Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
NUESTRA AMÉRICA: IDEAS PARA LA CONSTITUCIÓN DE
UN PROYECTO FILOSÓFICO Y POLÍTICO A PROPÓSITO
DE LOS 169 AÑOS DEL NACIMIENTO DE JOSÉ MARTÍ
Por: Alfredo Josué Ortez Canales
Se entenderá, en primer lugar, que la
noción de lo “nuestro” es sinónimo
de algo propio y que es un llamado
a la unidad, en términos de pensamiento y
en términos de practicidad. Interesa en este
escrito, exponer algunos elementos que a
nuestro parecer constituyen parte importante
de todo el pensamiento martiano, desarrollados
en Nuestra América, acentuando
aquellos que nos ayudarán a comprobar
que en el mismo hay una intención de un
José Martí es conocido en América Latina
por sus ideas anticolonialistas y antiimperialistas,
destacando la importancia de una
unión americana a la vez que anima a realizar
un pensamiento crítico y propio. Por
su momento, además de dejar un marcado
legado para los siglos posteriores; prueba
de ello es que aun en nuestro siglo se hable
de él. Eso solo es prueba de su grandeza espiritual
y práctica.
Martí es usualmente visto, en términos de
sus ideas y de sus planteamientos prácticos,
en clave interpretativa con otro grupo de
pensadores a los cuales se les ha dado el
nombre de los antillanos o el pensamiento
antillano; o simplemente en antillanismo.
món
Emeterio Betances, Eugenio María
de Hostos y el mismo José Martí.
Su pensamiento y su accionar están orientados
por un conjunto de ideales tales como
el afán por la independencia de la Antillas,
el ideal de la Confederación Antillana, el
legado bolivariano de la unidad latinoamericana,
las convicciones republicanas
y federativas de organización política, los
proyectos sociales vinculados al abolicionismo,
a la educación común, a la justicia
social (Dofour & Adriana, 2000).
Esto nos da una idea de su profundidad
en cuanto a ideas y a su accionar político,
por lo que no dudamos que en Nuestra
América ya se va gestando un proyecto de
accionar (proyecto político), a partir de la
concepción de lo “nuestro”.
A lo largo de Nuestra América se pueden
notar muchas alusiones a la creación de un
pensamiento propio a partir de las condiciones
de los pueblos de América Latina.
Además de dotarle el poder que se merecen
a la ideas, puesto que el pensador cubano
nos dice de forma muy poética: “trincheras
de ideas valen más que trincheras de piedra”
(Martí, 2002). El poder de las ideas,
en tanto estas ideas buscan darle respuesta a
las necesidades más inmediatas de los pue-
Nuestras ideas servirán para combatir las
ideas extranjeras que pretenden instaurar
cia
del colonialismo, José Martí ve la necesidad
de construir un pensamiento propio
con horizonte liberatorio, pero además de
ellos, plantea la unión de los pueblos de
América. “Los pueblos que no se conocen
han de darse prisa para conocerse, como
quienes van a pelear juntos” (Martí, 2002).
Teoría y práctica van de la mano.
Desde luego las ideas deben ser propias
para que sean liberadoras, deben representar
las condiciones y necesidades de los
pueblos que son parte de nuestra américa.
“Nuestra Grecia es preferible a la Grecia
que no es nuestra” (Martí, 2002). Lo anterior
lo dice Martí en relación a la disposición
propia a pensar por nuestra cuenta
nuestras propias cosas, el pensamiento propio
de América debe ser pensado.
Cuando aparece en Cojímar un problema,
no van a buscar la solución a Dantzig. Las
levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento
empieza a ser de América. Los
jóvenes de América se ponen la camisa al
codo, hunden las manos en la masa, y la levantan
con la levadura del sudor. Entienden
que se imita demasiado, y que la salvación
está en crear. Crear es la palabra de pase
de esta generación. El vino, de plátano; y
si sale agrio, ¡es nuestro vino! Se entiende
que las formas de gobierno de un país han
de acomodarse a sus elementos naturales;
que las ideas absolutas, para no caer por un
yerro de forma, han de ponerse en formas
relativas; que la libertad, para ser viable,
tiene que ser sincera y plena; que si la república
no abre los brazos a todos y adelanta
con todos, muere la república (Martí, 2002)
Se hace notorio el carácter inmanente de
la producción de ideas, en tanto que tienen
que resolver los problemas propios de
nuestro continente. Además, a partir de esto
se concluye que las formas de gobierno deben
corresponder a las ideas que emanan
cano.
Se deja claro que el proyecto martiano
respecto al pensamiento del latinoamericano
recae en el concepto de lo “nuestro”
entendido esto como lo propio.
El pensamiento de Martí es parte de esa
generación de pensadores que destacaban
lo propio en el pensamiento, pero no solo
lo proponía, sino que también lo llevaba a
la práctica. Su pensamiento se desenvolvía
con categorías y concepciones ajenas a
las que se promovían desde occidente, las
cuales en muchos casos eran colonizantes.
Conforme a su visión antiimperialista,
Martí formuló ideas que escapan a las desarrolladas
y heredadas desde la modernidad.
Se puede advertir que los textos martianos
escapan a la lógica binaria de la modernidad
—verdadero/falso, bueno/malo,
blanco/de color, civilizado/bárbaro—, que
entiende la historia como progreso y está
montada sobre un criterio epistemológico
que privilegia las sucesiones antes que las
simultaneidades, el tiempo antes que el espacio,
la semejanza antes que la diferencia.
Al contrario, el texto sintetiza —“hermana”—
elementos característicos de otras
experiencias del mundo y de la historia,
que conllevan formas diferentes de conocer,
valorar y actuar (Arpini, 2014)
en términos propios de un latinoamericano,
a escapar de esas concepciones hereda-
-
inmanente que quiere en primera instancia
problematizar para luego plantear soluciones
a las problemáticas que más atañen a
los latinoamericanos.
Las ideas propias no solo serán para ser
pensadas, sino para ponerlas en práctica.
Una de las formas de ponerlas en práctica
es precisamente la enseñanza de éstas,
dado que un pueblo bien formado es un
pueblo que puede gobernar y ser gobernado
de mejor manera. Esto nos recuerda lo
política que puede ser la enseñanza.
Martí plantea que aquellos que se quieren
dedicar en la política deben ser formados
muy bien, además que su formación debe
estar profundamente arraigada a las condiciones
del pueblo al que se quiere gobernar.
No sin antes hacer énfasis en la necesidad
de constituir universidades que formen a
estos en términos políticos, ya que América
carece de esto.
¿Cómo han de salir de las universidades
los gobernantes, si no hay universidad en
América donde se enseñe lo rudimentario
del arte del gobierno, que es el análisis de
los elementos peculiares de los pueblos de
América? A adivinar salen los jóvenes al
mundo, con antiparras yanquis o francesas,
y aspiran a dirigir un pueblo que no conocen.
En la carrera de la política habría de
negarse la entrada a los que desconocen los
rudimentos de la política (Martí, 2002)
José Martí, daremos un paso a otro aspecto
que está íntimamente ligado a esto, que
tiene que ver más con un proyecto práctico,
tica
de José Martí.
Continúa pag 04...
Edición Especial | 29 de Enero de 2022 | 03