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eencuentran con la edad de oro” 1 .<br />
En Cynosarge 2.0 tan sólo se permite la entrada a los perros (kúon). Perros blancos y<br />
ágiles, sencillos. En el camino del desaprender el perro es el animal cínico de<br />
referencia. Sin ataduras y con el único objetivo de conseguir la comida y el sueño el<br />
hombre cínico abandona las normas y convenciones sociales, y pone su énfasis en la<br />
consecución de la virtud a través del sacrificio y el esfuerzo de desaprender lo<br />
conocido sirviéndose de la animalidad como evidencia contestataria. La traslación a<br />
la época actual del desprendimiento, el despojarse de lo superfluo, no deja de ser la<br />
tarea cínica más complicada, pues el pertenecer, el ser parte y engranaje de la<br />
sociedad del consumo, ser una pieza de ese sujeto globalizado en la comodidad y el<br />
ansia por poseer, ha sido enseñado desde los primeros días de vida. <strong>El</strong> hombre-objeto<br />
está henchido de deseos y aspiraciones insertadas de antemano para ser una variante<br />
sociable. Por ello que el primer objetivo del nuevo cínico, y por lo tanto del nuevo<br />
hombre, es tomar conciencia de uno mismo una vez visto por el señor que domina:<br />
siempre has sido la mierda cantante y danzante del mundo. <strong>El</strong> cinismo no deja de ser<br />
una antiteoría, el negarse a conseguir la sabiduría por medio del estudio pactado y<br />
manipulado por los intereses de los que dominan, confiar del instinto y considerarse<br />
lo que uno es, plebeyo y perro blanco, subversión. Así pues, será la sátira y la<br />
mordacidad dialéctica, la lucha sorpresiva, la que sacudirá las mentes pautadas. En el<br />
juego de los contrarios y el rebelarse contra la dominatrix jugando con su teoría,<br />
encontramos la forma de expresarse del cínico, y caminamos hacia la cuarta regla en<br />
Cynosarge 2.0.<br />
“<strong>El</strong> que teme a los demás es esclavo sin saberlo”, Antístenes de nuevo referido por<br />
Estobeo marca, por lo tanto, nuestra cuarta norma. Y aunque fue Antístenes la génesis<br />
del cinismo, es Diógenes Laercio, el “Sócrates enloquecido”, el que lleva al extremo<br />
la forma de no-comportarse ante el poder y la norma impuesta. Brillantes anécdotas<br />
rodean la figura de Diógenes. La más erótica y exótica: la masturbación que llevó a<br />
1<br />
LEVI, JEAN. <strong>El</strong>ogio de la anarquía por dos excéntricos chinos del siglo III. Pág. 32. Pepitas de calabaza ed. 2009.