Quentin-Tarantino-Cine-de-reescritura
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Otro de los elementos que la película utiliza son las “casualidades” en el relato. Algunas
de ellas son comunes en muchas historias convencionales; aquellos famosos “indicios”,
como señalaba Roland Barthes, que adelantan lo que les pasará a los personajes. Por
ejemplo, el hecho de que Jules utilice una frase de la Biblia antes de matar parece
adelantar su futura reconversión mística; o que Vincent y Mia se conozcan alejados uno
del otro (él en la sala, ella espiándolo desde una sala de vigilancia) adelanta que su
relación “amorosa” solamente se puede limitar a un coqueteo distante (de hecho, la
historia de amor frustrada entre ellos terminará con Vincent tirándole un beso desde
lejos). Otras casualidades son, digamos, demasiado absurdas y parecen hablar de
personajes que están ridículamente conectados el uno con el otro. Por ejemplo, Pumpkin
al principio dice la palabra francesa garçon para llamar a una moza. Una escena más
adelante lo tendremos a Vincent hablando con Jules sobre Europa. Al mismo tiempo, en
esa misma conversación, Vincent y Jules hablan de hamburguesas y, cuando van al
departamento de los chicos que van a matar, estos están comiendo, justamente,
hamburguesas. Butch le dice a Fabienne en tono de burla “retardada”, y en un momento
se despierta abruptamente cuando su novia está viendo una película en la que hay gente
andando en moto. Poco tiempo después, Butch ve a un deficiente mental al que unos
violadores tienen como “mascota” y roba la moto de una persona a la que asesinó. Mia
le cuenta a Vincent que estaba por hacer para una serie un personaje experto en
cuchillos, y cuando Vincent tenga que revivirla con adrenalina tendrá que hacerlo
clavándole una jeringa en el corazón como si fuese, según las instrucciones de quien le
indica cómo reanimarla, un puñal.
Por supuesto que el absurdo mismo de los relatos también es una forma de confesar
lateralmente el propio artificio de lo que estamos viendo. Butch, por ejemplo, vive una
serie de casualidades insólitas: primero se encuentra con una persona que quiere matarlo
en medio de la calle, y horas después es tomado como prisionero dentro de un sótano en
el que un policía y un cómplice se dedican a violar gente. Pero estos niveles de absurdo
llegan a su máxima expresión cuando se repasa todo lo que le pasó a Vincent Vega a lo
largo de la película (algo que uno olvida en una primera visión, entre tantas historias
mezcladas). Si uno sigue solo el recorrido que este tiene en el relato, va a darse cuenta
de que Vega empieza matando a un grupo de chicos en un departamento y presenciando
un hecho, acaso milagroso, en el que un joven trata de dispararle seis tiros y erra todas
las balas. Minutos después, Vega mata accidentalmente a una persona en el auto a pleno
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