Ladd George - Creo En La Resurreccion De Jesus
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
188/ <strong>Creo</strong> en la resurrección<br />
Parece ésta una declaración exagerada. ¿Acaso la fe<br />
de uno en Dios depende de un solo acontecimiento: la<br />
resurrección de Jesús? ¿No puede uno dudar de que tal resurrección<br />
sea posible y sin embargo creer en Dios que es el<br />
creador y sustentador del mundo? <strong>De</strong>spués de todo, la Sagrada<br />
Escritura dice que "es necesario que el que se acerca<br />
a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le<br />
buscan" (Heb. 11:6).<br />
Sin embargo, Pablo dice que si Jesús no resucitó, somos<br />
hallados falsos testigos de Dios. Es más, la Biblia entera es<br />
hallada testigo falso de Dios. Hay mucha teología bíblica<br />
moderna que subraya que Dios se ha revelado a sí mismo<br />
a través de sus actos en la historia. Se reconoce en un círculo<br />
muy amplio que la revelación hallada en la historia es uno<br />
de los caracteres más distintivos de la religión bíblica. <strong>La</strong><br />
ortodoxia escolástica puede limitar la revelación de Dios<br />
a las Escrituras como Palabra de Dios y definir la revelación<br />
como la comunicación, por parte de Dios al hombre, de la<br />
verdad divina. No obstante, Dios revela más que la verdad<br />
a los hombres; se revela a sí mismo; y esta revelación tuvo<br />
lugar antes que existiese ninguna palabra de las que hallamos<br />
en la Escritura. Dios se reveló a sí mismo mediante<br />
sus poderosos actos. Pero el hecho iba siempre acompañado<br />
por la palabra profética. A través de toda la historia de<br />
Israel, Dios le~antó profetas para interpretar lo que Dios<br />
estaba haciendo en la historia. <strong>La</strong> salida de Egipto no se<br />
debió a la fortaleza de Israel, ni a la habilidad e inteligencia<br />
de Moisés; fue un acto de Dios. <strong>La</strong> derrota de Israel ante<br />
Asiria y la de Judá ante Babilonia no fue un conflicto de<br />
nacionalismos; fue el juicio de Dios. <strong>La</strong> palabra más elocuente<br />
de Dios fue la que se pronunció en el hecho histórico<br />
de Jesús de Nazareth. "Dios, habiendo hablado muchas veces<br />
y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los<br />
¿ Tiene importancia? / 189<br />
profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo"<br />
(Heb. 1:1-2).<br />
Empero si Jesús no resucitó, la historia de la redención<br />
termina en el callejón sin salida de una tumba palestina.<br />
<strong>En</strong>tonces resulta que Dios no es el Dios vivo, ni es el Dios<br />
de los que viven, como dijo Jesús (Mr. 12:27). <strong>La</strong> muerte<br />
es más poderosa que Dios; la muerte es más poderosa que<br />
la palabra de Dios. Se demuestra que los actos de Dios son<br />
vanos ante el mayor enemigo del hombre: la muerte. No se<br />
puede descartar la resurrección y al tiempo aceptar el testimonio<br />
de la Biblia tocante a la historia de la redención.<br />
Además, si el ministerio de Jesús terminó en un sepulcro,<br />
quedan desmentidas las afirmaciones que proclamó durante<br />
su ministerio terrenal. Predicó el Reino de Dios. Este<br />
fue su mensaje central. Se reconoce por parte de muchos<br />
que el significado de "El Reino de Dios" es el dominio de<br />
Dios como Rey (véase Lc. 19: 11-12). Cuando oramos "venga<br />
Tu reino", estamos rogando que Dios manifieste su poder<br />
real, que destruya a sus enemigos, que arroje todo mal fuera<br />
de su universo, y que reine en justicia y paz sobre un pueblo<br />
redimido. Esta esperanza del establecimiento del Reino de<br />
Dios es el tema central de los profetas. Fue también el tema<br />
central de la proclamación de Jesús. Este esperaba anhelosamente<br />
el día escatológico en que Dios obraría con poderes<br />
de Rey para establecer su dominio en la tierra. <strong>En</strong> esto Jesús<br />
compartía la esperanza de los judíos,l pues ambas estaban<br />
sólidamente apoyadas en la esperanza profética del Antiguo<br />
Testamento.<br />
Sin embargo, Jesús enseñó que este mismo Dios había<br />
actuado por adelantado antes del Día de Jehová en su propia<br />
persona y misión, para derrotar a las potestades espirituales<br />
malignas por el poder de su real dominio, para traer las<br />
bendiciones de su Reino a los hombres en medio de la historia.<br />
"Si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios,