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70 Ayunadores de 40 Dias

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Luz <strong>de</strong>l Mundo Internacional<br />

<strong>Ayunadores</strong><br />

55<br />

1. Después que escribí el título <strong>de</strong> este capítulo, vinieron a mis oídos como un<br />

trueno, las palabras <strong>de</strong>l rey Salomón.<br />

“He visto asimismo que todo trabajo y toda EXCELENCIA DE OBRA,<br />

<strong>de</strong>spierta la envidia <strong>de</strong>l hombre contra su prójimo”. Ec. 4:4.<br />

2. Vale <strong>de</strong>cir que si hacemos algo “Excelentemente”, siempre habrá algún<br />

prójimo por allí, que se sentirá ofendido y airado contra nosotros por “envidia”.<br />

3. Eso fue lo que sucedió con los hermanos <strong>de</strong> José, lo vendieron por envidia...<br />

“Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José, para Egipto, PERO<br />

DIOS ESTABA CON EL” (Hch. 7:9).<br />

4. Cuando me he metido <strong>de</strong> “cabeza” en esta historia, hasta he llegado a pensar<br />

que José hablaba mucho. Al PRINCIPIO el le chismeaba a su padre Jacob, las cosas<br />

malas que hacían sus hermanos; y a ellos les refería todos los sueños y visiones que<br />

Dios le revelaba... ese tipo no guardaba Nada.<br />

5. Con razón Salomón dijo:<br />

Sean pocas tus palabras.<br />

En las muchas palabras no falta pecado, y<br />

Aún los necios cuando callan, son tenidos por sabios.<br />

6. ¡Ah...! Pero José se curó <strong>de</strong>spués que sus hermanos lo vendieron y llegó a<br />

Egipto; aprendió esa gran lección: El no hablaba si no le preguntaban aún cuando<br />

estuviese junto con los presos o <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l rey Faraón, PREFERÍA CALLAR... Y a<br />

los 30 años, cuando le vinieron sus hermanos <strong>de</strong>macrados, andrajosos y hambrientos;<br />

no les dijo <strong>de</strong> una vez: YO SOY JOSÉ, A QUIEN USTEDES VENDIERON... no, él<br />

no se fue <strong>de</strong> las primeras; fue preparándola escena hasta que los tuvo acorralados y<br />

entonces sí, llegó el momento oportuno <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificarse y abrazarlos, perdonándoles y<br />

mostrándoles su compasión y su amor; explicándoles que Dios había actuado a través<br />

<strong>de</strong> aquella vieja envidia que hubo en ellos, 30 años atrás...<br />

Esto concuerda con las palabras <strong>de</strong>l rey David: “Encomienda a Jehová tu<br />

camino y confía en El y El hará”. (Sal. 37:5).<br />

Dios no es loco, ni se equivoca. El nunca abandona a sus hijos que confían en<br />

El.<br />

Al cabo <strong>de</strong> <strong>40</strong>0 años los hermanos <strong>de</strong> José y sus <strong>de</strong>scendientes se habían<br />

multiplicado en gran manera; <strong>de</strong> tal modo que cuando salieron <strong>de</strong> Egipto para ir a<br />

Canaán, iban cargados <strong>de</strong> riquezas. Todo es para bien (Ro. 8:28).<br />

Esta no es la única historia <strong>de</strong> «envidia» que aparece en la Biblia; ¿te acuerdas<br />

cómo el rey Saúl, siendo el ungido <strong>de</strong> Dios se ensañó contra el joven David,<br />

“SOLAMENTE POR ENVIDIA”; porque <strong>de</strong>spués que David mató al gigante Goliat,<br />

las doncellas cantaban v <strong>de</strong>cían: “SAÚL HIRIO SUS MILES Y DAVID SUS DIEZ<br />

MILES”.<br />

Ese canto no lo <strong>de</strong>jaba dormir pensando cómo haría para matar a David.<br />

Y David <strong>de</strong> lo más tranquilo. Yo pienso que al principio ni cuenta se daba <strong>de</strong> lo<br />

que había en el corazón <strong>de</strong>l rey...<br />

Creo que David jamás pensaba que en el corazón <strong>de</strong> un ungido, se alojaran tan<br />

terribles pensamientos...<br />

Autor: Dr. Jaime Banks Puertas www.obraluz<strong>de</strong>lmundo.com<br />

Derechos: No Reservados siempre que mencionen el Autor.

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