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Edicion 29 de enero de 2022

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NUESTRA AMÉRICA: IDEAS PARA LA CONSTITUCIÓN DE

UN PROYECTO FILOSÓFICO Y POLÍTICO A PROPÓSITO

DE LOS 169 AÑOS DEL NACIMIENTO DE JOSÉ MARTÍ

Por: Alfredo Josué Ortez Canales

Se entenderá, en primer lugar, que la

noción de lo “nuestro” es sinónimo

de algo propio y que es un llamado

a la unidad, en términos de pensamiento y

en términos de practicidad. Interesa en este

escrito, exponer algunos elementos que a

nuestro parecer constituyen parte importante

de todo el pensamiento martiano, desarrollados

en Nuestra América, acentuando

aquellos que nos ayudarán a comprobar

que en el mismo hay una intención de un

José Martí es conocido en América Latina

por sus ideas anticolonialistas y antiimperialistas,

destacando la importancia de una

unión americana a la vez que anima a realizar

un pensamiento crítico y propio. Por

su momento, además de dejar un marcado

legado para los siglos posteriores; prueba

de ello es que aun en nuestro siglo se hable

de él. Eso solo es prueba de su grandeza espiritual

y práctica.

Martí es usualmente visto, en términos de

sus ideas y de sus planteamientos prácticos,

en clave interpretativa con otro grupo de

pensadores a los cuales se les ha dado el

nombre de los antillanos o el pensamiento

antillano; o simplemente en antillanismo.

món

Emeterio Betances, Eugenio María

de Hostos y el mismo José Martí.

Su pensamiento y su accionar están orientados

por un conjunto de ideales tales como

el afán por la independencia de la Antillas,

el ideal de la Confederación Antillana, el

legado bolivariano de la unidad latinoamericana,

las convicciones republicanas

y federativas de organización política, los

proyectos sociales vinculados al abolicionismo,

a la educación común, a la justicia

social (Dofour & Adriana, 2000).

Esto nos da una idea de su profundidad

en cuanto a ideas y a su accionar político,

por lo que no dudamos que en Nuestra

América ya se va gestando un proyecto de

accionar (proyecto político), a partir de la

concepción de lo “nuestro”.

A lo largo de Nuestra América se pueden

notar muchas alusiones a la creación de un

pensamiento propio a partir de las condiciones

de los pueblos de América Latina.

Además de dotarle el poder que se merecen

a la ideas, puesto que el pensador cubano

nos dice de forma muy poética: “trincheras

de ideas valen más que trincheras de piedra”

(Martí, 2002). El poder de las ideas,

en tanto estas ideas buscan darle respuesta a

las necesidades más inmediatas de los pue-

Nuestras ideas servirán para combatir las

ideas extranjeras que pretenden instaurar

cia

del colonialismo, José Martí ve la necesidad

de construir un pensamiento propio

con horizonte liberatorio, pero además de

ellos, plantea la unión de los pueblos de

América. “Los pueblos que no se conocen

han de darse prisa para conocerse, como

quienes van a pelear juntos” (Martí, 2002).

Teoría y práctica van de la mano.

Desde luego las ideas deben ser propias

para que sean liberadoras, deben representar

las condiciones y necesidades de los

pueblos que son parte de nuestra américa.

“Nuestra Grecia es preferible a la Grecia

que no es nuestra” (Martí, 2002). Lo anterior

lo dice Martí en relación a la disposición

propia a pensar por nuestra cuenta

nuestras propias cosas, el pensamiento propio

de América debe ser pensado.

Cuando aparece en Cojímar un problema,

no van a buscar la solución a Dantzig. Las

levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento

empieza a ser de América. Los

jóvenes de América se ponen la camisa al

codo, hunden las manos en la masa, y la levantan

con la levadura del sudor. Entienden

que se imita demasiado, y que la salvación

está en crear. Crear es la palabra de pase

de esta generación. El vino, de plátano; y

si sale agrio, ¡es nuestro vino! Se entiende

que las formas de gobierno de un país han

de acomodarse a sus elementos naturales;

que las ideas absolutas, para no caer por un

yerro de forma, han de ponerse en formas

relativas; que la libertad, para ser viable,

tiene que ser sincera y plena; que si la república

no abre los brazos a todos y adelanta

con todos, muere la república (Martí, 2002)

Se hace notorio el carácter inmanente de

la producción de ideas, en tanto que tienen

que resolver los problemas propios de

nuestro continente. Además, a partir de esto

se concluye que las formas de gobierno deben

corresponder a las ideas que emanan

cano.

Se deja claro que el proyecto martiano

respecto al pensamiento del latinoamericano

recae en el concepto de lo “nuestro”

entendido esto como lo propio.

El pensamiento de Martí es parte de esa

generación de pensadores que destacaban

lo propio en el pensamiento, pero no solo

lo proponía, sino que también lo llevaba a

la práctica. Su pensamiento se desenvolvía

con categorías y concepciones ajenas a

las que se promovían desde occidente, las

cuales en muchos casos eran colonizantes.

Conforme a su visión antiimperialista,

Martí formuló ideas que escapan a las desarrolladas

y heredadas desde la modernidad.

Se puede advertir que los textos martianos

escapan a la lógica binaria de la modernidad

—verdadero/falso, bueno/malo,

blanco/de color, civilizado/bárbaro—, que

entiende la historia como progreso y está

montada sobre un criterio epistemológico

que privilegia las sucesiones antes que las

simultaneidades, el tiempo antes que el espacio,

la semejanza antes que la diferencia.

Al contrario, el texto sintetiza —“hermana”—

elementos característicos de otras

experiencias del mundo y de la historia,

que conllevan formas diferentes de conocer,

valorar y actuar (Arpini, 2014)

en términos propios de un latinoamericano,

a escapar de esas concepciones hereda-

-

inmanente que quiere en primera instancia

problematizar para luego plantear soluciones

a las problemáticas que más atañen a

los latinoamericanos.

Las ideas propias no solo serán para ser

pensadas, sino para ponerlas en práctica.

Una de las formas de ponerlas en práctica

es precisamente la enseñanza de éstas,

dado que un pueblo bien formado es un

pueblo que puede gobernar y ser gobernado

de mejor manera. Esto nos recuerda lo

política que puede ser la enseñanza.

Martí plantea que aquellos que se quieren

dedicar en la política deben ser formados

muy bien, además que su formación debe

estar profundamente arraigada a las condiciones

del pueblo al que se quiere gobernar.

No sin antes hacer énfasis en la necesidad

de constituir universidades que formen a

estos en términos políticos, ya que América

carece de esto.

¿Cómo han de salir de las universidades

los gobernantes, si no hay universidad en

América donde se enseñe lo rudimentario

del arte del gobierno, que es el análisis de

los elementos peculiares de los pueblos de

América? A adivinar salen los jóvenes al

mundo, con antiparras yanquis o francesas,

y aspiran a dirigir un pueblo que no conocen.

En la carrera de la política habría de

negarse la entrada a los que desconocen los

rudimentos de la política (Martí, 2002)

José Martí, daremos un paso a otro aspecto

que está íntimamente ligado a esto, que

tiene que ver más con un proyecto práctico,

tica

de José Martí.

Continúa pag 04...

Edición Especial | 29 de Enero de 2022 | 03

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