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Durante la semana del 22 de Julio del 2013, tuvimos la oportunidad de poder asistir a la JMJ (Jornada Mundial de la
Juventud), para conocer al Papa Francisco. El evento se realizó en Río de Janeiro, Brasil, donde asistieron más de 3 millones
de personas provenientes de todo el mundo.
Fuimos en representación de la Parroquia Santa Teresita, de Bernardo Larraín. Éramos un grupo de 12 personas, compuesto
por un matrimonio a cargo de nosotros (Gizella y Ezequiel), Constanza e Isidora González, María José Herrera,
María Jesús Vizcaya, Andrés, Manuel y Teresita Carvallo, Emilia García y nosotras.
La alegría y el entusiasmo, nos acompañaron desde el primer instante. En cualquier momento del día, había gente
gritando, bailando, jugando, cantando, pero lo más importante es que lo hacían todos juntos independiente de la nacionalidad,
y eso nos hacía sentir como en nuestras casas. Si bien, estábamos ahí para ver al Papa y pasarlo bien, estábamos
ahí para compartir juntos la fe en Cristo, era imposible no darse cuenta de que El estaba en todas partes y que se
reflejaba en todos los jóvenes. Un ejemplo claro y que nunca se nos va a olvidar, fue el haber podido rezar todos juntos
el Ave María, en diferentes idiomas, y la única palabra que decíamos igual era “María”. Sin duda, fue una experiencia
para compartir. También, como todo buen cristiano, la solidaridad siempre estuvo presente. En cualquier situación del
día, como el hacer filas para entrar algún lugar o ubicar a alguien, siempre había una persona que, con pequeños detalles,
estaba dispuesto a ayudarte.
Con respecto a los mensaje del Papa, uno de los que más nos llegó, fue lo que dijo en la misa de los argentinos en la
Catedral de Río. Dijo: “¿Qué espero de la JMJ? Espero lío, lío en las diócesis, que salga a las calles, quiero que la Iglesia
salga a las calles!” Nosotras encontramos que esta frase se resume en una palabra: “atrévete”. Estamos acostumbrados
a no defender nuestros ideales y creencias, a no decir en fuerte que sí creemos en Dios. Atreverse es hacer lío, sin vergüenza
ni miedo. También, salir de nuestra comodidad y no quedarse esperando que sucedan las cosas, somos todos
partes de la Iglesia y por eso todos juntos nos tenemos que hacer cargo.
Otro de los mensajes que nos llamó la atención, fue lo que dijo en la vigilia ejemplificando nuestra vida de discípulos
con el fútbol. Dijo: “Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que juguemos en su
equipo”. El Papa Francisco, nos invita a darnos cuenta de que somos un equipo, de que no estamos solos, todos somos
católicos, todos somos parte de la Iglesia, y por lo tanto, siempre junto a Cristo hay que trabajarla juntos.
Y lo último, el mensaje que más reflexionamos, fueron las preguntas abiertas en el vía crucis. Nos preguntó: “y tú,
¿Cómo quién querés ser? ¿Cómo Pilato, como el Cireneo o como María y la mujeres?”. Podemos ser como Pilato, que
no se atrevió a llevar la contra para salvar la vida de Jesús. Como Simón de Cirene que ayudó a Jesús a cargar la cruz. O
podemos ser como María y las mujeres, que acompañan a Jesús hasta el último minuto. El Papa nos está diciendo que
somos nosotros los que decidimos como llevar nuestra vida cristiana, somos nosotros los que elegimos la manera de
compartir con Cristo, y es por eso que es importante decidir bien cómo vamos a vivir nuestra fe cristiana.
Este viaje, nos hizo darnos cuenta de que ser católico no es solo ir a misa y rezar, sino que también se trata de compartir
con los demás, ser todos “hermanos” sin importar de donde vengamos. “La alegría de ser católicos”, la alegría con la
que volvimos a Chile.
Vivir una JMJ, es definitivamente una oportunidad que te marca, y algo que ojalá todos puedan vivir. Aprendimos muchas
cosas ahí, cosas que esperamos nunca olvidar. Gracias a este encuentro pudimos volver con nuestra fe renovada y
un verdadero orgullo de ser católicos
Trinidad vizcaya y Florencia Herrera.
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GENERACIoN 2013