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FICCIÓN<br />
Después<br />
Para AF<br />
Después estábamos en la ducha. La verdad es que hace días que me quería duchar<br />
contigo y no encontraba la oportunidad de que estuvieses ahí metiéndome la mano<br />
con el jabón por abajo y entre las piernas y te pedí que tuvieses cuidado que no era<br />
tan simple meter el jabón por las piernas, era tan difícil como hacerme sexo oral.<br />
Pero ya sabía que tal vez no iba a verte más después que pasaran dos semanas desde<br />
ese día del jabón entrando ahí. Yo iba a viajar a Italia, iba a llegar tu novia y después<br />
tal vez nada.<br />
La verdad es que después de esa noche todo había cambiado. Esa noche en que te dije<br />
que te gustaban las feas todo había dado un vuelco, no sé si para bien o para mal,<br />
pero sabía que estábamos un poco en ese después que no sabía si quería que llegara,<br />
es decir, ese después en que sabría que ibas a irte de casa nuevamente o ese después<br />
en que salíamos de la ducha, en que ya no me tenías la mano entre las piernas ni<br />
menos el jabón y estábamos desayunando y tenía que escuchar las conversaciones<br />
acerca de tu novia. Ese después lo odiaba.<br />
En realidad odiaba todos los después que no fuesen ese jabón entre mis piernas, todos<br />
esos después son detestables y aburridos, podríamos detenernos sólo en ese momento<br />
y quedarnos ahí con tu mano en el jabón y mis piernas.<br />
Pero después igual vino lo otro y te secaba el pelo con el secador que tenía en casa y<br />
después el desayuno en que te miraba comer una galleta y ponerte la taza de café en<br />
los labios, miraba los pelos de tu barbilla. Un poco menos detestable es ese después,<br />
ya que incluso podía sentarme encima de ti con las piernas abiertas y sentir algo<br />
similar a eso del jabón que parece que no se me olvidará nunca.<br />
Es que siempre era mejor el presente contigo y qué deseos de quedarme siempre en<br />
ese presente y poder detenerme más en tu mano y en tu rostro cuando me lo metías y<br />
yo te decía que tuvieses cuidado al mismo tiempo que abría más las piernas sin que lo