Masculinidades Corresponsables - Módulos
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Masculinidades Corresponsables
Los cuidados. Necesidad, derecho, trabajo
madres, me siento raro”. Estas son algunas de
las frases con las que los varones se excusan de
realizar las tareas que no les agradan. ¿Te sentís
identificado con alguna?
Otro límite importante a los procesos de redistribución
de los trabajos de cuidados tiene que
ver con la denominada gestión o carga mental.
Aun cuando la ejecución material de algunas
tareas esté siendo repartida de manera más
equitativa, las mujeres siguen siendo las principales
responsables de su gestión, organización
y administración; son quienes piensan qué comidas
hay que preparar y qué habría que comprar
para poder cocinarlas, saben qué medicamentos
toman los integrantes de la familia; revisan
los cuadernos y comunicaciones de la escuela y
saben qué tareas, pruebas y actividades especiales
tienen los hijos y las hijas e incluso tienen
presente las fechas de cumpleaños de su familia
política y les recuerdan a sus parejas que
llamen para saludar. La gestión emocional de los
vínculos también es un trabajo de cuidados altamente
feminizado, dentro y fuera del hogar.
Si bien la delegación de la ejecución de estas
tareas puede suponer un alivio para muchas
mujeres, que quizás en ese tiempo puedan
lograr hacer algo para ellas mismas, que los varones
estén siempre a la espera de indicaciones
sobre cómo hacer “estas cosas” redunda en
una carga intelectual y energética que todavía
pesa en buena medida sobre las mujeres.
En algunos casos, nos encontramos con varones
que argumentan que sus compañeras no les dan
espacio u oportunidad de aprender a realizar
esas labores de manera autónoma, que les cuestionan
cómo las realizan, les “están encima” y les
dicen: “Mejor, dejá que lo hago yo”.
Por un lado, es probable que a muchas mujeres
les cueste delegar tareas para las cuales fueron
socializadas como únicas responsables, que
sientan culpa por hacerlo, que crean que nadie
puede hacerlo mejor que ellas, o incluso que
pierden el terreno y la labor que siempre les fue
propia y a partir de la cual construyeron -aunque
sobre la base de mandatos culturales- su rol en
la organización social y familiar. Es compresible,
porque la socialización de género no solo afecta
y condiciona los comportamientos masculinos.
Mientras los varones, en general, somos socializados
para esperar ser servidos, las mujeres,
en general, son socializadas para disponerse a
servirlos.
Por otro lado, si los varones nos implicamos
de forma selectiva, a desgano, haciendo las
cosas a medias, mal o de forma tardía, y pretendemos
seguir sacando ventajas de esa inducida
“vocación de servicio” femenina, para
seguir en una posición de comodidad, es
poco probable que podamos modificar la injusta
distribución de los trabajos de cuidados
para avanzar en un esquema de corresponsabilidad.
6. Usos del tiempo
Un aspecto clave en el mundo del trabajo es el
tiempo. Es una dimensión organizadora de las
jornadas laborales, los salarios, los descansos,
las licencias, etc. En el caso de los trabajos de
cuidados, y sobre todo de aquellos realizados de
manera no remunerada y en el ámbito del propio
hogar, este factor es invisibilizado, lo que naturaliza
que las mujeres dispongan de su tiempo para
el cuidado de los y las demás, así como para la
atención de las necesidades ajenas.
Los mismos procesos de socialización de género
revisados en el módulo 1 hacen creer, intuir, percibir
o pensar a los varones que tenemos más derecho
al tiempo propio que las mujeres. Tiempo
para el descanso, para el ocio, leer el diario, ver
las noticias, para practicar algún deporte o salir
con amigos. De muy chicos nos dan ese mensaje
cuando nos permiten salir a jugar mientras nuestras
hermanas se quedan levantando la mesa. De
adultos, percibimos que nuestro tiempo de trabajo
se reduce a las tareas remuneradas fuera del
hogar y que, fuera de esa jornada, merecemos
descansar. Sin dudas, los varones también precisan
ser cuidados y tener derecho al descanso
y al ocio, pero no a costa de delegar todas las
tareas de cuidados sobre las mujeres con las
que comparten sus vidas.
MÓDULO 2
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