Quentin-Tarantino-Cine-de-reescritura
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cuestiones: en primer lugar, hay una forma de establecer una suerte de continuum
musical con el lenguaje de los personajes. Este continuum se establece con diálogos que
se van interrumpiendo, ideas que se abandonan de pronto y vuelven a decirse después.
En realidad, la película no comienza con una interpretación de “Like a Virgin”, de
Madonna; la interpretación no se escucha al principio, ya que el personaje interpretado
por el propio Tarantino frena de pronto la ilación de su pensamiento y en medio de su
silencio se escucha de manera prácticamente musical un “Toby” pronunciado por
Lawrence Tierney. Si uno presta atención a esos cruces de diálogos, va a ver una precisa
utilización métrica de una serie de conversaciones que a simple vista parecieran
espontáneas pero que se notan armadas para que tengan una cualidad rítmica. No por
nada cuando termina la introducción general se escucha la voz ronca de un locutor de la
radio K-Billy y, pegado a esto, la canción “Little Green Bag” (y superpuestos a ella, al
final, los gritos de Mr. Orange), como si todo fuese en verdad una misma lógica
sinfónica hecha de notas, risas, palabras cruzadas y finalmente un grito agónico.
También están el montaje y los leves movimientos de cámara de esa introducción.
Tarantino trata de tomar no tanto a la persona que habla sino las diferentes expresiones
de sus interlocutores (algunas de ellas de un segundo de duración), mientras la cámara
se mueve como si tuviese la urgencia de tomar a todos los personajes de esa charla 7 . En
ese recurso está también una de las claves formales del film: la de llevar a un espacio
reducido y supuestamente austero un momento lleno de riqueza visual. En este caso
puntual, la riqueza de dicha escena está basada en cosas tan sencillas como una
expresión veloz, tomas de espaldas que generan intriga respecto de la reacción de
ciertos personajes y, por supuesto, una cantidad de personajes nuevos que se presentan y
a los que la cámara parece desesperada por querer conocer de golpe (quizás por eso
parte de la potencia de su presentación, con todos los personajes caminando en cámara
lenta mientras podemos ver claramente sus caras, tiene que ver con el contraste que se
genera con esa cámara que parecía demasiado nerviosa por querer “atrapar” a todas las
criaturas).
7No parece casual que un fanático de Hawks como Tarantino guste tanto de concentrarse en expresiones
veloces; después de todo, basta con ver que en la obra maestra Río Bravo Hawks llega a hacer una escena
simplemente con los rostros de los personajes mirándose mientras cantan dos canciones seguidas. No por
nada el gran crítico Manny Farber decía que Hawks era el director que mejor sabía manejar los rostros.
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