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opinión<br />
Laura Tremosa<br />
Colaboradora de <strong>infoPLC++</strong><br />
Silicon Valley frente<br />
al presidente Trump<br />
opinión junio 2017<br />
18<br />
El debate sobre las consecuencias éticas de determinadas tecnologías no es nuevo; sin<br />
embargo, el mundo digital y el desarrollo de la llamada inteligencia artificial lo ha agudizado.<br />
Filósofos y sociólogos de muy diversas ideologías reflexionan y escriben sobre ello. No<br />
obstante, son pocos los implicados en el desarrollo de dichas tecnologías que se definan explícitamente<br />
al respecto y menos colectivamente.<br />
Pues bien, parece que las cosas cambian. He leído recientemente el preámbulo de un borrador de<br />
declaración de principios que varios implicados en el mundo de Silicon Valley proponen a todas las<br />
empresas dedicadas a estas nuevas tecnologías. "Las empresas de tecnología se han convertido en<br />
poderosas fuerzas en los EE.UU. y el resto del mundo. Tenemos la oportunidad y la responsabilidad de<br />
usar ese poder para proteger a nuestros usuarios, nuestros empleados y nuestros valores", reza dicho<br />
preámbulo, pasando luego a proponer unos pocos puntos de compromiso para que sean discutidos<br />
y ampliados por representantes y trabajadores de las empresas del famoso valle californiano.<br />
Uno de los promotores del documento es Sam Altman, fundador de Y Combinator, una de las más<br />
importantes compañías promotoras e inversoras ("incubadoras") de start-ups que hay en el mundo.<br />
Altman señalaba el pasado 14 de abril en el Commonwealth Club de San Francisco que cientos de<br />
expertos en tecnología en el Valle han compartido el documento con el fin de determinar una lista<br />
de valores fundamentales comunes. "En los últimos meses, he hablado sobre los valores que promocionamos<br />
con muchos empleados de empresas tecnológicas a los cuales les gustaría ver que sus<br />
compañías se unen al documento", afirmaba hace unos meses para animar el debate sobre el mismo,<br />
que ha estado abierto a comentarios por correo hasta el pasado 16 de mayo.<br />
En todo caso, esta primera versión se refiere, en primer lugar, a la protección de datos y, en segundo<br />
lugar, a la política de inmigración, temas en los que existe un claro consenso según Altman, seguidas<br />
por la equidad en el empleo y la protección del medio ambiente. No es difícil descubrir que el texto<br />
es una declaración de guerra de Silicon Valley frente a determinadas políticas del gobierno del señor<br />
Trump. Cabe señalar que el tema de la protección de datos entre empresas tecnológicas y el poder no<br />
es nueva, ¿recuerdan la larga batalla legal de hace un par de años entre Apple y el FBI?<br />
Veamos los puntos que se proponen en el documento. Son breves y claros:<br />
- "No vamos a proporcionar a los gobiernos datos sobre las personas más que bajo un debido<br />
proceso judicial”.<br />
- "Cuando sea legal, vamos a publicar los datos requeridos, pero informaremos a los usuarios”.<br />
- "Vamos a utilizar los recursos legales si es necesario para luchar contra las órdenes inconstitucionales<br />
o ilegales”.<br />
- "No vamos a tolerar Back Doors (mantener una puerta abierta de comunicación) en el cifrado de<br />
los datos privados”.<br />
- "Vamos a proporcionar asistencia legal a nuestros empleados inmigrantes y pagaremos los gastos<br />
generados por las actuaciones en la frontera o a través del sistema de inmigración en general”.<br />
- "Vamos a apoyar los esfuerzos para preservar la política DACA (Deferred Action for Childhood<br />
Arrivals), un programa de Obama de protección a los niños llegados ilegalmente a EEUU.<br />
Altman dijo en la presentación de la declaración: "nuestro objetivo es desarrollar con éxito un texto<br />
representativo para que todos los empleados de la tecnología puedan decir "yo no quiero trabajar en<br />
ninguna empresa que no se adhiera a estos valores". En definitiva, puede afirmarse que Silicon Valley<br />
está entrando con decisión dentro de la esfera política americana. •