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GENÉTICA<br />
75<br />
LA CHILOMBIANA<br />
UN MITO BIEN GUARDADO<br />
La Chilombiana, misteriosa planta que está en la retina<br />
de todo fumeta, está rodeada de historias y anécdotas. Es<br />
tan preciada como extinta, dicen. Algo pasó allá por los<br />
setenta: sacos llenos de cáñamo transportados por huasos<br />
a caballo, plantaciones entre cerros, donde crecía salvaje.<br />
La chilombiana no tiene un origen claro, es difícil afirmar<br />
con certeza de qué lugar vinieron aquellas variedades que<br />
finalmente se cruzaron con el cannabis “andino”.<br />
por Felipe Naranjo<br />
Los mitos que rodean al cannabis son<br />
incontables, pero hay uno que particularmente<br />
nos toca de cerca, es<br />
el de joints legendarios y espaciales.<br />
Aquellos antiguos, los primeros que<br />
fumamos, de esos que se conseguían<br />
en el campo décadas atrás, incluso a<br />
veces con el papá o tío de algún amigo.<br />
Hablamos de variedades de cannabis<br />
netamente sativas que proliferaron en<br />
gran cantidad a fines de los setenta y<br />
se mantuvieron firmes hasta la entrada<br />
del nuevo milenio. La chilombiana,<br />
por definición general, es la cruza<br />
de cannabis chilena descendiente del<br />
cáñamo que se cultivaba hace casi 500<br />
años atrás en Chile (en la zona central<br />
de los Andes y San Felipe) y variedades<br />
autóctonas de cannabis sativa<br />
provenientes de Colombia, como la<br />
Punto Rojo y Mango Biche.<br />
Si revisan la historia de Chile se<br />
cultivaba cáñamo legalmente en la<br />
época de la colonia para satisfacer<br />
los caprichos europeos a través de la<br />
producción de hilo, papel, cordeles,<br />
velas y artículos esenciales como la<br />
ropa. Mientras que la corona impulsó<br />
y masificó el cultivo de cáñamo en los<br />
valles centrales de Chile, la crianza de<br />
esta planta continuó su senda gloriosa<br />
incluso en tiempos de Independencia,<br />
cuando su valor aumentó aún más<br />
y se comenzó a trabajar de manera<br />
íntegra entre el gobierno y los pobladores.<br />
Las ciudades de San Felipe y<br />
Los Andes fueron partícipes de una<br />
historia cañamera rica y fructífera,<br />
una historia que se vio opacada por<br />
el ingreso de materiales sintéticos al<br />
mercado y finalmente por la satanización<br />
de la planta entre las décadas del<br />
sesenta y ochenta.<br />
Toda esta historia cañamera en Chile<br />
permitió finalmente, a través del<br />
tiempo y en base a la adaptación, el<br />
desarrollo de variedades de marihuana<br />
un tanto diferentes a las que<br />
se veían comúnmente, variedades<br />
con características que sorprendieron<br />
cada vez más con el pasar de<br />
los años. Todas estas adaptaciones<br />
directas al clima de los valles centrales<br />
y las posibles polinizaciones y<br />
cruzas entre diversas variedades de<br />
marihuana “autóctonas” y extranjeras,<br />
principalmente sudamericanas,<br />
dieron por resultado plantas de gran<br />
calibre que se hicieron populares por<br />
sus pegadores efectos. Sabemos que<br />
antiguamente los hippies solían fumar<br />
todo lo que provenía de la marihuana,<br />
mucha hoja en realidad. Cuando el<br />
uso del cannabis se masificó, el interés<br />
por la planta y las tecnologías de<br />
la comunicación se desarrollaron y<br />
elevaron el nivel de los cultivos, enfocándose<br />
en los frutos y los efectos<br />
que proporcionaban.<br />
“HOY POR HOY,<br />
LA CHILOMBIANA<br />
PODRÍA<br />
CONSIDERARSE<br />
COMO UN MITO<br />
URBANO”<br />
En Chile el cultivo de cáñamo continuó<br />
su senda hasta los años ochenta<br />
cuando se extinguió completamente<br />
a raíz de la dictadura y el prohibicionismo<br />
que llegaba fresquito desde<br />
Estados Unidos, lo que terminó por<br />
sepultar el uso del cannabis autóctono<br />
y manchar a sus consumidores<br />
con mitos y desinformaciones. Pero<br />
lo prohibido siempre llama la atención,<br />
es por eso que en las décadas<br />
posteriores se incubó un interés por<br />
el cultivo de marihuana que llegó a<br />
momentos impensables y colosales<br />
cultivos de guerrilla. Hay quien trabajó<br />
en plantaciones a gran escala, tanto<br />
en parcelas planas como en cerros de<br />
difícil acceso, todo a la antigua. Dicen<br />
que la cosecha tenía un sabor bien