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testimonio patricio fernandez<br />
Tuve la oportunidad de conocer a don Raúl a comienzos del año 2009, la primera impresión fue de una persona muy<br />
seria, muy formal y poco a poco me fui dando cuenta de su buen humor. Aprendí a conocer a una persona que se entregaba<br />
el 100% en lo que emprendía, ya sea en lo social y en lo laboral en los Colegios, su caballerosidad con todas las<br />
personas por igual. Su optimismo y buen ánimo era envidiable, siempre estaba “estupendo” al saludarlo. Todos fuimos<br />
testigos del proceso de su enfermedad y de su lucha por ganarle pero, siempre él seguía comprometido de una u otra<br />
manera con los Colegios. A todos nos dejó una marca imborrable, a pesar de que no parecieran ser muchos los años<br />
creo que conocimos sus grandes cualidades, como su responsabilidad y generosidad que indudablemente nos sirven<br />
como ejemplo para ser mejores personas.<br />
13<br />
Don Raúl Schonthaler y familia<br />
GENERACIoN 2013<br />
testimonio mariana quesney<br />
La primera vez que vi a Raúl me impactó su gran calidez, simpatía e interés por las personas. Desde ese momento siempre<br />
que necesité cualquier cosa me recibió en su oficina, sin importar si estaba ocupado y tenía poco tiempo. Me miraba<br />
con sus intensos ojos azules, llenos de vida, me escuchaba con atención y buscaba la manera de ayudarme. Raúl era así,<br />
generoso y dispuesto, su mayor preocupación era el bienestar de los demás; siempre tenía un momento para escuchar,<br />
para dar una palabra de ayuda y para hacer reír a quienes lo rodeaban. Era un hombre esencialmente bueno y justo, que<br />
hacía el bien en las cosas sencillas de cada día. Así, en su trabajo como gerente de administración se destacó por buscar<br />
las mejores condiciones laborales para todos los miembros del colegio, por su trato cercano y comprensivo y por usar el<br />
diálogo como medio para alcanzar acuerdos.<br />
Fue un gozador, que aprovechó cada minuto de la vida. No perdía oportunidad de ir a Santo Domingo a jugar golf, de<br />
organizar algún viaje con su querida Maite, de comer algún delicioso y extravagante plato o de pasar tiempo con toda su<br />
familia.<br />
Su valentía y fortaleza eran impresionantes. A pesar de su enfermedad siguió trabajando y cumpliendo con sus responsabilidades<br />
en el colegio. Jamás se quejó, siguió siempre adelante, mirando el futuro con optimismo y sabiduría, confiando<br />
plenamente en la voluntad de Dios.<br />
Raúl, sin duda, dejó una inmensa huella en todos lo que lo conocimos y quisimos. Nos enseñó muchísimo con su forma de<br />
ser y de vivir, transformándose en un ejemplo a seguir. Siempre agradeceré la oportunidad de haberlo conocido, querido y<br />
aprendido de él y entenderé su breve paso por mi vida, como uno más de los muchos regalos que Dios me ha dado.