Revista Papalote Edición 15

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INFERTILIDAD,
¿UNA ENFERMEDAD?
La pregunta con que iniciamos este tema parece absurda o incluso salida de contexto, dada las
implicaciones que genera en la mente de un ciudadano común, pero debemos indicar que la
pregunta es válida, y de eso hablaremos a continuación.
Si nos encontramos con una persona cercana y le
hacemos la pregunta de si tiene hijos, y la respuesta
es negativa, inmediatamente preguntaremos
¿Por qué?. Podemos encontrar muchas respuestas,
pero la que nos interesa para este tema que hoy
le proponemos a Usted, señor lector, si se trata de
una mujer y es cercana o tiene confianza, es: “no
he podido quedar en embarazo, parece que algo no
funciona”. Si es un hombre, la respuesta será muy
hermética, no nos contesta o con mucha dificultad
nos dirá que tiene un problema que no sabe qué es.
Diferente es si le preguntamos a un profesional de
la medicina, el cual nos contestará con su lenguaje
científico que se trata de una disfunción del aparato
reproductor de la mujer o el hombre, y nos recomendará
que se debe acudir a un experto en fertilidad,
para poder identificar qué es lo que sucede en dicho
órgano de la reproducción femenina o masculina.
Si le preguntamos a un jurista o político, no
tendrá respuesta al tema. Pero si indagamos en
nuestra legislación nos encontraremos con una
sorpresa. Estamos en Colombia ad portas de contar
con una ley que indica que la infertilidad es una
enfermedad y que se puede tratar como parte del
sistema general de salud; que las personas ya no
deben pagar costosos procedimientos en consultorios
o laboratorios especializados en fertilización
invitro para poder logar tener hijos.
Sí… es una realidad que surge de un pronunciamiento
de nuestra Corte Constitucional en la
Sentencia t- 870/08 exp-1827718, en donde indica
las tres excepciones en que se puede invocar el
derecho a que la eps en donde usted esté afiliado
pague el tratamiento; y en una nueva sentencia la
Nro. t-306 del 2016, la cual ordena que se cubran
dichos tratamientos.
La ley a la que nos referimos, corresponde al proyecto
de Ley 082 de 2015, de la Cámara en cuyo
articulado, se consagra, “Artículo 2°. Definición. La
infertilidad es una enfermedad del sistema reproductivo
definida como la incapacidad de lograr un
embarazo clínico después de doce (12) meses o más
de relaciones sexuales no protegidas. A su vez, se entiende
por reproducción médicamente asistida a los
procedimientos y técnicas realizados con asistencia
médica para la consecución de un embarazo” 2 .
Cabe resaltar que este no es el único proyecto
que se ha presentado, su antecesor es el proyecto
Nro. 109 de 2013 de la Cámara, que se le denominó
en dicha oportunidad como Ley Sara, en
donde uno de los argumentos más fuertes para
su trámite que no tuvo el éxito esperado, que
era que “Frente a este gran debate y luego de una
larga discusión entre organizaciones y especialistas,
la infertilidad es considerada por la Organización
Mundial de la Salud (oms), como una enfermedad,
por tanto debe ser tratada como cualquier otra patología,
y dejaría de tener el calificativo de medicina
de lujo que algunas instancias le quieren dar para
no incluir su tratamiento en las prestaciones de
seguros médicos o la Seguridad Social. Considerar a
la esterilidad una enfermedad ha permitido encuadrarla
en el derecho a la recuperación de la salud, lo
que obliga al Estado y a los particulares a dar cobertura
de tratamiento a las personas afectadas” 3 .
La importancia que se le debe dar a esta ley,
radica en que se responde al llamado que hace la
Corte Constitucional, cuando en la Sentencia t-306
del 2016, manifestó: “Se reitera exhorto al Gobierno
Nacional para que realice la revisión de la situación
que tienen que enfrentar las personas que padecen
de infertilidad y no cuentan con recursos económicos
para costear los tratamientos de reproducción
humana asistida” 4 .
Por lo anterior, la reflexión final que proponemos
es: Si tenemos una norma que nos permite
solventar una dificultad con relación a nuestros
deseos de ser padres, debemos usarla con
racionalidad y con prudencia para evitar que se
genere un desbalance financiero en los recursos
de la salud, que fue el argumento que sirvió para
la no aprobación la Ley Sara.
Por: Jacob Cuellar 1
Fotografía: Archivo Papalote
1
Abogado, Docente
Universidad del Cauca.
2
http://www.imprenta.
gov.co/gacetap/gaceta.
mostrar_documento?p_tipo=05&p_numero=082&p_consec=42591.
3
www.senado.gov.co.
4
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2016/t-306-16.htm-