Quentin-Tarantino-Cine-de-reescritura
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sitcom siniestra— le molestaba a QT porque justamente funcionaba como una
explicación causal de la violencia de Mallory. Podría decirse además que en el film de
Stone hay algo que difícilmente uno pueda imaginar como tarantinesco: una mirada
ácida, condenatoria hacia un mundo de estímulos visuales permanentes, en el que uno
ya no diferencia un dibujo animado de un oso polar tomando Coca Cola de un
testimonio de un asesino desalmado. En la película toda mirada moral parece resumirse
en un personaje interpretado por Robert Downey Jr.: un periodista que mezcla
periodismo amarillo perverso con discursos moralistas impostados y dueños de una
sinceridad dudosa.
Mucho más cercana a una sensibilidad tarantiniana (aunque de un sello
indiscutiblemente propio del realizador de la película) es Del crepúsculo al amanecer.
Esta película fue escrita por QT y Robert Rodriguez y dirigida por el segundo (que ya
por esos años era no solo su colega, sino también su amigo). Allí Tarantino tiene un
papel muy significativo: es el hermano psicótico de un ladrón, interpretado por George
Clooney. De todos modos, lo que más llama la atención de la película es su estructura
dramática: de un film seco y tensionante sobre delincuentes que secuestran a una familia
se pasa de pronto a una película de vampiros desatada. Recibida con menos pompa que
Asesinos por naturaleza, Del crepúsculo al amanecer hoy ha envejecido mucho mejor,
y es una de las películas más libres y creativas de los noventa, además de un homenaje
sentido a las películas de autocine y a las exhibidas en las grindhouse de los setenta y
los sesenta (y obviamente por esto también todo un antecedente de la propia
Grindhouse realizada por Rodriguez y Tarantino unos años más adelante).
Con tantas apariciones especiales, sumadas a las notorias influencias que en tan poco
tiempo tuvo Tiempos violentos, la película posterior de Tarantino guardaba por lo menos
altas expectativas. Quizás la primera sorpresa fue que su próximo proyecto no sería un
guion original, sino una adaptación de una novela de Elmore Leonard. Este escritor
norteamericano con una cantidad enorme de libros llevados a la pantalla —22 en total—
había sido siempre del gusto del realizador, y fue muchas veces mencionado por QT
como una influencia muy fuerte en sus guiones —en especial en lo que respecta a los
tipos de diálogos—. De hecho, las frases filosas que suelen soltar los personajes de
Leonard y los largos diálogos que hay en sus novelas difícilmente puedan pasar
desapercibidos cuando tienen que trazarse relaciones entre el director y otros artistas.
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