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CLARABOYA<br />
ÁLVARO DARÍO LARA<br />
ESCRITOR Y DOCENTE<br />
4 TRESMIL Sábado <strong>23</strong> / <strong>febrero</strong> / <strong>2019</strong><br />
LA VIDA<br />
Un día entero<br />
Labrando el campo<br />
En el mismo lugar.<br />
Masaoka Shiki<br />
¿CUÁL ES TU<br />
GRACIA<br />
Conversando con don Marlon Chicas, el tecleño<br />
memorioso, vino a colación el asunto <strong>de</strong> los<br />
nombres. He aquí, entonces, lo que el gentil<br />
caballero nos compartió: “El nombre ocupa un<br />
espacio importante a lo largo <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l ser<br />
humano, <strong>de</strong> su etimología se conoce el significado<br />
y personalidad <strong>de</strong>l mismo, incluso, en las escrituras,<br />
Dios manifiesta al profeta Jeremías: ´Des<strong>de</strong> que<br />
estabas en el vientre <strong>de</strong> tu madre ya te conocía y<br />
te llamé por tu nombre´.<br />
Por otra parte, el viejo adagio popular que afirma:<br />
´la mejor música para el oído humano es el propio<br />
nombre´, sigue siendo vigente hasta nuestros<br />
días, <strong>de</strong>bido a que es más gratificante escuchar ser<br />
llamado por el propio nombre, que por un apelativo.<br />
Antiguamente al ser presentado en la pila bautismal<br />
se escogía el nombre <strong>de</strong>l santoral católico <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el más común al más raro. Así, Benito, José,<br />
Pedro, Juan, María, Teresa, Magdalena, entre<br />
muchos; o exóticos: Pantaleón, Casildo, Casiano,<br />
Puro, Hermenegilda, Eladia, Casiana, Engracia,<br />
Ciriaca, para citar algunos. De igual forma, si los<br />
padres profesaban la religión evangélica imponían<br />
nombres bíblicos como: Adán, Moisés, Nehemías,<br />
Abraham, Sara, Esther, Judith, Ruth, entre tantos<br />
personajes sacros.<br />
En relación al nombre dado a los hijos, la tradición<br />
era conferir el nombre <strong>de</strong>l padre, perdurando así,<br />
su recuerdo en la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. En otros casos,<br />
llamar con nombres masculinos o femeninos a los<br />
hijos por un <strong>de</strong>seo frustrado <strong>de</strong>l padre en cuanto<br />
a tener un vástago <strong>de</strong> uno u otro sexo, si el <strong>de</strong>seo<br />
era una niña y resultaba niño, se le llamaba Tereso,<br />
Isabel, Dolores o Guadalupe; si era al contrario,<br />
se les inscribía con nombres masculinizados:<br />
Alejandra, Jovita, Fernanda, Guillermina o<br />
Manuela. En esto hay que consi<strong>de</strong>rar la fuerte<br />
cultura patriarcal <strong>de</strong> antaño.<br />
Recuerdo la interrogante que nuestros mayores<br />
nos hacían al preguntarnos por “nuestra gracia”,<br />
a lo que con ingenuidad infantil, contestábamos:<br />
“cantar, bailar, <strong>de</strong>clamar”, cuando en realidad lo<br />
que se cuestionaba era nuestro nombre.<br />
En los últimos tiempos la asignación <strong>de</strong>l nombre<br />
a los hijos está sujeta a personajes <strong>de</strong> televisión,<br />
cantantes, <strong>de</strong>portistas, políticos, héroes bíblicos,<br />
tales como: Sean, por el actor Sean Penn; Justin,<br />
por el cantante canadiense Justin Bieber; Ronaldo<br />
y Lionel por razones futbolísticas; o Vladimir y<br />
Donald, por citar políticos <strong>de</strong> nuestra era.<br />
Es común ahora estar frente a nombres con una<br />
singular ortografía y proce<strong>de</strong>ncia: Damaris,<br />
Josselin, Katerin, Alisson, Isamar, Jeimy, Emely,<br />
Hassel, Darlin, Bryan, Jefferson, Teylor, Jeffrey,<br />
Kelvin, Anthony. Ya no tardarán también: los<br />
Daddy, Fonsi, Ozuna, Yan<strong>de</strong>l, Bunny, Sista, Ivy<br />
Queen, Farina, Lady Gaga y la lista sería infinita,<br />
con nombres cada vez más peculiares.<br />
¿Y qué me dicen <strong>de</strong> los nombres-marcas<br />
comerciales que algunos ostentan como: Sony,<br />
Rubber, Hitachi, Sanyo, Regia o Nike?<br />
En conclusión, sea el nombre que usted posea,<br />
siéntase privilegiado <strong>de</strong> llevarlo, ya que encierra<br />
características que sólo usted posee. De igual forma<br />
haga valer su nombre, ya que Dios mismo le conoce<br />
por el suyo y con ello basta”.