70 Ayunadores de 40 Dias

Luz del Mundo Internacional
Ayunadores
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NOTA: En el caso de AGAR, la esclava egipcia, la cosa fue totalmente
diferente: Cuando ella sintió que estaba ENCINTA (EMBARAZADA), comenzó a
mirar mal a su ama SARA, hasta que ésta la tuvo que botar, y se fue; pero cuando el
Ángel la encontró en el desierto, le dijo: “Vuelve a la casa de tu SEÑORA SARA Y
PONTE SUMISA.”
Te invito a que leamos el pasaje, antes de terminar; porque este es sinceramente
el caso, que más frecuentemente se repite, en muchísimas personas, que han buscado
a Dios en ayuno y oración.
Cuando se sienten bendecidos por esa unción gloriosa del Espíritu Santo, se les
mete un demonio de altivez, y ya no quieren sujetarse a nadie, hasta que al fin son
arrojados a la soledad de un desierto, donde se están secando como las momias
egipcias...
Que falta hace que esta página ungida, fuese como la voz del Ángel del Señor y
los hiciese despertar de ese DELIRIO DE GRANDEZA donde Satanás los ha metido
y humildemente como Agar, volviesen sumisos a su hogar, su iglesia, su pastor, sus
hermanos.
¿Dónde podría estar mejor el hijo pródigo que en su propio hogar?
El mundo es un chiquero y una horrible soledad; como las arenas candentes del
desierto, por donde se alejaba Agar...
AGAR - AGAR - AGAR - DETENTE HERMANA MÍA... Génesis 6:1-9:
“Sarai, mujer de Abram, no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia que
se llamaba Agar.
Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego,
pues, que te llegues a mi sierva; quizás tendré hijos de ella. Y atendió Abram al
ruego de Sarai.
Y Sarai, mujer de Abram, tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años
que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su
marido.
Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido,
miraba con desprecio a su señora.
Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea sobre tí; yo te di mi sierva por
mujer, y viéndose en cinta me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tu y yo.
Y respondió Abram a Sarai: He aquí tu sierva está en tu mano; haz con ella lo
que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia.
Y la halló el Ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a
la fuente que está en el camino a Shur.
Y le dijo: Agar, sierva de Sarai. ¿De dónde vienes tú y a dónde vas? Y ella
respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora.
Y le dijo el Ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su
mano”.
Ella se humilló y regresó obediente; que desastre hubiera sido DAR A LUZ EN
EL DESIERTO. No por ella solamente, sino por ese hijo que necesita el calor del
hogar. AGAR - AGAR – AGAR VUÉLVETE A TU HOGAR...!
Autor: Dr. Jaime Banks Puertas www.obraluzdelmundo.com
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