Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
De los auxiliares, que les tenemos tanto cariño. Jamás olvidaré las instancias que compartimos, donde<br />
forjamos grandes lazos.<br />
Profundamente agradecida con los profesores, personas con espíritu y vocación palpable, los que asumían<br />
un rol tremendamente relevante para nosotros y con originalidad y responsabilidad se hacían cargo de<br />
nuestra formación. Unos que nos dieron bases y nos dieron el primer impulso de aprendizaje para poco a<br />
poco entender en qué consistía el colegio. Otros que en nuestra pubertad nos ayudaron a afirmarnos y con<br />
paciencia a comprender una etapa de transición hacia nuevos desafíos. Pero fue en los últimos años en los<br />
que me sentí profundamente marcada por mis profesores, cuando me di cuenta de la labor que realizaban,<br />
siendo cómplices de la especial cercanía y confianza que nos regalaban y gozando de sus clases, las que se<br />
nos sugerían importantes valores y enseñanzas de vida con las que nos ayudarían a enfrentar el mañana.<br />
Nunca olvidaré a un profesor, que en una de esas conversaciones en las que yo necesitaba ayuda me dijo:<br />
“querida alumna, aquí estoy yo para apoyarla, darle un abrazo si lo necesita y ser un soporte, pero temo<br />
que no me puedo meter en sus problemas. Son suyos y sólo usted debe afrontarlos.”<br />
Cuánto sentido me hizo aquello que me dijo y lo valoré tanto, pues me ayudó a entender que no estaba<br />
sola, que yo misma debía ser capaz de tomar las riendas y hacerme cargo de mi crecimiento; salir de las<br />
adversidades por mis propios medios. Ojalá hubiesen más profesores como él, pues me permitió crecer en<br />
algo que me servirá para toda la vida y no fue uno más en el que me refugié y escapé de mis problemas.<br />
Quisiera haber tenido más tiempo. Haber entendido antes cosas que hoy me inquietan por mi colegio y<br />
en esta misma línea traspasarles a las más chicas éste desafío del que hablo. De crecer con la experiencia,<br />
de aprender de las dificultades. De no refugiarse en sus papás, profesores y coordinadores, a causa de las<br />
típicas peleas de cuando chicas.<br />
Hablar a la cara y con verdad. Si tenemos un problema, afrontarlo, pero ser nosotras mismas las responsables<br />
de nuestro actuar. Y nos fortalecerá, no me cabe duda.<br />
Estoy agradecida Diario, de nuestros amigos y en especial de nuestros compañeros. Salimos del colegio e<br />
inevitablemente echaremos mucho de menos a la generación de hombres, con la que compartimos significativamente.<br />
Nos unimos y creamos lazos, fuimos compañeros y espero que seamos siempre amigos.<br />
Con algunos compartimos estudios y bromas, con otros, pequeñas ilusiones y romances; por otro lado<br />
también desilusiones. No olvidaré las tantas veces que llené las páginas de este diario dedicadas a algún<br />
chiquillo que llamara mi atención. Pero agradezco y con añoranza recordaré cada experiencia y cada rostro<br />
que me marcó. Logramos unirnos, hombres y mujeres, y en este último tiempo intentar transmitir otro<br />
modelo de convivencia, donde primaba la unidad y la familiaridad como un ideal que buscábamos como<br />
generación. “La última de campanario”, que en este año quiso despedirse de manera especial, recurriendo<br />
a la alegría y cercanía y recordando un poco de dónde venimos y cuáles eran las bases que se sentaron en<br />
el pasado para que hubiese un ambiente cálido y acogedor.<br />
Partir. De buena manera y dejando un legado.<br />
Querido Diario, hoy me gradúo y cierro una etapa de mi vida.<br />
Y en tantas páginas que te he escrito, tantas alegrías y penas, anhelos y desencuentros que he registrado,<br />
hoy te escribo por última vez. Te guardaré y me compraré otro para empezar junto con él una nueva etapa,<br />
un nuevo comenzar pero no me olvidaré de este que hoy termino. Te tendré al alcance para recurrir a mi<br />
recuerdo y rememorar lo que significó esta etapa.<br />
Estoy feliz, pues comprendo que es parte de mi historia y todo lo vivido se verá reflejado en la manera<br />
en que hoy me pararé frente al mundo y emprenderé mi camino. Estoy ansiosa, pues salgo con ganas de<br />
repartir lo que se me entregó al resto de nuestra realidad; utilizar todas las herramientas que se nos otorgaron<br />
y aprovecharlas para construir un país mejor, como un deber que hoy concibo.<br />
Y digo adiós, pero junto a ello una promesa, de la que estoy segura que mis amigas también comparten:<br />
nunca olvidaremos lo que vivimos en estos años, pues es parte de nosotras y de lo que somos hoy en día.<br />
Despedirnos es desearle lo mejor al colegio, confesar que lo vamos a echar de menos y prometer que estaremos<br />
orgullosas y felices por estar vinculados a él al momento de volver.<br />
Con esta tranquilidad y certezas, me despido y comparto una frase que encontré y que encierra lo que hoy<br />
siento.<br />
“Una ciclo escolar que termina, una página que llega a su fin; un peldaño más que subir.<br />
La oportunidad comienza de nuevo; no es el fin, solo el inicio de tu porvenir”.<br />
215<br />
GENERACIoN 2013<br />
Se despide, Generación 2013 Nazaret.