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Edicion 23 de octubre 2021

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Diario Co Latino

Opinión Sábado

23 de octubre de 2021 9

Viene de la pág. 8

No conozco ni un solo Presidente que haya

sido electo en las Américas con más del 50% de

los votos que haya tenido tantos intentos para

evitar que llegue a Palacio o de que se mantenga

en este. Resulta iluso pensar que un Congreso

dominado por votantes de Keiko le va a permitir

a Castillo durar un quinquenio, o, siquiera,

la quinta parte de su periodo.

Si las velas del bizcocho de Castillo se apagan

con un suave soplido, la mecha encendida

por el Congreso puede acabar reventando en

la cara del Presidente, pues cada vez más y más

se siguen revelando planes de grandes empresarios

y de financistas del fujimorismo para producir

la caída del primer mandatario constitucional

izquierdista. Todo ese sector ni siquiera

quiere que Castillo siga en Palacio para la época

de las navidades que en Lima se festejan con

panetones.

Dilemas

Mirtha Vásquez ha sido la única presidenta

de un congreso peruano que se ha reclamado de

izquierda. Al margen de que se le pueda criticar

por una u otra cosa, ella ha demostrado grandes

dotes de negociadora.

El problema es que todas sus destrezas como

una mujer dialogante y dispuesta a hacer concesiones

no van a recibir las respuestas de una

oposición que se siente envalentonada y que,

además, es impulsada por numerosos empresarios

y mecenas para ir hacia un pronto golpe

congresal.

Este parlamento prepara dos tipos de golpe.

Uno contra los trabajadores y otro contra

el Ejecutivo. Su Presidenta, Maricarmen Alva, a

la cual no se le presentó una moción para condenarla

porque 100 de sus trabajadores agrícolas

fueron intoxicados y, a la hora de ser internados,

descubrieron que ilegalmente no tenían

seguro social, es la misma que ha presentado varios

anteproyectos de ley muy antilaborales.

Dentro de estos se contempla anular las gratificaciones

como un beneficio haciendo que estas

sean parte de los sueldos, dejar que los millones

de trabajadores temporales puedan pasar

a ser parte de la planilla del personal a tiempo

indeterminado tras un quinquenio en sus empleos,

aumentar la jornada de medio tiempo de

20 a 24 horas semanales, reducir el porcentaje

estipulado para el cese colectivo y sin goce de indemnizaciones,

entre otras cuestiones.

Al anularle la capacidad al Presidente de poder

disolver el Congreso si es muy obstruccionista

se elimina la paridad de poderes, se desconoce

a la carta magna (la misma a la cual se ha

considerado como sacrosanta que no puede ser

descartada) y se convierte al Tribunal Constitucional

(quien antes ya ha dictaminado en contra

de esas “interpretaciones”) como un ente meramente

consultivo. Con esa nueva ley el Congreso

tiene libertad para echar a cuanto ministro quieran

y luego ir por el Presidente y la Vicepresidente

(incluso sugiriendo una doble vacancia presidencial

para toda la plancha presidencial).

El Dr. Aníbal Torres, ministro de trabajo, ha

dicho que con esta medida “el Congreso ha roto

el equilibrio de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Por lo tanto, ha infringido la constitución,

por lo que no tiene capacidad moral para

cuestionar nadie”. Si el Palacio de la plaza de la

inquisición se ha puesto en contra de la ley y de

la constitución, ¿por qué no apelar a la movilización

de masas, como las que se dieron para cerrar

anteriores congresos o sacar al golpista Manuel

Merino (miembro del mismo partido de Alva),

para presionar para dar paso ya a nuevas legislativas

o a una nueva asamblea constituyente?

Festejación y movilización

Castillo bien pudo haber aprovechado la fecha

de su onomástico para haber organizado una

gran celebración en la Plaza Mayor, en uno de

los barrios más populares de la capital, en Puno

o en cualquier otra región del país donde ha tenido

tanto respaldo. Incluso pudo haber hecho

una fiesta simultánea “con olor y sabor a pueblo”

y con pantallas gigantes puestas en diversas plazas

en toda la república. Dicha celebración bien

se pudo organizada por sus simpatizantes para no

gastar fondos públicos.

Una festejación como esta hubiese podido demostrar

que él mantiene un apoyo popular y que

las masas están dispuestas a respaldarles ante un

Congreso que quiere sacarle con un golpe y aprobar

nuevas leyes antilaborales.

Castillo llegó a Palacio, precisamente, gracias

a masivas marchas y concentraciones, las mismas

que son su fortaleza. No obstante, no ha querido

apelar a las movilizaciones para defender su

triunfo electoral y luego para gobernar. Toda su

estrategia ha consistido en ir desafilando su programa

original, ir removiendo ministros que la

derecha pedía sus cabezas, e irse adaptando al status

quo.

Mientras las encuestas muestran que este Congreso

es cada vez más impopular, Castillo podría

apasionar a las amplias mayorías decretando una

serie de medidas como aumentar los bajísimos

sueldos, salarios y pensiones, abaratar drásticamente

los precios del agua, la luz, la telefonía, la

Internet, el agua y servicios básicos, entregar cada

semana o quincena cajas con productos básicos a

precios reducidos para combatir el hambre y la

mala alimentación (y así prevenir la expansión de

la pandemia), con lo cual el Estado garantizaría

la compra masiva (y sin intermediario) a millones

de productores campesinos y a los pescadores, nacionalizar

el gas, entre otras medidas populares.

No obstante, Castillo ha decidido entrar al juego

de quienes quieren que él sea otro gobernante

más que continúe el modelo monetarista neoliberal,

con lo cual él puede ir desilusionando a sus

electores y bases sociales y haciéndose más débil a

una derecha fujimorista cuyo método consiste en

echar siempre a ministros y presidentes.

En los últimos 3 años el Congreso puso la banda

presidencial a 4 personas, antes de que le tocase

el turno a Castillo. Si el maestro no cambia

su forma de trabajo, es probable que pronto

le pase lo mismo a él y a su vicepresidenta Dina

Boluarte.

Ninguna de las grandes “palabras de maestro”

que Castillo prometió durante las elecciones, incluyendo

la de la asamblea constituyente, van a

poder darse si es que no se apela a la movilización

de las masas y a la formación de asambleas

populares pro-constituyente (siguiendo su propia

línea electoral). En nombre de moderar sus medidas

para lograr la tan mentada gobernabilidad, lo

más probable que él no pueda mantener su propia

gobernabilidad.

Castillo es la primera persona en toda la historia

de la cuenca pacífica sud y centro americanas

en haber sobrepasado la cantidad de 8,8 millones

de votos. Él y todos los que le apoyan están

en la obligación de defender ese triunfo contra

el autoritarismo y la corrupción, y en las actuales

circunstancias, no hay otra forma de lograr

ello si no es siguiendo el ejemplo de varias luchas

de masas, las mismas que antes lograron catapultar

al maestro de Puña al estrellado nacional.

La actual democracia que aún tenemos que cuidar

es fruto de las grandes movilizaciones y huelgas

obreras como las de los paros de julio 1977 y

mayo 1978 (las cuales pusieron fin a la dictadura

militar), las marchas de los 4 suyos que acabaron

con la dictadura de Alberto Fujimori, su primera

dama Keiko y varios de los actuales congresistas

de la derecha dura y las marchas juveniles y populares

que motorizaron a millones de peruanos

contra el golpe parlamentario de Acción Popular

y el fujimorismo exactamente 11 meses atrás.

La unidad de las fuerzas antigolpistas que tanto

claman desde el secretario general de PL hasta

cientos de miles de personas que se movilizaron

para lograr el triunfo electoral de Castillo y evitar

los intentos de golpes derechistas, es algo que

puede darse no en torno al reparto de ministerios

o de cuotas de poder, sino impulsando grandes

marchas para dar paso a la brevedad posible a

una constituyente plenipotenciaria.

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