Revista Papalote Edición 15

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allí como aficionados y nos divertíamos mucho. No
quiere decir que de profesional uno no pueda divertirse,
claro, pero la carga es más tremenda. Quedé de
tercero en esa ocasión.
JPR: Muchos te conocimos en un principio con
otra vocación, la de comunicador en los pasillos
de la Universidad del Cauca, y con el tiempo has
desarrollado una formidable carrera como fotógrafo
y realizador audiovisual…
JJF: Me he dado cuenta que a través del audiovisual
puedo mostrarle a la gente el mundo como
lo veo y que, además, puedo ponerle música. He
estado redescubriéndome a través de eso. Tienes
todos estos momentos en los que estás allí con
la cámara, haciendo el encuadre, componiendo,
exponiendo. El otro momento, en la posproducción,
cuando estás ya dándole ritmo, haciendo la magia,
y lo hago con mucho amor y tranquilidad. Entonces
nunca lo he pensado como un trabajo, aunque
también me da de comer.
JPR: Además has hecho televisión profesional
con algunos experimentos audiovisuales…
JJF: Para Señal Colombia hicimos una serie
documental de 5 capítulos viajando por el Cauca, recogiendo
historias, mostrándoselas al mundo. Claro,
mi regreso al Cauca (viví 6 años en Cali), me permitió
el rencuentro con mi tierra y justo a través del
audiovisual. Ahora con Papalote estamos haciendo
un libro turístico del Cauca; recorremos los lugares
más maravillosos y pintorescos del Departamento.
Conocí, por ejemplo, el Charco del Burro que es un
lugar de ensueño.
JPR: Hablemos sobre la última, es decir, más
reciente etapa de tu carrera: La Jagua
JJF: Fue un proceso bien raro. Yo me imaginaba
cantando, haciendo música, pero no de este tipo.
Cuando empecé a concursar me vio el director de un
grupo que yo admiraba, Juglares, y me fui a Cali a
vivir, hice música allá. Me fui, entonces, como solista
a participar en concursos de música andina. Después