Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
El Dragón Sirel
Había una vez un dragón muy malo llamado Sirel.
Le gustaba robar niños para obligarlos a jugar con
él porque los demás dragones le tenían miedo. Los
juegos favoritos de Sirel eran Chapadas, Encantados
y Monopolio.
Un día, un niño llamado Carlitos, que fue
secuestrado por Sirel, escapó por el reino de
los dragones y se dio cuenta de que todos eran
amigables con él. Les preguntó por qué no jugaban
con Sirel y contestaron que él era un dragón muy
callado y que nunca habían jugado juntos. Entonces Tristán Peña, Segundo grado.
Carlitos les propuso presentárselo para que se
conozcan.
El niño fue a buscar a Sirel, quien al verlo lo abrazó
fuertemente y le explicó que él sólo buscaba compañía para
jugar. Así fue como Carlitos logró que Sirel se hiciera amigo de
los otros dragones y comprendió que ya no era necesario robar
niños. Todos vivieron felices para siempre.
Cano Lúcar y Olivia Gálmez, Segundo grado.
El agente 0080S y el caso de la mosca mutante
Eran las 10: 34 a. m., estaba en mi departamento y… ¿por qué
estoy en mi departamento? ¡Porque estaba en un caso! (ta ta ta
tan ta ta ta tan) ¡Una mosca mutante!
Eran las 10:46 a. m., algunos comentaban que habían visto
a una mosca con brazos y piernas, no se sabía quién la había
creado. Algunos decían que había sido la madre naturaleza,
otros decían que era un accidente radioactivo, pero yo pensaba
que podrían ser cualquiera de los dos.
Bueno, sigamos, primero fui adonde estaba el tipo de las
cámaras, Carl Mcfly. Yo deseaba ver algo en ellas. “Puedo ver tus
cámaras, Mcfly” (claro, eran muchos los que las veían), pero yo
observé unas ¡alas transparentes! Y no sé por qué, pero cuando
iba a contarles lo que había visto, alguien me noqueó. Caí al
suelo, no recordaba absolutamente nada.
Después de unas horas, ya recuperado, intenté nuevamente
ir a ver a las cámaras, pero esta vez no vi nada. Fue extraño,
nadie recordaba nada de lo que había ocurrido. La mosca
mutante había desaparecido y yo no lo podía creer. Al final,
después de muchos intentos, no pude descubrir nada más y me
dediqué a ser un detective privado. Fueron muchos los casos
que resolví y hasta famoso me volví.
Bruno Caracchini, Cuarto grado.
Autorretrato. Julia Hare,
Segundo grado.
Renzo Huamán, Cuarto grado.
32