Ladd George - Creo En La Resurreccion De Jesus
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166 1 <strong>Creo</strong> en la resurrección<br />
venidero? ¿Qué puede saber el historiador del mundo de<br />
Dios? ¿Qué puede saber el historiador de cuerpos que no<br />
responden a las leyes del movimiento y de la gravedad? Se<br />
trata de cuestiones de la fe cristiana, no de la investigación<br />
histórica. Aunque es un acontecimiento histórico, la resurrección<br />
de Jesús no tenía causa histórica antecedente, carecía<br />
de la secuencia que el historiador normalmente da por sentada.<br />
Además, la propia resurrección no significó la revivificación<br />
de un cadáver; significó la transformación radical del<br />
cuerpo de Jesús, pasando del mundo de la naturaleza al<br />
mundo de Dios. <strong>La</strong> naturaleza nada sabe de cuerpos como<br />
el cuerpo de la resurrección de Jesús; era un caso absolutamente<br />
único. <strong>La</strong> historia carece de analogías apropiadas para<br />
examinarlo. Su carácter agota los recursos de la imaginación.<br />
Por ello muchos historiadores creen en el hecho, el acaecimiento,<br />
la realidad objetiva de la resurrección, y al mismo<br />
tiempo tienen que declarar que la resurrección no es "histórica"<br />
debido a que trasciende totalmente toda experiencia<br />
y conocimiento históricos. <strong>La</strong> resurrección de Jesús es el<br />
punto en extremo decisivo en que el Siglo Venidero irrumpió<br />
en este siglo, en que el mundo sobrenatural de Dios se cruzó<br />
con este mundo. <strong>En</strong> terminología histórica, el Siglo Venidero<br />
se encuentra más allá de la historia. Será un estado de existencia<br />
bajo el control de leyes totalmente distintas a las leyes<br />
de la naturaleza.<br />
Esta interpretación de Pablo coincide con el testimonio<br />
de los evangelios. Hemos llegado a la conclusión de que la<br />
piedra de la tumba no fue removida para que saliese Jesús;<br />
éste dejó la tumba estando la piedra sobre la puerta, y dejó<br />
el sudario y lienzos intactos tras él. Sacamos la conclusión<br />
de que no era precisamente correcto decir que Jesús atravesó<br />
puertas cerradas. Sino que lo ocurrido fue que apareció súbitamente<br />
a sus discípulos y luego del mismo modo repentino<br />
desapareció. O bien se trata de pura leyenda, o el cuerpo<br />
El testimonio de Pablo 1167<br />
de Jesús se trasladaba según leyes que trascienden todas las<br />
leyes· del espacio y del movimiento que se conocen. Y esto<br />
es precisamente lo que Pablo dice en cuanto a la naturaleza<br />
del cuerpo de la resurrección.<br />
A continuación debemos enfrentarnos con una dificultad<br />
real. Hay que reconocer que hay una notable diferencia<br />
entre la forma de la aparición de Cristo a Pablo en el camino<br />
de Damasco y las apariciones narradas en los Evangelios.<br />
Pablo tuvo su encuentro con Jesús estando éste en su cuerpo<br />
glorificado. Lo que Pablo vio fue un resplandor de gloria.<br />
<strong>La</strong> voz se identificó a sí misma como Jesús. <strong>En</strong> los evangelios,<br />
Jesús tiene un cuerpo mucho más "corpóreo", que no sólo<br />
puede oírse con los oídos, sino verse con los ojos y tocarse<br />
con las manos. No pretendemos comentar la diferencia entre<br />
Pablo y los Evangelios; se trata de algo real y notable.<br />
Algunos eruditos señalan simplemente que estos dos<br />
conceptos son contradictorios. "<strong>La</strong> materialización del aspecto<br />
corporal que acaece más tarde en ciertos niveles de la tradición<br />
y que hace posible el reconocimiento a través de una<br />
percepción sensorial... contradice la esencia de las apariciones".111<br />
Pannenberg piensa que todas las apariciones, incluidas<br />
las que se relatan en los evangelios, fueron semejantes<br />
a la aparición a Pablo, que califica de visión objetiva.22 Esto<br />
es adoptar una posición muy persuasiva para quienes son<br />
fáciles de convencer, si no fuera por una excepción factual:<br />
la tradición evangélica estaba todavía controlada por testigos<br />
oculares (véase el Capítulo 7). Si bien la memoria puede confundir<br />
detalles, en especial detalles cronológicos, no es de<br />
suponer que confunda un asunto tan importante como éste.<br />
<strong>La</strong>s experiencias de los encuentros con Jesús deben haber<br />
quedado grabadas en la mente de modo indeleble. <strong>En</strong> cuanto<br />
a este punto, como historiadores, es preciso que nos apoyemos<br />
en la probabilidad histórica general. Hablando desde el<br />
punto de vista teológico, si Jesús había entrado en un nuevo