Edicion 13 de febrero de 2019
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Opinión<br />
10 Miércoles <strong>13</strong> <strong>de</strong> <strong>febrero</strong> <strong>de</strong> <strong>2019</strong> Diario Co Latino<br />
El país necesita mensajes<br />
<strong>de</strong> un Estadista<br />
El ejército <strong>de</strong> tuiteros <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Electo, Nayib<br />
Bukele, se ha dado a la tarea <strong>de</strong> sembrar en el imaginario<br />
colectivo, que una vez asuma la Presi<strong>de</strong>ncia<br />
pasará a la asamblea legislativa cuanta ley requiera para<br />
gobernar y los diputados tendrán la obligación <strong>de</strong> aprobar<br />
todo bajo el argumento que negarlo “sería como negárselo<br />
al pueblo”.<br />
En esta lógica manifiestan, que el futuro presi<strong>de</strong>nte, no<br />
necesitará <strong>de</strong>l apoyo <strong>de</strong> ninguna fracción legislativa pues, el<br />
único apoyo que necesita es <strong>de</strong>l pueblo y ya lo tiene, pues<br />
hubo un millón 400 mil salvadoreños que le votaron.<br />
Lo anterior es verdad, pero a medias, porque muchos <strong>de</strong><br />
esos diputados también recibieron, hace un año, el voto <strong>de</strong><br />
ese mismo 52 % <strong>de</strong> votantes y cuando la República <strong>de</strong> El<br />
Salvador fue creada, se organizó con tres po<strong>de</strong>res: Ejecutivo,<br />
Legislativo y Judicial.<br />
Si bien la asamblea legislativa no tiene porqué seguir obstruyendo<br />
todo lo que venga <strong>de</strong>l Ejecutivo, como lo han hecho<br />
con los Gobiernos <strong>de</strong>l FMLN, sobre todo con el profesor<br />
Salvador Sánchez Cerén, también es cierto que el Ejecutivo<br />
está obligado a respetar todas las instancias, pero sobre<br />
todo la Constitución. En primer lugar su artículo 85 que <strong>de</strong>fine<br />
el carácter <strong>de</strong> la República.<br />
Luego, el art. 125 que expresa que los “diputados representan<br />
al pueblo entero y no están ligados a ningún mandato<br />
imperativo”. Y, el art. 123 dice que la mayoría <strong>de</strong> sus miembros<br />
será suficiente para “<strong>de</strong>liberar” (el subrayado es nuestro).<br />
Es <strong>de</strong>cir, los diputados no están obligados a solo levantar<br />
la mano para aprobar una ley que venga <strong>de</strong>l Ejecutivo, si<br />
antes no se presente, se explica, y luego se <strong>de</strong>libera.<br />
Es cierto que en los gobiernos <strong>de</strong>l FMLN, la oposición<br />
solo se opuso, más bien por obstaculizar sus proyectos <strong>de</strong><br />
Gobierno, lo cual es reprochable pero, eso, a <strong>de</strong>cir que el papel<br />
<strong>de</strong> la asamblea es aprobar todo lo que venga <strong>de</strong>l Ejecutivo,<br />
y bajo la amenaza <strong>de</strong>l linchamiento político en las re<strong>de</strong>s<br />
sociales, es más que soberbia, es como preparar a este pueblo<br />
a transitar <strong>de</strong> un Gobierno Republicano, a una nación<br />
semi-imperial.<br />
Es vergonzoso que los intelectuales, como los sociólogos<br />
o los rectores <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s y otros tanques <strong>de</strong><br />
pensamiento no se <strong>de</strong>n cuenta <strong>de</strong> esto, por temor o a saber<br />
por qué razón.<br />
Lo mismo sucedió con la anterior sala <strong>de</strong> lo constitucional,<br />
los trataron como dioses <strong>de</strong>l Olimpo, y por eso hicieron<br />
lo que les vino en gana. Nos preguntamos, si estas lumbreras<br />
necesitan <strong>de</strong> un semidiós en el Ejecutivo.<br />
Esperemos que una vez reciba el acta en la que se <strong>de</strong>clara<br />
oficialmente Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República <strong>de</strong> El Salvador, el<br />
señor Nayib Bukele cambie el tono <strong>de</strong> sus mensajes por el<br />
<strong>de</strong> un Estadista.<br />
Publicación <strong>de</strong> la Cooperativa <strong>de</strong> Empleados <strong>de</strong> Diario Co Latino <strong>de</strong> R. L.<br />
23 Avenida Sur No. 225 San Salvador<br />
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128 AÑOS INFORMÁNDOTE CON CREDIBILIDAD<br />
Sociología y otros <strong>de</strong>monios (939)<br />
Espero curarme<br />
René Martínez Pineda<br />
Director Escuela <strong>de</strong> Ciencias Sociales, UES<br />
Muy <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mí –digamos<br />
entonces en el inframundo<br />
<strong>de</strong>l imaginario<br />
don<strong>de</strong> la utopía es una diosa<br />
esquiva- sintiendo la huelga <strong>de</strong> latidos<br />
caídos <strong>de</strong> mi corazón, sabía que<br />
estaba perdido en una isla <strong>de</strong>sierta y remota<br />
a la que no llegó la noticia <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> la guerra y<br />
como un Quijote embistiendo molinos <strong>de</strong> viento en<br />
los cerros <strong>de</strong> la risa, inventé mil trincheras <strong>de</strong> lucha<br />
para mantenerme vivo, para mantenerme <strong>de</strong>fendiendo<br />
-con uñas, dientes e i<strong>de</strong>as- el santísimo grial que<br />
contiene el cáliz <strong>de</strong> los sueños colectivos, simplemente<br />
porque hice y haría cualquier cosa por amor<br />
al pueblo, un pueblo con rostro dulce y <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s<br />
humanas (...) y porque <strong>de</strong>cidí que el dolor ajeno no<br />
me sería indiferente y prometí –oyendo a Merce<strong>de</strong>s<br />
Sosa- que la reseca muerte no me encontraría vacío<br />
y solo sin haber hecho lo suficiente.<br />
Después <strong>de</strong> haber tratado <strong>de</strong> sostener con palabras<br />
lo que solo se podía sostener con hechos, entré en el<br />
doloroso ritual <strong>de</strong>l duelo rezándole un novenario inútil<br />
a tus manos suaves y amantes <strong>de</strong> la ilusión prohibida<br />
<strong>de</strong>l pueblo, viéndote como una flor que ha sido<br />
traicionada por sus viejos colores y entonces la revelación<br />
es una enfermedad temible. Sin embargo, a pesar<br />
<strong>de</strong> que se que te extrañaré como a un fuerte dolor <strong>de</strong><br />
muelas, espero curarme <strong>de</strong> ti en estos días en los que,<br />
súbitamente, he sido sacado <strong>de</strong>l encierro en el que estaba<br />
<strong>de</strong>ambulando en esa isla <strong>de</strong>sierta, ah, utopía sin<br />
utopistas. Ya no <strong>de</strong>bo seguir sufriendo a solas esta fiebre<br />
furiosa, necia, <strong>de</strong>sgastante e irreal, porque se me<br />
va a incendiar la piel y los sesos y los recuerdos (...) y<br />
quedaré hecho cenizas frías y olvidos calientes, y burlas<br />
ambiguas en el continente indómito e inédito <strong>de</strong> tu<br />
mirada <strong>de</strong> diosa <strong>de</strong>scalza que cautiva a los sueños colectivos<br />
<strong>de</strong> mi pueblo, el que -mientras tanto y por jo<strong>de</strong>r-<br />
hace con sus lágrimas el humil<strong>de</strong> y largo Rosario<br />
<strong>de</strong> los eternos migrantes que, en caravanas <strong>de</strong>sgarradoras<br />
y trastabillantes, se marchan en el más absoluto<br />
<strong>de</strong> los silencios indocumentados en busca <strong>de</strong>l sueño<br />
americano, como si fueran en busca <strong>de</strong> la risa <strong>de</strong> la<br />
mujer <strong>de</strong>seada e inconfesa; o como si caminaran hacia<br />
el único oasis a la vista para calmar la sed <strong>de</strong> la pobreza;<br />
o como si peregrinaran tras el canto <strong>de</strong>l pájaro<br />
mitológico que augura buenas épocas en las milpas,<br />
aunque todo el año se estacione en el verano más<br />
cruel y calcinante.<br />
En este instante, hoy mismo, en esta temible y oscura<br />
encrucijada <strong>de</strong> la lucha, <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> fumarte a<br />
toda hora -ah utopía- (sobre todo cuando el cielo es<br />
una hermética caja <strong>de</strong> Pandora que pone en entredicho<br />
a los miles <strong>de</strong> mártires <strong>de</strong>l pueblo) porque el <strong>de</strong>seo<br />
<strong>de</strong> verte <strong>de</strong>snuda <strong>de</strong> corrupciones y mañas y vestidos<br />
<strong>de</strong> doble costura me quita el aire que respiro y –<br />
ah paradojas <strong>de</strong> la cultura- me cierra los ojos para no<br />
sentir el dolor <strong>de</strong> lo perdido u olvidado, porque “ojos<br />
que no ven a aullar apren<strong>de</strong>n”; <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> beberte<br />
en la madrugada para no emborracharme <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos<br />
venéreos, vocingleros, inútiles y suicidas; <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>jar<br />
<strong>de</strong> pensarte o <strong>de</strong> imaginarte o <strong>de</strong> dibujarte en las sinuosas<br />
riberas <strong>de</strong> mi patética <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z i<strong>de</strong>ológica<br />
para no volverme loco en la soledad en la que mi<br />
mano <strong>de</strong>recha es, frenéticamente, la única amiga<br />
íntima que encuentra leche tibia cuando excava un<br />
pozo en mi cuerpo que, a pesar <strong>de</strong> las <strong>de</strong>silusiones<br />
sociales, sucumbe ante el dulce misterio <strong>de</strong>l sándalo<br />
que respiro en una ventana sin rostro o que se <strong>de</strong>svanece<br />
en un imperio sin país.<br />
Por las calles ayer masacradas a plena luz <strong>de</strong>l día<br />
y hoy llenas <strong>de</strong> nostalgias sin nostálgicos; hoy llenas<br />
<strong>de</strong> utopistas sin utopía en la mano izquierda; hoy llenas<br />
<strong>de</strong> memoria histórica atiborrada <strong>de</strong> olvidos alegóricos<br />
que aún <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n el entrañable olor <strong>de</strong>l cafecito<br />
caliente antes <strong>de</strong> las marchas en las que: conscientes,<br />
exigíamos justicia social (...) por esas calles hoy engalanadas<br />
con las luces <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad, aún se <strong>de</strong>sbordan<br />
los amaneceres <strong>de</strong> aquellos <strong>de</strong>svelos académicos<br />
para que la teoría social se apareara humanamente<br />
con la práctica política; por las aulas sin pupitres y<br />
por los pasillos empedrados con sueños juveniles en<br />
los que se vendían promesas <strong>de</strong> futuro y dulces artesanales<br />
<strong>de</strong> conciencia social y se regalaban suspiros<br />
anónimos y papitas fritas <strong>de</strong> clorato, azufre y aluminio<br />
para evadir el tedio mortal <strong>de</strong> las clases <strong>de</strong> historia<br />
oficial. Entonces –y quien dice entonces dice que es<br />
presa <strong>de</strong> la nostalgia <strong>de</strong> lo que no se tuvo, pero que se<br />
creyó tener- todos éramos hacedores <strong>de</strong> utopías y gritábamos<br />
al cielo todos sus milagros sin santo <strong>de</strong> por<br />
medio, y lo escribíamos en las pizarras para apren<strong>de</strong>r<br />
la lección <strong>de</strong> la historia en el tiempo aquel en que las<br />
personas buenas mataban a las balas malas -al menos<br />
eso creíamos nosotros, los <strong>de</strong> ayer- buscando hacer<br />
realidad los sueños <strong>de</strong>l pueblo que son incorruptibles<br />
como la miel silvestre.<br />
Es posible. Es imposible. Es urgente. Es una cuestión<br />
<strong>de</strong> muerte o vida luego <strong>de</strong>l regreso <strong>de</strong>l exilio imaginario en<br />
la isla <strong>de</strong>sierta <strong>de</strong> la ingenuidad política don<strong>de</strong> planté una<br />
ban<strong>de</strong>ra roja bajo la sombra <strong>de</strong> un sauce llorón <strong>de</strong> hojas<br />
azules y blancas. La intensidad <strong>de</strong>l embrujo <strong>de</strong> la utopía que<br />
está en cuidados intensivos lo <strong>de</strong>cidiré cuando el fetiche lunar<br />
sea convocado en las alas <strong>de</strong> una mariposa negra y <strong>de</strong>lirante<br />
que me hará recordar la <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z en las manos <strong>de</strong>l<br />
que cree sin preguntar o sin dudar. Debo seguir las indicaciones<br />
<strong>de</strong>l médico que me dijo que la fiebre <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cepción<br />
utópica es un mal doloroso e incurable, así que me recetó<br />
tiempo, abstinencia, soledad, <strong>de</strong>legación <strong>de</strong> la estafeta<br />
(..) huir, huir <strong>de</strong> nuevo a esa isla <strong>de</strong>sierta para morir<br />
en la soledad entrañable <strong>de</strong> los mártires sin lápidas antes<br />
<strong>de</strong> que un tatuaje se apo<strong>de</strong>re <strong>de</strong> mi imaginario así<br />
como se clava el sol a la mañana. Ya habrá tiempo <strong>de</strong><br />
llorar a solas; <strong>de</strong> reflexionar frente al espejo; <strong>de</strong> hacer<br />
lo que estamos moralmente obligados a hacer: acabar<br />
con lo que nunca quiso comenzar porque la corrupción<br />
es adictiva. Han terminado para mi alma <strong>de</strong> luchador<br />
social los días <strong>de</strong> la leña ardiendo frente a la<br />
cual jugábamos a hacer las sombras <strong>de</strong> un país mejor<br />
en las portadas <strong>de</strong>l Co Latino.<br />
Hará frío sin ti, utopía, pero se vivirá en la nostalgia<br />
anunciada en la canción “Wish You Were Here”.