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EDUARDO BADÍA SERRA,<br />
Director <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia<br />
Salvadoreña <strong>de</strong> la Lengua<br />
Hablaba el famoso científico y filósofo<br />
inglés Bertrand Russell, en su libro “El<br />
análisis <strong>de</strong> la mente”, <strong>de</strong> la importancia<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar en qué consiste la relación<br />
entre las palabras y su significado. La<br />
palabra Napoleón, <strong>de</strong>cía, significa una<br />
cierta persona. Y por ello, <strong>de</strong>berá existir<br />
una cierta relación entre la palabra<br />
Napoleón y la persona así indicada.<br />
Una palabra, para Russell, no pue<strong>de</strong><br />
ser consi<strong>de</strong>rada simplemente como<br />
una cosa física, prescindiendo <strong>de</strong> su<br />
significado; más bien, una palabra<br />
cubre muchos aspectos, en función<br />
<strong>de</strong> las diferentes ocasiones en que es<br />
utilizada. No es, por lo tanto, algo<br />
único y particular sino un conjunto <strong>de</strong><br />
sucesos. Si nos limitamos a las palabras<br />
pronunciadas, una palabra tiene dos<br />
aspectos, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> que se la<br />
consi<strong>de</strong>re <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong><br />
quien la pronuncia, o <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquél que<br />
la escucha. La conexión entre la palabra<br />
pronunciada y la palabra escuchada es<br />
la <strong>de</strong> una relación causal. Pero en la<br />
palabra pronunciada existe aquello que<br />
llamamos pensamiento. No es, pues, <strong>de</strong><br />
acuerdo con Russell, que al pronunciar<br />
la palabra Napoleón, estemos queriendo<br />
significar que esta es similar a todas las<br />
otras.<br />
Tampoco es cierto,<br />
siguiendo al filósofo inglés, que<br />
una palabra sea el producto <strong>de</strong> una<br />
convención. Ello sería restringir su<br />
significado. Ciertamente hay palabras<br />
que se introducen en una lengua por<br />
meras convenciones, y la ciencia ofrece<br />
muchos ejemplos <strong>de</strong> ello. Pero la base<br />
<strong>de</strong> una lengua no es convencional,<br />
ni <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> un<br />
individuo, ni <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong><br />
su comunidad. Un niño, dice Russell,<br />
| Primero y segundo <strong>de</strong> Bachillerato |<br />
| EL PORTAL DE LA ACADEMIA SALVADOREÑA DE LA LENGUA |<br />
que apren<strong>de</strong> a hablar, apren<strong>de</strong> hábitos<br />
y asociaciones que son <strong>de</strong>terminadas<br />
por el ambiente. La comunidad que<br />
habla una lengua la ha <strong>de</strong>sarrollado y<br />
modificado a través <strong>de</strong> procesos casi<br />
todos no intencionales y más bien<br />
resultantes <strong>de</strong> causas que se comportan<br />
según leyes más o menos conocidas.<br />
Las lenguas, entonces, se componen<br />
por lo tanto <strong>de</strong> raíces, <strong>de</strong> las cuales a<br />
seguido han surgido las palabras. Cómo<br />
estas raíces adquieren su significado es<br />
algo que aun se ignora, pero otorgarles<br />
un origen convencional sería algo así<br />
como mítico. “Difícilmente po<strong>de</strong>mos<br />
imaginar un parlamento <strong>de</strong> ancianos,<br />
- dice Russell- que un día se reúnen y<br />
<strong>de</strong>liberan sobre si llamar vaca a una<br />
vaca o lobo a un lobo”. Las asociaciones<br />
entre las palabras y su significado <strong>de</strong>ben<br />
brotar <strong>de</strong> un proceso natural, a pesar <strong>de</strong><br />
que a todos por ahora su naturaleza le<br />
sea <strong>de</strong>sconocida.<br />
Todos sabemos que las<br />
palabras, escritas o habladas, no son<br />
el único medio <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong><br />
un <strong>de</strong>terminado significado. Wundt<br />
habla <strong>de</strong>l lenguaje <strong>de</strong> los gestos,<br />
como hacen las hormigas, que se<br />
comunican, aparentemente, por medio<br />
<strong>de</strong> sus antenas. La escritura pareciera<br />
consistir originalmente en diseños<br />
que gradualmente han <strong>de</strong>venido<br />
convencionales. No siempre la escritura<br />
habría pretendido representar a las<br />
palabras. La esencia <strong>de</strong>l lenguaje resi<strong>de</strong><br />
no en el uso <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado medio<br />
<strong>de</strong> comunicación, sino más bien en el<br />
empleo <strong>de</strong> asociaciones fijas para que<br />
alguna cosa actualmente sensible, (una<br />
palabra pronunciada, un diseño, un<br />
gesto), pueda reclamar la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> alguna<br />
otra cosa. Aquella cosa actualmente<br />
sensible es lo que llamamos “signo”,<br />
y aquello que ello reclama es su<br />
“significado”. La palabra Napoleón<br />
significa un cierto individuo, pero más<br />
BERTRAND RUSSELL:<br />
LAS PALABRAS Y<br />
SU SIGNIFICADO<br />
que eso, a nosotros no nos interesa<br />
saber quién es el individuo indicado<br />
sino cuál es la relación entre la palabra<br />
y el individuo y porqué aquélla significa<br />
esto.<br />
Es complejo, como vemos,<br />
el origen y el fin <strong>de</strong>l lenguaje, pero aun<br />
así, impregna la vida <strong>de</strong> los hombres<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que estos nacen hasta que mueren.<br />
Como vemos en lo anteriormente<br />
expuesto a través <strong>de</strong> lo que afirma<br />
Russell en torno a las palabras y su<br />
significado, llegar a conclusiones<br />
<strong>de</strong>finitivas sobre la relación <strong>de</strong>l lenguaje<br />
con las palabras y con el pensamiento,<br />
no es posible todavía. Des<strong>de</strong> muchos<br />
siglos atrás, se reconocía y admitía el<br />
carácter casi consustancial <strong>de</strong>l lenguaje<br />
en el hombre, pero entonces el asunto<br />
se <strong>de</strong>batía en términos mucho más<br />
simples, sin auscultar cómo en ello se<br />
enfrentan y confrontan la filosofía, la<br />
antropología, la psicología e incluso<br />
la sociología. Los antiguos reconocían<br />
sin discusión el lenguaje como una <strong>de</strong><br />
las características humanas. Aristóteles,<br />
que todo lo <strong>de</strong>finía, hablaba <strong>de</strong>l hombre<br />
como un “zoon logos ejon”, esto es,<br />
como un ser vivo que tiene logos, y<br />
con ello apuntaba que ese carácter<br />
<strong>de</strong>l hombre como poseedor <strong>de</strong>l logos<br />
era lo que le distinguía <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong><br />
los animales, y no tanto por tener<br />
razón como por tener lenguaje. “El<br />
hombre es el único ser vivo que tiene<br />
palabra”, afirmaba en “La Política”;<br />
pero Hei<strong>de</strong>gger, en “Ser y tiempo”,<br />
al admitir la <strong>de</strong>finición anterior, la<br />
ampliaba en el sentido que el conceptuar<br />
al hombre como animal racional, un ser<br />
viviente que razona, no era falso pero<br />
tampoco era una <strong>de</strong>finición completa.<br />
Ciertamente, según esto, el hombre<br />
es el único animal que razona, pero<br />
también es el único que tiene palabra.<br />
¿Pue<strong>de</strong>n hablar los<br />
animales?, se pregunta la filosofía <strong>de</strong>l<br />
lenguaje; ¿habla castellano un loro que<br />
dice “buenos días a todos”? Cuando un<br />
gato maúlla para que le <strong>de</strong>mos leche,<br />
¿sabemos realmente lo que quiere?<br />
Ciertamente parece no haber ya duda <strong>de</strong><br />
que hay comunicación entre los animales<br />
e incluso entre estos y los humanos. Ya<br />
hemos señalado el caso <strong>de</strong> las hormigas<br />
y su comunicación por medio <strong>de</strong><br />
sus antenas; también hay numerosas<br />
experiencias <strong>de</strong> lenguaje entre los<br />
chimpancés: El hombre utilizó en sus<br />
primeros intentos <strong>de</strong> comunicación<br />
con los chimpancés, el lenguaje <strong>de</strong> los<br />
sordomudos, comprobando que estos<br />
animales aprendieron el uso <strong>de</strong> muchos<br />
signos. Pero el lenguaje humano parce<br />
tener rasgos únicos que lo distinguen<br />
cualitativa y cuantitativamente <strong>de</strong>l <strong>de</strong><br />
los animales, como por ejemplo, la<br />
ausencia <strong>de</strong> base instintiva apreciable.<br />
El lenguaje humano no es el resultado<br />
<strong>de</strong> un instinto involuntario, no es una<br />
función programada filogenéticamente;<br />
tampoco hay órganos exclusivos <strong>de</strong>l<br />
lenguaje en los humanos, como los<br />
hay en los animales. Aquí viene una<br />
conclusión inevitable <strong>de</strong> contra<strong>de</strong>cir o<br />
negar: La lengua humana es un producto<br />
cultural y se transmite socialmente.<br />
Para que un hombre aprenda a hablar<br />
es preciso que exista una lengua que<br />
apren<strong>de</strong>r; la lengua natural, en el<br />
hombre, carece <strong>de</strong> sentido. A<strong>de</strong>más,<br />
el lenguaje humano es un vehículo <strong>de</strong><br />
comunicación, no así el animal, esto es,<br />
es icónico, exige una relación simple y<br />
directa entre el mensaje y la señal.<br />
Esto, pues, <strong>de</strong> la relación<br />
entre las palabras y su significado es una<br />
cuestión compleja; y más aun si a ello<br />
se agrega el mensaje como expresión<br />
<strong>de</strong>l pensamiento. Russell, en su libro<br />
citado, abunda en ello; y como vemos, es<br />
una cuestión que viene tempranamente<br />
siendo analizada y estudiada. Por ello,<br />
y este es más bien el mensaje <strong>de</strong> esta<br />
columna, los asuntos <strong>de</strong> la lengua no<br />
<strong>de</strong>ben verse superficialmente, como<br />
producto <strong>de</strong> contingencias o puras<br />
amenida<strong>de</strong>s golosas <strong>de</strong> mentes ociosas<br />
o <strong>de</strong>socupadas. La lengua, como<br />
<strong>de</strong>cimos, es un producto cultural, se<br />
transmite socialmente, esto es, es un<br />
fenómeno histórico, y la historia tiene<br />
sus pulsaciones, estas, muy sujetas a<br />
los entornos que las producen. Unas<br />
comunida<strong>de</strong>s se han comunicado <strong>de</strong><br />
unas maneras; otras lo han hecho <strong>de</strong><br />
otras maneras; un símbolo tiene un<br />
significado propio <strong>de</strong> su comunidad,<br />
es un aquí y ahora. Por ello, preten<strong>de</strong>r<br />
trastocar una lengua que es el producto<br />
<strong>de</strong> una cultura, no tiene sentido y más<br />
bien tiene un mal propósito. Cada<br />
quien se comunica como ha aprendido<br />
a comunicarse, con palabras, con<br />
signos. Sócrates fue un hombre que<br />
supo comunicar su pensamiento <strong>de</strong><br />
una manera excelsa, y sin embargo,<br />
jamás escribió frase alguna; y <strong>de</strong> igual<br />
manera, nuestro buen Jesús.<br />
349<br />
GOTAS DE ORTOGRAFÍA<br />
8 TRESMIL Sábado <strong>12</strong> / <strong>enero</strong> / <strong>2019</strong><br />
MAESTRA NORMALISTA<br />
JOSEFINA PINEDA DE MÁRQUEZ<br />
jopima9@hotmail.com<br />
Josefina Pineda Márquez<br />
¿LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS<br />
ESTÁN VOLVIENDO MÁS<br />
INTELIGENTES A NUESTROS<br />
NIÑOS Y JÓVENES?<br />
Es posible.<br />
Todo se aparece o <strong>de</strong>scubre cuando hay material que lo absorbe y lo utilice.<br />
Pero no sé como van a sentirse las nuevas generaciones cuando los libros ya no se lean<br />
y hasta se conviertan en basura.<br />
La Humanidad ha ido <strong>de</strong>jando BIBLIOTECAS a través <strong>de</strong>l tiempo y por eso po<strong>de</strong>mos<br />
conocer la historia en los diferentes momentos <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> nuestra especie. Mientras nos<br />
entendamos entre sí los seres humanos, el idioma o los idiomas son nuestro instrumento para<br />
mostrarnos el AMOR.<br />
Sí, me estoy <strong>de</strong>sviando <strong>de</strong> la ortografía, pero es que siento pesar al ver a los jóvenes y<br />
niños mudos y moviendo los <strong>de</strong>dos en las cajitas, móviles. O teléfonos, tabletas, etc.<br />
Medio manejar la computadora me da una enorme satisfacción, pero sufro, sí sufro<br />
cuando leo en las “re<strong>de</strong>s” todo esa profusión <strong>de</strong> mensajes que alarman.<br />
La ortografía es ignorada en estas comunicaciones y también hay una exhibición <strong>de</strong><br />
improperios que se mandan unos a otros.<br />
Leo por ejemplo: “como es posible k haya mucha gente <strong>de</strong>sgraciada k en vez <strong>de</strong><br />
corazón tenga pedasos <strong>de</strong> …”<br />
A estas personas no les importan las mayúsculas, el que lo sustituyen con la letra K y<br />
el error realmente <strong>de</strong> ortografía solo es el <strong>de</strong> la palabra “pedasos” que no es con S sino con Z.<br />
¿Será posible que en un afán <strong>de</strong> hacer en menor tiempo lo que se les ocurra <strong>de</strong>cirse<br />
hagan <strong>de</strong>l idioma una mezcla <strong>de</strong> letras que ahora se les entien<strong>de</strong>?<br />
No, no pue<strong>de</strong> ser así. El Idioma Castellano ha sido creado a través <strong>de</strong> generaciones y<br />
con ello po<strong>de</strong>mos hacer que nuestros <strong>de</strong>scendientes conozcan su historia como seres inteligentes.<br />
Por otro lado estas máquinas les sirven a los insultadores, que no somos todos, <strong>de</strong>jarse ir con<br />
vulgarismos groseros que rayan en agresión no solo al que o a los que van dirigidos sino a todos<br />
los que tenemos <strong>de</strong>recho a ser respetados como personas normales.<br />
--- --- --- ---<br />
Aunque sea para los que quieren y necesitan mejorar su ortografía va lo siguiente:<br />
Valla: Cartel publicitario.<br />
––Debe ser muy caro poner esas vallas propagandísticas, pero quizá les atraigan<br />
clientes.<br />
Vaya: <strong>de</strong>l verbo IR.<br />
––No quieren que vaya a servir a los sitios conflictivos.<br />
Baya: Tipo <strong>de</strong> fruto carnoso con semillas ro<strong>de</strong>adas <strong>de</strong> pulpa.<br />
––El tomate y la uva son <strong>de</strong> esta clase <strong>de</strong> fruto.<br />
Hasta pronto.