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10 cm<br />
5 cm<br />
Lecturas de domingo<br />
SANTO DOMINGO, RD. DOMINGO <strong>22</strong> DE ENERO DE <strong>2023</strong><br />
La República<br />
9<br />
4 cm<br />
3,5 cm<br />
Enfoque: El dedo en el gatillo<br />
3 cm<br />
El crítico de voluntad honesta no puede decir elogios vanos, no puede ser el socio que glorifica,<br />
pero tampoco erguir la espada que deguella siguiendo gustos personales.<br />
Pasiones y frustraciones<br />
por la crítica<br />
1) Indhira Suero. 2) Yudelki Guerrero. 3) Daniela Pujols.<br />
LUIS BEIRO<br />
EDITOR<br />
LECTURAS DE DOMINGO<br />
Mis buenos amigos<br />
no siempre han<br />
sido los mejores<br />
críticos. Por el<br />
contrario, pecan<br />
de imponer sus gustos.<br />
Obligan a cada cual a escribir<br />
a su manera. Intentan demostrar<br />
defectos donde no los hay. En sociedades<br />
como la nuestra donde<br />
no le gusta a nadie que le saquen<br />
sus trapos sucios, abundan las<br />
máscaras. Lo qué más desvelo me<br />
ha causado es enseñar la objetividad<br />
cuando se escribe sobre algo<br />
supuestamente impropio. La mayoría<br />
de los pasantes del <strong>Listín</strong> temen<br />
ser mal entendidos en tiempos<br />
donde las pasiones superan lo<br />
objetivo. Tengo excepciones, pero<br />
son las menos. La pasante de<br />
Ventana, Indhira Suero se atrevió<br />
a cuestionar a un director de cine<br />
populista en una especie de congreso<br />
celebrado en la universidad<br />
donde estudiaba, a lo que este le<br />
respondió:<br />
-Es que ustedes son muy exigentes.<br />
Ella sonrió y prefirió no mencionarle<br />
a ese infeliz del mal que iba<br />
a morir.<br />
Indhira no se andaba con tapujos.<br />
Su pasión por poner el dedo encima<br />
de la llaga la convertía en una insurgente<br />
esquiva de temas “fáciles”,<br />
de esos temas que la falta de cultura<br />
obligaba a tocar con aires “sagrados”.<br />
Llegó un momento en que<br />
ella proponía sus propias historias,<br />
siempre abordando experiencias<br />
juveniles sin la pose del buscador<br />
de fama.<br />
Nunca olvidaré la lección de<br />
periodismo ejemplar de la también<br />
expasante Yudelki Guerrero.<br />
Una empresaria televisiva<br />
le encomendó entrevistar<br />
a un Ministro marcado por la<br />
utilización indebida del erario<br />
público. Y le marcó un cuestionario<br />
cómodo para mencionar<br />
solo los supuestos logros de su<br />
gestión. Yudelki desechó aquel<br />
interrogatorio e hizo el suyo.<br />
Desde la primera pregunta,<br />
aquel señor comenzó a mirarla<br />
de reojo. Y al segundo cuestionamiento<br />
le pidió que abandonara<br />
su oficina. Llamó a la<br />
empresaria televisiva y la criticó<br />
por haberle mandado a una<br />
provocadora. Ese mismo día,<br />
Yudelki no quiso escuchar el<br />
“boche” de su jefa, recogió sus<br />
bultos y se fue. La dama, furiosa,<br />
me llamó al móvil para<br />
ofenderme por “preparar a jóvenes<br />
periodistas irresponsables”.<br />
Mi respuesta fue cerrarle<br />
la llamada hasta el día de hoy.<br />
Yudelki y yo somos muy buenos<br />
amigos y ella ha logrado de<br />
ES UN OFICIO QUE NO<br />
NOS HACE SIMPÁTICOS<br />
PARA DIVERSOS<br />
PERSONAJES, YA<br />
BIEN EMPRESARIOS<br />
O POLÍTICOS QUE A<br />
VECES SE LA COBRAN<br />
DE VARIADAS FORMAS.<br />
mí lo que nadie: hacerme una<br />
entrevista para un documental<br />
sobre cine.<br />
Otro caso de mención es Daniela<br />
Pujols. En su primer reportaje sobre el<br />
Museo Sacro de La Vega, fue desmentida<br />
por la directora en un correo electrónico,<br />
y acusada de cometer “errores<br />
garrafales”. A partir del debate aprendí<br />
a conocer a esa joven ocoeña que con<br />
dolor tuve que ver partir después de<br />
pasar a mi lado casi dos años. Su huella<br />
queda donde quiera que escribe, y<br />
junto al sano reportaje, estampa su mirada<br />
crítica de todo cuanto ve.<br />
En su diario, Napoleón Bonaparte<br />
confesó una anéctoda poco<br />
común. Alguien le preguntó sobre<br />
la vestimenta de su tropa con<br />
chalecos rojos en el campo de batalla.<br />
Y él respondió<br />
-Es para que el enemigo piense<br />
que mi tropa está herida -decía.<br />
Un lago se llena gota a gota,<br />
igual que el agua que cae de<br />
una pileta sin rosca. La crítica es<br />
igual porque no llega en aluviones,<br />
ni es dada a quienes vivimos<br />
en una sociedad donde todo debe<br />
estar bien en apaciencia, donde<br />
un Presidente de la República<br />
le da lo mismo asistir a la filmación<br />
de una película mediocre o<br />
a un almuerzo con escritores de<br />
poca monta.<br />
La crítica debe en esos casos<br />
ser la crítica. Sin mucho protocolo,<br />
para que se asimile su sentido,<br />
aunque cause irritación. No debe<br />
exceder los límites del respeto.<br />
Ser como un alerta para entender<br />
qué se hace bien, y qué no. Aunque<br />
se olvide en poco tiempo.<br />
E intentado enseñar a los pasantes<br />
a otear, admirar, desechar,<br />
exaltar y en resuidas<br />
cuentas, a opinar, dejando a<br />
un lado la mala leche. Un crítico<br />
opina, no es un PhD o doctor.<br />
Allá el soberbio que crea serlo.<br />
Un crítico debe estar al tanto del<br />
arte que acontece en su país, y<br />
andarse sin tapujos, ser siempre<br />
él mismo, no manipular la información,<br />
algo solo dado para pedantes.<br />
Ser crítico no nos hace monedita<br />
de oro. El crítico de voluntad<br />
honesta no puede decir elogios<br />
vanos, no puede ser el socio<br />
que glorifica. Es un oficio que no<br />
nos hace simpáticos ante diversos<br />
personajes, ya bien empresarios<br />
o políticos que a veces se la cobran<br />
de variadas formas: ninguneo,<br />
silenciamiento, habladurías incluso<br />
sobre nuestro carácter o vida privada,<br />
cerrar puertas, puñaladitas traperas<br />
y negar el patrocinio a obras<br />
y eventos valiosos. No soy ni deseo<br />
ser un crítico con todas las de la ley.<br />
Pero cuando mi labor vale la pena,<br />
creo tener suficiente valentía para<br />
exponerla.