Ladd George - Creo En La Resurreccion De Jesus
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112 / <strong>Creo</strong> en la resurrección<br />
sabemos si se trata de una tradición defectuosa o si las mujeres<br />
vinieron para terminar un trabajo que Nicodemo había<br />
comenzado. Además, muchos críticos indican lo poco natural<br />
de la situación de unas mujeres ungiendo un cuerpo que<br />
llevaba ya muerto dos noches y un día, especialmente teniendo<br />
en cuenta que la tumba estaba sellada con una pesada piedra;<br />
pero Cranfield observa acertadamente que "el amor a menudo<br />
lleva a las personas a hacer cosas que desde el punto de vista<br />
práctico son inútiles". 2<br />
Otra aparente contradicción es la que se descubre cuando<br />
en Juan se dice que Jesús estaba envuelto en lienzos (othonioi,<br />
Jn. 19: 40) mientras que los tres sinópticos dicen que Jesús<br />
estaba envuelto en un sudario (sindón), una gran sábana<br />
(Mr. 15:46 y sig.). Esto suele armonizarse tradicionalmente<br />
didendo que el cuerpo fue primeramente envuelto en una<br />
sábana después de bajarlo de la cruz; pero que antes de dejarlo<br />
en la tumba, el sudario fue cortado en tiras que se emplearon<br />
para envolver el cuerpo, miembro por miembro,<br />
entre capas de mirra y áloes. 3 Es posible que el cuerpo fuese<br />
primero envuelto en un sudario y luego las tiras de tela<br />
fueran enrolladas alrededor del cuerpo cubierto por el sudario.<br />
El hecho de que los sinópticos testifiquen de la visita de<br />
varias mujeres mientras que Juan sólo parece saber de la<br />
visita de María es un escollo mucho más grave. Y no obstante,<br />
puede no tratarse de una verdadera contradicción, pues cuando<br />
María encontró a Pedro y al "otro discípulo" para contarles<br />
su experiencia, dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor,<br />
y no sabemos dónde le han puesto" (Jn. 20:2). <strong>De</strong> forma<br />
que es posible que, debido a que solo María corrió delante<br />
para dar la noticia a Pedro y al discípulo amado, ella fuera<br />
la única que se menciona en el cuarto evangelio. 4<br />
Otra discrepancia de carácter menos importante es la<br />
reacción de las mujeres ante el anuncio del ángel de que<br />
El testimonio de los evangelios / 113<br />
Jesús había resucitado. <strong>La</strong> brusca conclusión de Marcos nos<br />
dice que huyeron de la tumba "porque les había tomado temblor<br />
y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo"<br />
(Mr. 16:8). Por otra parte, tanto Mateo como Lucas dicen<br />
que "saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron<br />
corriendo a dar las nuevas a sus discípulos" (Mí. 28: 8 véase<br />
Le. 24: 9). Sin embargo, Mateo relata también que mientras<br />
las mujeres estaban de camino desde. el sepulcro a la ciudad,<br />
Jesús les salió al encuentro, y ellas abrazaron sus pies y le<br />
adoraron. <strong>En</strong>tonces Jesús repitió la orden de que sus discípulos<br />
fuesen a Galilea, donde él les encontraría (Mí. 28:9-10).<br />
Es posible que la reacción inicial de las mujeres fuese<br />
de temor (Mateo dice que era temor y gozo al mismo tiempo)<br />
y sólo después de su encuentro con Jesús fueron a contar a<br />
los discípulos lo que habían visto. Por otro lado, puede tratarse<br />
de una de las discrepancias secundarias que caracterizan<br />
a los evangelios sinópticos. Si Mateo y Lucas tenían el<br />
libro de Marcos ante sí mientras escribían, eran conscientes<br />
de estar alterando la narración. Quizás el problema se resolvería<br />
fácilmente si poseyéramos la "conclusión perdida" de<br />
Marcos.<br />
El problema más señalado es el del lugar de las apariciones<br />
del Jesús resucitado a sus discípulos. Marcos no relata<br />
ninguna de las apariciones a causa de la conclusión mutilada<br />
de su evangelio, pero cuando el "joven" dijo a María Magdalena<br />
que "él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis,<br />
como os dijo" (Mr. 16:4), lo mejor, según parece, es entender<br />
el versículo como una promesa de una o varias apariciones<br />
del resucitado en Galilea, y suponer que Jesús deseaba encontrarse<br />
allí con sus discípulos. G Mateo, en uno de los pocos<br />
pasajes en que su evangelio usa la misma redacción exacta<br />
que Marcos en el relato de la resurrección, cuenta este mismo<br />
encargo(Mt. 28:7). Mateo narra también que los once discípulos<br />
fueron a Galilea, donde Jesús salióles al encuentro y