Agosto 11 de 2022

4 La Voz | Agosto 11 de 2022
Informe especial
Por Emma Fringuelli
SALEM — Nancy Morgan está
tratando de salvar el mundo una
mariposa a la vez.
Morgan cree que el trabajo de
salvar el medio ambiente recae,
en parte, en los propietarios privados
que “deben sembrar plantas
nativas”. Esa creencia es la que
ha llevado a Morgan a plantar un
jardín amigable con las mariposas
durante la última década, un esfuerzo
aún más crucial a raíz de
que las Mariposas Monarca Migratorias
se unieron el pasado 21
de julio a la lista de especies en
peligro de extinción de la Unión Internacional
para la Conservación
de la Naturaleza, quienes encontraron
una disminución signifi cativa
de la población en las últimas
dos décadas.
A diferencia de la Lista Federal
de Especies en Peligro de Extinción
de EE. UU., esta clasifi -
cación no genera protecciones
ni regulaciones. Hasta que el
gobierno federal tome medidas,
las mariposas monarca y las
personas que se preocupan por
ellas se quedan a su suerte.
Según Monarch Watch,
un programa de educación,
con- servación
e investigación
sin
fi nes de lucro de
la Universidad de
Kansas, la población
de mariposas monarca ha aumentado
en el último año. Sin
embargo, la población ha experimentado
un declive dramático y
continuo en el siglo XXI.
Suzanne Hale de Swampscott
Conservancy dijo que la principal
amenaza para las monarcas
es la reducción de las plantas
nativas y de los espacios para
que vivan las mariposas y sus
crías. Cuando las mariposas
monarca migran de Texas a
Massachusetts, ponen sus huevos
en el algodoncillo, la única
planta que las orugas de la monarca
pueden comer. A medida
que se convierten en mariposas,
comen néctar de plantas
nativas.
La severa sequía en el este de
Massachusetts este año ha
dejado algodoncillo y plantas
nativas marchitas o incluso
muertas. Con lugares inadecuados
para poner huevos y poca
comida, las mariposas monarca
vivas no solo perecerán, sino
que será menos probable que
sus crías puedan sobrevivir.
“No voy a endulzarlo”,
dijo Hale. “Incluso las
mejores intenciones en
términos de plantar un
jardín de algodoncillo
pueden no ser sufi cientes.
Tuvimos una sequía muy signifi
cativa este año y, aunque los
jardines nativos que he plantado
sobreviven, todavía están marchitos
por la sequía”.
Morgan dijo que ve el apoyo a
las monarcas como una forma
de luchar contra la degradación
ambiental.
“Si quieres tener un planeta para
vivir y quieres tener una vida
para vivir, es mejor que hagamos
todo lo que podamos para salvar
este mundo. Esta es la mayor
crisis existencial a la que se
ha enfrentado nuestra especie
y todas las demás especies de
la tierra, y somos los únicos que
podemos solucionarlo, y no lo
estamos haciendo. Así que estoy
intentando que una persona a la
vez lo haga”.
Morgan planta tres variedades diferentes
de algodoncillo y, en su
mayoría, plantas autóctonas.
“Estoy tratando de apoyar a las
orugas con las hojas del algodoncillo
y luego a las mariposas
con fl ores y néctar desde principios
de la primavera hasta el
otoño”, dijo.
El jardín de Morgan es una
estación de paso no ofi cial de
la mariposa monarca, lo que
signifi ca que apoya el ciclo de
vida de las mariposas monarca
migratorias de una manera
que no lo hacen otros jardines.
Para crear una estación de
paso Monarca, los jardines deben
tener 100 pies cuadrados
de plantas nativas y al menos
diez plantas de algodoncillo de
dos especies diferentes.