Hermenéutica Bíblica - Megapagina Pentecostales del Nombre
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INSTITUTO BIBLICO PENTECOSTAL<br />
ASIGNATURA: HERMENEUTICA BIBLICA I<br />
GUIA Nº 4.<br />
PROFESOR: JULIO CESAR CLAVIJO S.<br />
Tomado <strong>del</strong> libro: <strong>Hermenéutica</strong> <strong>Bíblica</strong>. Autor, José M. Martínez. Editorial, Libros Clie.<br />
REQUISITOS DEL INTERPRETE<br />
1. GENERALES: Es decir los que debe tener en cuenta cualquier exegeta respecto a cualquier clase de<br />
literatura y no solamente con los escritos sagrados.<br />
a) OBJETIVIDAD: El exegeta, sean cuales sean sus puntos de vista iniciales, ha de acercarse<br />
con actitud muy abierta al texto, permitiendo que este lo modifique parcial o totalmente en<br />
la medida que no se ajusten al verdadero contenido de la escritura examinada. Si cumple<br />
honradamente su cometido lo que haga será exégesis, no eiségesis; es decir, extraerá <strong>del</strong><br />
texto lo que este contiene en vez de introducir en él sus propias opiniones.<br />
b) ESPIRITU CIENTÍFICO: Se debe prestar atención a la crítica textual, al análisis<br />
lingüístico, a la consideración <strong>del</strong> fondo histórico y a todo cuanto pueda contribuir a aclarar<br />
el significado <strong>del</strong> texto (arqueología, filosofía, obras literarias más o menos<br />
contemporáneas, etc.)<br />
c) HUMILDAD: Esta cualidad es inherente al espíritu científico. Cuanto más se amplía el<br />
círculo de lo sabido, mayor aparece el de aquello que aun queda por descubrir. Y aun lo que<br />
se da por cierto ha de mantenerse en la mente con reservas, admitiendo la posibilidad de que<br />
nuevos descubrimientos o investigaciones más exhaustivas obliguen a rectificaciones. En el<br />
campo científico nunca se pude pronunciar la última palabra.<br />
2. ESPECIALES: Son los propios de un estudio que pone al intérprete a la escucha de Dios. Es decir<br />
propios de la Sagrada Escritura.<br />
a) CAPACIDAD ESPIRITUAL: La mente, los sentimientos y la voluntad <strong>del</strong> exegeta han de<br />
estar abiertos a la acción espiritual de la Escritura. Ha de establecerse una sintonía con el<br />
mensaje que la Biblia proclama. Sólo el creyente puede ahondar en el verdadero significado<br />
de la Escritura porque el mismo Espíritu que la inspiró realiza en él una obra de iluminación<br />
que le permite llegar, a través <strong>del</strong> texto, al pensamiento de Dios. La facultad de<br />
discernimiento espiritual <strong>del</strong> creyente ha de ser alimentada por una actitud de reverente<br />
dependencia de la dirección divina. Todo trabajo de exégesis debe ir de la mano con la<br />
oración (orar bien es estudiar bien). El exegeta mas que cualquier simple lector de la Biblia,<br />
habría de hacer suya la súplica <strong>del</strong> salmista: “Señor, abre mis ojos y miraré las maravillas de<br />
tu Ley” (sal.119:18)<br />
b) ACTITUD DE COMPROMISO: El mensaje bíblico ha de influir decisivamente en la<br />
vida <strong>del</strong> intérprete. La comprensión de la palabra de Dios lleva inevitablemente al<br />
compromiso con Dios, a la decisión de aceptar lo que El ofrece y darle lo que exige, a hacer<br />
de su verdad nuestra verdad, de su voluntad nuestra voluntad y de su causa nuestra causa.<br />
c) ESPIRITU MEDIADOR: La hermenéutica debe abrir un diálogo entre el pasado <strong>del</strong> autor<br />
bíblico y el presente <strong>del</strong> lector. Y como mediador en el diálogo está el intérprete, quien ha<br />
de recorrer una y otra vez el círculo hermenéutico, acercándose por un lado al texto y por<br />
otro a su propio contexto histórico, interrogando a ambos hasta llegar a discernir la palabra<br />
de Dios, significativa para los hombres de cualquier lugar o época.