primavera 2016

ARTE - ESTILO COUNTRY
Recreo Escolar...preciado tesoro
Habitualmente el recreo es visto por los
docentes como una necesidad casi
biológica que tienen los alumnos de
salir a “descargar” un poco todas esas ganas y
energías contenidas en las clases áulicas. Los
recreos se ven como el momento del “juego
libre” que los chicos necesitan y se considera
que es importante “dejarlos que jueguen”.
En estas instancias, el control aparece como
algo necesario para evitar situaciones de
indisciplina y para que los juegos no adquieran
un carácter violento e irracional, y es el docente
“de turno” el encargado de concentrarse en
cumplir con dicha tarea, circunscribiéndose
casi exclusivamente a ser un supervisor del
momento del recreo y no dejando lugar para
otro tipo de rol en ese espacio tan valioso pero
a la vez poco valorado.
Ahora bien, ¿cómo podemos hacer para
resignificar el momento del recreo? ¿Qué
herramientas o recursos podemos usar para
lograr que esos minutos “no académicos”
dentro del espacio escolar adquieran otro
valor? La respuesta: el juego.
Por este motivo, en el año 2010 inicié el
proyecto “Crecer jugando” en las diferentes
instituciones educativas “Dra. Sara Faisal” de
la ciudad de Santa Fe, donde trabajo como
docente en los niveles primario y secundario.
El proyecto tiene por objetivos lograr que el
juego en la escuela cobre un sentido valioso,
como recurso formativo y como canalizador
de aprendizajes múltiples; generar espacios de
recreación que inciten al juego organizado,
dinámico y participativo entre los niños;
favorecer al juego integrado, sin discriminar
sexo y/o edad de los participantes y lograr en
los alumnos un lugar de pertenencia, ayudando
al cuidado y limpieza de estos espacios de
usos comunes, entre otros. La naturaleza del
proyecto es en sí abarcativa, porque no sólo
apunta a contemplar aquellos espacios
edilicios comunes de juego y esparcimiento,
como son los patios, sino también aquellos
lugares “dormidos” de nuestra querida escuela:
bajo escalera (ala este), hall de ingreso
(calle 25 de mayo), rampa, entre otros.
En la primera edición del proyecto trabajamos
en pisos y paredes en los patios de la escuela
primaria pintando ta-te-ti, rayuelas, pizarrones,
etc. En el segundo año nos concentramos
en el patio del jardín de infantes donde
pintamos pistas de autos, rayuelas y realizamos
un mural con incrustaciones con juguetes que
recolectamos de los alumnos de la escuela
secundaria, siguiendo un sistema gráfico visual
planificado. La tercera edición fue dedicada a
la escuela especial Sara Faisal, realizando un
mural para el nivel secundario de dicha institución.
Y finalmente, en este 4° año del proyecto,
estoy trabajando en el bajo escalera para
convertirlo en un espacio de lectura y nuevamente
en los patios de la escuela primaria.
Todos los espacios intervenidos se caracterizan
por ser lugares que invitan a quedarse, cargados
de color y con una dinámica visual propia.
La impronta artística siempre está vigente, al
igual que las ganas de encarar cada proyecto
de manera única e irrepetible, porque cada
edición tiene sus particularidades y, en este
sentido, lo fundamental es lograr que toda la
comunidad educativa del Sara Faisal se
apropie de los espacios intervenidos y aproveche
la instancia del recreo como un momento
de disfrute e interacción.
Coqui Strada
Directora del taller de arte La Tribu
Prof. en Artes Visuales
Diseñadora Gráfica
Artista Plástica