hubiese entrado al menos una vez, había probado<br />

alguna <strong>de</strong>licia que ofrecían las mujeres. El alegre<br />

humor <strong>de</strong> Ricardo, animado <strong>de</strong> alcohol, se extendía<br />

por la cantina; en las mesas se jugaba al dominó o a la<br />

baraja y las apuestas sacaban la ira <strong>de</strong> unos y el entusiasmo<br />

<strong>de</strong> otros, pero el aguardiente apaciguaba a la<br />

mayoría y a los que no, las caricias <strong>de</strong> alguna mal<br />

pagada se los llevaban en privado. Un pescador diestro<br />

<strong>de</strong>spabilaba en su guitarra la trova; en el aire alcoholizado<br />

se dibujaban espirales que confundían el<br />

humo <strong>de</strong>l cigarro con el <strong>de</strong> los pitillos <strong>de</strong> marihuana.<br />

Las conversaciones <strong>de</strong> los camaradas iban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

arduo trabajo en el océano, los misterios que vislumbraban<br />

en altamar, la vida en el puerto y el placer <strong>de</strong><br />

las mujeres. Antes <strong>de</strong> que empezaran a caer en la<br />

inconciencia, cada hembra iba en busca <strong>de</strong> un cliente<br />

a quien ya hubiesen tirado el anzuelo. La madrugada<br />

apenas <strong>de</strong>scendía, pero la ebriedad ya se elevaba en<br />

los pescadores.<br />

―Véngase conmigo, Ricardo, sabe que tengo lo<br />

bueno para usted.<br />

― Yo… siempre voy… con lo bueno…<br />

― Venga papi, que ya eres macho calado.<br />

― Vamos sirena… te voy a… atrapar…<br />

Los borrachos salían sin prisa <strong>de</strong> la cantina<br />

acompañados <strong>de</strong> su respectiva prostituta. En una<br />

calleja oscura o en un cuartucho sucio, las parejas <strong>de</strong><br />

cliente y servidora cumplían el contrato <strong>de</strong> los cuerpos.<br />

En ebriedad, Ricardo no controlaba sus dientes<br />

ni sus manos; ante un hombre como él, no eran fingidos<br />

los ja<strong>de</strong>os que <strong>de</strong>jaba escapar su compañera. Tras<br />

expirar el tiempo <strong>de</strong>l encuentro, ella lo ayudaba a<br />

vestirse, le compartía un cigarro y lo encaminaba<br />

hacia su casa en medio <strong>de</strong> la madrugada. El escándalo<br />

siempre <strong>de</strong>spertaba a Irene, quien envuelta en un<br />

resignado silencio ayudaba a Ricardo a caer en el<br />

sueño. Había pasado media mañana cuando Ricardo<br />

se levantó y pidió <strong>de</strong> <strong>de</strong>sayunar; con fingido malhumor<br />

Irene se puso a servirle. Los días <strong>de</strong> resaca<br />

hundían a ambos en un tácito silencio don<strong>de</strong> se ocultaban<br />

reclamos.<br />

La compañía pesquera contrató a más personal para<br />

su viaje, iban a hacer más días que <strong>de</strong> costumbre. El<br />

buque saldría antes <strong>de</strong>l mediodía. Irene y Ricardo se<br />

entregaron esa mañana antes <strong>de</strong> la partida <strong>de</strong> él hacia<br />

altamar. La preocupación por el ligero retraso en su<br />

período se esfumó entre los brazos <strong>de</strong> él, su ansiedad<br />

se apaciguó como una tormenta.<br />

―Volveré en unos días, mi cielo.<br />

―Cuídate mucho, Ricardo.<br />

Un abandono parecía habitar el astillero. El<br />

ajetreo <strong>de</strong> Arón y <strong>de</strong> alguno que otro ayudante mantenían<br />

el ambiente <strong>de</strong> trabajo. Irene llegaba con la<br />

noche, cuando el reparador <strong>de</strong> botes quedaba solo.<br />

Ella se <strong>de</strong>jaba maltratar con las manos ásperas que le<br />

lijaban la piel. Sucia <strong>de</strong> aserrín y barnices, ella volvía


20<br />

a su casa por la madrugada; pocas veces amanecía<br />

junto al carpintero. Con la excusa <strong>de</strong> tener encargos<br />

que entregar al día siguiente prefería estar en su casa<br />

para recibir el día; aprovechaba la oscuridad para que<br />

no la vieran salir <strong>de</strong>l astillero, aunque en el puerto los<br />

rumores son como la sal en el mar.<br />

― Nos vemos mañana.<br />

― Hay algo que <strong>de</strong>bes saber, Irene. Me voy <strong>de</strong>l<br />

puerto en un par <strong>de</strong> días.<br />

― ¿Por qué, Arón?<br />

― Me ofrecieron trabajo en la ciudad y quiero tomarlo.<br />

Creo que es lo mejor.<br />

― ¿Y yo?, ya no podré verte.<br />

― Tienes a tu esposo; a<strong>de</strong>más seguramente llegará<br />

otro encargado <strong>de</strong>l astillero.<br />

― ¿Entonces mañana ya no estarás?<br />

― Si quieres pue<strong>de</strong>s venir.<br />

En la última noche, Irene y Arón <strong>de</strong>spertaron<br />

juntos al nacer el día. Unos nubarrones oscuros revestían<br />

el cielo; la lluvia <strong>de</strong>jaba caer sus primeras gotas<br />

hume<strong>de</strong>ciendo el viento. Panes <strong>de</strong> coco y huevos con<br />

tocino fue el <strong>de</strong>sayuno que compartieron; el café<br />

caliente les ayudaba a combatir el viento que se tornaba<br />

más frío. El aguacero arreció con rapi<strong>de</strong>z, y como<br />

amenazaba volverse más violento, Irene se <strong>de</strong>spidió<br />

<strong>de</strong> él con besos tibios y atravesó la lluvia hasta llegar<br />

a casa. Una vez guarecida, se <strong>de</strong>spojó <strong>de</strong> sus ropas<br />

empapadas, tomó un baño y se recostó, olvidándose<br />

en los rugidos <strong>de</strong> la lluvia convertida en tormenta.<br />

Los truenos que partían el cielo le hicieron recordar a<br />

Ricardo; se inquietó por el hecho <strong>de</strong> saberlo en<br />

altamar y la preocupación le erizó el cuerpo. Pensando<br />

en él cayó dormida. La centella <strong>de</strong> un trueno la<br />

<strong>de</strong>spertó; asomándose por el umbral vio muros <strong>de</strong><br />

agua que ascendían <strong>de</strong>l mar al cielo oscuro y revuelto<br />

<strong>de</strong> relámpagos; el viento aullaba lastimando sus<br />

oídos. La corriente eléctrica se había cortado mientras<br />

dormía; con veladoras combatió la penumbra. Iba y<br />

venía <strong>de</strong> un lado a otro como un pez atrapado en una<br />

estrecha pecera. El agua entró en la casa sin po<strong>de</strong>r<br />

evitarlo; levantó <strong>de</strong>l suelo lo que pudiese mojarse y<br />

guardó lo que podía don<strong>de</strong> mejor se protegieran las<br />

cosas. Sin po<strong>de</strong>r hacer más, Irene se mecía en su<br />

hamaca; suspendida por los hilos y en el vaivén <strong>de</strong> su<br />

balanceo extrañó a Ricardo. Arrullada por el viento,<br />

la tormenta, al ritmo <strong>de</strong> la hamaca, volvió a dormir.<br />

Su casa estaba invadida por el agua cuando<br />

<strong>de</strong>spertó al siguiente día. Tendió ropas, zapatos y<br />

mantas que por <strong>de</strong>scuido el agua empapó; la cali<strong>de</strong>z<br />

solar aún era tierna. El océano había olvidado su<br />

bravura y parecía un animal en reposo. Irene se<br />

<strong>de</strong>dicó a secar los suelos con jergas y trapeadores,<br />

comprobó el retorno <strong>de</strong> la energía al encen<strong>de</strong>r la radio<br />

y aprovechó limpiar también la nevera. Entre bolero<br />

y bolero se anunciaban noticias sobre el clima y los<br />

efectos <strong>de</strong> la tormenta pasada. Después <strong>de</strong> una<br />

canción <strong>de</strong> amor sin correspon<strong>de</strong>r, mientras Irene<br />

embolsaba la basura <strong>de</strong> la nevera, informaron sobre el<br />

hundimiento <strong>de</strong>l buque <strong>de</strong> la compañía pesquera.<br />

Decían que durante la tormenta la comunicación se<br />

había interrumpido; una avioneta <strong>de</strong> la misma empresa<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy temprano salió en su búsqueda, siguió<br />

las últimas coor<strong>de</strong>nadas recibidas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el buque. No<br />

hallaron nada. Un frío <strong>de</strong>scendió por la espalda <strong>de</strong><br />

Irene <strong>de</strong>jándola inmóvil; apenas escuchaba el murmurar<br />

<strong>de</strong> la marea; una mano <strong>de</strong>scendió a su vientre<br />

amenazado por los cólicos <strong>de</strong> su período, en la otra<br />

aún sostenía los peces podridos.


21<br />

LA LITERATURA DE LAS IDEAS<br />

por Maik Civeira<br />

¿Por qué leer ciencia ficción? Esta pregunta se me<br />

presentó cuando preparaba una clase sobre este<br />

género para el curso <strong>de</strong> historia <strong>de</strong> la literatura que<br />

impartí en un bachillerato. ¿Cuál es el punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>dicarle<br />

nuestra atención a historias que sabemos que<br />

no son reales? A partir <strong>de</strong> aquella clase preparé una<br />

presentación que <strong>de</strong>spués evolucionó en conferencia<br />

y que he estado retrabajando una y otra vez <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

hace poco más <strong>de</strong> un año. Aquí les ofrezco algunas<br />

respuestas.<br />

A la ciencia ficción se le ha llamado "la literatura <strong>de</strong><br />

las i<strong>de</strong>as". No es porque no existan i<strong>de</strong>as en toda la<br />

literatura, claro está, pero en este género tienen un<br />

papel central. Es <strong>de</strong>cir, si en otras formas <strong>de</strong> creación<br />

predominan elementos como el manejo <strong>de</strong>l lenguaje<br />

prosístico, la psicología <strong>de</strong> los personajes, la representación<br />

<strong>de</strong> la realidad social o la experimentación<br />

con la estructura narrativa; en la ciencia ficción las<br />

i<strong>de</strong>as se encuentran al centro.<br />

Esto no significa que aquellos otros elementos<br />

que<strong>de</strong>n necesariamente <strong>de</strong>scuidados (no lo están en<br />

los mejores autores), aunque es cierto que en mucha<br />

<strong>de</strong> la ciencia ficción clásica suce<strong>de</strong>. Isaac Asimov es<br />

un ejemplo primordial, pues sus personajes suelen<br />

ser planos y la estructura <strong>de</strong> sus cuentos muy lineales.<br />

Suce<strong>de</strong> que la especulación, la exploración <strong>de</strong><br />

conceptos variados, los experimentos mentales, la<br />

creación <strong>de</strong> mundos, las alegorías sobre la realidad<br />

presente y el afán <strong>de</strong> llevar premisas hasta sus<br />

últimas consecuencias, por lo general tienen un<br />

mayor peso que lo <strong>de</strong>más. Por lo tanto, la ciencia<br />

ficción es literatura que hace pensar, que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na<br />

reflexiones y cavilaciones que pue<strong>de</strong>n ser el inicio<br />

<strong>de</strong> un viaje o incluso una revolución <strong>de</strong> la propia<br />

mente. Es cierto que toda la gran literatura (y todo el<br />

gran arte) pue<strong>de</strong> hacer esto, pero en la ciencia ficción<br />

es precisamente su punto fuerte.<br />

Mucho se discute sobre el origen <strong>de</strong> la ciencia<br />

ficción y cuál pue<strong>de</strong> ostentar el título <strong>de</strong> LA primera<br />

obra <strong>de</strong>l género, pero lo cierto es que, como todo, ha<br />

tenido una lenta evolución <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mitología y las<br />

alegorías filosóficas. En lo personal, consi<strong>de</strong>ro que<br />

no hay ciencia ficción sin ciencia, y que las primeras<br />

Ilustración <strong>de</strong> Carlos Dzul


22<br />

obras a las que po<strong>de</strong>mos dar inequívocamente el<br />

nombre son aquellas que surgieron en el contexto <strong>de</strong><br />

la revolución científica, es <strong>de</strong>cir, el siglo XVII. La<br />

Nueva Atlántida <strong>de</strong> Francis Bacon y el Sueño Astronómico<br />

<strong>de</strong> Johannes Kepler, como muchísimas obras<br />

<strong>de</strong> ciencia ficción que les siguieron, tenían el propósito<br />

<strong>de</strong> presentar y explorar i<strong>de</strong>as científicas y filosóficas.<br />

En esa capacidad para <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar el pensamiento<br />

reflexivo, creativo y analítico, es don<strong>de</strong> se nota con<br />

mayor fuerza la influencia <strong>de</strong> la ciencia ficción en la<br />

cultura. Dejemos <strong>de</strong> lado la capacidad predictiva <strong>de</strong>l<br />

género: pue<strong>de</strong> ser impresionante cuando un autor<br />

adivina qué nuevas tecnologías pue<strong>de</strong>n surgir o cómo<br />

éstas impactarán la sociedad, pero vieran uste<strong>de</strong>s que<br />

no muy a menudo los escritores le atinan a lo que<br />

predicen, y en realidad poco importa si es así.<br />

Obviamente, mucha <strong>de</strong> la tecnología <strong>de</strong> la que<br />

disfrutamos actualmente existió como mera especulación<br />

en la literatura durante mucho tiempo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

inteligencia artificial hasta los viajes espaciales. Pero<br />

más importante es que algunos conceptos útiles para<br />

compren<strong>de</strong>r la realidad fueron introducidos al imaginario<br />

colectivo a través <strong>de</strong> la ciencia ficción, ya sean<br />

en el campo <strong>de</strong> la tecnología (como la palabra robot,<br />

introducida por Karel Capek en una novela <strong>de</strong> 1920)<br />

o en el <strong>de</strong>l lenguaje político (como la neolengua o el<br />

doblepensar <strong>de</strong> George Orwell en 1984).<br />

Pero importa sobre todo que vivimos en un mundo <strong>de</strong><br />

ciencia ficción, en el que a<strong>de</strong>lantos apenas imaginados<br />

por algunos visionarios (Arthur C. Clarke <strong>de</strong>scribió<br />

algo muy parecido a Internet) afectan profundamente<br />

nuestras vidas a nivel individual y colectivo.<br />

Vivimos en un mundo en el que se discute con toda<br />

seriedad cómo será posible colonizar Marte y en qué<br />

momento ocurrirá la Singularidad (es <strong>de</strong>cir, cuando<br />

la inteligencia artificial adquiera conciencia <strong>de</strong> sí<br />

misma). La premisa primordial <strong>de</strong> toda obra <strong>de</strong> CF es<br />

¿Qué pasaría si...? Desarrollar la capacidad <strong>de</strong> imaginar<br />

escenarios variables y sus consecuencias es vital<br />

en un mundo en el que el cambio es constante y lo<br />

imposible se va haciendo realidad.<br />

Esas posibilida<strong>de</strong>s no son necesariamente tecnológicas,<br />

pue<strong>de</strong>n ser sociales. Las utopías y distopías (formas<br />

básicas <strong>de</strong>l género <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Renacimiento) nos han<br />

mostrado los mundos con los que soñamos y las posibles<br />

realida<strong>de</strong>s a las que tememos. Una <strong>de</strong> las maestras,<br />

Ursula K. Le Guin, imaginó cómo podría funcionar una<br />

sociedad anarquista a nivel planetario o una civilización<br />

sin géneros. La ciencia ficción brinda conceptos<br />

que estimulan la imaginación y alientan la osadía, poco<br />

importa si todos ellos pue<strong>de</strong>n aplicarse al mundo real.<br />

Lo trascen<strong>de</strong>nte es que nos mantienen pensando,<br />

soñando, imaginando.<br />

La ciencia ficción se ha alimentado <strong>de</strong> los conocimientos<br />

científicos disponibles en tiempos <strong>de</strong> cada<br />

autor, pero también han inspirado a muchos futuros<br />

científicos, pues no han sido pocos <strong>de</strong> ellos los que han<br />

crecido leyendo el género. Konstantin Tsiolkovski, el<br />

padre <strong>de</strong> los cohetes mo<strong>de</strong>rnos, fue siempre un <strong>de</strong>clarado<br />

fan <strong>de</strong> Julio Verne. Carl Sagan, el mayor divulgador<br />

<strong>de</strong>l siglo XX, siempre mencionó el impacto que las<br />

novelas <strong>de</strong> John Carter <strong>de</strong> Marte tuvieron en su imaginación<br />

infantil, dirigiéndolo hacia el estudio <strong>de</strong> la<br />

astronomía.<br />

Los ejemplos <strong>de</strong> personas que encontraron inspiración<br />

en la CF son muchísimos, pero me gustaría<br />

reparar en un caso espectacular: Star Trek. Estrictamente<br />

hablando, aquí nos salimos <strong>de</strong>l terreno <strong>de</strong> la<br />

literatura, pues se trata <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> televisión, si<br />

bien fue aclamada por los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l género, y en la<br />

que colaboraron algunos escritores consagrados.<br />

Muchos episodios eran prácticamente muy buenos<br />

cuentos <strong>de</strong> ciencia ficción. Esta serie cuenta entre sus<br />

fans a científicos <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> Stephen Hawking,<br />

quien tuvo la oportunidad <strong>de</strong> aparecer en un episodio<br />

<strong>de</strong> The Next Generation.


23<br />

Leonard Nimoy, el famoso Sr. Spock, contaba que a<br />

veces científicos profesionales, seguidores <strong>de</strong> la<br />

serie se le acercaban para discutir con él cuestiones<br />

complejas, esperando que, como oficial científico<br />

<strong>de</strong>l Enterprise, entendiera <strong>de</strong> estos temas. El actor,<br />

por supuesto, no sabía <strong>de</strong> qué hablaban, pero por<br />

amabilidad (y por los lulz) se ponía muy serio y les<br />

seguía el juego.<br />

Pero la inspiración va más allá <strong>de</strong> las ciencias.<br />

Nichelle Nichols, quien interpretaba a la oficial <strong>de</strong><br />

comunicaciones <strong>de</strong>l Enterprise, Nyota Uhura, fue la<br />

primera mujer afroamericana en tener un papel principal<br />

en una serie <strong>de</strong> TV estadouni<strong>de</strong>nse. A<strong>de</strong>más,<br />

fue la primera en protagonizar un beso interracial en<br />

televisión. Eso ya era <strong>de</strong> por sí inspirador, pero hubo<br />

más. La actriz y cantante quiso unirse al movimiento<br />

<strong>de</strong> Martin Luther King quien, resulta, era un gran<br />

admirador <strong>de</strong> Star Trek. King le dijo que no abandonara<br />

la serie, pues su papel era muy importante como<br />

símbolo para la lucha por los <strong>de</strong>rechos civiles <strong>de</strong> las<br />

personas negras. Nichols siguió su consejo. Muchos<br />

años <strong>de</strong>spués, Mae Jemison se convirtió en la primera<br />

mujer afroamericana en viajar al espacio, y siempre<br />

citó a Uhura como su primera inspiración.<br />

Hay un botón <strong>de</strong> muestra más que quisiera presentarles.<br />

No hace mucho, el escritor británico Neil<br />

Gaiman viajó a China para asistir a la primera<br />

convención <strong>de</strong> ciencia ficción en la historia <strong>de</strong> este<br />

país. Durante muchos años la ciencia ficción había<br />

sido vista con malos ojos por el gobierno comunista<br />

chino como un género potencialmente subversivo, y<br />

Gaiman lo sabía, <strong>de</strong> modo que se acercó a un funcionario<br />

y le preguntó a qué se <strong>de</strong>bía que el gobierno<br />

ahora se había <strong>de</strong>cidido no sólo a permitir una<br />

convención, sino a organizarla.<br />

El funcionario respondió que los chinos eran muy<br />

buenos para copiar la tecnología <strong>de</strong> otros países. La<br />

veían, la analizaban y podían producirla a mucho<br />

menor precio. Pero no eran buenos innovando. La<br />

creatividad original les fallaba mucho. Así que unos<br />

años antes habían enviado unos analistas a Silicon<br />

Valley y al indagar sobre qué leían los técnicos <strong>de</strong> las<br />

empresas <strong>de</strong> vanguardia; se toparon con que todos<br />

ellos habían sido lectores <strong>de</strong> ciencia ficción en la<br />

infancia. El gobierno chino ahora quería preparar<br />

generaciones capaces <strong>de</strong> innovar, y para ello empezaba<br />

a impulsar la lectura <strong>de</strong> ciencia ficción entre los<br />

niños y los jóvenes.<br />

Doy una razón más para tomarse la ciencia ficción<br />

en serio. En 1959 el científico y novelista C.P. Snow<br />

advirtió que uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s problemas <strong>de</strong> la<br />

civilización occi<strong>de</strong>ntal contemporánea es que la vida<br />

intelectual se encontraba dividida en dos culturas: la<br />

científica y la <strong>de</strong> las humanida<strong>de</strong>s, muchas veces<br />

ininteligibles entre sí, que se miran con <strong>de</strong>sdén o<br />

<strong>de</strong>sconfianza. Pues bien, la ciencia ficción pue<strong>de</strong> ser<br />

uno <strong>de</strong> los puntos <strong>de</strong> encuentro entre ambas culturas,<br />

ya que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre ha sido el territorio <strong>de</strong> literatos<br />

apasionados por la ciencia, <strong>de</strong> científicos apasionados<br />

por la literatura y <strong>de</strong> los lectores apasionados por<br />

ambas. La ciencia ficción pue<strong>de</strong> ser una herramienta<br />

para acercar estas dos tradiciones que han estado<br />

divergiendo en los últimos siglos.<br />

Pero más allá <strong>de</strong> todas estas razones prácticas, quizá<br />

lo más importante <strong>de</strong> la ciencia ficción es que es<br />

asombrosa. Es una fuente inagotable <strong>de</strong> maravillas,<br />

<strong>de</strong> ensueños y fantasías. Es un tipo <strong>de</strong> literatura que<br />

hace soñar, viajar y disfrutar <strong>de</strong> la lectura. Sobre<br />

todo, las gran<strong>de</strong>s obras <strong>de</strong> ciencia ficción son en sí<br />

mismas gran<strong>de</strong>s obras <strong>de</strong> la literatura, punto.<br />

Valgan las anteriores reflexiones como introducción<br />

a este espacio, en el que conversaremos sobre ciencia<br />

ficción, los géneros fantásticos y la cultura pop<br />

en general. ¡Les doy la bienvenida!


24<br />

Síndrome <strong>de</strong> papelera<br />

Entre<br />

la<br />

vida y<br />

el<br />

papel<br />

Por Yobaín Vázquez Bailón<br />

Ilustraciones <strong>de</strong> alonso<br />

gordillo


25<br />

Peor que no ser lector: ser un anti-lector.<br />

Hay gente que nunca ha podido leer un libro por<br />

razones que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la <strong>de</strong>sidia hasta el analfabetismo.<br />

No hay problema, a los primeros se les pue<strong>de</strong><br />

convencer y a los segundos alfabetizar. Pero hay<br />

otro tipo <strong>de</strong> personas que se precian, se enorgullecen<br />

y hasta cacarean no haber abierto un libro en toda su<br />

vida. Lo peor es que uno <strong>de</strong> sus motivos para<br />

<strong>de</strong>spreciar la lectura es porque no le asignan un<br />

valor a esa actividad que les pue<strong>de</strong> robar aproximadamente<br />

20 minutos al día (si es que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n hacer<br />

caso a esos infames promocionales <strong>de</strong> lectura).<br />

Estos anti-lectores prefieren el cine o la televisión<br />

porque, claro, un libro nunca les proporcionará<br />

entretenimiento. Son a<strong>de</strong>más los que impulsan un<br />

conjunto <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as erróneas sobre la lectura. David<br />

Toscana lo sabe expresar muy bien en el libro El<br />

último lector: “Si acerco las manos al fuego […],<br />

me quemo; si me encajo un cuchillo, sangro; si bebo<br />

tequila, me emborracho; pero un libro no me hace<br />

nada, salvo que me lo arrojes en la cara”.<br />

Esos son los anti-lectores: una punta <strong>de</strong> ignorantes.<br />

Los libros inci<strong>de</strong>n en el comportamiento<br />

humano más <strong>de</strong> los que muchos pue<strong>de</strong>n imaginar.<br />

De acuerdo con la encuesta Religion and Atheism<br />

In<strong>de</strong>x, el 57% <strong>de</strong> la población en el mundo es<br />

creyente <strong>de</strong> alguna religión; pues bien, al menos las<br />

tres religiones más importantes se basan en un libro.<br />

Esos libros religiosos cuentan historias cosmogónicas,<br />

fábulas ejemplificadoras y poemas estimulantes;<br />

cuando no ofrecen consejos, legislan la vida<br />

pública y privada, entre otras cosas. El 57% <strong>de</strong> la<br />

población mundial <strong>de</strong>bería ser atenta masa lectora y<br />

paladines <strong>de</strong>l libro, porque al menos en uno <strong>de</strong> ellos<br />

ha encontrado que no se pue<strong>de</strong> ser solamente<br />

humano, sino que es mejor convertirse en humano<br />

lector. El problema es que hay cristianos que nunca<br />

han leído la Biblia y musulmanes que leen<br />

exclusivamente el Corán. Los judíos tal vez se<br />

salven <strong>de</strong> estas generalizaciones impru<strong>de</strong>ntes.<br />

El punto al que quiero llegar es que la religión<br />

<strong>de</strong>muestra el <strong>de</strong>seo que tiene la humanidad para<br />

<strong>de</strong>jarse embelesar por las palabras: creerlas, malinterpretarlas,<br />

hacerlas ley, <strong>de</strong>safiarlas, profanarlas…<br />

La lectura no es, entonces, una actividad que paraliza<br />

y hace pasar el tiempo tediosamente; todo lo<br />

contrario: pone al lector en movimiento y al tiempo<br />

<strong>de</strong> cabeza. Vuelvo a citar a David Toscana: “creen<br />

en la novelas <strong>de</strong> la Biblia, en resucitados, ángeles,<br />

botes que cargan con toda la fauna, infierno y paraíso,<br />

el sol que se <strong>de</strong>tiene, serpientes parlanchinas y<br />

marranos que se lanzan por un barranco, ángeles,<br />

<strong>de</strong>monios, crucificados y tantas cosas que nadie ha<br />

visto ni verá más que a través <strong>de</strong> las palabras;<br />

entonces no me explico […] por qué piensan que<br />

hay un abismo entre la vida y el papel”. Creer o no<br />

creer en lo que cuenta un libro es un falso dilema,<br />

toda composición literaria y todo ejercicio <strong>de</strong> escritura<br />

conlleva un engaño al lector. Es un engañar<br />

para cautivar.<br />

No hay tal abismo entre la vida y el papel: hay un<br />

puente.<br />

Pobre <strong>de</strong>l anti-lector que se priva <strong>de</strong> una buena<br />

lectura. Nunca sabrá en qué momento le pudo haber<br />

sido útil hojear el Quijote. Va a ignorar por toda la<br />

eternidad lo que es la prosa <strong>de</strong> Dostoievski. Se marchitará<br />

sin haberle encontrado sentido a las novelas<br />

<strong>de</strong> Joyce. A lo mejor no se perdió <strong>de</strong> mucho: una<br />

montaña <strong>de</strong> best-sellers policiacos y una carreta <strong>de</strong><br />

libros <strong>de</strong> auto superación. Quizá pudo <strong>de</strong>scubrir a<br />

García Márquez y ponerlo a dialogar con Paulo


26<br />

pocos los científicos que eligieron esa profesión por<br />

lecturas tempranas <strong>de</strong> ciencia ficción. Y qué sería <strong>de</strong><br />

la juventud sin lecturas precoces <strong>de</strong> Nietzsche o<br />

Camus. Me imagino que los pornógrafos se iniciaron<br />

por el Marqués <strong>de</strong> Sa<strong>de</strong> u otra lectura erótica. De<br />

nuevo, es algo que no sé con certeza, pero claramente<br />

los libros no entran por un ojo y salen por el otro.<br />

Siempre <strong>de</strong>jan algo en el lector: una palabra nueva,<br />

información <strong>de</strong>sconocida, un modo nuevo <strong>de</strong> ver lo<br />

cotidiano, un concepto rimbombante, una i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong>scabellada, un cliché, un razonamiento que <strong>de</strong>safía<br />

el sentido común, un prejuicio, un estereotipo…<br />

Coelho. Sus neuronas pudieron haber hecho millones<br />

<strong>de</strong> sinapsis más tan solo con revi<br />

sar cualquier novela <strong>de</strong> Del Paso. Pudo presumir <strong>de</strong><br />

leer a Isabel Allen<strong>de</strong> aunque sus neuronas murieran<br />

peor que si hubiera consumido la droga más po<strong>de</strong>rosa.<br />

¿Acaso un cuento <strong>de</strong> Borges le habría hecho<br />

reflexionar o uno <strong>de</strong> Stephen King hacer que se<br />

emocione? ¿Cómo saberlo? Nunca le dio importancia<br />

a la lectura. El anti-lector se parece a un anti-matemático:<br />

“¿para qué me han <strong>de</strong> servir las ecuaciones?”;<br />

y se asemeja a un anti-historiador: “¿para qué<br />

recordar cosas <strong>de</strong>l pasado?”. El anti-lector es, ante<br />

todo, un ser pragmático y tal como menciona Toscana<br />

en su novela, si un libro no le causa un efecto<br />

inmediato, no sirve.<br />

Ojalá que leer a Tolstoi previniera la calvicie: hoy<br />

tendríamos miles <strong>de</strong> expertos y melenudos tolstoyanos.<br />

Para este siglo <strong>de</strong> premuras, la gran <strong>de</strong>sventaja <strong>de</strong> la<br />

lectura es que sus efectos no son inmediatos y regularmente<br />

no se visibilizan externamente. Un buen<br />

lector, al terminar un libro, suspira hondamente.<br />

Nadie sospecha, ni siquiera ese lector, las revoluciones<br />

que empiezan a gestarse en su interior. No son<br />

El lector mete la nariz en su libro: el libro mete la<br />

nariz en su lector.<br />

Los habitantes <strong>de</strong>l siglo XIX lo fueron en la medida<br />

que leyeron a Freud, Darwin, Marx, Dickens,<br />

Stevenson y otros. El pensamiento<br />

y la imaginación <strong>de</strong> ese tiempo fueron labrados por<br />

libros que sacudieron bases dogmáticas y <strong>de</strong>spejaron<br />

la ceguera <strong>de</strong>l mundo en que vivían. Esos libros<br />

eran la continuación <strong>de</strong> una larga tradición literaria<br />

y filosófica en la que se vertía conocimiento y especulaciones,<br />

argumentos y contraargumentos, dimes<br />

y diretes: la esencia humana a fin <strong>de</strong> cuentas. ¿Qué<br />

tipo <strong>de</strong> habitantes tiene el siglo XXI si la lectura es<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñada a menos que se limite a 140 caracteres o<br />

sean frases motivacionales <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> una foto con<br />

muchos filtros?<br />

Hoy más que nunca hace falta una misión evangelizadora<br />

<strong>de</strong> la lectura. Llevar libros don<strong>de</strong> los<br />

anti-lectores pululan. Lo dice bien David Toscana<br />

en su novela: “así como el agua hace más falta en el<br />

<strong>de</strong>sierto y la medicina en la enfermedad, los libros<br />

son indispensables don<strong>de</strong> nadie lee”. México lo<br />

necesita en toda su vastedad territorial: allí don<strong>de</strong><br />

los pobres no pue<strong>de</strong>n comprar bellísimos, placente-


27<br />

rísimos y carísimos libros; así como don<strong>de</strong> se<br />

pudren los ricos y corruptos en casas blancas que<br />

valen millones pero no tienen bibliotecas, o si las<br />

tienen son ornamentales. Y si ya hay libros, pues a<br />

<strong>de</strong>sempolvarlos y promocionarlos: la lectura con<br />

seducción entra. Y si ya hay lectores, pues a <strong>de</strong>spertarlos,<br />

no necesitamos ratas <strong>de</strong> biblioteca ni tímidos<br />

tras los libros; se necesitan —urgen— escandalosos<br />

y parlanchines promotores <strong>de</strong> lectura. Uno<br />

nunca sabe si recomendando a Julio Verne alguien<br />

quiera dar la vuelta al mundo en ochenta días. O si<br />

recomendar el Popol Vuh alguien manifieste interés<br />

por la cultura maya. A lo mejor leer a Juan Rulfo<br />

alguna vez nos salve la vida. Yo tengo una frase que<br />

pienso soltar el día que me tope con un ave <strong>de</strong> mal<br />

agüero: “¡Diles que no me maten!” Con suerte tenga<br />

más posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sobrevivir que el protagonista<br />

<strong>de</strong> ese cuento.<br />

Peor que un anti-lector: ser un lector muerto.


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32<br />

Por Katia Rejón y Jesús Cámara


Para leer en la web<br />

www.memorias<strong>de</strong>nomada.com<br />

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