28.11.2018 Views

Un dios solitario y otros relatos - Agatha Christie

Agatha Christie, la «reina del crimen» original, es aún la mayor y más conocida autora de literatura policiaca clásica. Su novela más famosa, y posiblemente la novela policiaca más famosa jamás escrita, es El asesinato de Rogelio Ackroyd (1926), que escandalizó a los críticos y, por esa misma razón, le sirvió para colocarse entre los principales autores del género. Resolvió aquel caso Hércules Poirot, exmiembro de la policía belga y protagonista en el futuro de 33 novelas, incluidas Asesinato en el Orient Express (1930), El misterio de la guía de ferrocarriles (1936), Cinco cerditos (1942), Después del funeral (1953), Las manzanas (1969) y Telón (1975). Entre sus detectives, Agatha Christie sentía especial predilección por Miss Jane Marple, una anciana solterona que apareció en 12 novelas, incluidas Muerte en la vicaría (1930), Un cadáver en la biblioteca (1942), Un puñado de centeno (1953), Misterio en el Caribe (1964) y su continuación Némesis (1971), y por último Un crimen dormido (1976), que como Telón había sido escrita durante el bombardeo alemán de Londres casi cuarenta años antes. Y entre las 21 novelas en que no figuran ninguno de los detectives habituales de Agatha Christie se encuentran Diez negritos (1939) —en la que ni siquiera hay detective—, La casa torcida (1949), Inocencia trágica (1959) y Noche eterna (1967).

Agatha Christie, la «reina del crimen» original, es aún la mayor y más conocida
autora de literatura policiaca clásica. Su novela más famosa, y posiblemente la novela
policiaca más famosa jamás escrita, es El asesinato de Rogelio Ackroyd (1926), que
escandalizó a los críticos y, por esa misma razón, le sirvió para colocarse entre los
principales autores del género. Resolvió aquel caso Hércules Poirot, exmiembro de la
policía belga y protagonista en el futuro de 33 novelas, incluidas Asesinato en el
Orient Express (1930), El misterio de la guía de ferrocarriles (1936), Cinco cerditos
(1942), Después del funeral (1953), Las manzanas (1969) y Telón (1975). Entre sus
detectives, Agatha Christie sentía especial predilección por Miss Jane Marple, una
anciana solterona que apareció en 12 novelas, incluidas Muerte en la vicaría (1930),
Un cadáver en la biblioteca (1942), Un puñado de centeno (1953), Misterio en el
Caribe (1964) y su continuación Némesis (1971), y por último Un crimen dormido
(1976), que como Telón había sido escrita durante el bombardeo alemán de Londres
casi cuarenta años antes. Y entre las 21 novelas en que no figuran ninguno de los
detectives habituales de Agatha Christie se encuentran Diez negritos (1939) —en la
que ni siquiera hay detective—, La casa torcida (1949), Inocencia trágica (1959) y
Noche eterna (1967).

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Mía, por supuesto —se apresuró a responder Jane.<br />

—Jane —dijo Everard—, si aprendieses a decir la verdad, te tendría en gran<br />

estima. Siéntate y, por lo que más quieras, no mientas al menos en los próximos diez<br />

minutos.<br />

—¡Por favor, Alan! —protestó Jane, y se sentó.<br />

El pintor la miró con ojo crítico por un momento. La señora Lempriére, aquella<br />

mujer, tenía razón. Había sido cruel con Jane en el esbozo de retrato. Jane poseía una<br />

belleza casi perfecta. Sus alargadas facciones configuraban un rostro puramente<br />

griego. Era su ferviente anhelo de complacer lo que le molestaba de ella. Al pintarla,<br />

se había centrado en eso, exagerándolo, había afilado la línea de su barbilla,<br />

ligeramente puntiaguda, había mostrado su cuerpo en una pose poco favorecedora.<br />

¿Por qué? ¿Por qué le era imposible pasar cinco minutos en compañía de Jane sin<br />

experimentar una vehemente exasperación? Jane podía ser encantadora, pero era<br />

también irritante. Con ella, nunca sentía la paz y el sosiego que Isobel le infundía. Y<br />

sin embargo Jane siempre deseaba complacer, siempre estaba dispuesta a darle la<br />

razón; pero desgraciadamente era incapaz de ocultar sus verdaderos sentimientos.<br />

Everard echó un vistazo alrededor. La decoración de la sala era propia de Jane.<br />

Por una parte, algunos objetos preciosos, auténticas joyas, como por ejemplo la<br />

pintura al esmalte de una vista de Battersea; por otra, al lado mismo, atrocidades<br />

como el jarrón pintado a mano con un motivo floral.<br />

Cogió el jarrón.<br />

—Jane, ¿te enfadarías mucho sí tirase esto por la ventana?<br />

—¡No, Alan, no hagas eso!<br />

—¿Para qué quieres toda esta basura? Tienes buen gusto cuando te lo propones.<br />

¿Cómo se te ocurre mezclar estas cosas?<br />

—Lo sé, Alan. No es que no me dé cuenta. Pero la gente me trae regalos. Ese<br />

jarrón sin ir más lejos me lo compró en Margate la señorita Bates, y como es tan<br />

pobre, tuvo que ahorrar, y para sus me<strong>dios</strong> debió de costarle un dineral, y pensó que<br />

me gustaría. Así que lo pongo en un sitio visible.<br />

Everard guardó silencio. Siguió inspeccionando la sala. En las paredes colgaban<br />

un par de grabados… y también varias fotografías de bebés. Los bebés, al margen de<br />

lo que piensen sus madres, no siempre son fotogénicos. En cuanto alguna de sus<br />

amigas daba a luz, le mandaba una fotografía del bebé, esperando que el obsequio<br />

fuese debidamente valorado. Y Jane no las defraudaba.<br />

—¿Quién es ese espanto de crío? —preguntó Everard, contemplando con los ojos<br />

entornados la cara regordeta de la última adquisición—. No lo había visto antes.<br />

—Es niña —precisó Jane—. El nuevo hijo de Mary Carrington.<br />

—¡Pobre Mary Carrington! —se burló Everard—. ¿Y querrás hacerme creer que<br />

te gusta tener ahí a esa monstruosidad mirándote todo el día?<br />

Jane alzó el mentón.<br />

—Es un bebé precioso. Mary es amiga mía desde hace muchos años.<br />

www.lectulandia.com - Página 102

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!