Revista Papalote Edición 15

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Por: Beatriz Natalia Morales Fernández / Fotografías: Archivo Internet
REVELANDO A
SEBASTIAO SALGADO
En la película documental “La Sal de La Tierra” de los directores Wim Wenders y Juliano Ribeiro
Salgado, se evidencian varias perspectivas o nociones sobre desarrollo.
Los viajes le permiten al protagonista, Sebastiao
Salgado, explorar diferentes culturas, cada una
de ellas adaptadas al desarrollo de la postguerra;
el cual se fundamenta en el capitalismo, en donde
el crecimiento económico y tecnológico es el principal
objetivo, es el caso del proyecto fotográfico
“La mina de oro de Serra Pelada (1999)” en Brasil.
Por su parte, ese mismo capitalismo que genera
guerras por territorio, agua y petróleo, desde las
grandes potencias y por quienes tienen el control
económico en el planeta (El Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional), genera pobreza,
desigualdad, luchas individuales que producen
pérdidas humanas, sociales y culturales dentro
de las regiones invadidas y enajenadas. Además
la afectación ecológica por la explotación minera
vuelve desiertos los territorios donde antes existían
millones de especies diferentes que, además, albergan
a animales y fuentes fluviales que las irrigan.
Imágenes desgarradoras de las guerras sin sentido
para los habitantes de muchos pueblos del mundo
que se pueden apreciar en los proyectos fotográficos
“Trabalhadores (1996)” “Éxodos (2000)” y “La
Mano del Hombre (1993)” en donde no solo se ve
la destrucción de la naturaleza por toda la maquinaria
utilizada para imponerse y gobernar ante los
que pretenden proteger (con intenciones iguales
o peores que los foráneos), las vidas que resisten,
los seres humanos son los únicos animales que a
pesar de estar en cautiverio y en las peores condiciones
dan vida, y de lo indignante que resulta ser
el destructor (el hombre) de toda la naturaleza que
una vez fue el paraíso. Migraciones extensas para
encontrar “La tierra prometida”.
El gobierno de muchos de estos países, llamados
tercermundistas, no tienen bases ideológicas
sólidas, ya que se convierten en maquinarias que
actúan de acuerdo a las necesidades y conveniencias
de los monopolios, oligopolios, multinacionales,
mineras, transformando la democracia en una