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2 LAHOMILÍADOMINIC<strong>AL</strong><br />
La alegría de la Pascua<br />
no nos hace olvidar<br />
los que sufren y<br />
están heridos en la<br />
humanidad<br />
Del 7 al <strong>13</strong> de Abril de <strong>2024</strong><br />
Mons. José Vicente Nácher Tatay C.M.<br />
Arzobispo de Tegucigalpa<br />
Jn 20,19-31<br />
“Les mostró sus heridas”<br />
Esta Octava<br />
de Pascua<br />
es conocida<br />
como el Domingo<br />
de la<br />
Misericordia, expresada<br />
justamente por el propio<br />
Resucitado, que a pesar de<br />
las puertas cerradas por el<br />
miedo (y la falta de fe), se<br />
hace presente a los discípulos<br />
reunidos. El saludo de<br />
Jesús es el Shalom, la Paz<br />
divina que contiene en sí la<br />
verdad, la justicia, la libertad<br />
y el amor. Acto seguido, y<br />
sabiendo la dificultad de<br />
comprender su presencia,<br />
Jesús les muestra las manos<br />
y el costado. Porque lo<br />
que la gente necesita no son<br />
solo “grandes mensajes” sino<br />
mensajeros creíbles. En este<br />
caso va todo unido: Jesús<br />
es digno de ser creído y él<br />
mismo es en quién hay que<br />
creer. Distinto en nuestro<br />
caso, -segunda lectura- que<br />
debemos esforzarnos en ser<br />
creíbles “guardando sus<br />
mandamientos”, pero que<br />
debemos cuidarnos mucho<br />
de anunciarnos a nosotros<br />
mismos. Los apóstoles -primera<br />
lectura- “daban testimonio<br />
de la resurrección<br />
de Jesús”. También hoy se<br />
necesita valor para anunciar<br />
Resurrección a un mundo sin<br />
fe que niega la realidad de<br />
la muerte. En general, solo<br />
“Cada domingo es un encuentro comunitario<br />
y personal con Cristo en la Eucaristía”<br />
se admira el éxito y solo<br />
se comparte el perfil más<br />
agradable que tenemos. Casi<br />
nadie muestra sus heridas<br />
si no es para victimizarse y<br />
reclamar atención. Jesús en<br />
cambio, no teme mostrar sus<br />
manos y su costado, testimonio<br />
eterno de entrega y<br />
perdón. Y a continuación,<br />
exhala su Espíritu. No cons-<br />
ta en esa primera visita que<br />
existiera un diálogo explícito<br />
entre los discípulos y Jesús.<br />
Su misma presencia llena a<br />
todos de paz y alegría. “A los<br />
ocho días”, y es muy significativo<br />
el ritmo del encuentro<br />
dominical, volvían a estar reunidos<br />
y Tomás con ellos.<br />
Las palabras de los discípulos<br />
no habían bastado, porque<br />
Tomás debía tener su propio<br />
encuentro con el viviente.<br />
Jesús vuelve a saludar con<br />
la paz a todos y después se<br />
dirige particularmente a Tomás.<br />
Nos recuerda que cada<br />
domingo es un encuentro<br />
comunitario y personal con<br />
Cristo en la Eucaristía. No<br />
consta que Tomás llegue a<br />
tocar las heridas, solo ve a<br />
Jesús, cree y confiesa: “Señor<br />
mío y Dios mío”. No se<br />
puede decir más con menos.<br />
Muchas veces nuestro propio<br />
arrepentimiento es la<br />
mayor profesión de fe. Como<br />
decíamos, en un mundo que<br />
presenta como atrayente lo<br />
que es fuerte, bonito y rico,<br />
Jesús sigue mostrándonos<br />
sus heridas como puerta de<br />
entrada en la nueva vida de<br />
la fe. La alegría de la Pascua<br />
no nos hace olvidar los que<br />
sufren y están heridos en la<br />
humanidad. Ni tampoco nos<br />
hace negar nuestra propia<br />
precariedad física, psicológica<br />
y de todo tipo. Al revés, es<br />
a través de nuestras heridas<br />
como más fácilmente nos<br />
identificamos con Cristo<br />
“herido y resucitado”. De<br />
hecho, ¿qué otro acceso<br />
hay a la resurrección sino<br />
el que pasa por la cruz y la<br />
sepultura? Algunos, muy<br />
de moda, hablan de “prosperidad”<br />
humana para reflejar<br />
su fe, pareciera que<br />
solo en el éxito económico y<br />
social se manifiesta la bendición<br />
de Dios. En cambio,<br />
Jesús muestra sus heridas<br />
como camino cierto de fe.<br />
Su Espíritu nos enseña que<br />
la debilidad y los fracasos<br />
humanos, por su Misericordia,<br />
nos acercan a la Pasión y<br />
Resurrección de Jesucristo.<br />
Feliz Pascua a todos.<br />
“Casi nadie muestra sus heridas si no es para<br />
victimizarse y reclamar atención”