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EXCODRA<br />
REVISTA DE LITERATURA<br />
(Y OTRAS ARTES)<br />
Nº 8<br />
(EL AMOR)<br />
Revista <strong>Excodra</strong>. Número <strong>VIII</strong>: <strong>El</strong> <strong>amor</strong>. Julio, 2012. ISSN 2014-1998.
ÍNDICE<br />
Editorial<br />
Ficción<br />
Después, Claudia Apablaza<br />
Gaia, Francesca, Cynthra, Agatha y Jaffik, Andrea Zecca<br />
Furtivos, Joan de la Vega<br />
No ficción<br />
De la naturaleza del <strong>amor</strong>, Antonio Tello<br />
La pareja en la creación, Ana Pérez Cañamares<br />
<strong>El</strong> <strong>amor</strong> es cosa de uno, Carlos Esteban Resano Vasilchik<br />
Poesía<br />
(Para Natalia), Santiago Tena<br />
<strong>El</strong> enigma, Sofía Castañón<br />
<strong>El</strong> <strong>amor</strong> en 10 realidades, Jaume Muñoz Cunill<br />
[...], Ana Pérez Cañamares<br />
Varios poemas, <strong>El</strong>ena Méndez<br />
La vagina es enorme, Joan de la Vega<br />
Amor issue, Israel Padilla (No leas mis poemas)<br />
(A mi padre), Raquel Delgado<br />
Dichosos <strong>amor</strong>es, Esteve Bosch de Jaureguízar<br />
Pintura<br />
Susana Pozo<br />
Carlos Esteban Resano Vasilchik<br />
Belén Martínez<br />
Fotografía<br />
Agustín Calvo Galán<br />
S. Tallón<br />
Ludovica Bastianini<br />
<strong>El</strong>i Mora
Entrevista + Aportación artística<br />
Sara Mesa<br />
Reseñas<br />
O las estaciones, de Antonio Tello<br />
Bipolar, de <strong>El</strong>ena Méndez<br />
Colaboradores
EDITORIAL<br />
¿Qué es el <strong>amor</strong>?<br />
Me dan ganas de hacer poesía para este texto editorial.<br />
Somos animales. De caza. De <strong>amor</strong>. Somos animales. Incuestionables animales.<br />
Animales enloquecidos por conseguir <strong>amor</strong>. Animales que se mueren sin <strong>amor</strong>. Que<br />
lo buscan en cada segundo. Que cada segundo animal sin <strong>amor</strong> es un segundo del<br />
horror. Por <strong>amor</strong> morimos y matamos. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y la muerte más que la vida y la<br />
muerte. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> es algo inconsolable. Y cuánto dolor, <strong>amor</strong>. Cuánto dolor sin <strong>amor</strong>.<br />
<strong>El</strong> <strong>amor</strong> y la ausencia de dolor. Por ahí debe ir la cosa. <strong>El</strong> dolor y el <strong>amor</strong>. La muerte<br />
y el <strong>amor</strong>. <strong>El</strong> dolor y el <strong>amor</strong>. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y la soledad. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> incuestionable e<br />
inconsolable. No tengo más idea del <strong>amor</strong> mas que es algo que necesito. La caricia en<br />
el rostro ante mi temblor, ante mi día a día. <strong>El</strong> beso y la sonrisa. De mi hija. De mis<br />
<strong>amor</strong>es. De mi familia. <strong>El</strong> abrazo y la caricia. La caricia y la sonrisa. <strong>El</strong> <strong>amor</strong><br />
incuestionable. Morir y vivir de <strong>amor</strong>, por <strong>amor</strong>, para el <strong>amor</strong>, porque sí, <strong>amor</strong>.<br />
Pues es tarea difícil definir el <strong>amor</strong>. Recuerdo la película “Mejor... imposible”,<br />
cuando Jack Nicholson está escribiendo y teniéndonos en vilo, mientras se repite “<strong>El</strong><br />
<strong>amor</strong> era... el <strong>amor</strong> era...” y zas, siempre le interrumpían cuando nos iba a resolver<br />
una de las cuestiones de la vida... Es un momento que define bien cuán complicado es<br />
poner a la razón a indagar en la emoción, en los sentimientos, en el sentir.<br />
Sea lo que sea el <strong>amor</strong>, todos lo sentimos, lo añoramos, lo perdemos o de pronto lo<br />
encontramos. Nos marca la vida desde el nacimiento hasta la muerte. Su ausencia nos<br />
envilece el rostro y nos hunde los ojos. Su presencia en nuestras vidas en cualquiera<br />
de sus formas nos colma y nos forja la sonrisa y la templanza. Que a nadie falte el<br />
<strong>amor</strong>, brindo por ello.
Aquí vais a ver muchísimas de sus pieles. Vais a sonreír, a sonrojaros, a entristeceros,<br />
a excitaros, a soltar la lágrima, a recordar a vuestros seres queridos en muchos<br />
instantes. Os van a llevar a pensar sobre qué es eso que tan crucialmente guía<br />
nuestros días.<br />
Y seguro que hasta os vais a en<strong>amor</strong>ar. (Colaboradores, vayan preparando sus<br />
móviles.)<br />
Disfrútenlo, es un número de lo más lindo.
FICCIÓN<br />
Después<br />
Para AF<br />
Después estábamos en la ducha. La verdad es que hace días que me quería duchar<br />
contigo y no encontraba la oportunidad de que estuvieses ahí metiéndome la mano<br />
con el jabón por abajo y entre las piernas y te pedí que tuvieses cuidado que no era<br />
tan simple meter el jabón por las piernas, era tan difícil como hacerme sexo oral.<br />
Pero ya sabía que tal vez no iba a verte más después que pasaran dos semanas desde<br />
ese día del jabón entrando ahí. Yo iba a viajar a Italia, iba a llegar tu novia y después<br />
tal vez nada.<br />
La verdad es que después de esa noche todo había cambiado. Esa noche en que te dije<br />
que te gustaban las feas todo había dado un vuelco, no sé si para bien o para mal,<br />
pero sabía que estábamos un poco en ese después que no sabía si quería que llegara,<br />
es decir, ese después en que sabría que ibas a irte de casa nuevamente o ese después<br />
en que salíamos de la ducha, en que ya no me tenías la mano entre las piernas ni<br />
menos el jabón y estábamos desayunando y tenía que escuchar las conversaciones<br />
acerca de tu novia. Ese después lo odiaba.<br />
En realidad odiaba todos los después que no fuesen ese jabón entre mis piernas, todos<br />
esos después son detestables y aburridos, podríamos detenernos sólo en ese momento<br />
y quedarnos ahí con tu mano en el jabón y mis piernas.<br />
Pero después igual vino lo otro y te secaba el pelo con el secador que tenía en casa y<br />
después el desayuno en que te miraba comer una galleta y ponerte la taza de café en<br />
los labios, miraba los pelos de tu barbilla. Un poco menos detestable es ese después,<br />
ya que incluso podía sentarme encima de ti con las piernas abiertas y sentir algo<br />
similar a eso del jabón que parece que no se me olvidará nunca.<br />
Es que siempre era mejor el presente contigo y qué deseos de quedarme siempre en<br />
ese presente y poder detenerme más en tu mano y en tu rostro cuando me lo metías y<br />
yo te decía que tuvieses cuidado al mismo tiempo que abría más las piernas sin que lo
notaras, y te decía, para jugar, que debías ser tan delicado como lamerme entre<br />
medio, cosa que habías hecho dos veces seguidas después de llegar a casa esa noche<br />
del jueves que veníamos de la presentación de PP.<br />
Antes de llegar a eso del jabón habíamos dormido horas juntos y no imaginaba que<br />
iba a existir ese después de ese dormir juntos, eso del jabón entre mis piernas ni el<br />
desayuno, ya que pensaba también un poco en la muerte cuando nos despertábamos<br />
cada una hora durante la noche y volvías a metérmela. Pero no habíamos muerto y<br />
ahí estábamos después en el baño haciendo espuma dentro de mí.<br />
Primero me saqué la ropa, levantaste la tapa del water, hiciste pis, yo encendí el agua<br />
para que pudieras hacer tranquilo, que el ruido se mezclara y no sintieras que sólo tú<br />
te escuchabas en el baño.<br />
Después de encender el agua que comenzó saliendo fría, empezó a salir caliente, tan<br />
caliente que sabía que la odiarías o que intentarías huir de ella. Y me metí primero,<br />
después tú. Sabía que debía meterme primero yo, después tú, probar primero el agua,<br />
después tú.<br />
Agarraste el jabón rosado que estaba en casa y me lo pusiste muy adentro, hasta que<br />
te dije que pararas. Aunque tú sabías que esa fricción me gustaba muchísimo. Tal vez<br />
no debí habértelo dicho. Tal vez nunca más ibas a ponérmelo ahí. Debí quedarme con<br />
tus manos ahí eternamente, pero después me agaché, me arrodillé en la tina,<br />
intentaste por atrás, te dije que no, me di vuelta y te viniste en mi boca.<br />
Gritaste un poco.<br />
Después de venirte en mi boca me dijiste me has matado y te dije qué, y me repetiste,<br />
me has matado.<br />
Después nos lavamos el pelo, yo te puse el champú, el bálsamo. Después me dijiste:<br />
deja que me saco bien el bálsamo. Ok, te dije, aunque creo que exageras. Y salimos<br />
de la ducha y después te sequé el pelo y quería nuevamente el jabón ahí, pero tenías<br />
que ir a trabajar y después ir a tu casa a escribir o qué sé yo dónde irías.<br />
Después desayunamos. Tomamos dos veces café y comíamos pan, galletas y me reía<br />
de lo que me decías acerca de todos tus conocidos y amigos. ¿Por qué no te conocí<br />
antes? -pensaba.
Después me dijiste que debías irte. No quería que te fueras, tú tampoco querías irte,<br />
pero debías hacerlo e intentabas hablarme una y otra vez de ese después de tu novia,<br />
de cuando ella llegara, y la verdad es que ese después ya no me importaba.<br />
Me decías el día en que llegaría, la hora, y qué harían después que ella llegara. Que<br />
alquilarían un departamento en el centro y que después ella encontraría trabajo y que<br />
después tal vez buscarían algo más cercano a plaza Italia.<br />
Para mí ese después de dos semanas más y subirme a un avión a Italia no existía.<br />
Sólo pensaba en el jabón y en el momento después de meterme a la tina, probar el<br />
agua, tú hacías pis, te metías a la ducha y me metías el jabón hasta el fondo. Hacías<br />
burbujas ahí. <strong>El</strong> desayuno, morir por las noches.<br />
En realidad ahora siempre pensaba en ese antes. Cuando te veía en casa de P.I. y<br />
nunca nos besamos. También quería recuperar ese espacio, saber si imaginé eso del<br />
jabón y tu mano, aunque fuese de forma inconsciente, alguna vez.<br />
Es que después todo es menos probable.<br />
Ahora quería recuperar ese espacio de antes en que nos veíamos en casa de P.I.<br />
Debí haberme detenido en ese antes. Tal vez ahí todo hubiese sido. Incluso mil veces<br />
hubieses puesto el jabón ahí. A diario.<br />
Pero ese antes ya no existía y ese después no existiría y tal vez no volverías a poner<br />
nada ahí y nunca lo pusiste antes y me dio toda la tristeza, quise recobrarlo y marqué<br />
tu número de teléfono, te dije, hola A., ¿cómo va todo?, me dijiste: ¿me llamas<br />
después, por favor, que estoy hablando por la otra línea?<br />
Y después no volví a llamarte, ya que supuse que estarías hablando con ella, y yo<br />
quería todo ahora mismo, y dejé de ver de un segundo a otro todos los después<br />
posibles y todos los jabones infinitos que me tenían obsesionada y dije, mejor lo<br />
olvido ahora. Después tal vez ya no será posible.<br />
Dejé la tristeza y después vi venir el viaje nuevamente, vi todo blanco, un telón que<br />
caía frente a nosotros, nos tapaba el rostro, toda la cara, los ojos, las manos, la boca,<br />
el cuello, las piernas, los pies, incluso el agua desaparecía, pero igual sentía que el<br />
jabón seguía ahí dentro, haciendo burbujitas, después.<br />
CA
Gaia, Francesca, Cynthra, Agatha y Jaffik<br />
Gaia, Primavera de los sentidos.<br />
Te encontré aquella mañana<br />
en el medio de la mar color plata<br />
y sabor a sal y ceguera blanca<br />
de sol resplandeciente.<br />
Te volví a encontrar en el fluir del río de montaña,<br />
entre verde árboles y gris y marrón de roca.<br />
Fuera del verde neón y gris y marrón<br />
de asfalto y cemento y mierda de perro.<br />
Te encontré aquella mañana<br />
en el color rosa<br />
tus pezones bajo de mis dedos.<br />
En el perfume de rosas rojas y blancas y amarillas,<br />
en el perfume de la lavanda violeta.<br />
En el sabor dulce de tu sudor después de largos abrazos y besos.<br />
Adentro de una fuente de freda aigua<br />
en la fresca arena, la sombra y el descanso.<br />
Te encontré aquella noche al flanco de las estrellas luminosas,<br />
en la luna gigante, roja y blanca y amarilla.<br />
¡Hilanun,<br />
hilanun,<br />
hilanun!
Al perderte, ya sé, te volveré a encontrar,<br />
Volveré a ver, a saborear, a oler,<br />
la emoción de rozarme contra tu piel.<br />
Al perderte te volveré a encontrar,<br />
aprendiendo a escuchar tu canto<br />
en el silencio del viento.
Francesca, pasión de Verano.<br />
-¡De dónde sois!<br />
-¿De dónde soy?<br />
-No… ¡Donde están boli y papel! -dije.<br />
Donde estaba lo sabías bien, ¿o no?<br />
En un momento desde lejos, ruido de tren que se acerca y soplar de brisa entre las<br />
hojas verdes de filas de árboles a los dos lados de la calle.<br />
<strong>El</strong> olor del amanecer estaba a punto de penetrar los sentidos. Pronto la sensación de<br />
paz habría finiquitado, un nuevo día esperaba empezar.<br />
Me encontraba en una cámara roja, o la luz de la lampara de mesa encendida cubierta<br />
por un chal rojo, transmitía esta impresión a mis ojos.<br />
Las sábanas, también rojas, me cubrían justo hasta las rodillas.<br />
Me miraba, sosteniendo con la palma de su mano izquierda el rostro femenino, y<br />
agraciado, escondido apenas por la penumbra que todavía permanecía en el cuarto.<br />
Sus rasgos femeninos y agraciados se hacían más y más intensos bajando mi mirada a<br />
lo largo del cuello y de los hombros desnudos.<br />
<strong>El</strong> cl<strong>amor</strong> de un mechero llevaba de vuelta mi atención a sus dedos, que pasaban<br />
encima mío, acariciando mis piernas desnudas.<br />
-¿Lo escuchas? -me preguntó.<br />
Si te enajenas un instante, puedes escuchar el fragor del mar, ahora más lejos, ahora<br />
más fuerte...<br />
Otro tren pasaba...<br />
Cuando me pasó lo que quedaba de marihuana, de la que salía humo denso y olor<br />
intenso y embriagador que me hacía volver a sueños de países lejanos, sin embargo<br />
visitados más y más veces, se le ponía la mirada de una mujer cualquiera, cándida y<br />
serena, que con esa mirada rellena los huecos que llevas contigo en las entrañas.<br />
Devolviendo el porro, ya cogía otra forma, unas de su miles formas, desperezándose<br />
y perdiéndose en su guión...<br />
Apagué el cigarro.
Por la mañana me desperté en un ligero estado de vacío emocional, no de estos que<br />
crean angustias, al revés, estos que suscitan una sensación de tranquilidad por el albor<br />
del día.<br />
Sensación que, por lo que solía ser la normalidad, nunca va a ser respetada.<br />
De inmediato me di cuenta que el cuarto tenía las paredes recubiertas por papel<br />
pintado a flores, de color blanco nata envejecido que chocaba bastante con la idea que<br />
se me había pintado en la cabeza la noche anterior.<br />
Un fuerte olor a café salía de la cocina, pasaba el comedor, y atravesaba hilos de<br />
perlas de plástico que hacían de puerta entre el pasillo y la habitación donde estaba<br />
tumbado, listo para saborear el fuerte gusto amargo con intenso aroma arábica que me<br />
esperaba.<br />
La chica, que seguía teniendo, como en el humo de la noche anterior, momentos de<br />
desinhibición mezclados con comportamientos más tímidos e introvertidos, con los<br />
senos desnudos se asomó en el cuarto apartando algunos de los hilos de plástico de la<br />
cortina.<br />
-¿Azúcar?<br />
Dos, dije.
Cynthra, Otoño de mente.<br />
Desvélate monstruo, quisiste comerle la lengua aquella noche, saborear todos los<br />
sabores que este trozo sangriento de carne había saboreado antes de ser sacado,<br />
disjunto de la laringe con la fuerza de maxila y mandíbula, con la presa de los<br />
dientes, cortando a poco a poco cada capa de músculo que la tenía junta al empezar<br />
de la garganta.<br />
Quisiste, monstruo, sacar el cuchillo e incidirle en las corneas, el iris.<br />
Sacarle los ojos de sus órbitas y ponerlos enfrente de los cristales de tus gafas, para<br />
ver lo que estos ojos, sus ojos azules, habían visto antes de apagarse bajo la incisión<br />
cirujana de tus manos. Dejarías las coyunturas, éstas no se difieren mucho de una<br />
masa informe y gelatinosa.<br />
Sin embargo el cielo, la mar que llevaban adentro, monstruo, no habías sido capaz de<br />
verlos de la misma manera y así quisiste usar sus ojos, para volver a ver de forma<br />
diferente.<br />
Quisiste arrastrarle del pelo, sacar el hacha de guerra y levantarle con cuidadoso<br />
gesto la piel que recubre el periostio de su cabeza, hacerme peluca y trofeo, trofeo<br />
dorado y largo hasta los hombros, como ya no tuviste desde el tiempo de la juventud<br />
que malviviste.<br />
Quisiste hasta su piel, monstruo, empezar por las uñas, que nunca paran de crecer,<br />
sacándole una a una de su lugar encima de los dedos, abrir un corte en las yemas y<br />
quitarle toda la piel de su cuerpo, vestirte de su vestido de muerte para volver a vivir,<br />
a tener junto a la tuya la piel que ella había alejado de tu cuerpo.<br />
Quisiste sacarle la glándulas de las ascillas y hacerle piedra pómez, para que siempre<br />
quedara en tu nariz su olor dulce.<br />
Quisiste comerte su hígado, pulmones y corazón, vomitando cada chorro de sangre y
mierda tragado junto a sus entrañas, volviendo a comer, morder y vomitar el alma que<br />
en vida nunca te volvió a regalar.<br />
Lo hiciste con claridad, eficacia, en una noche de lluvia para que pudiera lavar tus<br />
culpas junto a su sangre y trozos de cuerpo.<br />
Quisiste hacerlo bien, despacio, en una noche de relámpagos que cubrieron sus gritos<br />
y tus gemidos de placer y dolor.<br />
Volviste a la cama limpio, pero no satisfecho.<br />
De vuelta al cuerpo abriste con una roca su cráneo y le comiste el cerebro,<br />
exasperado, esperando en vano entender que siempre solo estuviste en sus<br />
pensamientos, que siempre y sólo te había amado. A ti solamente.<br />
Al bajar hacia tu estomago de este pensamiento, monstruo, te agarraste con dedos y<br />
uñas el bocio y te lo sacaste de la garganta junto a esta verdad que se hacía, por fin,<br />
clara.<br />
Terminaste tu respiro junto a sus labios, en un beso que llevaba el calor de la sangre<br />
haciéndose rápidamente dura y fría.
Agatha y Jaffik, Invierno del alma.<br />
-¿Hola?<br />
-Hola Agatha, soy yo Jaffik.<br />
-¡Oh Jaffik! Cariño! ¿Qué paso? ¡No me llamaste ayer!<br />
-Perdóname <strong>amor</strong>, he tenido un pequeño problema en el trabajo...<br />
-¿Y qué pasó?<br />
-Nada, nada, sólo un pequeño infortunio en la plataforma...<br />
-¡Oh por dios! ¿Estás bien?<br />
-Sí, sí, pero volveré a casa pronto.<br />
-Entonces es algo grave, no te dejarían volver tan pronto ¡si no fuera grave! Dime qué<br />
paso Jaffik, ya no tenía sueño y ahora no, no podré dormir.<br />
-Nada, no es nada te digo... déjalo.<br />
-...<br />
-Mira... como no tienes sueño... te quería preguntar...<br />
-Sí, te escucho.<br />
-¿Qué es para ti el <strong>amor</strong>?<br />
-Me estás asustando Jaffik, ¿cómo que es para mí el <strong>amor</strong>?<br />
-<strong>El</strong> <strong>amor</strong> no es algo que se consume ¿verdad? ¿Qué piensas?<br />
-Para mí es quizás la primera chispa del <strong>amor</strong> que sí que se consume, pero mientras<br />
que esté la chispa se puede poco a poco empezar a crear un mundo... no, un mundo<br />
compartido, exactamente como un diálogo, ni tuyo ni mío, sino con trocitos de los<br />
dos. Entonces al contrario de consumirse se va creando, va creciendo... llevo tu<br />
camiseta, ¿sabes?<br />
-Me gustaría verte con esa encima... ¡y quitártela!<br />
-Ay si...<br />
-Bueno... se construye... pero al final igual pasa un día malo para uno... y un día<br />
bueno para otro...<br />
-¿Cómo?<br />
-¿Y entonces la chispa se va?
-¡No entiendo! ¿Un día bueno para uno o un día malo para otro? Lo que es cierto es<br />
que la chispa se va fácil...<br />
-Y entonces el <strong>amor</strong>, ¿me quieres decir que es una chispa que se va con un soplo? Yo<br />
lo veo más como enfatuo que como <strong>amor</strong> esto, el <strong>amor</strong> va trabajado... crecido... pero<br />
quiero decir... no es algo que saques en los días buenos... o malos... ¿no debería estar<br />
siempre allí y ser la razón para trabajar algo?<br />
-A ver, la chispa es la chispa, no es el <strong>amor</strong>. Yo creo que para el <strong>amor</strong> necesitas ir<br />
conociendo lo que amas.<br />
-Ah... vale... sigue.<br />
-Sino es como un <strong>amor</strong> que flota.<br />
-Pero con un agujero en el fondo del barco.<br />
-Flota en el aire, sin materia, sin raíz en la tierra. Entonces la chispa sería como el<br />
deseo, del deseo nace la curiosidad. Con la curiosidad vas conociendo, ¿ no? y creo<br />
que allí podría convertirse en algo, así, como el <strong>amor</strong>...<br />
-Algo como el <strong>amor</strong>... no es el <strong>amor</strong> ¿Estamos de acuerdo que el <strong>amor</strong> no es algo que<br />
se desliza un día?... Un día entero ponle... para luego volver a desaparecer.<br />
-Sí.<br />
-Es constancia...<br />
-Bueno, constancia es un poco fuerte como palabra...<br />
-Flujo de un sentido que vuelve a vivir días, pues días en los ojos de uno hundido en<br />
el del otro...<br />
-Bonito.<br />
-...constancia. ¿Por qué debería ser fuerte? Mira... tú amas bailar o pintar o estudiar o<br />
lo que sea... ponle...<br />
-Ahí, constancia es fuerte porque en casi todas relaciones de <strong>amor</strong> (piensa con los<br />
padres por ejemplo, el <strong>amor</strong> más cerca del incondicional, siempre allí) hay momentos<br />
que piensas (y sientes) "te odio", y fuerte. Sin embargo, el <strong>amor</strong> sigue allí. Pero...<br />
dale, sigue...<br />
-Claro, es justo esto, ¿no?... es un <strong>amor</strong> constante... si yo te dijeras de amarte... lo<br />
sería de verdad sólo si me esforzara de trabajarlo día tras día... ¡con constancia!
-No es constancia en sí. constancia suena más a obediencia a mí...<br />
-...sino no lo llevaría en ningún lado.<br />
-¿Cómo te esfuerzas para trabajar un <strong>amor</strong>?<br />
-Constancia... no tiene nada que ver con obediencia para mí... la obediencia es un<br />
comportamiento pasivo en frente del otro, la constancia de estar al lado de una<br />
persona cuando ésta no está bien... y ayudarla. Y cuando sea feliz... quedarse allí justo<br />
para sonreírle, hasta que sigue el <strong>amor</strong>... o hasta que el estar unos, juntos, no moleste<br />
o quite libertad de decisión a la vida del otro...<br />
-¿Y dónde se lleva el <strong>amor</strong>?<br />
-¿Qué quieres decir?... ¿en los ojos? Bueno...igual allí se expresa o será un cliché,<br />
pero adentro creo.<br />
-Ah, puede ser verdad, allí yo empezaría a hablar de fotones, de energía, justamente.<br />
Pero quería decir, cuando dices si no hay constancia y esfuerzo no lo llevas a ningún<br />
lado... lo que dijiste antes...<br />
-Bueno... no llevarías la chispa a ser <strong>amor</strong>...<br />
-Ajá, lo dejas morir a su destino.<br />
-No era <strong>amor</strong> entonces... o por lo menos no lo era para ambos.<br />
-Ajá.<br />
-Porque no es una chispa que se puede hacer crecer sola... sólo uno la puede<br />
conservar pero no crecer, ¿no? ¿Entiendes?<br />
-Verdad, se apaga. Entiendo. Bueno... para mí en tu teoría falta el placer.<br />
-Mmm... dime.<br />
-Esfuerzo, esfuerzo lo haces porque te satisface a ti, te da placer, no es como un<br />
esfuerzo que te haga decir: ¡Oh qué difícil! Estaba pensando estos días... sin ti... en el<br />
mar, en restaurantes, etc., a veces hay música fuerte, la comida fría, tonterías que de<br />
repente te ponen de mal humor, ya no estas a gusto...<br />
-Sí, ¿y?<br />
-Después pensé: En realidad si la presencia del otro allí contigo, te llena, no importa<br />
si la comida está fría, si hay moscas, o si pasa eso o lo otro. Es un poco como una<br />
ligera éxtasis y ya el resto pierde un poco de su importancia... el hecho de estar juntos
te da placer, ¡te puede hacer feliz!<br />
-Sí, pero no es que esto pueda siempre ser así... por ejemplo en los días malos... te<br />
puede parecer como una comida fría, y entonces si no eliges de hacer algo... un<br />
esfuerzo... te vas a poner de malhumor, diremos...<br />
-Bueno, se puede vivir compartiendo la tristeza y el malhumor también. Si lo aceptas,<br />
te das cuenta y no culpabilizas a nadie... y ya pasará... <strong>El</strong> <strong>amor</strong>, Jaffik, es un<br />
asociación de corazones empujados hasta la creación de algo, un uno, que no ha<br />
existido antes y que jamás puede volver a existir si no en el reloj lento de una noche<br />
en la que el día ha sido más relleno de sentido que todas las noches pasadas<br />
buscándolo...<br />
-...<br />
- ¿Estás ahí?<br />
-No entiendo bien... explícate...<br />
-Ah, bueno, es un poquito de broma...<br />
-Querías decir, por ejemplo, que esta noche sería ¿la noche del reloj lento? quién<br />
sabe... seguro dependerá de muchas cosas pero noche es noche. <strong>El</strong> reloj... es más o<br />
menos lento, ¡y el día ha sido terriblemente lleno para mí!<br />
-¿Te ha crecido la barba?<br />
-Poquito...<br />
-A mí también. Sólo un poquito.<br />
-¡¡¡Agatha!!! ¿Qué dices?<br />
-Creo que es por la camiseta, me ha contagiado... ¡y ahora me crece la barba!<br />
-¿Quieres verla? En un par de días podría enviarte una foto desde la plataforma si<br />
quieres...<br />
-¡Sí! A ver si te has hecho viejo en una semana... quiero hacerte una pregunta antes de<br />
irme a la cama.<br />
-Dime.<br />
-A mí me pasa mucho cuando hago cosas, cuando veo delfines, me aburro en un sitio,<br />
lo que sea... me pasa mucho de querer escribirte o hablarte de todo eso, o escribirte<br />
cosas que estaba pensando, no muy importantes pero que ocupaban mi cabeza un
momento. ¿A ti no te pasa?<br />
-Hablarme de estas cosas como estás haciendo ahora, ¿quieres decir? ¿O escribir en<br />
un diario que quieres hacerme leer?<br />
-Jaja, como hago ahora. <strong>El</strong> otro me pareció exagerado y pensé que si lo escribiera<br />
nunca te lo haría leer al final.<br />
-Agatha... creo que estas cosas lo hacen sólo las mujeres.<br />
-¿Qué COSAS?<br />
-De compartir los pensamientos... los hombres de hecho piensan muy poco.<br />
-Jaja ¡qué dices! Bueno…te dejo en paz entonces.<br />
-Jejeje, ¿Qué pasa?<br />
-Es que vaya respuesta “de hecho los hombres piensan muy poco”.<br />
-¿He dicho algo mal? Me parecía una manera divertida para pasar del tema...<br />
-Sí sí.<br />
-Pero si quieres una respuesta es que la verdad no me lo planteo...<br />
-Bueno yo me levanto a las 6.45 mañana. Son las 2.28. Y no, no quiero una respuesta,<br />
me parece muy bien la que acabas de darme... los hombres no piensan...<br />
-Bueno... la foto te la envío mañana si lo consigo... tú ahora si quieres me puedes<br />
enviar un beso.<br />
-No hay prisa.<br />
-¿Por el beso?<br />
-No, por la foto... el beso te lo mando, pero tardará mucho en llegar. Tiene que<br />
atravesar mares y montañas y llanuras... estarás dormido cuando llegue.<br />
-A ver si me despierta. Buenas noches.<br />
-Buenas noches, y un beso.<br />
AZ
Furtivos<br />
Una mujer se desnuda ante la ventana de su casa abierta, su piel encendida palpa el<br />
rostro de la noche. Una mujer desnuda desprotege los verbos de la carne, toma la<br />
mano de la noche y corona con ella el vértice de su soledad. Le muestra a la noche la<br />
herida, despoja su cicatriz a la entera oscuridad. Su vientre desnudo es el ángulo<br />
afilado de la noche. <strong>El</strong> paso, finísimo, por donde abitar el mundo.<br />
Un cuerpo desnudo es una oscuridad malherida, la llama que circunda la noche y<br />
prende del silencio su ebriedad. A manos llenas.<br />
La noche es un caudal infinito. Su vagina es enorme, nos saja por dentro. Engulle<br />
todo miembro fugaz, camuflado en su ceguera, enroscado en el vacío como una<br />
culebra inflamable. <strong>El</strong> léxico más fláccido, hiriente, no la distingue de la noche<br />
misma.<br />
Amar una mujer desnuda, a tientas, al filo del abismo es desparasitarse. Empolvarnos<br />
los pómulos vencidos de humedad, de palpitante savia. Beberse de un sorbo la noche<br />
es descender al único reino que nos gravita, de ternura, desde esa misma soledad<br />
penetrante empeñada en extinguirnos. Amar es caer por los peldaños de un deseo<br />
agudo y eréctil.<br />
La noche es una mirada fría, un corazón de mujer magullado por la intemperie.<br />
Sangre abatida en manos del cazador, preso en su mordedura febril. A pesar de la<br />
caricia lacerante, del abrazo fundido, no avista el pulso firme de sus membranas, de<br />
sus sílabas sordas naufragando en la misma penumbra.<br />
<strong>El</strong> sexo viperino de la noche no detiene nunca su partida en las habitaciones negras<br />
del <strong>amor</strong>.<br />
JdlV
NO FICCIÓN<br />
De la naturaleza del <strong>amor</strong><br />
<strong>El</strong> <strong>amor</strong> es un sentimiento que nace de la pulsión reproductiva y dota al instinto de<br />
supervivencia categoría emocional que eleva al homínido por encima de la<br />
animalidad y lo dispone para el proceso civilizador. Puede inferirse que el momento<br />
en que se dio este paso crucial en la historia de la humanidad fue cuando, por algún<br />
motivo, durante la cópula posterior, la hembra se giró, el macho la penetró y, mientras<br />
se consumaba esta nueva forma coital, ambos pudieron abrazarse, acariciarse y gruñir<br />
de placer mirándose mutuamente. Ver y oír al otro [y ser mirado y oído por él] en el<br />
momento de la cópula generó en el cerebro de estos homínidos un placer mayor que<br />
el que habían experimentado hasta entonces; un placer que un día descubrieron que se<br />
prolongaba más allá del abrazo provocándoles una sensación que era como un eco<br />
indefinible de la sensación física.<br />
Esta sensación nueva, más constante y perturbadora que la física, se extendió a<br />
medida que los individuos entregados a la cópula reproductiva empezaron a<br />
reconocerse entre sí y a necesitarse para sentirse uno siendo dos. En este estadio de la<br />
mecánica reproductiva, el <strong>amor</strong> surgió como una fuerza poderosa de atracción que no<br />
sólo favorecía la continuidad de la especie sino que también aseguraba y organizaba<br />
la alimentación de la pareja, la prole, la familia, el clan, la tribu, etc. Es decir que, de<br />
un modo casi espontáneo, el <strong>amor</strong> permitió a la supervivencia del grupo dar un salto<br />
cualitativo i . Sin embargo, esta cualidad del sentimiento <strong>amor</strong>oso fue menospreciada<br />
por el homo erectus que blandió la quijada de una osamenta como arma. No fue hasta<br />
el siglo I, cuando Jesús enunció por primera vez la noción de <strong>amor</strong> al prójimo, que el<br />
valor del <strong>amor</strong> como factor de cohesión armónica de la comunidad fue reivindicado.<br />
Pero para entonces el golpe asestado por el hombre primitivo para asegurar su poder<br />
ya había abierto un profundo tajo en el <strong>amor</strong> original. Y fue por esta herida que los<br />
poderes político y religioso filtraron sus sistemas de valores ideológicos y morales y<br />
contaminaron el concepto de <strong>amor</strong> con propiedades ajenas a su genuina naturaleza
haciéndolas aparecer como cualidades intrínsecas. Entre éstas, quizás las más dañinas<br />
para la plena realización <strong>amor</strong>osa son el dominio y la propiedad. A través de estos dos<br />
agentes, el <strong>amor</strong> fue sacado de la intimidad y expuesto a la mirada social, la cual lo<br />
acotó al ámbito institucional –matrimonio, civil o religioso, u otras formas de<br />
emparejamiento reconocidas por las leyes- y lo supeditó a las jerarquizaciones<br />
culturales rompiendo el equilibrio íntimo del abrazo y favoreciendo el dominio de<br />
uno sobre otro. Cuando esto sucede, es decir, cuando uno de los miembros fagocita al<br />
otro, el <strong>amor</strong> desaparece porque se destruye la unidad de dos que constituye la piedra<br />
angular de su existir. <strong>El</strong> «placer de convertirse en dúo indivisible, invisible,<br />
indisoluble, es una de las características más hermosas del <strong>amor</strong>». ii<br />
La idea de esta unidad de dos hay que buscarla en el mito del andrógino. Según se lee<br />
en <strong>El</strong> banquete iii , de Platón, los andróginos eran seres dobles, tan fuertes e inteligentes<br />
que los dioses, sintiéndose amenazados, los dividieron. Desde entonces, esos seres<br />
demediados se buscan. Del mismo modo que los andróginos divididos, los humanos<br />
son seres incompletos, para quienes el deseo <strong>amor</strong>oso es acaso una necesidad<br />
perpetua de compleción iv . Una compleción que quizás se produjo por primera vez<br />
cuando el macho y la hembra homínidos se miraron a los ojos durante el placentero<br />
instante de la cópula dejándoles una huella indeleble. Quizás ese fue el instante en<br />
que Psique y Eros se reconocieron, en que el alma y el cuerpo establecieron un pacto<br />
que prolongaba el gozo de la unidad más allá del placer orgánico. <strong>El</strong> fruto de este<br />
pacto es lo que se ha dado en llamar <strong>amor</strong>. Ahora bien, el <strong>amor</strong> es un sentimiento<br />
complejo en el que concurren varios agentes activos, de los que son fundamentales el<br />
deseo y el placer.<br />
¿Puede definirse el deseo? Ya en su misma morfología la palabra expresa su<br />
tendencia a la disolución. Como afirma Jean-Didier Vincent v , el deseo «designa un<br />
estado interior, una tendencia vivida por el sujeto sin pasar necesariamente a la<br />
acción». <strong>El</strong> deseo manifiesta una necesidad que surge de la experiencia del goce y<br />
que se manifiesta como una voluntad de obtener una recompensa, la cual está<br />
representada por el placer. Antes que el <strong>amor</strong>, el hombre primitivo descubrió el goce<br />
físico que le proporcionaba la cópula y, merced a la necesidad -el deseo-, de repetir
este goce, superó el cíclico impulso sexual de fines reproductivos. Este individuo fue<br />
quien, movido por ese deseo, empezó a domesticar el instinto y a utilizarlo para el<br />
acto voluntario de consecución del placer.<br />
Lo que suele hacer imperioso y hasta insoportable el deseo es su vínculo con el<br />
instinto, por lo cual no es una manifestación enteramente espiritual sino un estado<br />
subyacente de la pasión, entendida ésta como un resabio de la animalidad en la<br />
conducta humana apenas disimulada por el pensamiento, el lenguaje y los hábitos<br />
culturales. No obstante, la pasión no debe interpretarse como un factor negativo sino<br />
como una fuerza natural que permite al hombre crear el mundo al aunar «como una<br />
sinfonía coral, las pasiones de los seres que lo habitan y los concierta para vivir<br />
unidos, conservando sus distinciones», según Carlos Gurméndez vi .<br />
Objeto y consumación del deseo es el placer. Éste, que puede ser medido como una<br />
magnitud biológica, es a un tiempo «estado y acto» vii que confiere dicha y<br />
luminosidad al cuerpo. La caricia lo provoca y lo llama a manifestarse en la<br />
superficie de la carne y, cuando lo consigue, lo induce a una implosión que se<br />
extiende por todo el cuerpo como una singular corriente de alegría y felicidad que da<br />
sentido a la cópula y, al perdurar como un oscuro latido interior, instala a los amantes<br />
en el punto de partida, extenuados y sedientos de una nueva compleción.<br />
A causa del placer, el sentimiento <strong>amor</strong>oso se identifica con la armonía y la belleza y,<br />
en su proyección social, con la bondad, la paz, la solidaridad y el bien de la<br />
comunidad. <strong>El</strong> <strong>amor</strong>, excluye por naturaleza, la fealdad, el mal y el dolor, porque,<br />
como anotó en el siglo III Diógenes Laercio en el libro dedicado a Epicuro, el placer<br />
«es conforme a la naturaleza» y el dolor «le es extraño». De aquí que podamos<br />
«distinguir entre las cosas que hay que elegir y las cosas que hay que evitar». En este<br />
sentido, Octavio Paz viii afirma que «el <strong>amor</strong> nace a la vista de la persona hermosa<br />
[que el amante ve hermosa]. Así pues, aunque el deseo es universal y aguijonea a<br />
todos, cada uno desea algo distinto; unos desean esto y otros aquello. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> es una<br />
de las formas en que se manifiesta el deseo universal y consiste en la atracción por la<br />
belleza humana [física y espiritual].<br />
La noción del <strong>amor</strong> platónico, prefigurada en el mito del andrógino, surge como una
eivindicación humana frente al poder de los dioses. Los amantes son quienes trazan<br />
su destino -realización y consumación del <strong>amor</strong>- apelando a la autonomía humana en<br />
el mundo, la libertad de seres conscientes de existir merced al pacto entre Psique y<br />
Eros [alma y cuerpo en la tradición judeocristiana] que los eleva por encima de la<br />
animalidad y al mismo tiempo les exige responsabilidad en sus actos. La idea de un<br />
yo consciente de su propia existencia, responsable de sus actos y dueño [libre] para<br />
realizar su destino en complicidad con otro yo semejante, plantea la existencia del<br />
<strong>amor</strong> desde la razón y no como un don inspirado por un ser superior y condicionado<br />
por su voluntad a través de su religión. Esta concepción platónica del <strong>amor</strong>, que aún<br />
subyace en el imaginario de Occidente, se opone a la concepción de la tradición<br />
judeocristiana, que la entiende y la impone a la sociedad como parte de su sistema<br />
religioso y, por tanto, del código moral que lo rige.<br />
Si bien en el Génesis (Gn. 2, 21-23) la creación de la mujer a partir de la costilla del<br />
hombre parece un vestigio del mito del andrógino, Adán y Eva no se conocen hasta<br />
que ella prueba el fruto del árbol de la ciencia, del Bien y del Mal instada por la<br />
serpiente, que puede tomarse como un trasunto de Eros. Es así como Eva vio que el<br />
fruto de ese árbol era «bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr<br />
la sabiduría» (Gn. 3, 6), y lo comió. Al hacerlo, ella y Adán se vieron en su desnudez,<br />
es decir, en su naturaleza humana hasta entonces vedada por la divinidad. A<br />
diferencia de la pareja homínida que superó el estadio de la animalidad al verse entre<br />
sí durante la cópula, la pareja adánica fue expulsada del Paraíso cuando perdió la<br />
inocencia edénica y el conocimiento les descubrió sus cuerpos.<br />
Desde ese momento, ambas parejas tomaron conciencia de su autonomía y<br />
aprontaron sus vidas para la habitación del mundo. Sin embargo, mientras que para la<br />
pareja platónica la unión de los cuerpos y de los espíritus fue motivo de dicha,<br />
exaltación del placer y acto de emancipación frente al poder de los dioses, para la<br />
pareja adánica la cópula trajo consigo el recuerdo de la caída, el sentido del pecado<br />
que contaminaba el abrazo con el sentimiento de culpa y desencadenaba el dolor.<br />
Esta concepción antinatural de un tipo de <strong>amor</strong> que reniega del placer carnal y tiene a<br />
la cópula como una inevitable necesidad acotada a su función reproductiva ha sido
fuente permanente de violencia. Salvo en esa isla de <strong>amor</strong> luminoso que constituye el<br />
Cantar de los cantares, la letra del Antiguo Testamento, prohijada por el<br />
fundamentalismo yahvista, inficiona el <strong>amor</strong> humano de una moral sobre la que se<br />
sustenta una cultura intolerante que alimenta desde el repudio, cuando no el<br />
asesinato, de los amantes extrañados por la ley divina hasta las guerras santas y<br />
cruzadas contra pueblos de otras creencias o de distintas sectas.<br />
Esta violencia, fruto de la represión a la que es sometida la carne, también se<br />
manifiesta contra el individuo, el cual busca salida a esta negación a través de la<br />
flagelación, la tortura o la automutilación, que ejemplifican la autocastración de<br />
Orígenes de Alejandría, cuando el deseo se le hizo insoportable, y el cegamiento de<br />
Lucía de Siracusa, para negar su belleza. <strong>El</strong> intento de Jesús de paliar los efectos de<br />
esta disfunción introduciendo la noción del <strong>amor</strong> al prójimo ha evitado que se<br />
perdiera definitivamente el contacto con la naturaleza, pero no ha conseguido liberar<br />
al ser humano occidental del sentimiento de culpa que se hace presente en la<br />
consumación carnal del <strong>amor</strong>.<br />
En la naturaleza del verdadero <strong>amor</strong> están presentes el cuerpo y el alma, ambos, en<br />
tanto unidad que busca la unidad, persiguen el placer, la dicha, la belleza y, en<br />
definitiva, la justicia. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> es ajeno al dolor, a la apropiación y al dominio del uno<br />
por el otro y, en consecuencia, a la violencia. Su consumación excluye cualquier<br />
código moral porque en sí mismo el <strong>amor</strong> constituye el bien, la felicidad y la libertad.<br />
Un sentimiento que permite medir el grado de humanidad que separa al hombre del<br />
animal.<br />
I Fischer, Helen E., <strong>El</strong> contrato sexual, la evolución de la conducta humana, Argos Vergara, Barcelona,<br />
1984.<br />
II Quignard, Pascal, Vida secreta, Espasa-Calpe, Madrid, 2004.<br />
III Platón, <strong>El</strong> banquete, Folio, Barcelona, 2006.<br />
IV Paz, Octavio, La llama doble. Amor y erotismo. Círculo de Lectores, Barcelona, 1993.<br />
V Vincent, Jean-Didier, Biología de las pasiones, Editorial Anagrama, Barcelona, 1987.<br />
VI Gurméngez, Carlos, Ontología de la pasión, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1996.<br />
VII Vincent, Jean-Didier, Obra op. cit.<br />
<strong>VIII</strong> Paz, Octavio, Obra op. cit.<br />
AT
La pareja en la creación<br />
“<strong>El</strong> instante en que un sentimiento penetra el cuerpo, es político”<br />
Adrienne Rich<br />
Hay personas, entre las que me incluyo, para las que empezar una tarea no es difícil.<br />
Comenzar una relación de pareja, por ejemplo, o encontrar los primeros versos de un<br />
poema. La ilusión de la novedad, el impulso del arranque –toda esa pasión que hemos<br />
identificado con lo nuevo- hacen que el esfuerzo de crear algo valga la pena, incluso<br />
que no sea un esfuerzo, sino un subidón de energía, un placer ineludible, un<br />
privilegio.<br />
A este tipo de personas, lo que nos cuesta es estructurar, mantener, conservar,<br />
encontrar un sentido más allá del impulso creativo. Por eso, cuando me encontré con<br />
que tenía escritos un montón de poemas y tuve que ponerme a armar un libro, me<br />
costó mucho darle una estructura, encontrar un hilo que lo sostuviera, una razón que<br />
lo justificara; finalmente, opté por una construcción sencilla, casi obvia: el libro se<br />
estructuró en tres partes que se llamaron 3 -2 -1. En la parte llamada 3 se recogían los<br />
poemas que hablaban de la trinidad que formamos mi madre, mi hija y yo; es decir,<br />
los poemas que trataban de los orígenes, de las raíces, de la herencia espiritual y<br />
familiar. La última parte, la llamada 1, hablaba de mí, como persona, como poeta, en<br />
soledad, frente al mundo y en el mundo. Como mirar mi reflejo en el cristal de la<br />
ventana, mientras seguía viendo lo que hay en el exterior. Y la parte central, la<br />
llamada 2, la formarían los poemas que hablan de mi pareja, de mi <strong>amor</strong>.<br />
No es difícil encontrar poemas que hablen del <strong>amor</strong> romántico, de los primeros<br />
momentos, de la pasión. Tampoco es difícil escribirlos. Porque vivimos en una<br />
sociedad en la que <strong>amor</strong>es ideales e irreales se glorifican y se nos venden a cada<br />
instante en anuncios, películas, canciones; y en la que sin embargo el <strong>amor</strong> de cada<br />
día casi no tiene lugar, se le pone en peligro con mil y un problemas, se da por hecho
aunque se nos rompa entre las manos, se relega a la esfera de lo privado como si<br />
fuera algo vergonzoso, o feo, o inapreciable. Y así nos es difícil aprender, compartir<br />
con los demás lo que no es deslumbramiento, sino trabajo.<br />
Para mi asombro, en estos poemas yo, por primera vez, me encontraba hablando de<br />
un <strong>amor</strong> sólido, estable, una vez superada esa fase inicial del noviazgo, de la ilusión,<br />
de lo nuevo, de la pura creación. Estaba poetizando la cotidianidad del <strong>amor</strong>.<br />
La forma en que yo he llegado a entender la escritura de poesía es con total<br />
honestidad, con una sinceridad desnuda y compasiva a la vez, en la medida de mis<br />
posibilidades. Y para eso una ha de tener la complicidad del otro, su consentimiento<br />
al menos. Porque hablar de la pareja conlleva para mí airear su intimidad. Decir esto<br />
somos, así de frágiles, así de fuertes, así de humanos. Se trata de celebrar la<br />
intimidad, aunque para ello haya que exponerla, y por lo tanto, traicionarla.<br />
Casi todo el que ha estado en pareja, sabe que el 2, el número de la pareja, tanto en<br />
sus inicios como en su continuación, lo hemos entendido como una estructura que<br />
tiende a girar en círculos, a tragarnos como un remolino, nos insta a fundirnos. <strong>El</strong><br />
primer paso esencial al escribir sobre la pareja de la que formo parte es dar un paso<br />
atrás, retirarse para observar, reflexionar, hacer balance, echar cuentas. Y entonces<br />
ese dos se ve como lo que realmente es o debería ser: una suma de uno más uno. En<br />
los poemas yo intento observar los sumandos y al resultado de su suma, para que esta<br />
operación no sea una inercia, algo aprendido de memoria, sino un lugar en el que se<br />
elige estar. Una suma en la que tanto uno como otro pueden mirar hacia atrás y<br />
hacerse cargo de la historia que les ha traído hasta aquí, para saber por qué hemos<br />
venido y por qué no queremos irnos. Un recordatorio de que el <strong>amor</strong> es un camino<br />
que hemos recorrido solos y con otros, y que ahora compartimos él y yo.<br />
<strong>El</strong> paisaje que se ve a veces es el de una fiesta, un homenaje a la lucha y el esfuerzo<br />
por construir ese <strong>amor</strong> a diario.
En otras ocasiones, es el escenario de una guerra, porque a veces nos masacramos,<br />
porque exigimos más a quien está de nuestra parte, a ése que otros nos devuelven<br />
rendido, cansado, más viejo, después de otras peleas diarias que no tienen nada que<br />
ver con el <strong>amor</strong>. Y el poema entonces habla de un fracaso que reclama perdón por su<br />
ignorancia y su debilidad.<br />
Los poemas son también documentos notariales que dan fe de la pequeña revolución<br />
que se da en cada casa cuando escapamos a los ejercicios de poder, de la crueldad, del<br />
autoritarismo, de la manipulación. <strong>El</strong> relato de una confesión y de una pequeña<br />
conquista. Un reparto continuo con justicia poética: esto es tuyo, esto es mío, esto es<br />
nuestro. Una manera de decir: ¿veis? tampoco nosotros somos perfectos, pero aquí<br />
seguimos, y este logro de permanecer es hijo nuestro.<br />
Es como hablar conmigo y a la vez con él sin que él esté presente, y hablar de él y de<br />
nosotros para todos, como si este <strong>amor</strong> fuera una lucha y una victoria colectivas.<br />
Y por último, para mí los poemas son el espacio en que yo celebro el fin de una<br />
batalla personal. Porque en un momento dado, yo, como muchos de los que<br />
pensábamos que valíamos sólo para los comienzos, he llegado a conocer a alguien, y<br />
a pesar de conocerlo, amarlo (y aceptar que él, a pesar de conocerme, me ame). Y<br />
gracias a él he conseguido atravesar las apariencias, las mentiras bonitas que nos<br />
contamos, el deslumbramiento de la novedad, para seguir creando con materiales ya<br />
no tan relucientes. He logrado apreciar la infinita ternura de las frases cotidianas:<br />
¿qué hay para comer mañana? ¿dónde has dejado mis llaves? ¿has bajado la basura?<br />
Porque todo: basura, llaves, comida, las sábanas blancas pero también la colada: todo<br />
forma parte del <strong>amor</strong>, y por tanto, de la poesía.<br />
APC
<strong>El</strong> <strong>amor</strong> es cosa de uno<br />
“<strong>El</strong> <strong>amor</strong> es cosa de uno” aunque se luche en pareja. La imaginación desplegada, las<br />
expectativas, los temores, los límites de absorción del otro, la propiedad y la lealtad,<br />
las estructuras que se tejen con estos conceptos, los pactos que cuestan<br />
asimétricamente mantenerlos... el <strong>amor</strong> va más allá de la creatividad o de la voluntad<br />
de querer, el <strong>amor</strong> en una fiebre que la primera vez te expone a convulsiones, para la<br />
segunda parece que ya desarrollamos anticuerpos de defensa y todo es más<br />
controlado e incluso con los pies sobre la tierra y cuando se llega a eso uno piensa<br />
¿esto es <strong>amor</strong>?... el <strong>amor</strong> es una exageración poética, utópica, inalcanzable y<br />
química... el <strong>amor</strong> te hace trizas, el <strong>amor</strong> te marca, el <strong>amor</strong> te da autoridad moral tras<br />
haberlo sobrevivido, el <strong>amor</strong> se dice pero lo que se siente es inabarcable y no se<br />
puede transcribir porque el lenguaje te obliga a una coherencia y si algo no se da en el<br />
<strong>amor</strong> es la coherencia. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> es para cada uno algo que se transforma en secreto<br />
forzoso para el resto de la humanidad. No podemos comprender la experiencia del<br />
otro porque nos son tan íntimas las sensaciones que el <strong>amor</strong> despliega en cada uno,<br />
que no tenemos diccionario para entender qué quiso manifestar el otro. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> es<br />
libertad y cárcel al mismo tiempo. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> es.. se da... su realidad ontológica es<br />
inefable.<br />
CERV
POESÍA<br />
(Para Natalia)<br />
porque cuando te duele, a mí me duele,<br />
porque si tienes miedo, tengo miedo,<br />
porque si estás llorando, lloro yo,<br />
porque quema la fuerza si tú quemas,<br />
porque saberte ya camino y vuelo<br />
es estar caminando y volar y andar alto y a tu lado<br />
hablarle de tú al sol y saber que hay más cielo,<br />
porque todo<br />
lo que me empieza en ti en ti me lleva vivo<br />
y de la mano y dentro,<br />
porque quema la vida<br />
hecha <strong>amor</strong><br />
o pesada o ligera<br />
o dolorosa o gozo dependiendo<br />
por siempre de si en ti tengo <strong>amor</strong><br />
o peso o leve<br />
tu dolor o fogoso<br />
tu gozo o cercano tu beso,<br />
porque no hay otro mundo<br />
ni otro azul ni otro estreno:<br />
porque te siento ya<br />
en lo más fuerte adentro<br />
ST
<strong>El</strong> enigma<br />
Contemplamos la ciudad rota desde su futuro<br />
y pensamos que el gris es en la paleta<br />
del manco expresión de reposo,<br />
la calma del desahucio.<br />
A la ciudad le quebraron las afueras,<br />
le explotaron los edificios públicos<br />
como sobresalto de epidemia.<br />
Contemplamos la ciudad desde lejos<br />
-lo más lejos, esta vida, que apenas pertenece-,<br />
asumimos que el desastre es continuación.<br />
Hay que destrozar la casa propia a veces.<br />
¿Dónde has estado?<br />
Las alas de un hombre normal tiemblan<br />
mirando a la esfinge y su vacío.<br />
Habitas la chaqueta de al lado, respiras<br />
y no sé si guardas una ciudad rota<br />
o un futuro con fronteras de ceniza.<br />
SC
<strong>El</strong> <strong>amor</strong> en 10 realidades<br />
1. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y las palabras<br />
te diré<br />
hiedra<br />
hermosa<br />
helada<br />
hendida<br />
herencia<br />
heroína<br />
hermana<br />
baila<br />
bella<br />
brilla<br />
boca<br />
burbuja<br />
bruja<br />
piedad<br />
pide<br />
piedra<br />
piel<br />
y pelo<br />
caramelo<br />
cara<br />
coro<br />
cura<br />
crea<br />
cree<br />
lee
te diré<br />
como gritando<br />
entera<br />
colgada<br />
del brazo,<br />
de la cama<br />
más allá<br />
apalabrada<br />
sujeta<br />
a ello<br />
a todo<br />
suelta<br />
saltando<br />
sudando<br />
ritmo<br />
y rito
2. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y los bolígrafos<br />
¿cómo te llamas, hija?<br />
¿qué nombre podría domesticar<br />
tus labios de carga de caballería,<br />
tus dedos de pianos tirados por la ventana,<br />
tus formas que llueven<br />
fuego helado en el desierto,<br />
tus rizos de tijeras<br />
que enloquecen en el armario,<br />
tu voz de libro recién comprado<br />
aprendido ya de memoria<br />
y tus palabras de aquí, allá<br />
y vaya usted a saber?<br />
¿eh?<br />
¿cómo te llamas?<br />
porque es pensar en ti y caérseme los bolis<br />
al suelo<br />
¡todos!<br />
así, a cámara lenta,<br />
congelados casi en el aire<br />
en toda su perfección multicolor,<br />
girando sobre sí mismos,<br />
la tinta fluyendo de arriba a abajo<br />
y de abajo a arriba<br />
hasta golpear el suelo<br />
¡inocuamente, claro!<br />
-ningún bolígrafo fue dañado<br />
en la confección de este poema-
y acabar esparcidos<br />
por el suelo<br />
¡todos!<br />
especialmente dos<br />
que quedan muy cerca,<br />
así, juntos,<br />
juntitos
3. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y la mirada<br />
salgo al mundo buscando el mundo,<br />
que se encuentra repartido<br />
por todo tu ser<br />
no necesito nada más<br />
que tu mente, tus días, tus sueños,<br />
tus placeres, tu cuerpo<br />
y mirarte,<br />
mirarte.<br />
pero no como se miran los precios,<br />
el televisor o las obras del tren desde un puente<br />
mirarte con mayúsculas, mirarte para verte,<br />
mirarte para reconocerte<br />
como se adivina una montaña entera<br />
detrás de la niebla<br />
porque no hace falta tu desnudez<br />
para verte desnuda<br />
basta con recordar la semana que viene,<br />
cuando hayamos regresado<br />
de un viaje por fuera<br />
para encontrarnos dentro<br />
basta con anticipar cómo tu falda cayó<br />
en una alfombra tan mía que era yo
asta con sabernos<br />
aquí y ahora, con vernos<br />
aquí y ahora, con tenernos<br />
aquí y ahora, con sudarnos,<br />
aquí y ahora, con subirnos, bajarnos, recorrernos,<br />
celebrarnos aquí y ahora<br />
basta con habernos dicho<br />
¿te acuerdas?<br />
para estar de nuevo<br />
en nuestro paisaje más profundo,<br />
exprimiendo todo el significado<br />
de nuestros cuerpos<br />
en una sola sílaba unísona y extasiada<br />
sobre las sábanas soleadas:<br />
¡sí!
4. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y nosotros<br />
mañana por la mañana,<br />
bastante temprano<br />
me llamarás para preguntarme<br />
sobre nosotros;<br />
yo haré una pausa para tomar un sorbo<br />
de algo fresco y dulce que tenía junto al teléfono<br />
y te responderé<br />
que somos la luz de la mañana<br />
reflejada en un charco<br />
que cruzamos de un salto,<br />
somos un diente que escondimos,<br />
hace años, bajo la almohada,<br />
somos la nieve caída con parsimonia<br />
en el barcón, vista desde tu ventana<br />
somos un río que se desborda con precisión<br />
para que los cisnes paseen entre coches<br />
somos el mapa de un país<br />
cuya capital aprendí en el colegio<br />
somos el cuarto salto de la piedra más plana<br />
que hemos encontrado junto al lago<br />
somos una carta sin remite que nos llega<br />
y que dice: ¿quién eres?<br />
somos una mancha de pintura en la mano<br />
que se va multiplicando<br />
cada vez que nos tocamos<br />
somos la luz roja de este rincón<br />
que aminora mientras hablamos
somos una roca caída del cielo<br />
en medio del agua<br />
para que nos sentemos<br />
somos dos copas de vino tinto<br />
en toda su rosada perfección<br />
somos dos lámparas de mesa<br />
que se huelen, se acercan, se acarician,<br />
se enroscan, se retuercen y se revuelcan<br />
porque no tienen interruptor<br />
somos 2 palabras desconocidas<br />
que decimos con una pronunciación impecable<br />
somos dos formas<br />
con distintos destinos geométricos<br />
que se encuentran en una baldosa de mi comedor<br />
somos una serie de números al azar<br />
que dos extranjeros se gritan<br />
cada uno a un lado de la calle<br />
somos dos copas de vino,<br />
pero eso ya lo había dicho<br />
somos los dedos que abrimos el diccionario<br />
por la palabra “improvisto”<br />
somos una llamada de telefónica brevísima<br />
sólo para decirte: estoy aquí abajo<br />
somos dos estatuas de mármol de dioses ancestrales<br />
que han saltado del pedestal para acercarse<br />
somos [… aquí varias páginas del manuscrito<br />
han sido quemadas por unas llamas]<br />
somos una noche que podría ser muchas<br />
somos una ducha con la temperatura justa<br />
somos la página 98
del libro que dejé junto a tu cama<br />
somos nuestras piernas<br />
bailando una canción de dos minutos y medio<br />
somos tres acordes de guitarra<br />
repetidos una y otra vez<br />
somos las sombras que hacen moverse los cuerpos<br />
bajo el sol, y no al revés<br />
somos el cuello abierto de tu blusa<br />
y el cuello abierto de mi camisa<br />
somos la tinta roja, dulce, elástica<br />
e inagotable de mi bolígrafo<br />
somos dos conceptos abstractos<br />
que se materializan<br />
-y muchísimoen<br />
nuestros cuerpos abrazados<br />
¿he dicho ya que somos dos copas<br />
de perfecto vino tinto?<br />
somos dos niños<br />
que se encuentran construyendo<br />
el mismo castillo de arena<br />
somos esos mismos niños<br />
que ya han crecido<br />
y lo aprovechan<br />
somos nuestro paso firme por este camino<br />
somos, en definitiva, nosotros
5. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y la calle<br />
es de noche en l’Eixample,<br />
la aristocracia ha dejado de existir,<br />
los perros están sucios como tienen que estar,<br />
las canciones andan sueltas,<br />
las chicas van de espaldas<br />
y yo voy disfrazado de mi mejor yo<br />
y aunque haya bebido,<br />
nunca, nunca, nunca<br />
tropiezo con una esquina.<br />
Y nadie me mira mal<br />
cuando le hablo a la luna,<br />
ni siquiera esa portera<br />
que sale al portal<br />
con una bolsa cargada<br />
de chismes de la escalera,<br />
y no os lo vais a creer,<br />
pero en la puerta<br />
hay un cartel colgado que dice:<br />
gato regala dueño<br />
y la calle entera le pertenece al sueño<br />
decir que todo lo que toco<br />
se convierte en música<br />
es decir poco;<br />
por doquier acaricio<br />
saxos lánguidos e insaciables<br />
sacados de las cañerías de Chinaski
y, de fondo, abrazo<br />
música de poemas recitados bajo el agua,<br />
música de maracas, aullidos y theremin,<br />
como un mareo sublime<br />
o un misterio feliz<br />
el parpadeo de neón<br />
le da ritmo a mis pasos,<br />
y en la barra de este bar<br />
ya nadie cuenta historias tristes,<br />
¿pero qué digo?<br />
en la barra de este bar<br />
sí que cuentan historias tristes<br />
pero está bien,<br />
porque he venido, porque vendré, porque vengo,<br />
y aunque todavía me falta mucho por llegar<br />
tú ya me has visto<br />
desvistiéndome<br />
como se desvisten los libros, las adivinanzas,<br />
los marcos de madera apoyados en el contenedor,<br />
como se desviste la noche,<br />
esa sí que sabe desvestirse,<br />
y en el asfalto de tu calle<br />
han caído muchas cosas<br />
pero sobre todo una,<br />
este zapato de tacón<br />
que sigue andado a mi lado<br />
con el número exacto,
y que sea cuál sea tu pie<br />
acabará encajando,<br />
pi pi pi pi pi pi<br />
canta el interfono<br />
(Del francés interphone,<br />
acrónimo de intérieur y téléphone)<br />
un teléfono interior que te llama<br />
y te dice que<br />
aunque llevo 31 años de retraso,<br />
ya estoy aquí<br />
es de noche en l’Eixample,<br />
y quiero decirte<br />
que en este ascensor de madera cálida<br />
que me sube y me sube<br />
que casi no caben<br />
todas mis ganas de seducirte
6. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y el retroceso<br />
miro hacia atrás<br />
mucho, bastante,<br />
tanto que casi<br />
miro hacia adelante<br />
y he tenido<br />
trabajos muchos:<br />
peinador de desiertos<br />
delineante de labios<br />
secador de aguas<br />
domador de fracasos<br />
alentador de sabios<br />
desdeñador de ocasos<br />
diseñante de trotes<br />
desenlatador de sonrisas<br />
desrespondedor<br />
de preguntísimos silencios<br />
mirador de miríadas<br />
amasador de paciencias<br />
paseador de paredes<br />
embaucador de vahos<br />
gateador de gatos<br />
enganchador de trasnoches<br />
atrasador de roces<br />
entendedor de tiempos<br />
abocador de voces<br />
sonrojador de pelirrojas<br />
imaginante de magias
soñador de paraguas<br />
abridor de palabras<br />
e incluso he hecho<br />
horas extras<br />
como fugador de estrellas<br />
pero no tengo referencias<br />
ni preparación<br />
ni experiencia<br />
como desamador de bellas
7. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y París (Homenaje a Jacques Prévert)<br />
Paris at night<br />
tres cerillas una a una encendidas en la noche:<br />
la primera para olvidar que ya no estás aquí,<br />
la segunda para olvidar que ya no estás aquí,<br />
la tercera para olvidar que ya no estás aquí,<br />
y la oscuridad toda entera<br />
para olvidar que estoy yo solo en París
8. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y la distancia<br />
era de noche y sin embargo llovía<br />
llovía mucho,<br />
como cuando de repente llueve mucho.<br />
estaba en mi oficina, sentado en mi mesa.<br />
sobre la mesa, una hoja de papel y un bolígrafo.<br />
llevaba un rato mirando las tres paredes, el suelo y el techo.<br />
ay, perdón, había cuatro paredes.<br />
llevaba un rato mirando las cuatro paredes,<br />
el suelo, el techo, el gato de goma y los jadeos de la vecina. ah, ah, ah.<br />
al otro lado de la pared de la oficina,<br />
en el cuarto segunda de la finca adyacente,<br />
en un piso que debía de medir exactamente 123 metros cuadrados,<br />
(120 metros cuadrados útiles)<br />
seguían los jadeos. ah, ah, ah.<br />
estiré los brazos, estiré las piernas, hice girar la cabeza<br />
como haciendo un calentamiento para un ejercicio gimnástico,<br />
pensando en la diferencia entre los 123 metros cuadrados<br />
y los 120 metros cuadrados útiles<br />
-¿qué pasa con los tres metros cuadrados no útiles?-<br />
la vecina parecía tener la mente más despejada:<br />
¡ah, ah, ah!<br />
me sequé el sudor de la frente.<br />
cada noche a las 10.00, o a las 22.00,<br />
sufría un mareo hiperbólico.<br />
abrumado de tantos cálculos,<br />
miré a mi alrededor y todo eran números.<br />
la vecina llevaba 16 minutos jadeando.<br />
eso yo no lo sabría si no me lo hubiera contado
el reloj de pared, que hacía clic, clic, clic.<br />
la vecina, que por cierto se llamaba <strong>El</strong>ena,<br />
-bueno, yo no lo sabía,<br />
pero la vi una vez regando las plantas<br />
y decidí llamarla <strong>El</strong>enapues<br />
<strong>El</strong>ena jadeaba al ritmo del reloj,<br />
ah, clic, ah, clic, ah, clic, ah, clic, ah, clic, ah, clic<br />
y así podríamos seguir durante mucho tiempo,<br />
-tú quizá tengas mejores cosas que hacer,<br />
yo nola<br />
cuestión es que me quité la americana<br />
y la colgué en una percha.<br />
con paso firme, avancé hasta la pared,<br />
evidentemente la pared que me separaba de <strong>El</strong>ena<br />
y de sus jadeos rítmicos<br />
(diríamos un jadeo por segundo).<br />
estaba seguro de que <strong>El</strong>ena se entrenaba cada noche.<br />
de hecho, la escuchaba cada noche<br />
cuando yo todavía estaba sentado en la mesa<br />
mirando el reloj, que hacía clic, clic, clic.<br />
<strong>El</strong>ena sería como una corredora de fondo, sólo que jadeante.<br />
me detuve junto a la pared.<br />
tenía muy estudiado el lugar preciso<br />
donde debía de estar la cabeza de la cama,<br />
y probablemente también la cabeza de <strong>El</strong>ena.<br />
cogí una regla semirrígida<br />
y un bolígrafo de punta semigruesa y tinta seminegra<br />
y dibujé una ventanita en la pared,<br />
exactamente a la altura de la cabeza de <strong>El</strong>ena.<br />
¡¿cómo que “¿qué <strong>El</strong>ena?”?!
pues la misma <strong>El</strong>ena de siempre,<br />
no hemos cambiado, la <strong>El</strong>ena del ¡ah, ah, ah!,<br />
la vecina, vaya, la jadeadora de fondo.<br />
antes de abrir la ventana, necesitaba algo que decirle.<br />
siempre hay que decir algo, o eso había oído yo en alguna parte.<br />
lo importante es decir algo.<br />
lo importante es tener algo que decir.<br />
es importante decir.<br />
algo decir que hay siempre.<br />
en fin, los anuncios iban cambiando<br />
y yo nunca me acordaba de los mensajes exactos.<br />
da igual, pensé. busqué un papel en el bolsillo.<br />
perfecto, pensé, ya tengo algo que decirle.<br />
cuando abrí la ventanita,<br />
<strong>El</strong>ena estaba ya des-jadeando, tumbada sobre su sudor.<br />
le sonreí y le leí:<br />
Somos pequeños dioses<br />
caídos en el barro del mundo,<br />
abrumados en el fecundo taller<br />
de nuestros pasos.<br />
por alguna razón que yo nunca comprendería,<br />
<strong>El</strong>ena ni me miró,<br />
se cubrió con una sábana gigantesca,<br />
cerró mi ventanita utilizando su sudor<br />
y un vaso de cemento que tenía en la mesita de noche<br />
y no volvió a jadear hasta la semana siguiente.<br />
yo regresé a mi mesa<br />
y entendí que los tres metros cuadrados no hábiles<br />
estaban ocupados por el espacio que nos separaría siempre.<br />
bueno, pensé,
lo importante es haber hablado
9. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y el recuerdo<br />
supongamos<br />
que estoy<br />
en mi habitación,<br />
delante del espejo,<br />
sin mirarme,<br />
más bien<br />
observando<br />
algo que está<br />
mucho más allá,<br />
como la tarde,<br />
un recuerdo<br />
o el tiempo.<br />
supongamos<br />
que de repente<br />
no se me ven<br />
las piernas,<br />
y al cabo de nada<br />
tampoco los brazos,<br />
el torso,<br />
el cuello,<br />
la cara<br />
y ya nada.<br />
¿he desaparecido?<br />
está tu recuerdo<br />
delante de mí, en mí,
ocultándome del mundo.
10. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> y la dinamita<br />
aunque sea febrero<br />
y ya casi nos desconozcamos<br />
haces cosas inverosímiles<br />
como presentarte sin avisar en mis sueños<br />
disfrazada de amante y obligarme a llamarte<br />
¿para decirnos qué?<br />
¡si ya no nos somos nada!<br />
y luego me pides cosas que no existen<br />
y cuelgo,<br />
porque al teléfono<br />
tus palabras son más duras<br />
que cuando sueño<br />
cuando salgo a la calle,<br />
es jueves y tu recuerdo es invierno para mí<br />
la lluvia tiembla de frío y perplejidad<br />
al verme buscar tus formas<br />
en la distancia,<br />
las miradas en los escaparates<br />
están a punto de estallar,<br />
y todo huele a despedida,<br />
incluso cuando intento pronunciarte<br />
mis palabras se reducen a vaho<br />
y nieve acomodada sobre el asfalto,<br />
y camino lento, pesado<br />
con los bolsillos cargados
de ese verbo olvidar<br />
que siempre se conjuga tan mal<br />
hasta que llego a la plaza<br />
y digo: ¡basta!<br />
basta de tu mirada de café frío<br />
basta de encontrar pelos tuyos por toda mi alma<br />
basta de hielo<br />
basta de resbalar en tu recuerdo<br />
basta de conversaciones que se han cansado<br />
de ser frías enumeraciones de ti<br />
mira, bonita,<br />
todas tus palabras<br />
apiladas en la plaza,<br />
una cerilla<br />
y dinamita<br />
JMC
[...]<br />
<strong>El</strong> hombre seboso y trajeado se cuela en nuestra cama cada noche<br />
después de follarse al universo viene a susurrarnos nanas<br />
su obsesión por nosotros no descansa nunca<br />
en nuestros sueños nos persigue<br />
con su disfraz de perro, de vendedor, de cura<br />
de espiga de trigo, de pistola en el bolsillo<br />
su disfraz de muerte, su disfraz de vida<br />
sé que tú le gustas con ojeras<br />
yo le pongo cachondo cuando estoy cansada<br />
me quiere flaca aunque me tienta con chucherías<br />
y a ti elegante aunque te duelan los huesos<br />
me empuja a emborracharme pero no por diversión<br />
sino para olvidar<br />
que mis horas de ocio se cierran siempre con balance negativo<br />
cuando estamos a punto de enfermar por agotamiento<br />
nos premia con unas vacaciones<br />
y nos tiende los billetes como el cazador<br />
lanza un hueso al galgo que ahorcará mañana<br />
me instiga a desear cosas que no necesito<br />
aunque él nunca tiene para mí un regalo<br />
dice que mis enemigos son aquellos<br />
que quieren lo mismo que yo<br />
porque no hay bastante<br />
nunca hay bastante para todos<br />
y nos cobra por lo que no es de nadie<br />
por el agua de lluvia<br />
por el sol y la arena<br />
por los claros del bosque
y los manantiales<br />
secuestra a mi <strong>amor</strong> durante 10 horas cada día<br />
y cada día me lo devuelve más viejo<br />
con sus brazos lascivos abraza a mi hija<br />
y yo grito ¡huye!<br />
-he visto los primeros signos de rendición<br />
en su rostro inocentepero<br />
no sé mostrarle la puerta de salida<br />
y más que mi felicidad, lo que a él le preocupa<br />
es atisbar en mi cara un rastro de consuelo<br />
que me permita llegar hasta la próxima tregua<br />
cada día me pone café en los labios<br />
para que aguante, y luego una pastilla<br />
que me aplaque los nervios para que descanse y duerma<br />
mientras él sigue haciendo conmigo lo que le viene en gana<br />
(a veces se tumba sobre mí y yo con los ojos abiertos<br />
miro al techo, y si se da cuenta me dice<br />
que ya va siendo hora de pintarlo)<br />
envenena la comida con que me alimenta<br />
me prohíbe fumar mientras engorda mi ansiedad<br />
y me quita los chupetes que podrían consolarme<br />
provoca mi llanto<br />
y después me obliga a maquillar las señales de la tristeza<br />
si me pongo rebelde, ríe paternalista<br />
cuenta que él también pasó por esa época<br />
y mi rebeldía la rebaja a moda<br />
que luce en camisetas los sábados por la mañana<br />
cuando sale a comprar los cruasanes y el periódico<br />
él me da detalle de cada asesinato, de todas las guerras<br />
de las violaciones y los golpes de estado
pero tanta información me deja sorda y ya no escucho<br />
los crujidos ni los llantos en voz baja<br />
las señales del desmoronamiento<br />
y él calla que cada muerto, cada herido<br />
las mujeres violadas y los que sufren torturas<br />
todos recibieron su visita antes de convertirse en lo que son ahora<br />
se zafa de las culpas con promesas<br />
pero yo sé que una palabra suya<br />
bastará para condenarnos<br />
y si desaparece es para espiar a salvo y oculto<br />
en los bares, en los hoteles, en los baños, en las celdas<br />
tengo que darle las gracias porque<br />
¡tú eres una mujer moderna!, grita animoso<br />
de las que habla inglés, trabaja en casa y en la oficina<br />
va al gimnasio y aparenta menos edad de la que dice el dni<br />
tienes nociones de pedagogía aunque apenas veas a tus hijos<br />
y además fuiste bendecida con una vocación<br />
para que puedas sentirte mejor que otras<br />
(y yo callo que yo no quiero ser artista<br />
si eso va a convertirme en diferente<br />
porque ya me siento lo bastante sola<br />
y no quiero competir en más carreras)<br />
si muestro debilidad, susurra, todos querrán aprovecharse<br />
(como si él dejara algo para los otros)<br />
mejor será que despliegue arrogancia<br />
(con todos menos con él)<br />
de todo me habla pero no de quién recogerá los restos del naufragio<br />
ni en qué lugar nos reuniremos los náufragos para organizarnos<br />
para hacer un fuego, compartir la comida y quitarnos el frío<br />
aunque antes hay que hacer acopio de fuerzas
para no abandonarse cada uno en su rincón<br />
Un día, no sé cuándo, yo le voy a cobrar<br />
sus cadáveres, las humillaciones<br />
el secuestro de la inocencia<br />
el expolio de los sueños<br />
yo le voy a cobrar, no sé cuándo<br />
y la primera puñalada que le voy a meter<br />
va a ser por las caricias que no nos dimos<br />
por los polvos que no echamos<br />
tú y yo<br />
cada vez que se cuela en nuestra cama<br />
y nos dice que mañana, mañana, mañana<br />
mañana el despertador sonará a las 6.30<br />
y veinte minutos más de sueño<br />
nos harán mejores soldados a su servicio<br />
Te lo juro, mi <strong>amor</strong>. Una puñalada<br />
por cada polvo que nos robó<br />
y luego ya el resto, por los presos, por los indigentes<br />
por los que dejan atrás casa y familia<br />
por el dolor que no merecemos sufrir ni ver<br />
por los campos arrasados<br />
por los animales que se hacinan<br />
por los niños que trabajan<br />
por los ojos que se cierran por el cansancio y la muerte<br />
por el tiempo que no volverá<br />
por la vida que nos robaron<br />
por la vida<br />
mi <strong>amor</strong><br />
por la vida.<br />
APC
Varios poemas<br />
CIFRA EXTRAVIADA EN EL CONTEO DE CASANOVA<br />
Creo<br />
que<br />
sólo<br />
soy<br />
un<br />
número:<br />
76.<br />
Cifra extraviada<br />
en el conteo<br />
de Casanova.
FRENTE A LA DIOSA RUBIA<br />
Cuántas veces lo hicimos en tu cuarto<br />
donde Madonna presidía la escena<br />
semicubierta por una sábana<br />
fumando un cigarrillo<br />
-toda una diosa de rubios rizos rebeldes-.<br />
Y tú estabas erguido y yo húmeda y silenciosa<br />
porque alguien rondaba por el pasillo<br />
y teníamos que aprovechar el tiempo<br />
porque casi no nos veíamos<br />
porque yo era del norte y tú del caoslaberinto<br />
y a veces nos juntábamos para incendiarnos<br />
y ahora que todo ha terminado<br />
y oler tu perfume ya no me hace llorar<br />
ni tampoco escuchar a la Ambición Rubia<br />
río irónicamente al recordar que me llamaste<br />
Chica Material<br />
y no precisamente en el mejor sentido<br />
sino porque dudaste de que pudiera amarte<br />
por lo que eras:<br />
un chico frágil que nunca había amado de verdad,<br />
que me pidió esposarlo,<br />
someterlo,<br />
seducirlo como lo habría hecho la diva.
TÚ Y EL GRUNGE<br />
Huele a espíritu de adolescente<br />
mientras me masturbo en plena duermevela.<br />
Hace mucho terminé la secundaria<br />
y no sabía cómo hacerlo<br />
pero me excitaban los ojos azules de Cobain<br />
cuya carta suicida yo pude haber escrito<br />
porque desde hace mucho me ronda la idea.<br />
Y sin embargo, cual Bartleby,<br />
“Prefiero no hacerlo”,<br />
sobre todo después de leer a Cioran:<br />
“Vivo únicamente<br />
porque puedo morir cuando quiera;<br />
sin la idea del suicidio,<br />
hace tiempo que me hubiera matado”.<br />
Y es irónico descubrir<br />
que el libro que yo te corregí<br />
-gratis, sin un peso, ni una cogida siquieralo<br />
volviste homenaje al dios del grunge.<br />
Nadie sabe para quién trabaja.<br />
EM
La vagina es enorme<br />
Duele<br />
con sólo mirarla.<br />
Su cavidad ignota<br />
recluye un mar salvaje<br />
de horas y embriones<br />
que te destierran<br />
con besos salados<br />
del Paraíso.<br />
Su mucosa crujiente<br />
abre el apetito de llorar<br />
todo el esperma<br />
para luego beberlo<br />
a ciegas<br />
si apretando los dientes<br />
sobre la espalda vívida.<br />
La herida es vertical.<br />
Arde desde dentro,<br />
quema por fuera.<br />
Incisiva<br />
nos saja.<br />
Liturgia del coño.<br />
JdlV
Amor issue<br />
amuse-bouche<br />
I.<br />
barnízame el pecho<br />
te soplaré la niebla<br />
voy a crujir<br />
tu boca de escarcha<br />
II.<br />
cuando veneno gana a ven nene<br />
soy una mariposa muerta<br />
que rueda seca en el asfalto<br />
III.<br />
sufro la ira venérea de un anillo<br />
a falta de carne<br />
para llenarlo<br />
IV.<br />
no recuerdo el último temblor<br />
ojos achinados<br />
cabecero hiriendo la pared<br />
¿qué me falta para hacerte de latidos?
velcro<br />
corazón de velcro<br />
desgastado<br />
ya no pega<br />
te lo grapaste al pecho<br />
yo, a tu lado,<br />
limpiando<br />
de cuando en cuando<br />
la sangre que gotea
Dios hizo el automóvil<br />
Iron & wine – ‘God made the automobile’<br />
Y las goteras del nuevo intercambiador de Diagonal. Dios hizo las curvas y las<br />
puertas giratorias. Dios hizo las canciones lentas, perfectas para un suicidio doble.<br />
Dios hizo la ilusión del en<strong>amor</strong>amiento. <strong>El</strong> fracaso del soltero, la gloria del infeliz.<br />
Dios hizo a los conformistas y a sus cómplices. Dios hizo las mentiras y el cortauñas.<br />
Dios hizo a las locas con ventosas y las conversaciones de relleno. Dios hizo los<br />
silencios de ascensor y las escaleras mecánicas paradas. Dios hizo las ensoñaciones y<br />
los caminos sin salida. Dios hizo la desnudez, no los traumas. Dios hizo la barriga<br />
cervecera del abstemio y los abdominales de los desalmados. Dios hizo a los poetas<br />
imantados y todos los cuchillos de acero inoxidable.
despertador, al menos<br />
esta noche no quiero<br />
salvar las distancias<br />
quiero el sabor metálico<br />
del teléfono que no sonó<br />
quiero el eco del timbre del vecino<br />
el sobresalto fallido<br />
tú, a tiro de piedra<br />
yo, sin nada que arrojarte<br />
quiero ser interruptor de pasillo<br />
vaso de agua en la mesita<br />
tos de media noche<br />
quiero ser guisante en la cama<br />
frío en los pies<br />
bebé que llora<br />
bus nocturno<br />
ambulancia urgente<br />
despertador, al menos<br />
yo quería ser presencia<br />
pero el presente<br />
es ausencia<br />
televisor en mute<br />
cortinas inmóviles
sofá impoluto<br />
puerta que no se abrió<br />
buenas noches mi niña<br />
te pienso<br />
te echo de menos<br />
me dueles<br />
te amo
Ídem<br />
el corazón de origami<br />
se pliega garganta arriba<br />
tristeza centrífuga<br />
exilia a la sangre del centro<br />
de noche, hay taxis llenos<br />
con cartel de libre<br />
semáforos verdes<br />
en calles desiertas<br />
se duermen los brazos<br />
como camioneros<br />
en áreas de servicio<br />
el corazón hecho un trapo<br />
tras la voltereta<br />
yo también resbalo<br />
hinco la rodilla<br />
con la dignidad del gimnasta<br />
que no clava la salida<br />
niño pies planos aún cae de aceras<br />
adora los peces emparejados<br />
combate fuego con fuego<br />
el corazón se desdobla<br />
vuelve a su sitio
arropado por tus manos de madre<br />
suena una nana<br />
al ritmo de camiones de basura<br />
mientras un jumbo plateado<br />
despega en mi sueño
cascabel<br />
en la balsa misma<br />
donde nos montamos<br />
desde cada orilla<br />
señalamos a ciegas<br />
un lugar común<br />
el roce de los pies<br />
es juramento<br />
la recompensa<br />
que merecemos<br />
prometemos vivir al día<br />
sin plan ni deuda<br />
sólo esta brújula rota<br />
que apunta al pecho<br />
y un gps en tu boca<br />
'ha llegado a su destino'<br />
el viaje tiene sonido<br />
de cascabel
contrato<br />
el <strong>amor</strong> que nos vendieron<br />
es un contrato<br />
con demasiada letra pequeña<br />
me gusta cuando renaces<br />
cada mañana<br />
sin reproches
margaritas en el matadero<br />
cultivo margaritas<br />
en el matadero<br />
te señalo<br />
entre diosas<br />
de úteros resbaladizos<br />
que luchan en el barro<br />
agárrate<br />
nos vamos<br />
prendo velones en tu ombligo<br />
incienso, en tu esternón<br />
el chamán nos mira<br />
con ojos de halcón<br />
da un golpe en el suelo<br />
se vuelve<br />
te suelto la mano<br />
suspiro otro cadáver<br />
no<br />
tú tampoco<br />
IP (Nlmp)
(A mi padre)<br />
"La vida es un cúmulo de instantes, el sufrimiento no es absurdo, es inevitable"<br />
(José Delgado Gallego)<br />
No concebir la vida sin el otro<br />
compartir cada instante<br />
cada caricia<br />
cada beso<br />
penetrar las pupilas<br />
hasta hacer desaparecer todo alrededor<br />
hasta detener el tiempo<br />
el instante, vivir el instante<br />
caminar juntos<br />
crecer juntos<br />
bailar bajo la lluvia<br />
y desaparecer en un abrazo...<br />
eso, todo eso y más<br />
eres tú, <strong>amor</strong>.<br />
RD
Dichosos <strong>amor</strong>es<br />
Borracho de <strong>amor</strong> o con mono de <strong>amor</strong>,<br />
<strong>amor</strong>es públicos o <strong>amor</strong>es privados,<br />
<strong>amor</strong>es que timan, <strong>amor</strong>es que temen,<br />
<strong>amor</strong>es ciegos o <strong>amor</strong>es demasiado vistos,<br />
<strong>amor</strong>es que toman, <strong>amor</strong>es que traman,<br />
<strong>amor</strong>es simples o <strong>amor</strong>es complicados,<br />
<strong>amor</strong>es con pecado o puros <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es presumidos o presumir de <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es dejados o dejar <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es sin retorno o <strong>amor</strong>es que siempre vuelven,<br />
<strong>amor</strong>es letrados, letrinas de <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es ahogados o <strong>amor</strong>es quemados,<br />
letreros de <strong>amor</strong>es, <strong>amor</strong>es litreros,<br />
<strong>amor</strong>es en línea o círculo de <strong>amor</strong>es,<br />
sinfonía de <strong>amor</strong>es, sintonía de <strong>amor</strong>es,<br />
sin ton ni son, afonía de <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es alegres o tristeza de <strong>amor</strong>,<br />
<strong>amor</strong>es luchadores o <strong>amor</strong>es rendidos,<br />
<strong>amor</strong>es urgentes o <strong>amor</strong>es sin prisa,<br />
<strong>amor</strong>es retorcidos, <strong>amor</strong>es estirados,<br />
<strong>amor</strong>es acomodados, incómodos <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es divididos o <strong>amor</strong>es multiplicados,<br />
restando <strong>amor</strong>es o <strong>amor</strong>es que suman,<br />
<strong>amor</strong>es sordos, <strong>amor</strong>es que callan,<br />
<strong>amor</strong>es que escuchan, <strong>amor</strong>es que hablan,<br />
<strong>amor</strong>es corrientes o eléctricos <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es capitales o rurales <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es que crecen o <strong>amor</strong>es que menguan,
mal de <strong>amor</strong>es o <strong>amor</strong>es que curan,<br />
curas que aman o <strong>amor</strong>es en lata,<br />
lata de <strong>amor</strong>es o lote de <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es que trepan o <strong>amor</strong>es que se descuelgan,<br />
de mil <strong>amor</strong>es o <strong>amor</strong>es bajo cero,<br />
ardientes <strong>amor</strong>es o <strong>amor</strong>es que hincan el diente,<br />
<strong>amor</strong>es encadenados o libres <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es condenados o liberados <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es sin brújula o embrujados <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es viejos o nuevos <strong>amor</strong>es,<br />
<strong>amor</strong>es con dicha, <strong>amor</strong>es en la ducha…<br />
…¡dichosos <strong>amor</strong>es!...<br />
EBdJ
PINTURA
PINTURA I<br />
Susana Pozo<br />
AFRODITA, DIOSA DEL AMOR,<br />
de la lujuria.<br />
HERIDA COMO LA NIEBLA POR EL SOL
AFRODITA, DIOSA DEL AMOR,<br />
de la belleza.
FUEGO
AFRODITA, DIOSA DEL AMOR,<br />
de la sexualidad.
PINT<br />
AMOR B<br />
Carlos Esteban
URA II<br />
Resano Vasilchik<br />
UCÓLICO
LA SOLEDAD DE ALFONSINA
EL AMOR ES COSA DE UNO
PINTURA III<br />
Belén Martínez
FOTOGRAFÍA<br />
Aurora Martín<br />
FOTOGRAFÍA I<br />
Agustín Calvo Galán
JUGAR A C
ORAZONES
FOTOGRAFÍA II<br />
S. Tallón
FOTOGRAFÍA III<br />
Ludovica Bastianini<br />
CASA
FOTOGRAFÍA IV<br />
<strong>El</strong>i Mora
ENTREVISTA + APORTACIÓN ARTÍSTICA<br />
Sara Mesa, por RDF.<br />
Hola Sara, un placer que hayas aceptado el hacer la entrevista para el número sobre<br />
<strong>El</strong> <strong>amor</strong>, que debe ser sin duda uno de los temas más difíciles para hacer un<br />
monográfico, porque <strong>amor</strong> y des<strong>amor</strong> lo sentimos todos, pero qué será y cómo nos<br />
influye en nuestra vida es algo que ha dado, da y dará para escribir catedrales enteras.<br />
Además he tenido la suerte de toparme con tu literatura y haberme leído casi todo lo<br />
que has publicado, así que comentaremos sobre qué sea eso del <strong>amor</strong> y también<br />
bastante de tu literatura.<br />
ENTREVISTA a Sara Mesa<br />
Disparemos: ¿Qué es el <strong>amor</strong>?<br />
Qué sé yo. Otros lo definieron antes. “Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero,<br />
tierno, etc.” Qué más puedo decir yo, en serio. A veces somos demasiado pequeños<br />
para hablar.<br />
Decía Miguel de Unamuno que el <strong>amor</strong> es la única medicina contra la muerte<br />
¿Lo compartes? Y ¿por qué crees que pensaría esto?<br />
No sé en qué sentido lo decía Unamuno, pero me temo que en realidad no hay<br />
medicina contra la muerte. Si pensamos que dejamos huella en aquellos que amamos,<br />
y que sobrevivimos de algún modo dentro de ellos… puede que Unamuno se<br />
estuviese refiriendo a esa trascendencia, sobre todo en el caso de los hijos.
Siento, como sintieron otros muchos antes, como Schopenhauer o Freud o mi<br />
vecino del tercero o tu vecino de enfrente, que el <strong>amor</strong> (llámasele también afecto<br />
o cariño o incluso aceptación) es uno de los grandes motores de nuestra<br />
existencia si no el único. Algo ya habíamos comentando en el número que<br />
trataba sobre Lo erótico, que tal vez hacen camino conjunto pero también se<br />
bifurcan y lo erótico y el <strong>amor</strong> toman sendas diferentes, aunque es posible que<br />
siempre con el amar subyaciendo. Entonces, ¿cuánto crees que está presente el<br />
querer que sientan <strong>amor</strong> por uno o mantenerlo, en nuestro día a día? Desde<br />
querer publicar libros, por ejemplo, o mostrarnos a los demás, hasta decidirnos<br />
por una vida o por otra, en nuestras elecciones. ¿Es el <strong>amor</strong> -el querer tenerlo o<br />
mantenerlo- lo que dirige nuestras acciones en última instancia?<br />
No, no lo creo. <strong>El</strong> <strong>amor</strong> -o el deseo de tenerlo- puede ser un impulso para la acción -o<br />
para la inacción-, pero también hay otros estímulos, a veces más fuertes, que nos<br />
mueven: el deseo de poder, el odio, el miedo o el egocentrismo -que no es más que<br />
una forma de <strong>amor</strong> desmesurado hacia nosotros mismos, en todo caso-. En general<br />
sobrevaloramos la influencia del <strong>amor</strong>.<br />
Luego está su contrario, el des<strong>amor</strong>, que no me gusta llamarlo odio porque creo<br />
que en el fondo el odio es la forma de seguir amando a quien se amó pero ya no<br />
es correspondido, entonces, no hay des<strong>amor</strong> pues aún se ama. <strong>El</strong> des<strong>amor</strong> es la<br />
pérdida, sin más, del <strong>amor</strong> que se sentía. ¿Por qué nos desen<strong>amor</strong>amos,<br />
perdemos los afectos, se nos va el cariño?<br />
Menuda preguntita, qué sé yo, por miles de motivos… que en conjunto deben estar<br />
relacionados con el aburrimiento y la necesidad de novedad. Somos curiosos por<br />
naturaleza. Lo que ya conocemos no nos asombra. Y estamos hambrientos de<br />
asombro. Será por eso.
¿Piensas que el odio, o el rencor, es más fuerte al dirigir nuestras acciones que<br />
los sentimientos de afecto? Sea cual sea la respuesta: ¿por qué?<br />
No sé si es más fuerte, pero sí es más destructivo. Mueren más por des<strong>amor</strong>, como<br />
diría Saúl Bellow.<br />
¿Cuánto le debe nuestra personalidad, nuestra forma de pensar y actuar, a los<br />
<strong>amor</strong>es y afectos perdidos o no conseguidos? Desde <strong>amor</strong>es sentidos sobre<br />
perfectos desconocidos a nuestros padres y madres, familiares, amistades. Y<br />
viceversa, claro.<br />
Nuestra personalidad y otras características que nos componen, incluyendo las<br />
físicas, eso está claro. Mira, yo estoy últimamente más en la línea de lo que planteaba<br />
Houellebecq en Ampliación del campo de batalla (para mí, su mejor novela): esto es<br />
una competición, una cuestión de oportunidades. No creo que él lo planteara en<br />
términos únicamente sexuales… también en relación con cierta plenitud vital. Hay<br />
seres que nacen con más posibilidades que otros, más capacidad de en<strong>amor</strong>ar o de<br />
atraer que la media. Eso es innegable, y sin duda es cruel. Pero la naturaleza es cruel.<br />
Por otro lado, también hay seres más curiosos que otros, más en<strong>amor</strong>adizos que otros.<br />
Y ambas cosas -atractivo y curiosidad- suelen aparecer relacionadas. Así que al final<br />
“la batalla” se libra solo entre quienes pueden.<br />
¿Por qué nos agilipollamos cuando estamos en<strong>amor</strong>ados?<br />
Porque entramos en una especie de revelación, un rito. Perdemos el control de<br />
nosotros mismos y hasta el sentido del ridículo. Está bien que sea así. Mientras dure.<br />
Centrándonos en tu literatura: No es fácil ser verde... (que es el título de uno de<br />
tus libros de relatos) ¿Por qué -no es fácil ser verde-? Tu literatura, en general,<br />
desprende desencanto, hastío a veces, y además está elaboradísima, hay mucho
oficio en cada libro tuyo. ¿Piensas que tu escritura pertenece a la periferia -de lo<br />
común- o sientes que escribes desde ella pero eres accesible a todo tipo de<br />
persona? (O ninguna de las anteriores, claro)<br />
<strong>El</strong> título de No es fácil ser verde alude justamente a lo que mencionaba antes de la<br />
batalla de Houellebecq. La chica protagonista quiere entrar en el campo de lucha, y<br />
para ello usa las herramientas que cree más apropiadas, aunque a nosotros nos<br />
parezcan extravagantes, una locura. No es fácil ser distinto, la cosa va por ahí.<br />
Respecto al alcance de lo que escribo, me parece que puede llegar a distintos tipos de<br />
lectores, pero con un punto en común: que no busquen historias luminosas, porque<br />
entonces acabarán defraudados. Y que no busquen tampoco explicaciones, porque yo<br />
tampoco las tengo.<br />
En la sobriedad del galápago, otro de tus libros de relatos, que sentí que era una<br />
novela, en realidad, donde van confluyendo diferentes vidas, hay mayor cantidad<br />
de humor, pero siempre con la pena de fondo. Entonces, dos cuestiones: ¿Qué<br />
relación tiene el hurto, la pena y el humor con la política...? y, los artrópodos<br />
asemeja que te fascinan, cuéntanos si quieres un poco sobre esta inclusión tan<br />
abundante de los artrópodos en tus historias, a mí personalmente me resulta<br />
muy intrigante.<br />
Justo ahora he estado leyendo La ética de la crueldad, un ensayo de José Ovejero, en<br />
el que se analiza, entre otras muchas cuestiones, la aparición del humor en los libros<br />
que cuentan historias difíciles, sórdidas o crueles (¿enmarcamos aquí mi historia<br />
sobre el hurto en los grandes almacenes?). Dice Ovejero que este humor no persigue<br />
la risa catártica, sino que la transforma, más que en un fin, en una herramienta de<br />
conocimiento. Pues eso. Respecto a los insectos y afines, es una obsesión (mezcla de<br />
atracción-repulsión) de la que ya me voy quitando. Hay un fuerte componente<br />
simbólico en ellos, está claro.
Con Este jilguero agenda (poemario) sentí tener a una gran poeta entre las<br />
manos -y sentí bien-, es un poemario realmente contundente, tu poesía es directa<br />
y sin tapujos y de composición enorme, salvavidas en medio de las llamas parece<br />
cuando escribes. Me entra la duda ¿dejaste de escribir poesía? Si escribirlo<br />
pretendió ser salvavidas ¿funcionó? Y ¿Qué tal acogida tuvo el poemario?<br />
Gracias por tus palabras. Yo siento ese libro primerizo, algo ingenuo. Tiene<br />
precisamente la fuerza de la ingenuidad, y por eso le guardo cariño. No, no he dejado<br />
de escribir poesía, pero no he vuelto a publicar un libro, sí en revistas, de una manera<br />
inconstante. Ahora me falta el arrojo de hacerlo, esa osadía del que empieza.<br />
Un incendio invisible, tu última novela publicada, ¿qué hay dentro? Cuéntanos<br />
sobre ella.<br />
Una historia de una ciudad que acaba, de un mundo que se acaba, mezcla de cienciaficción<br />
con pinceladas de esperpento, y sin embargo sin salirme nunca del ámbito de<br />
una realidad posible. Aparecen personajes muy míos: perdidos, sin ambiciones, sin<br />
metas, arrastrándose por la vida. Algunos lectores me han dicho que me he pasado de<br />
triste, pero otros han visto ahí humor y cierto grado de mala leche. La cosa, creo, va<br />
más por ahí.<br />
¿Con qué libro te has sentido más cómoda, -poesía, relatos, novela- tanto al<br />
escribirlo como en la recepción?<br />
Escribí en una especie de estado de gracia mi primera novela, <strong>El</strong> trepanador de<br />
cerebros. Disfruté muchísimo con el proceso de escritura; fue algo relativamente<br />
fluido. Otros libros me han hecho sufrir más, hasta que les encuentro el tono, la<br />
forma. Pero <strong>El</strong> trepanador lo vi más o menos claro desde el principio. Respecto a la<br />
recepción, todos han tenido sus momentos especiales: la poesía por ser el primero, el<br />
último por ganar un premio importante… pero me resulta especialmente grato el caso
de No es fácil ser verde, un libro que al principio contó con una difusión nula, que<br />
pasó desapercibido porque nadie lo leyó, y que sin embargo ahora voy recuperando<br />
poco a poco, con lectores que aparecen de pronto, menciones aquí o allá, o relatos<br />
que me sacan en antologías.<br />
Y pregunta clásica en esta revista: ¿Qué es para ti lo maldito?<br />
Una mezcla atrayente de cierto grado de mal con no pocas dosis de subversión y de<br />
ruptura. Resumen: me atrae.<br />
APORTACIÓN ARTÍSTICA<br />
De la novela Un incendio invisible,<br />
Premio Málaga de Novela, Fundación Lara 2011<br />
“Tejada vaciló. Una copa, se dijo. Una copa aunque sea con esta mujer sin encantos.<br />
Una copa. No respondió, pero cuando ella se levantó él comenzó a seguirla con<br />
displicencia.<br />
(…)<br />
La mujer se sirvió otra copa, sin ofrecerle a Tejada, que aún sorbía la suya<br />
lentamente, sosteniendo el folleto del máster en la mano libre. Un coche pasó a lo<br />
lejos dejando que un halo de luz recorriese el salón vacío de arriba abajo. En la<br />
distancia pudo oírse el último tren que llegaba a la estación. Una estación fantasma,<br />
pensó Tejada. Había un rumor de aparatos apagados, un rumor de silencio. Tejada<br />
miró a la mujer y, venciendo el asco, se acercó a ella y la besó en la boca, sin<br />
abrazarla porque tenía ambas manos ocupadas.”
RESEÑAS<br />
O las estaciones, Antonio Tello.<br />
Próxima publicación en In-Verso<br />
Al leer el poemario (o poema) O las estaciones, de Antonio Tello, he tenido la<br />
sensación de ingresar en un bosque, pero la sensación de introducirme en un bosque<br />
por primera vez, deteniéndome en cada forma nueva, en cada hoja, cada pliegue, cada<br />
árbol, cada color, con lentitud, subyugado a la contemplación, al mirar y al volver a<br />
mirar y al querer seguir mirando. <strong>El</strong> inicio del poemario, ese acceso inicial al bosque,<br />
te obliga a la recreación, te llena de imágenes, y de imágenes que van asociadas a<br />
momentos en la vida, que te transportan al <strong>amor</strong> y al erotismo, a la caricia y al<br />
abrazo, con metáforas y analogías pausadas y elaboradas, con el bosque y las<br />
estaciones siempre siendo telón de fondo. Este poemario, que es un poema, es un<br />
bosque por conocer y es un caramelo que dan los abuelos a sus nietos y se deleitan y<br />
siendo adulto pensarán recordando el caramelo en espesuras, bosques, jaguares,<br />
abejas, amantes, hojas, ríos, caricias, faunos. Y el poema va fluyendo, como mirando<br />
un río hacia la cumbre, y se acelera, y se incendia, y pasamos de la primavera al<br />
invierno, del <strong>amor</strong> al dolor, de las luces y las sombras que cobijan, a lo que arde y a<br />
sus sombras que te hieren y te hielan. <strong>El</strong> propio poema tiene sus propias estaciones y<br />
con el transcurso de los versos las vamos sintiendo, nos transporta por primavera,<br />
verano, otoño e invierno emocionalmente, del tener a la pérdida, de la seguridad al<br />
abismo, del abrazo al silencio.<br />
En este libro hay poesía para ser degustada. No se pierdan tal placer.
Bipolar, <strong>El</strong>ena Méndez.<br />
Linajes Editores, 2011<br />
Bipolar es un conjunto de relatos breves dividido en dos partes diferenciadas,<br />
principalmente, por su lenguaje. La primera de ellas está escrita con el hablar<br />
mexicano, y la segunda, en castellano. <strong>El</strong> tránsito de una a otra la verdad que es muy<br />
vistoso, nos hace pasar como de un mundo a otro sin percibirlo, para en un momento<br />
dado, sentir que hemos cruzado efectivamente el charco, y pasáramos de México,<br />
D.C. a Madrid en un abrir y cerrar de ojos. Esto en cuanto a la piel del libro, después<br />
está lo que nos transmite cada uno de los relatos: historias de <strong>amor</strong>, de sexualidad, de<br />
escarceos sexuales, de pasiones antiguas y de nuevas pasiones, de desengaños, de<br />
valentías, de soledades. La dificultad de esta escritura, relatos breves que en<br />
ocasiones casi llegan a ser microrrelatos, está en tocar las teclas adecuadas de una<br />
historia, sintetizándola al máximo con todos sus suspenses, para en pocas palabras,<br />
decir un suceso o hasta una vida entera con todos los matices posibles. Es tarea<br />
difícil. <strong>El</strong>ena Méndez lo consigue en bastantes ocasiones, sobre todo en lo tocante al<br />
erotismo. Ha sido grata la lectura de Bipolar. Échenle el guante y déjense llevar.
COLABORADORES<br />
Claudia Apablaza (Chile, 20 de octubre<br />
de 1978) Estudió Psicología e hizo estudios de<br />
Literatura en la Universidad de Chile y un<br />
postgrado en Literatura Comparada en la<br />
Universidad Autónoma de Barcelona. Ha<br />
publicado el libro de relatos Autoformato (Lom<br />
ediciones, Chile, 2006), y las novelas Diario de<br />
las especies (Lanzallamas, Chile; Jus ediciones,<br />
DF, México, 2008; Barataria, España, 2010) y<br />
EME/A (Altazor, Perú; Cuarto Propio, Chile,<br />
2010). También el fanzine S(s) y la no historia<br />
por La Picadora de Papel (2008); y el libro Hija<br />
ilegal: De Bolaño a Nicanor (Santa Muerte<br />
Cartonera, México, 2009). Actualmente es<br />
encargada de la colección de vanguardias<br />
latinoamericanas Humo hacia el sur, de<br />
Ediciones Barataria y profesora del Laboratorio<br />
de Escritura de Barcelona. Acaba de publicar<br />
su libro La máquina de Kiribati según Go, O y<br />
Gle, por Los libros del Snark, en coautoría con<br />
la artista visual Francisca Yáñez. Reciente<br />
ganadora del III Concurso Latinoamericano y<br />
Caribeño de Novela ALBA Narrativa 2012 con<br />
su novela Goo y el <strong>amor</strong>. Su blog es<br />
http://www.claudiaapablaza.blogspot.com<br />
Andrea Zecca. Nacido en Ancona (Italia)<br />
en 1985. Después de formarse como Técnico<br />
Químico, y teniendo ganas de visitar otros<br />
lugares, se matricula en la Universidad de<br />
Bologna en el 2004 para estudiar<br />
Biotecnología. En el 2008, para seguir<br />
trabajando como Biólogo, se desplaza hasta<br />
Alemania por un año y en septiembre del<br />
2010, se encamina hacia Barcelona donde<br />
actualmente se prepara para doctorarse.<br />
Escribe poesías y relatos desde pequeño<br />
participando en varios concursos literarios. Y<br />
así, entre experimentos y cervezas, intentar<br />
seguir escribiendo.
Antonio Tello (Villa Dolores, Córdoba, 3<br />
de agosto de 1945). Poeta y narrador<br />
argentino.<br />
Cuentos: <strong>El</strong> día en que el pueblo reventó de<br />
angustia, Macció Hnos, 1973. <strong>El</strong> interior de<br />
la noche, Tusquets, 1989. <strong>El</strong> mal de Q.,<br />
cuentos reunidos 1968-2009, Candaya, 2009.<br />
Novelas: De cómo llegó la nieve, Tusquets,<br />
1987. <strong>El</strong> hijo del arquitecto, Anaya & Mario<br />
Muchnik, 1992. Los días de la eternidad,<br />
Muchnik Editores, 1997.<br />
Poesía: Sílabas de arena, Candaya, 2004.<br />
Naturaleza viva, Alla pasticceria del pesce,<br />
Milán, 2006. Conjeturas sobre el tiempo, el<br />
<strong>amor</strong> y otras apariencias, Cartografías, 2009.<br />
Nadadores de altura, Cartografías, 2011.<br />
Antologías: Erato bajo la piel del deseo,<br />
poesía erótica, Sial/Contrapunto, 2010.<br />
Transatlánticos. Cincuenta argentinos poetas<br />
de/en Barcelona, Consulado Gral. de la<br />
Rep.Argentina,2011<br />
Ensayos: 10 Narradores cubanos,<br />
Bruguera,1977. <strong>El</strong> Quijote a través del<br />
espejo, Mondadori, 1989, Ronsel, 2005. Gran<br />
diccionario de voces eróticas de España e<br />
Hispanoamérica, Temas de Hoy, 1992.<br />
Extraños en el paraíso, Flor del Viento, 1997.<br />
Breve historia de Argentina, claves de una<br />
impotencia, Sílex, 2007. Atlas de política,<br />
Parramón, 2007.<br />
Biografías: <strong>El</strong>vis, la rebelión domesticada,<br />
Bruguera, 1977. Escrita con Gonzalo Otero<br />
Pizarro. Valentino, la seducción manipulada, Bruguera, 1978. Escrita con Gonzalo Otero Pizarro. Todo<br />
Picasso, <strong>El</strong> Mundo, 2001. Escrita con Jean-Pierre Palacio. Leonardo, Sol 90, 2006. Miguel Ángel, Sol 90,<br />
2006. Caravaggio, Sol 90, 2006. Degas, Sol 90, 2007.<br />
Literatura infantil: Skaters a toda pastilla, Plaza & Janés, 1990. Ángeles y dragones, Plaza & Janés 1991.<br />
Payasos y tiburones, Plaza & Janés, 1991. A ritmo de rock'n «ronc», Plaza & Janés, 1991. Me llamo<br />
Leonardo, Parramón,2004. Me llamo Miguel de Cervantes, Parramón, 2005. <strong>El</strong> gran libro de los magos,<br />
Parramón, 2007. <strong>El</strong> gran libro del misterio, Parramón, 2008. <strong>El</strong> gran libro de las brujas, Parramón, 2009.<br />
Yo, Einstein, Parramón, 2009.
Ana Pérez Cañamares (1968)<br />
ha publicado el libro de relatos En<br />
días idénticos a nubes (2009) y los<br />
poemarios La alambrada de mi boca<br />
(2007) y Alfabeto de cicatrices<br />
(2010), en la editorial Baile del Sol.<br />
Sus relatos y poemas aparecen en<br />
antologías como Por favor sea breve<br />
(Páginas de Espuma), Resaca/Hank<br />
Over (Mondadori), Poesía Capital<br />
(Sial), 23 Pandoras (Baile del Sol) o<br />
La manera de recogerse el pelo<br />
(Bartleby), entre otras muchas. Sus<br />
poemas han sido traducidos al<br />
polaco, croata, inglés, francés,<br />
catalán, portugués y griego. Desde<br />
2007, es administradora del blog <strong>El</strong><br />
alma disponible.<br />
Joan de la Vega (Santa Coloma de Gramanet, 1975) dirigió<br />
la editorial La Garúa Libros desde 2004 a 2010. Es autor de<br />
Intihuatana (Barcelona, Seuba Ediciones, 2002), Ladino (Gijón,<br />
Trea, 2006) que reúne sus tres primeros libros Intihuatana (Sin<br />
lugar a luz), Ixtab (La soga en el ojo) e Ipalnemoani (Por quien<br />
vivo); Trilces Trópicos. Poesía emergente en Nicaragua y <strong>El</strong><br />
Salvador (Barcelona, La Garúa, 2006), La montaña efímera<br />
(Paralelo Sur, Barcelona, 2011) y Una luz que viene de fuera<br />
(Paralelo Sur, Barcelona, 2012). Algunos de sus poemas han<br />
sido incluidos en Campo abierto. Antología del poema en prosa<br />
en España 1990-2005 (Barcelona, DVD Ediciones, 2005),<br />
Pájaros raíces, en torno a José Ángel Valente (Abada Editores,<br />
2010) y en revistas como Alhucema, Turia, Piedra del Molino,<br />
Vulcane, Paralelo Sur, Nayagua y Letra Internacional.
Santiago Tena nació el 29 de julio de 1965 en<br />
Montevideo (Uruguay). Es español y reside en<br />
Madrid.<br />
En 1994 obtuvo el IX Premio de Poesía Antonio<br />
Oliver Belmás, de Cartagena (Murcia) con su<br />
libro Última voz, que publicó en 1995 la Editora<br />
Regional de Murcia. La mansedumbre calculada<br />
fue publicada en 1998 por SIAL (Madrid). Esta<br />
misma editorial publicó en 2004 Aunque Dios<br />
tenga sed. Los tres son libros de poemas.<br />
Colabora como articulista en el diario ABC de<br />
Madrid desde 1997.<br />
Sofía Castañón (Xixón, 1983), filóloga<br />
hispánica, trabaja en medios de comunicación<br />
—radio, prensa y televisión— de ámbito<br />
regional y estatal desde 2002. Desde 2006<br />
dirige la productora Señor Paraguas, y con sus<br />
trabajos en el campo del videoclip ha recibido<br />
los Premios Culturaquí de Vídeos Regionales<br />
(2006, 2007 y 2008) y AMAS (2006 y 2007),<br />
así como el VII Premio Astragal por la<br />
instalación artística “<strong>El</strong> Desafío”.<br />
Ha publicado los poemarios Animales<br />
interiores (Premio Asturias Joven 2006),<br />
Últimas cartas a Kansas (Premio Poesía Joven<br />
Pablo García Baena 2007), Tiempu de render<br />
(Premio Nené Losada Rico, 2009), La noche<br />
así (Yalodijo Casimiro Parker, 2012) y<br />
Destruimientu del xardín (Hesperya, 2012)<br />
así como los cuadernos Culpa de Pavlov<br />
(Premio Jóvenes Creadores del Ayuntamiento<br />
de Madrid 2008, Colección Resurrección<br />
2012) y La sombra de Peter Pan (Ed. 4 de<br />
agosto, 2009). Está incluida en antologías<br />
como HankOver/Resaca (Caballo de Troya,<br />
2008), 23 Pandoras (Baile del sol, 2009),<br />
Poetas asturianos para el s.xxi (Trea, 2009),<br />
Por partida doble (Trabe, 2009) o <strong>El</strong> libro del<br />
Voyeur (Ediciones del Viento, 2010).<br />
Ha participado como poeta en encuentros como Cosmopoética, Versátil.es, La piedra en el charco,<br />
Femigrama, o en el festival de spoken word Palabra y Música. Fue seleccionada para la Bienal de<br />
Jóvenes Creadores de Europa y el Mediterráneo de 2009 en Skoopje. Ha sido becaria de creación del<br />
Ayuntamiento de Madrid en la Residencia de Estudiantes en el año 2009-2010. Es una de las poetas Voz<br />
+ Joven 2010 de La Casa Encendida.
<strong>El</strong>ena Méndez (Culiacán, Sinaloa,<br />
México, 1981), es Licenciada en Lengua y<br />
Literatura Hispánicas por la Universidad<br />
Autónoma de Sinaloa. Trabajadora<br />
incansable y luchadora. Textos suyos han<br />
sido publicados en España, Chile, México,<br />
Estados Unidos, Brasil y Colombia. Es<br />
coautora de la Antología mínima del<br />
orgasmo (Ediciones Intempestivas, 2009).<br />
Recién ha publicado Bipolar (Linajes<br />
Editores, 2011), un volumen de cuentos<br />
donde se homenajea, respectivamente, a<br />
las fases maniaca y depresiva del trastorno<br />
afectivo bipolar (otrora conocido como<br />
psicosis maniacodepresiva).<br />
Jaume Muñoz Cunill (Barcelona,<br />
1977)<br />
mamaquieroserescritor.blogspot.com
Israel Padilla, no leas mis poemas,<br />
nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1979.<br />
Ganador del primer premio en el certamen<br />
literario de poesía joven de la Universidad de<br />
Las Palmas de Gran Canaria 2001. Ha vivido<br />
en Gran Canaria, Escocia y Barcelona. Como<br />
buen colibrí, no deja de aletear porque el<br />
corazón se le para. En el año de su debut en el<br />
Poetry Slam, quedó 6º en el Slam Nacional<br />
disputado en Jaén, Abril 2012. Desde Marzo<br />
de 2012, es fundador y organizador de la jam<br />
poética mensual Reversos Infames, en<br />
Barcelona. De mayor quiere ser como Sheri-D<br />
Wilson y, de niño, como Joshua Bennett.<br />
noleasmiblogdepoemas.blogspot.com<br />
facebook.com/somos.reversos.infames<br />
reversosinfames.tumblr.com<br />
Raquel Delgado Ruiz (Badalona,<br />
1979). Licenciada en Filología Hispánica,<br />
especializada en cultura, literatura y arte<br />
chicano. Es performer y poeta slammer.<br />
Ha publicado en revistas como<br />
"Interlingüística, Asociación de Jóvenes<br />
Linguistas", "Paralelo Sur", y "Cipactli",<br />
revista publicada por la Sant Francisco<br />
State University. Es colaboradora de la<br />
revista "Rasgado de boca" y miembro del<br />
consejo de redacción de Paralelo Sur. Ha<br />
participado en diversos festivales artísticos<br />
y poéticos a nivel nacional e internacional.
Esteve Bosch de Jaureguízar, “<strong>El</strong><br />
Fisioterapoeta” (fisioterapeuta y poeta).<br />
Nació en 1964, un poco en Palamós y otro<br />
en Barcelona. Vive a caballo de ambas<br />
poblaciones/<strong>amor</strong>es.<br />
Esteve, que pretende acuñar el término de<br />
Fisioterapoeta, ya que está obsesionado por<br />
romper la frontera entre ciencia y letras,<br />
trabaja en el Hospital Universitari de<br />
Bellvitge (HUB) desde 1986.<br />
En 2008 Esteve publicó “La Fuerza de un<br />
latido” (RBA Ed), (La Magrana) en catalán<br />
y en 2011 “Hospitalia Doble Malta” (Plataforma Ed). A finales de este año publicará “Fisioterapia en<br />
Cirugía Cardiaca y Cardiología”. En febrero de 2009 fue uno de los fundadores del espacio literario del<br />
HUB “Bellvitge literari”. Recita de forma habitual en el circuito poético indie barcelonés y a finales de<br />
abril fue uno de los dos representantes de Barcelona en el certamen estatal de Poetry Slam que se celebró<br />
en Jaén. Se clasificó en séptimo lugar.<br />
Ejerce como Fisioterapeuta en el HUB en las Unidades de Cardiología, Cirugía Cardiaca, UCI,<br />
Coronaria, Trasplante Cardiaco y Reentrenamiento al esfuerzo en pacientes cardiacos y EPOC.<br />
Es docente de la Unidad de Formación Continua del HUB y de dos Másters sobre el paciente<br />
cardiológico (Univ de Barcelona y Univ Autónoma de Barcelona).<br />
Actualmente publica su poesía y algún que otro texto en su blog “<strong>El</strong> Mercader de Poetia (<strong>El</strong> rincón del<br />
Fisioterapoeta)”.<br />
Le gusta llevar el pelo largo y le entusiasma la cerveza Doble Malta, y también la marca de anís<br />
badalonesa con la que mestiza el café.<br />
Susana Pozo Romero.<br />
Licenciada en Historia del Arte por<br />
la Universidad de Barcelona y<br />
Máster en Estudios Avanzados en<br />
Historia del Arte en la especialidad<br />
de Coleccionismo, mercado y<br />
difusión de arte.<br />
Ha comisariado la exposición<br />
Enmig, la vida (Casa de Cultura de<br />
Burjassot) y ha participado como<br />
documentalista en la muestra Tot<br />
recordant... Miquel Porter i Moix,<br />
un home polifacètic . Ha publicado<br />
artículos en catálogos y revistas<br />
especializadas. Como ilustradora<br />
ha colaborado con diversas revistas<br />
culturales.
Carlos-Esteban Resano Vasilchik. Buenos Aires 22<br />
de octubre de 1956. Vive en Buenos Aires hasta 1976. Se<br />
traslada a Mar del Plata, provincia de Buenos Aires donde<br />
estudia arquitectura. Obtiene el título de arquitecto en 1982 y<br />
comienza la tarea profesional. Dicta cursos de dibujo<br />
arquitectónico para la ASOCIACIÓN DE ARQUITECTOS DE<br />
MAR DEL PLATA. Exposiciones colectivas de arquitectura y<br />
dibujo artístico. Colaboración con revista de arte i cultura<br />
(INTEGRARTE). Se traslada a Barcelona en 1988. Fija su<br />
domicilio en <strong>El</strong> MASNOU, província de Barcelona.Desarrollat<br />
la tarea profesional juntamente acon la plástica.Colaboración<br />
con publicaciones del àmbito local (Castelldefels) y de<br />
Argentina (INTEGRARTE). Exposición Colectiva EL ARTE<br />
EN EL CÓMIC\" en Sant Pol de Mar, Galeria Sant Pol Art<br />
(2003)Exposición Individual restaurant EL BLAU, <strong>El</strong> Masnou<br />
(2004)Exposició Individual restaurant EL BLAU, <strong>El</strong> Masnou<br />
(2009)Exposició Colectiva \" RECORDANDO A GENIA\", en<br />
Sant Pol de Mar, Galeria Sant Pol Art (2010). Exposición<br />
permanente en Espacio de arte de ARQNOU scp. Exposición<br />
Indiv¡dual Sala Leix del Raval, Febrer/2011.<br />
Belén Martínez. Nací en 1985 en <strong>El</strong>che,<br />
Alicante, bajo el signo de Tauro y con<br />
ascendiente Escorpio (esto explica muchas<br />
cosas). A los 15 quedé finalista de la Región de<br />
Murcia en 4º lugar en el concurso de<br />
redacciones de Coca-Cola. A los 18 me mudé a<br />
Valencia a estudiar una carrera que no ejerzo<br />
actualmente, pero que me permitió participar<br />
durante 3 años en el grupo de teatro Caja Negra<br />
y además conocí a gente maravillosa durante esa<br />
época. Luego me fui un par de años a Alemania<br />
pero no me gusta hablar de ello. En octubre de<br />
2008 vine a parar a Barcelona y desde entonces<br />
vivo trepidantes aventuras. También me gusta<br />
dar largos paseos por la playa.
Agustín Calvo Galán. Nacido en<br />
Barcelona, 1968. Ha publicado los libros de<br />
poemas: Letras transformistas, una selección de<br />
sus poemas conceptuales y visuales (2005), Otra<br />
ciudad (libro objeto, 2006) Poemas para el<br />
entreacto (2007) y A la vendimia en Portugal,<br />
(2009). Y, desde el colectivo Labcrom di Sol, ha<br />
promovido la publicación de homenajes a poetas<br />
experimentales contemporáneos. Su obra como<br />
poeta visual ha sido recogida en diferentes<br />
antologías especializadas como Poesía<br />
experimental española (1963-2004) Ed.<br />
Marenostrum (2004), Breviario de poesía<br />
experimental y mail-art. Ed. Corona del Sur<br />
(2006). Poesía visual española (antología<br />
incompleta) Ed. Calambur (2007), Fragmentos de<br />
entusiasmo, poesía visual española (1964-2006)<br />
Ayuntamiento de Guadalajara (2007). Esencial<br />
visual Instituto Cervantes de Fez (Marruecos,<br />
2008). Ojos que sí ven, antología de poetas<br />
experimentales de México y España Ed. Corona<br />
del Sur (2010), etc. En marzo de 2008 participó<br />
como ponente en el I encuentro con la poesía<br />
española contemporánea en la Universidad de<br />
Bari (Italia). Colabora habitualmente en revista y<br />
publicaciones de poesía. Desde noviembre de 2006 hace crecer un blog de interconexión entre poetas<br />
españoles llamado [las afinidades electivas].<br />
Exposiciones: Por otro lado, ha participado en numerosas exposiciones colectivas con sus poemas<br />
visuales, además, ha realizado exposiciones en solitario: “Letras transformistas”, poemas visuales y<br />
collages, junio de 2003, Centre Cívic Drassanes (Barcelona), “Fotopoemas”, diciembre de 2006, La<br />
Vaquería (Tarragona), “Proyecto Desvelos”, abril de 2008, Sala Valentina (Barcelona), "Poemas y<br />
objetos" octubre de 2008, Ateneu Igualadí (Igualada, Barcelona), "Fotopoemas" julio de 2010, Centre<br />
Cívic Ca l'Herrero, Portbou (Girona) y "Paisatges i poemes visual" abril de 2011, Biblioteca de Ripollet.<br />
S. Tallón. Nací el 14 de diciembre de 1990, soy de Granada, y estudio Arte.<br />
Ludovica Bastianini es Licenciada en la Facultad de<br />
Conservación del Patrimonio Artístico, realizó los Cursos de<br />
Dibujo y de Ilustración en la Escuela Comix de Nápoles y<br />
publicó con las Editoriales "L'isola dei ragazzi" y "Larcher<br />
editore", además fue premiada en el Concurso Fotográfico<br />
"Cucu tete", sobre la relación entre la ciudad y los niños. Ahora<br />
estudia la especialización universitaria de Historia del Arte<br />
Contemporáneo en la Universidad Suor Orsola Benincasa de<br />
Nápoles, participando también en el Curso Profesional de<br />
Fotografía de Autor en el Instituto Idep de Barcelona. Parte de<br />
sus obras pueden ser vistas aquí:<br />
http://www.ludovicabastianini.com/Home.html
<strong>El</strong>i Mora<br />
Sara Mesa (Madrid, 1976) ha publicado las<br />
novelas Un incendio invisible (Premio Málaga<br />
de Novela, Fundación Lara 2011) y <strong>El</strong><br />
trepanador de cerebros (Tropo, 2010), así como<br />
los libros de relatos No es fácil ser verde<br />
(Everest, 2008) y La sobriedad del galápago<br />
(Diputación de Badajoz, 2008). También es<br />
autora del poemario Este jilguero agenda<br />
(Devenir, 2007), que ganó el Premio Nacional<br />
de Poesía Miguel Hernández. Aparece en las<br />
antologías Pequeñas resistencias 5, antología<br />
del nuevo cuento español y La familia del aire,<br />
ambas publicadas en la editorial Páginas de<br />
Espuma.<br />
Imagen Portada: Ludovica Bastianini
EL AMOR<br />
NÚMERO <strong>VIII</strong><br />
JULIO 2012<br />
REVISTA EXCODRA<br />
http://www.excodra.com