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Listín Diario 22-01-2023

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12<br />

2 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />

SÁBADO DOMINGO 21<strong>22</strong> DE DE ENERO DE DE <strong>2023</strong><br />

E L M U N D O<br />

INTELIGENCIA/PICO IYER<br />

El problema con el paraíso<br />

Un día, cuando era un veinteañero,<br />

abordé un avión en NY y volé<br />

al otro lado del mundo. Estaba<br />

oscuro al llegar a Bali, pero cuando<br />

desperté al siguiente día, un joven<br />

de bella sonrisa me trajo un mango<br />

fresco y un té para disfrutar en la<br />

terraza de mi búngalo.<br />

A mi alrededor, jugando entre<br />

flores, estaban unas niñas pequeñas<br />

con rostro de ángel. En cuestión<br />

de horas, como por arte de<br />

magia, la melancolía de mediados<br />

de invierno se había transformado<br />

en sol tropical.<br />

Había estado pagando US$2 la<br />

noche por mi cabaña con una playa<br />

dorada a 45 segundos de ahí, siguiendo<br />

un camino bajo la sombra<br />

de las palmeras. Decidí que estaba<br />

en el paraíso. Pero al caer la noche,<br />

empecé a escuchar el sonido bullicioso<br />

y disonante de orquestas de<br />

gamelanes, escalofriantes, todo a<br />

mi alrededor.<br />

Vi a chicos de bella sonrisa picándose<br />

unos a otros con dagas en<br />

una danza ritual que representa<br />

una batalla legendaria entre<br />

magia negra y blanca. Las niñas<br />

pequeñas con rostros de ángel ejecutaban<br />

sus bailes inmersas en un<br />

trance. El paraíso, recordé, es donde<br />

saber demasiado es la muerte.<br />

Sobre las calles polvorientas<br />

había máscaras a la venta, frente<br />

a chozas polvorientas. Dioses y<br />

demonios sonrientes y aves míticas<br />

me miraban tan fijamente que<br />

apreté el paso. Me topé con una<br />

máscara de búho, roja, amarilla y<br />

verde, que lucía como el artículo<br />

ideal para llevar a casa, un recuerdo<br />

inofensivo de la isla encantada.<br />

Tan pronto como volví a mi<br />

Pico Iyer es el autor<br />

de “The Half Known Life: In Search<br />

of Paradise”. Comentarios a<br />

intelligence@nytimes.com.<br />

departamento en NY, colgué la<br />

máscara en la pared —y en cuestión<br />

de segundos, tuve que quitarla<br />

y guardarla donde nunca más la<br />

volviera a ver.<br />

El objeto tenía un poder que me<br />

recordó que estaba muy lejos de<br />

entender las fuerzas cargadas de<br />

energía a mi alrededor en la isla.<br />

Incluso lo que lucía como el juguete<br />

de un niño, en efecto, era un<br />

rótulo de “No Entrar”.<br />

Como un viajero constante<br />

durante 49 años, a veces siento<br />

que he estado zigzagueando de<br />

un “paraíso” a otro. De Tahití al<br />

Tíbet y de las islas Seychelles a<br />

la Antártida, he hallado pósters<br />

turísticos conspirando con las<br />

esperanzas de los viajeros para<br />

presentar todo lugar como una<br />

especie de Edén<br />

Sin embargo, a menudo son<br />

nuestras propias ideas del paraíso<br />

lo que intensifica las divisiones.<br />

En Sri Lanka, me di cuenta de<br />

que se creyó con tanta frecuencia<br />

que la isla era Arcadia —los<br />

árabes la veían como “un sitio<br />

contiguo al Jardín del Edén” y un<br />

enviado papal italiano anunció<br />

que las aguas del paraíso podrían<br />

estar ahí— que portugueses, holandeses,<br />

británicos y millones de<br />

SALLY DENG<br />

turistas nos hemos apresurado<br />

para quedarnos con un<br />

pedazo de ella.<br />

En Jerusalén, igual que a<br />

muchos visitantes, se me ha<br />

recordado claramente que la<br />

Ciudad de la Fe siempre ha<br />

sido una ciudad de conflicto.<br />

No solo entre los tres grandes<br />

monoteísmos cuyos sitios sagrados<br />

se ubican a solo unos<br />

cientos de metros uno del<br />

otro, sino al interior de cada<br />

una de esas religiones. No soy<br />

musulmán, cristiano o judío,<br />

pero raras veces me he topado<br />

con un sitio más conmovedor<br />

y magnético. Siempre me<br />

hallo atraído, independientemente<br />

de mis planes, de<br />

vuelta a la Iglesia del Santo<br />

Sepulcro. Sin embargo, al interior<br />

de esa edificación que<br />

estremece el alma, donde se<br />

dice que Cristo fue sepultado,<br />

las seis órdenes cristianas<br />

que comparten el espacio se<br />

atacan con escobas si uno de<br />

ellos siquiera pone un pie en<br />

el territorio de otro.<br />

En Cachemira, me había<br />

sentado en una casa flotante<br />

bajo el sol —sin que se escuchara<br />

nada más que el sonido<br />

de las alas de alcedines sobre un<br />

estanque de lotos— mientras que<br />

residentes en botes pequeños remaban<br />

rápidamente, ofreciendo<br />

especias aromáticas y cajitas de<br />

madera exquisitamente talladas.<br />

Realmente estaba en el paraíso<br />

—siempre y cuando olvidara que,<br />

a unos minutos al otro extremo<br />

del agua, retenes y campamentos<br />

militares hablaban por los más<br />

de medio millón de soldados que<br />

tratan de mantener la paz en un<br />

territorio férreamente disputado<br />

que India y Paquistán tienen más<br />

de 70 años de reclamar.<br />

En Ladakh, el tipo de inmaculada<br />

región himalaya que podría<br />

haber inspirado la noción de Shangri-La,<br />

descubrí una paz y una<br />

belleza más grandes de las que<br />

podría haber soñado —junto con<br />

chicos locales que me recordaron<br />

que el verdadero paraíso era ese<br />

lugar llamado California.<br />

Un día estaba parado en medio<br />

de cuerpos flotando y el rugido incesante<br />

del río Ganges en Varanasi,<br />

la ciudad santa del hinduismo.<br />

Llamas tanto al norte como al sur<br />

reducían cadáveres a cenizas día<br />

y noche.<br />

Los estrechos senderos detrás<br />

de mí eran casi impasables con<br />

familias apresurándose para<br />

entregar los cuerpos al agua o al<br />

fuego. Las aguas sagradas que<br />

los fieles bebían con gratitud contenían<br />

cientos de veces el nivel<br />

máximo de bacterias coliformes<br />

que la Organización Mundial de<br />

la Salud considera que es seguro<br />

para beber.<br />

A medida que sondeaba el caos,<br />

escuché a alguien decir mi nombre.<br />

Era un monje estadounidense<br />

que yo conocía que pronto sería<br />

nombrado por el dalái lama abad<br />

de un monasterio budista tibetano<br />

en el sur de India. Cuando volteé<br />

para saludarlo, noté que a duras<br />

penas podía contener su deleite.<br />

“¿Acaso no es glorioso?”, recuerdo<br />

que dijo. He aquí todo el espectáculo<br />

humano: vital, humano e<br />

irreducible. Todo nuestro paraíso,<br />

nuestras únicas esperanzas, tenían<br />

que ser descubiertas aquí, en<br />

medio de la vida real —y frente a la<br />

muerte.<br />

¿Glorioso? Pues bien, me podría<br />

tomar un tiempo alcanzar ese<br />

nivel de clarividencia. Pero, empezaba<br />

a ver, si es que el paraíso está<br />

en algún lado, no podría ser en otro<br />

lugar más que donde me hallara.<br />

Enseñan a detectar la desinformación<br />

Por JENNY GROSS<br />

Una lección que Saara Martikka,<br />

una maestra en Hameenlinna,<br />

Finlandia, imparte habitualmente<br />

transcurre así: les muestra a sus<br />

alumnos de octavo grado artículos<br />

noticiosos. Juntos debaten: ¿cuál es<br />

el propósito del artículo? ¿Cómo y<br />

cuándo fue escrito? ¿Cuáles son las<br />

afirmaciones principales que hace<br />

el autor?<br />

“Solo porque es algo bueno o<br />

agradable, no significa que sea<br />

verídico o válido”, señaló. El mes<br />

pasado, les mostró a los alumnos videos<br />

de TikTok, y luego debatieron<br />

la motivación de los creadores y el<br />

efecto que los videos tenían en ellos.<br />

El objetivo de Martikka es ayudar<br />

a los estudiantes a identificar<br />

información falsa.<br />

Finlandia se ubicó en primer<br />

lugar entre 41 países europeos en<br />

resiliencia a la desinformación<br />

por quinta vez consecutiva en un<br />

sondeo publicado en octubre por<br />

ALAN MATTINGLY Editor<br />

The New York Times International Weekly<br />

620 Eighth Avenue, New York, NY 10<strong>01</strong>8<br />

el Open Society Institute, en Sofía,<br />

Bulgaria.<br />

Los funcionarios dicen que su<br />

éxito es resultado de un esfuerzo<br />

concertado por enseñar sobre noticias<br />

falsas. La alfabetización de<br />

medios es parte del plan de estudios<br />

nacional a partir de preescolar.<br />

“Independientemente de lo que<br />

esté impartiendo el maestro, así<br />

sea educación física, matemáticas<br />

o lengua, tienes que pensar, ‘está<br />

bien, ¿cómo incluyo estos elementos<br />

en mi trabajo con niños y jovencitos?’”,<br />

dijo Leo Pekkala, el director<br />

del Instituto Audiovisual Nacional<br />

de Finlandia, que supervisa la<br />

educación en medios.<br />

Después de Finlandia, los países<br />

europeos que se ubicaron más alto<br />

en resiliencia a la desinformación<br />

en el sondeo del Open Society Institute<br />

fueron Noruega, Dinamarca,<br />

Estonia, Irlanda y Suecia.<br />

Los resultados fueron calculados<br />

con base en puntuaciones<br />

INTERNATIONAL WEEKLY<br />

CONSULTAS EDITORIALES:<br />

nytweekly@nytimes.com<br />

CONSULTAS DE VENTAS Y PUBLICIDAD:<br />

nytweeklysales@nytimes.com<br />

de libertad de prensa, el nivel de<br />

confianza en la sociedad y calificaciones<br />

en lectura, ciencias y matemáticas.<br />

Finlandia tiene ventajas para<br />

contrarrestar la desinformación.<br />

Su sistema de escuelas públicas figura<br />

entre los mejores del mundo y<br />

la universidad es gratuita. Se tiene<br />

mucha confianza en el Gobierno<br />

y Finlandia fue uno de los países<br />

europeos menos afectados por la<br />

pandemia. Los maestros son muy<br />

respetados.<br />

Aunque se les requiere a los<br />

maestros en Finlandia impartir<br />

alfabetización de medios, tienen<br />

amplia libertad para planear las<br />

lecciones. Martikka hizo que los<br />

alumnos editaran sus propios videos<br />

y fotos para ver qué tan fácil<br />

era manipular información.<br />

Anna Arias, una maestra en<br />

Helsinki, comentó que ella y sus<br />

alumnos buscaron palabras como<br />

“vacunación” y hablaron sobre<br />

cómo funcionan los algoritmos de<br />

búsquedas y por qué los primeros<br />

resultados no siempre podrían ser<br />

los más confiables.<br />

Otros dijeron que recientemente,<br />

durante la guerra en Ucrania,<br />

habían usado memes y sitios de<br />

noticias rusos como base para un<br />

debate sobre los efectos de la propaganda<br />

patrocinada por el Estado.<br />

VESA LAITINEN PARA THE NEW YORK TIMES<br />

Finlandia, que comparte una<br />

frontera de mil 340 kilómetros con<br />

Rusia, desarrolló sus objetivos de<br />

educación de medios en 2<strong>01</strong>3 y aceleró<br />

su campaña para enseñarles a<br />

los alumnos a detectar desinformación<br />

en los siguientes años.<br />

Paivi Leppanen, una coordinadora<br />

de proyectos en la Agencia Nacional<br />

de Educación de Finlandia, dijo<br />

que la amenaza de la desinformación<br />

rusa en temas como el intento<br />

Estudiantes en<br />

Hameenlinna<br />

aprenden a distinguir<br />

entre la verdad y la<br />

ficción, parte del plan<br />

de estudios finlandés.<br />

de Finlandia por incorporarse<br />

a la Otán “no ha<br />

cambiado los fundamentos<br />

de lo que hacemos,<br />

pero nos ha enseñado que<br />

este es el momento para lo<br />

que hemos venido preparando”.<br />

El gobierno finlandés<br />

dice que los estudiantes<br />

se cuentan entre los grupos<br />

más fáciles de contactar.<br />

Mari Uusitalo, una<br />

maestra de secundaria y<br />

preparatoria en Helsinki<br />

con 16 años de experiencia,<br />

ha notado un declive<br />

en las aptitudes de comprensión<br />

de lectura, una<br />

tendencia que atribuye a que los<br />

alumnos pasan menos tiempo leyendo<br />

y más tiempo jugando videojuegos<br />

y viendo videos.<br />

Afirmó que su objetivo era impartir<br />

métodos que puedan usar para<br />

distinguir entre verdad y ficción.<br />

“No puedo hacer que piensen<br />

igual que yo”, dijo Uusitalo. “Simplemente,<br />

les doy las herramientas<br />

para que formen su propia opinión”.<br />

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