Excodra XVI: La lucha
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
eportara un mínimo de bienestar espiritual. No hablo de lo material quizás<br />
porque mi generación ha sido bienhechora de muchos caprichos que nuestros<br />
abuelos o padres no tuvieron en su momento y tenían casi por obligación<br />
moral de recompensarlo a sus herederos. Por otra parte, en los juegos<br />
infantiles no me iba mal... sabía manejar la comba o el patinete debo decir<br />
que lejos de esa competitividad, me atraía el riesgo en muchos de esos juegos.<br />
Con los años, me temo, una se vuelve más cauta y no arriesga perder los<br />
dientes poniéndose unos patines o deslizándose calle abajo sobre una tabla<br />
con cuatro ruedas. Pero volviendo a tu pregunta, creo que actualmente,<br />
educamos de manera diferente porque lo que rige sobre ese afán de edificar<br />
en la comprensión y ayudar a otros es ahora mismo y por encima de todo<br />
llegar al liderazgo, ser ya no bueno, competente, si no el mejor. Este asunto<br />
nos deshumaniza y hace que volvamos en parte a la edad de piedra (yo al<br />
menos, lo percibo como una involución). Recuerdo cuando mi hija era<br />
pequeña y solíamos ir al parque con otros niños. Los padres estábamos atentos<br />
mientras ellos jugaban con sus cubos y palas en la arena. Como es natural, a<br />
veces surgían entre ellos disputas por querer los de otros niños. Una día una<br />
madre quizás con una actitud demasiado protectora acudió al llanto del suyo<br />
porque otro le había pegado y robado uno de sus muñecos. Lejos del consuelo<br />
en un momento así, le recriminó mientras le dio un consejo al que estuve días<br />
dando vueltas: Si te pegan, pegas. Esto me hizo cuestionarme si lo<br />
verdaderamente importante para ayudar a crecer y madurar a mi hija era<br />
enseñarla a defenderse de esta manera o inculcarla otro tipo de valores que la<br />
protegieran de ese otro mundo que nadie desea.<br />
No sólo <strong>lucha</strong>mos con lo que uno tiene en frente, sino que también contra<br />
nuestras opciones de acción como decíamos antes, a veces la <strong>lucha</strong> más<br />
cruel sino la mayor es la que tenemos en nuestro interior. Cuéntanos de<br />
tus <strong>lucha</strong>s interiores, cuáles son, cómo las gestionas, cómo las llevas...