24.04.2017 Views

Pabellones Lejanos

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cuando sus acciones dejaran de interesar a nadie, podrían<br />

reunirse de nuevo. A lo sumo, constituía una leve esperanza.<br />

Pero, aunque nunca se materializara, el trocito de madreperla<br />

era en sí una prueba tangible de que Juli le amaba aún y de<br />

que se lo había perdonado todo.<br />

Ash tocó el preciado objeto con tanta delicadeza como si<br />

fuera a desvanecerse y lo miró a través de una niebla de<br />

lágrimas. Sólo cuando se le aclaró la visión, se dio cuenta de<br />

que Juli no le había enviado la parte que originariamente<br />

poseía Ash, sino la de ella. Lo oprimió contra su mejilla y<br />

sintió un enorme consuelo.<br />

Una tos discreta le anunció al retorno de Gul Baz y de un<br />

khidmatgar con la cena. Ash se guardó el amuleto en el<br />

bolsillo, volvió a colocar, apresuradamente las naranjas en el<br />

cesto y salió a comer con mejor apetito que el que había<br />

mostrado durante los últimos días.<br />

Al final de la cena, mientras fumaba un cigarrillo y pensaba<br />

en Juli, Ash le hizo una promesa: se la hizo a sí mismo. Que<br />

nunca se casaría con otra mujer y que si no volvía a verla más,<br />

siempre pensaría en ella como en su esposa, y con las palabras<br />

del ritual nupcial: «Unido sólo a ella durante todo el tiempo<br />

que ambos vivieran.»<br />

En su tienda habían encendido una lámpara y Ash oía a Gul<br />

Baz que trajinaba dentro mientras le preparaba la cama; de<br />

pronto tuvo una idea, lo llamó para que pidiera a Mahdoo la<br />

cajita metálica que desde el robo del rifle había estado siempre<br />

605

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!