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Edicion 14 de septiembre 2019

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BITÁCORA<br />

¿PATRIOTAS?<br />

ESCRITOR Y EDITOR<br />

SUPLEMENTO TRES MIL<br />

MAURICIO VALLEJO MÁRQUEZ<br />

Al poner un pie fuera <strong>de</strong> mi casa para enfrentar el día, veo que la vida<br />

sigue su rumbo en lo que <strong>de</strong>nominamos patria. Y me pregunto: ¿amamos<br />

<strong>de</strong> verdad nuestro País? ¿Buscamos su bien? Cuestionamientos que<br />

me llegan porque vamos a celebrar <strong>de</strong> nuevo la gloriosa in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> Centroamérica, ciento noventa y ocho años <strong>de</strong> haber <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser<br />

colonia española; aunque en realidad El Salvador es Estado libre <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el 12 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1824. Con cuanta emoción he escuchado algunos<br />

llamarse nacionalistas y patriotas, pero cuando observamos sus actos y<br />

la consecución <strong>de</strong> sus cargos no se refleja coherencia entre lo dicho y<br />

lo hecho. Muy lejos <strong>de</strong> las acciones <strong>de</strong> los verda<strong>de</strong>ros patriotas que en<br />

1811 iniciaron la insurrección en nuestras tierras.<br />

Quizá sencillamente los salvadoreños en realidad no somos<br />

patriotas, no al menos como lo <strong>de</strong>fine la Real Aca<strong>de</strong>mia Española <strong>de</strong><br />

la lengua: “Persona que tiene amor a su patria y procura su bien”. Esto<br />

quiere <strong>de</strong>cir que sean gran<strong>de</strong>s o pequeñas sus acciones, la ama; no se<br />

limita a solo <strong>de</strong>cir que la ama. ¿Amor? Verbo valioso que involucra a la<br />

vida, al crecimiento, al sacrificio y a tantas cosas más. Una madre ama<br />

a su hijo, le da a luz con dolor y con amor. Una madre se sacrifica por<br />

su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. Un padre antece<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos a las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su<br />

vástago. Un amor <strong>de</strong> pareja funda un hogar. Amor es entrega, es querer<br />

ver las cosas bien, es aportar para enmendar lo torcido y compren<strong>de</strong>r<br />

las causas para mejorar. Amar es actuar como <strong>de</strong>cía en una canción un<br />

cantante guatemalteco.<br />

La mayoría estamos ausentes <strong>de</strong> corregir las líneas torcidas y<br />

no nos involucramos en proyectos <strong>de</strong> país. Aunque hablar o escribir resulta<br />

fácil. Cuando gana una elección un candidato que no es <strong>de</strong>l partido<br />

<strong>de</strong> nuestra preferencia no lo apoyamos y viceversa. Recuerdo que hace<br />

una década, un vecino me dijo: “como ganaron los <strong>de</strong>l partido X ahora<br />

vamos a ensuciar más”. Hasta la fecha me sigo cuestionando sobre esa<br />

afirmación, porque es lo que vemos a diario: una apatía y una confrontación.<br />

Cuando habitamos en la misma tierra. El <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> la ciudad en<br />

la que vivo <strong>de</strong>be interesarme, ya no se diga el país <strong>de</strong> don<strong>de</strong> el pasaporte<br />

dice que nací.<br />

Definitivamente no amamos a nuestra nación. Ni siquiera lo<br />

suficiente para quererla, porque sabiéndola enferma y con tantos problemas<br />

apenas vegetamos en ella <strong>de</strong>jando pasar los días, sin involucrarnos<br />

para cambiar las cosas, y <strong>de</strong>jando que individuos sin moral y sin amor a<br />

la patria tengan puestos públicos y sean los que <strong>de</strong>cidan nuestras leyes y<br />

el convulso <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> esta nación, muchas veces procurando saciar sus<br />

intereses personales y enriqueciendo sus cuentas bancarias.<br />

Es posible que la mo<strong>de</strong>rnidad y la globalización tengan la culpa,<br />

pero la verda<strong>de</strong>ra culpable es el egoísmo y la apatía. La gente piensa<br />

únicamente en sus intereses, olvidan lo colectivo; mientras que otros pasan<br />

por alto que la gente tiene necesida<strong>de</strong>s y hambre (y con el estómago<br />

vacío es difícil pensar). Y todo se resume a que cada bando le arroja la<br />

culpa al otro, como si buscar culpables es la solución a los problemas.<br />

Vaya ironía cultural.<br />

Ser patriota no se resume con gritar a todo pulmón el Himno<br />

Nacional en un partido <strong>de</strong> fútbol o en gloriarnos <strong>de</strong> los datos negativos<br />

con los que se conoce en el exterior a nuestro convulso pulgarcito. Ser<br />

un patriota es amar a la patria, estar dispuesto a colaborar para que sea<br />

mejor. Ser un verda<strong>de</strong>ro patriota es <strong>de</strong>cir presente por la patria con el<br />

<strong>de</strong>seo genuino <strong>de</strong> erradicar la pobreza, la miseria, la <strong>de</strong>lincuencia, los<br />

problemas ambientales juntos como lo que somos: compatriotas. Ser<br />

patriota es sembrar un árbol y contribuir en el lugar don<strong>de</strong> estás. Pero,<br />

sobre todo es educarse para aceptar lo bueno y no solo señalar lo malo<br />

sin buscar soluciones o generar propuestas.<br />

Un patriota no <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> a una persona por pensar diferente,<br />

apren<strong>de</strong> a avanzar junto a esta y a enten<strong>de</strong>rse. El genuino amor a la<br />

patria consiste en aceptar y tolerar porque somos un colectivo diverso<br />

<strong>de</strong> colores y pensamientos que hemos nacido en este país para caminar<br />

juntos en lo que nos enseñaron a llamar patria. Entonces, seremos patriotas.<br />

WILFREDO ARRIOLA,<br />

Poeta y escritor<br />

“De carácter irrevocable” firmaba<br />

en la carta a la que le he había dado<br />

vueltas mi cabeza en las últimas<br />

semanas. Cada día era una nueva<br />

forma <strong>de</strong> tormenta, otra vez lidiar<br />

con lo <strong>de</strong> siempre, con los <strong>de</strong><br />

siempre, con ese tráfico insoportable<br />

a las seis <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> para llegar a la<br />

universidad y continuar esta promesa<br />

que me hice a mí misma un día.<br />

Cuando uno dice ¡basta! También<br />

se atenta contra nuestro proyecto <strong>de</strong><br />

vida, renunciar <strong>de</strong> ninguna forma<br />

es elegante y conlleva una dosis<br />

<strong>de</strong> rabia y vergüenza. Mi trabajo<br />

me ha generado una <strong>de</strong>velación <strong>de</strong><br />

mi carácter y por momentos no me<br />

logro aceptar, por eso he tomado esta<br />

<strong>de</strong>cisión, a contra pronostico <strong>de</strong> los<br />

tantos consejos que me han dado<br />

personas sabias que han pasado mil<br />

anécdotas más que yo, y como bien<br />

he sabido, solo le puedo hacer caso a<br />

dos tipos <strong>de</strong> personas: a quien quiero<br />

y a quien admiro. ¿Mis razones?<br />

Quizá las <strong>de</strong> todos y las <strong>de</strong> ninguno,<br />

cada quien se quema con diferente<br />

fuego en el mismo infierno.<br />

La carta estaba hecha, comenté a<br />

manera <strong>de</strong> respeto y profesionalismo<br />

a las diferentes personas externas<br />

que me habían apoyado a lo largo <strong>de</strong><br />

los último tres años, que ya no iba a<br />

trabajar para la empresa con la cual<br />

colaboro. Cada quien me expresó<br />

sus reacciones, para bien o para mal,<br />

unos melancólicos por mi inesperada<br />

elección, otros legitimando contactos<br />

con mi persona, otros <strong>de</strong>clarándome<br />

su silenciosa admiración que hasta<br />

este punto yo <strong>de</strong>sconocía. A la hora <strong>de</strong><br />

las preguntas, inventaba con sutileza<br />

tantas respuestas según mi estado <strong>de</strong><br />

ánimo, a veces era parca y muchas<br />

veces creativa. Pero la verdad, seré<br />

sincera, —porque mentir es contar la<br />

versión a la que aspiramos <strong>de</strong> verdad<br />

y yo siempre me he consi<strong>de</strong>rado<br />

a la altura <strong>de</strong> cualquier situación<br />

y no lo digo por jactancia sino por<br />

autoestima, y quiero ser objetiva—,<br />

es mi relación con mi jefa inmediata,<br />

no la soporto más. Sé que ella ya<br />

viene dañada <strong>de</strong> su vida, <strong>de</strong> su<br />

infancia, <strong>de</strong> todo lo que yo no he<br />

tenido nada que ver ni tendré. La<br />

gente sufre y en su sufrimiento quiere<br />

que los <strong>de</strong>más penemos su dolor. Me<br />

rehúso. He puesto mi voluntad, he<br />

<strong>de</strong>sarrollado mi profesionalismo y<br />

he querido <strong>de</strong>jar a un lado todo mi<br />

férreo carácter para complacerla en<br />

sus altibajos pasionales y personales,<br />

pero creo que he tocado fondo y<br />

es horrible tocar fondo, porque<br />

es convivir con nuestro polvo,<br />

enterarnos <strong>de</strong> nuestra mediocridad.<br />

Me gusta ser verídica conmigo,<br />

nadie más lo será, soy mi mejor<br />

aliada y mi mayor maestra, también<br />

mi peor <strong>de</strong>tractora. Mi almohada<br />

lo sabe, mis íntimos también y <strong>de</strong><br />

a poco en poco, los clientes más<br />

cercanos y con quien he <strong>de</strong>sarrollado<br />

una relación <strong>de</strong> mediana cercanía<br />

para llevarnos bien con la rutina <strong>de</strong><br />

los días. Algunos han aspirado a ser<br />

amigos, otros se han <strong>de</strong>stacan <strong>de</strong> lo<br />

peor. A veces la verdad si no duele es<br />

porque es contada por un mentiroso.<br />

Era martes, entré como nunca,<br />

pero ese aire era por la carta en<br />

mi cartera, haciendo cuerpo en<br />

medio <strong>de</strong> mis accesorios <strong>de</strong> belleza,<br />

cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> cátedra, audífonos<br />

como religión y un par <strong>de</strong> cosas<br />

que no necesitan saber. Decidí<br />

entregarla al final <strong>de</strong>l día o quizá<br />

en un par <strong>de</strong> días más, total, lo más<br />

importante fue redactarla, poner esa<br />

bella y ampulosa frase: “<strong>de</strong> carácter<br />

| Artículo |<br />

irrevocable” imprimirla, firmarla con<br />

mi ostentosa rubrica y <strong>de</strong>positarla en<br />

medio <strong>de</strong> una agenda que pronto<br />

<strong>de</strong>jaré <strong>de</strong> usar. Todo fue <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />

mediodía al filo <strong>de</strong> las dos <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>,<br />

cuando la siesta es or<strong>de</strong>n y el café<br />

agua en el <strong>de</strong>sierto. Había una calma<br />

<strong>de</strong> casa <strong>de</strong> campo, música secular a<br />

lo lejos <strong>de</strong> la pequeña ciudad don<strong>de</strong><br />

está ubicada la empresa y nuestro<br />

equipo reubicándose en los espacios<br />

asignados por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la gerencia.<br />

La cafetera estaba semivacía,<br />

las computadoras con muchos<br />

documentos dispersos en la pantalla,<br />

papeles pegados con recordatorios,<br />

una impresora como monumento<br />

histórico y las ganas <strong>de</strong> irse flotando<br />

en el aire, como casi siempre.<br />

Entraron un grupo <strong>de</strong> personas<br />

<strong>de</strong> apariencia normal, camisas a<br />

cuadros algunos, pantalones un poco<br />

gastados, zapatos casuales, unos<br />

con barba poco pobladas con vista<br />

periférica a nuestro interior <strong>de</strong> las<br />

oficinas, mirando salidas y viéndose<br />

entre sí, como preguntándose con los<br />

ojos, quien li<strong>de</strong>rará la comunicación<br />

y el motivo <strong>de</strong> la visita.<br />

Estábamos todos, mi jefa, el equipo<br />

<strong>de</strong> trabajo y el calor <strong>de</strong> San Salvador<br />

que aqueja a casi cualquier hora <strong>de</strong>l<br />

día. Mi <strong>de</strong>scuidado rostro reparó<br />

un momento en la intención <strong>de</strong> este<br />

grupo <strong>de</strong> individuos. La información<br />

<strong>de</strong> nuestros cursos formativos está<br />

disponible en las re<strong>de</strong>s sociales y<br />

en su <strong>de</strong>fecto, nuestro número <strong>de</strong><br />

contacto está en la publicidad, que<br />

por años se ha instalado en puntos<br />

estratégicos <strong>de</strong> la capital y <strong>de</strong>l país.<br />

Ir en grupo para eso, no era una tarea<br />

<strong>de</strong> la inteligencia, me cuestioné.<br />

Sigue en página 8/<br />

EN UNA MIRADA<br />

CABE LA VIDA<br />

vallejomarquez.blogspot.com<br />

minimunvital.blogspot.com<br />

@vallejomarquez<br />

Mauricio Vallejo Márquez<br />

mauriciovallejomárquez<br />

Sábado <strong>14</strong> / <strong>septiembre</strong> / <strong>2019</strong> TRESMIL 7

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