AguaTinta N° 26
La Danza - Julio de 2017
La Danza - Julio de 2017
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p Niños jugando en la calle. Madrid, 1933. p Henri Matisse en su casa. Villa Le Rêve, Vence, Francia, 1944.<br />
p Refugiados haciendo ejercicio. Punjab, India, 1947.<br />
p Una mujer sostiene a un bebé envuelto. Ciudad de México, 1934.<br />
en ese territorio desde el comienzo de la Guerra Fría.<br />
La década de 1960 lo encuentra viajando por diversos<br />
destinos cumpliendo encargos para la revista LIFE. México<br />
y Cuba en 1963, Japón en 1965, India nuevamente en<br />
1966; entre 1968 y 1969 recorre Francia comisionado<br />
por Reader’s Digest. Fotografió en París algunas escenas<br />
del movimiento de Mayo del 68, parte de las cuales expuso<br />
<strong>AguaTinta</strong> en su edición <strong>N°</strong>13 (http://aguatinta.org/wpcontent/uploads/2017/02/<strong>AguaTinta</strong>-013.pdf)<br />
Hacia 1974 dejó su activa participación en Magnum,<br />
agencia que continúa resguardando su obra, para dedicarse<br />
a dibujar, actividad que siempre desarrolló en sus tiempos<br />
libres. De ello surge, en 1975, su primera exposición de<br />
dibujos en la Carlton Gallery, Nueva York. De ahí en más<br />
sólo hizo fotografías en forma ocasional.<br />
En 1987 se presentó una colección de su obra, titulada<br />
The Early Work en el MoMA de Nueva York y, en 1988, el<br />
Centre National de la Photographie de Francia celebró el<br />
octogésimo aniversario del fotógrafo con la creación del<br />
Premio Henri Cartier-Bresson.<br />
Junto a su esposa Martine Franck y a su hija Mélanie,<br />
idean en 2000 la que hoy es la Fundación Henri Cartier-<br />
Bresson, cuyo objeto es proporcionar un hogar permanente<br />
para sus obras, así como un espacio de exposición abierto<br />
a otros artistas. Dos años más tarde, la Fundación es<br />
reconocida como un sitio de interés público por el Estado<br />
francés.<br />
Para Henri Cartier-Bresson la fotografía debe ser el<br />
resultado de una buena composición. O, como lo señalara<br />
el propio fotógrafo: “Tomar una fotografía es contener<br />
el aliento cuando todas las facultades convergen en un<br />
rostro que huye de la realidad. Es en ese momento que<br />
captar una imagen se convierte en una gran alegría física<br />
e intelectual. Tomar una fotografía significa reconocer,<br />
simultáneamente y en una fracción de segundo, tanto el<br />
hecho mismo como la organización rigurosa de las formas<br />
visualmente percibidas que le dan sentido. Es poner una<br />
cabeza, un ojo y un corazón en el mismo eje”. No solía<br />
cargar mucho equipaje técnico, por lo general una lente de<br />
50 mm. y, para casos especiales, una de 90. Admiraba al<br />
húngaro André Kertész, a propósito de quien señaló alguna<br />
vez: “Inventemos lo que inventemos, Kertész siempre fue<br />
el primero”.<br />
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