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Centurion Mexico Summer 2014

Centurion Mexico 2014 Summer Edition

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Derecha: el mayordomo Kamal enciende las velas en el patio de mosaicos rojos de un riad de dos habitaciones (la núm. 27 es la mejor opción). Un balcón de madera al estilo Julieta asoma desde el primer piso donde se ubican los dormitorios. Para grupos más grandes, el Royal Mansour ofrece el “Riad d'Honneur” de cuatro habitaciones, totalmente apartado y equipado con su propia entrada privada. Página opuesta en el sentido de las manecillas del reloj desde arriba a la izquierda: el artista Yahya apoyado en una puerta de plata que él mismo creó para el hotel; la elaborada decoración del bar; un acogedor rincón en el patio azul; el maestro del hamam Abdelkader al Ibtikar; iluminación decorativa en un riad de dos habitaciones; Marc Lahoreau, jefe de cocina de La Grande Table Française; un oasis dentro de otro oasis; delicias de cangrejo gigante en rollitos de calamar de La Grande Table Française; los lujosos dormitorios de un riad de dos habitaciones spa– se construyeron también como riads de distintas dimensiones. El punto central lo ocupa un patio interior con una fuente de mármol rodeada de arcadas labradas que han sido decoradas con yesería y mosaicos. La tapicería, los sillones, las sillas y las cortinas están confeccionados casi en su totalidad en seda, terciopelo y brocados, mientras que las mesas presentan incrustaciones de nácar; todo el cristal viene de Francia y las lámparas de araña son de Murano. Aquí se cuida todo tipo de detalles. Hasta los periquitos australianos del lobby trinan desde una hermosa jaula diseñada por Yahya. Por todo el palacio se pueden encontrar piezas de este artista británico-marroquí, como una impresionante lámpara de araña en cobre que preside la entrada del bar, un conjunto de lámparas, así como las puertas de varios metros de altura del patio azul del restaurante realizadas en plata alemana repujada. Diecisiete de sus trabajos, que pudieron admirarse el año pasado en el Instituto del Mundo Árabe de París, estarán expuestos (y a la venta) hasta el 15 de septiembre en el Royal Mansour. «Se trata de un lugar exclusivo, extremadamente relajado y en cierto sentido ostentoso, pero al mismo tiempo considerablemente discreto», afirma el artista de 42 años de edad que ejerce su oficio desde un distinguido showroom en la Ville Nouvelle. Y tiene toda la razón: aunque hay 500 empleados para atender los 53 riads, los huéspedes rara vez se topan con ellos. Este lugar eleva la discreción a un nuevo nivel, en el sentido más literal de la palabra. Un sistema de túneles recorre los jardines, dotando a cada riad de su propio elevador de acceso; además, el mayordomo y el servicio de habitaciones pueden desaparecer sin ser vistos. El desayuno se sirve en las terrazas de la azotea de los riads de tres pisos, que cuentan con alberca privada, camastros, chimenea, mesa de comedor, una carpa beduina para tomar una siesta a la sombra y la pintoresca vista de la mezquita Kutubía y de los picos coronados de nieve del Alto Atlas. La experiencia culinaria es acorde al tono exquisito que reina en el resto del Mansour, aunque los precios también están a la altura de los mejores restaurantes de París. Bajo la dirección de Yannick Alléno, los chefs Marc Lahoreau y Karim Ben Baba están al frente de La Grande Table Française y La Grande Table Marocaine. Lahoreau triunfa con sus platillos principales a base de pichón y cordero, especialmente deliciosos cuando se combinan con trufas negras procedentes de las montañas cercanas. Por su parte, Ben Baba ofrece una sensacional selección de briouats y ensaladas de inspiración marroquí, todo ello maridado con cosechas locales sorprendentemente refinadas como el Château Roslane Les Coteaux de l'Atlas. La única decepción posible sería la alberca, pues es muy pequeña y, por desgracia, está rodeada de los principales espacios públicos del hotel y el muro de la terraza del restaurante (existen otros hoteles en Marrakech más adecuados para exhibir las últimas tendencias en trajes de baños). Por supuesto, los huéspedes del Royal Mansour vienen buscando tranquilidad, además de privacidad y un entorno totalmente único. El artista Yahya lo resume a la perfección: «Los hoteles de lujo quieren imponer a sus clientes códigos de vestuario muy estrictos, mientras que aquí se pueden ver multimillonarios que sencillamente quieren relajarse en bermudas y tenis sin parecer por ello fuera de lugar». Un riad de una habitación desde US,270, royalmansour.com CENTURION-MAGAZINE.COM 71

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