28.11.2018 Views

Un dios solitario y otros relatos - Agatha Christie

Agatha Christie, la «reina del crimen» original, es aún la mayor y más conocida autora de literatura policiaca clásica. Su novela más famosa, y posiblemente la novela policiaca más famosa jamás escrita, es El asesinato de Rogelio Ackroyd (1926), que escandalizó a los críticos y, por esa misma razón, le sirvió para colocarse entre los principales autores del género. Resolvió aquel caso Hércules Poirot, exmiembro de la policía belga y protagonista en el futuro de 33 novelas, incluidas Asesinato en el Orient Express (1930), El misterio de la guía de ferrocarriles (1936), Cinco cerditos (1942), Después del funeral (1953), Las manzanas (1969) y Telón (1975). Entre sus detectives, Agatha Christie sentía especial predilección por Miss Jane Marple, una anciana solterona que apareció en 12 novelas, incluidas Muerte en la vicaría (1930), Un cadáver en la biblioteca (1942), Un puñado de centeno (1953), Misterio en el Caribe (1964) y su continuación Némesis (1971), y por último Un crimen dormido (1976), que como Telón había sido escrita durante el bombardeo alemán de Londres casi cuarenta años antes. Y entre las 21 novelas en que no figuran ninguno de los detectives habituales de Agatha Christie se encuentran Diez negritos (1939) —en la que ni siquiera hay detective—, La casa torcida (1949), Inocencia trágica (1959) y Noche eterna (1967).

Agatha Christie, la «reina del crimen» original, es aún la mayor y más conocida
autora de literatura policiaca clásica. Su novela más famosa, y posiblemente la novela
policiaca más famosa jamás escrita, es El asesinato de Rogelio Ackroyd (1926), que
escandalizó a los críticos y, por esa misma razón, le sirvió para colocarse entre los
principales autores del género. Resolvió aquel caso Hércules Poirot, exmiembro de la
policía belga y protagonista en el futuro de 33 novelas, incluidas Asesinato en el
Orient Express (1930), El misterio de la guía de ferrocarriles (1936), Cinco cerditos
(1942), Después del funeral (1953), Las manzanas (1969) y Telón (1975). Entre sus
detectives, Agatha Christie sentía especial predilección por Miss Jane Marple, una
anciana solterona que apareció en 12 novelas, incluidas Muerte en la vicaría (1930),
Un cadáver en la biblioteca (1942), Un puñado de centeno (1953), Misterio en el
Caribe (1964) y su continuación Némesis (1971), y por último Un crimen dormido
(1976), que como Telón había sido escrita durante el bombardeo alemán de Londres
casi cuarenta años antes. Y entre las 21 novelas en que no figuran ninguno de los
detectives habituales de Agatha Christie se encuentran Diez negritos (1939) —en la
que ni siquiera hay detective—, La casa torcida (1949), Inocencia trágica (1959) y
Noche eterna (1967).

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

quizás en el extranjero? Después habían cocido el pudin y colocado los moldes en el<br />

estante más alto de la despensa. ¿Había alguna diferencia entre aquella porción de<br />

pudin y las otras? No, la cocinera creía que no. Salvo que estaba en un molde de<br />

aluminio, y las otras en moldes de porcelana. ¿Estaba previsto servir el pudin del<br />

molde de aluminio el día de Navidad? Era curioso que preguntase aquello. No, no era<br />

para Navidad. El pudin de Navidad se cocía siempre en moldes blancos de porcelana<br />

con un dibujo de flores de acebo. Pero esa misma mañana (la cara roja de la cocinera<br />

se llenó de pronto de ira) Gladys, la ayudanta de cocina, al bajar los moldes para su<br />

última cocción, había roto uno.<br />

—Y claro está —concluyó la cocinera—, al ver que podían quedar astillas en el<br />

pudin, lo he sustituido por el del molde de aluminio.<br />

Poirot le dio las gracias y salió de la cocina sonriente, satisfecho al parecer con la<br />

información que acababa de obtener, y dando vueltas a algo en el interior de su<br />

bolsillo con los dedos de la mano derecha.<br />

—¡Monsieur Poirot! ¡Monsieur Poirot! ¡Despierte! ¡Ha ocurrido una desgracia!<br />

Era la voz de Johnnie, al amanecer del día siguiente. Poirot se incorporó en la<br />

cama. Llevaba puesto un gorro de dormir. El contraste entre la seriedad de su<br />

semblante y el desenfado con que lucía el gorro, caído a un lado de la cabeza, era sin<br />

duda chocante; pero en Johnnie causó un efecto desproporcionado. A no ser por sus<br />

palabras, habría cabido pensar que apenas podía aguantar la risa. Se oían asimismo<br />

curiosos sonidos al otro lado de la puerta, semejantes al borboteo de varios sifones<br />

atascados.<br />

—Baje ahora mismo, por favor —continuó Johnnie, la voz ligeramente trémula<br />

—. Hay una persona muerta. —Se volvió de espaldas.<br />

—¡Vaya! —dijo Poirot—. ¡La cosa es grave, pues!<br />

Se levantó y, sin excesiva prisa, se aseó parcialmente. Luego siguió a Johnnie<br />

escalera abajo. El resto del grupo se había congregado junto a la puerta del jardín. Sus<br />

rostros expresaban intensa emoción. Al ver a Poirot, Eric tuvo un violento ataque de<br />

tos.<br />

Jean se adelantó y apoyó la mano en el brazo de Poirot.<br />

—¡Mire! —dijo, y señaló a través de la puerta con ademán teatral.<br />

—¡Mon Dieu! —exclamó Poirot—. Parece una escena de un drama.<br />

Su observación no era inapropiada. Por la noche había vuelto a nevar, y a la tenue<br />

luz del alba todo parecía blanco y fantasmal. El níveo manto permanecía impoluto<br />

salvo por una mancha de vivo color escarlata.<br />

Nancy Cardell yacía inmóvil en la nieve. Vestía un pijama de seda escarlata,<br />

estaba descalza, y tenía los brazos extendidos y la cabeza ladeada y oculta por su<br />

abundante melena negra. Permanecía mortalmente quieta y de su costado derecho<br />

sobresalía la empuñadura de un puñal mientras, alrededor, un círculo de nieve cada<br />

www.lectulandia.com - Página 53

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!