70 Ayunadores de 40 Dias

Luz del Mundo Internacional
Ayunadores
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palabra lo reprendo, y se va. Gracias al Señor Jesucristo. Me ha dado la VICTORIA
ayunando 7 veces 40 días.
20. Hna. Maveli Ocanto (VEEZUELA):
Durante mi ayuno de victoria, descendieron ángeles del cielo y cantaron junto a
mí, un himno muy lindo.
21 .Hna. Josefina Maita (VEEZUELA):
Durante mi ayuno de Victoria, un ángel me visitó, me dio un beso en la mejilla,
y vi que tenía entre sus brazos, una niña, cuya edad sería de tres a cuatro años. El
ángel acariciaba a aquella criatura, la cual al mirar fijamente descubrí que ella llevaba
mi vestido y que aquella niña era yo. Entonces aparecí en una calle de oro
resplandeciente y era tan larga que no terminaba nunca. Aleluya!
22. Hno. Dámaso Guerra Rivero (VEEZUELA):
La experiencia más grande fue el día que entregué. Habían esperado un grupo
de hermanos de la Misión de Puerto Ordaz, y de la Misión de Anaco, y cuando salí
del horno de Jehová, casi todos fueron llenos del Espíritu Santo. Mi esposa que fue a
visitarme desde que llegó al pisar la isla, la embargó un gran llanto; y cuando me
trajeron, ella confesó que no me conocía, pero que pudo distinguirme por la dentadura
superior.
¡Gloria a Dios, Aleluya! La bendición se derramó durante tres días; los
hermanos danzando, hablando en lenguas angelicales, viendo visiones, los ángeles se
paseaban y el Señor con toda su Gloria resplandecía; luego después de haber
entregado, comencé a llamar todos los hermanos. Pero cuando llegaban a la puerta,
quedaban como electrocutados; hablaban lenguas, otros se caían y rodaban por el
piso. Bendito sea el Señor Jesucristo por ese día de tan grande gozo y felicidad, de tan
grandes y extraordinarias bendiciones. ¡Aleluya!
El día 13 de Febrero del año 1981, inicié la primera campaña en la ciudad de
Anaco, donde el Señor se glorificó de una manera especial, dando vista a los ciegos,
desapareciendo hernias, rebajando a los gordos, y echando fuera demonios.
Dios me reveló desde el principio Apocalipsis 5:12 y me dijo:
“Así fue mi Hijo, sigue sus pisadas; deja las simplezas, quita la escoria, trabaja
con amor; aparta tu mente del dinero. Jesucristo es tu gran Tesoro. Sé obediente”.
Hasta hoy, no he perdido la comunión con El.
Tengan mucho cuidado. Esaú cambió su primogenitura por un plato de lentejas,
y luego la procuró con lágrimas y no la pudo recuperar. Y muchos hombres que han
estado a solas con Dios durante cuarenta días y cuarenta noches, hoy se encuentran
con su mira puesta en una buena casa, con grandes comodidades; recuerda que Cristo
dijo: “Las aves del cielo tienen sus nidos, y las zorras sus guaridas; más el Hijo del
Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”.
Autor: Dr. Jaime Banks Puertas www.obraluzdelmundo.com
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