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<strong>la</strong> cabina. El saco también contenía<br />
un disco de silicio con mensajes de<br />
buena voluntad de 73 países, medal<strong>la</strong>s<br />
en memoria de los cosmonautas<br />
soviéticos V<strong>la</strong>dimir Komarov y Yuri<br />
Gagarin, así como una pequeña rama<br />
de olivo de oro: un mensaje de paz.<br />
RETENEDORES BIEN CERRADOS<br />
Dejaron <strong>la</strong> bolsa en el astro y abordaron<br />
el ML. Llevaban 22 kilos de rocas y<br />
una capa de polvo que parecía carbón<br />
y olía a ceniza húmeda. Aseguraron <strong>la</strong><br />
escotil<strong>la</strong>, presurizaron <strong>la</strong> cabina y, al<br />
fin, trataron de descansar un poco.<br />
Al prepararse para ir a dormir, Aldrin<br />
notó un pequeño pedazo de plástico<br />
tirado. Miró <strong>la</strong> hilera de pastil<strong>la</strong>s<br />
eléctricas que alimentaban al motor<br />
“ENTENDIDO”, DIJO ALDRIN.<br />
“SOMOS LOS PRIMEROS EN LA PISTA”.<br />
antes de encenderlo. Si una no estaba<br />
sumida (y en ese momento esa no lo<br />
estaba), aquel no andaría.<br />
Aldrin lo informó al Control de <strong>la</strong><br />
Misión y le dijeron que encontrarían<br />
alguna alternativa. Él les avisó que<br />
tenía un rotu<strong>la</strong>dor con el cual podría<br />
activar el componente. Le pidieron esperar<br />
hasta <strong>la</strong> mañana siguiente.<br />
Los astronautas se sumieron en un<br />
sueño intranquilo: les preocupaba<br />
despegar de <strong>la</strong> Luna. Los 15,563.15<br />
newtons de empuje tenían que bastar<br />
o quedarían varados y morirían<br />
cuando se les agotara el oxígeno.<br />
En tanto, el Control de <strong>la</strong> Misión<br />
intentaba dilucidar <strong>la</strong> causa de <strong>la</strong>s<br />
a<strong>la</strong>rmas 1201 y 1202; temía que se<br />
encendieran de nuevo durante el ascenso.<br />
Al fin, creyeron haber hal<strong>la</strong>do<br />
<strong>la</strong> respuesta: el radar de encuentro en<br />
órbita. Si <strong>la</strong> tripu<strong>la</strong>ción lo ponía en<br />
modo manual, no en automático, se<br />
evitaría el inconveniente.<br />
Los cosmonautas se despertaron y<br />
pasaron <strong>la</strong> mañana alistándose para<br />
su partida: cotejaron <strong>la</strong>s listas de verificación<br />
y se cercioraron de que <strong>la</strong>s<br />
múltiples pastil<strong>la</strong>s e interruptores estuvieran<br />
en <strong>la</strong> posición correcta. Les<br />
instruyeron apagar el radar de encuentro<br />
en órbita. Enseguida, Aldrin<br />
utilizó el rotu<strong>la</strong>dor a fin de oprimir <strong>la</strong><br />
pastil<strong>la</strong> del motor de elevación. Momentos<br />
después, el Control confirmó<br />
que todo en el sistema de circuitos<br />
estaba en orden.<br />
A <strong>la</strong>s 12:37 p. m. el Control de <strong>la</strong> Misión<br />
le confirmó al Eagle:<br />
—Tiene autorización para despegar.<br />
—Entendido —respondió Aldrin—.<br />
Somos los primeros en <strong>la</strong> pista.<br />
Tanto Armstrong como Aldrin empezaron<br />
a oprimir botones y levantar<br />
interruptores. Unos dispositivos<br />
explosivos separaron <strong>la</strong> etapa de ascenso<br />
(<strong>la</strong> parte superior del ML) de<br />
<strong>la</strong> de descenso y se encendió el impulsor,<br />
levantando <strong>la</strong> nave a medida