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El mundo perdido
Hola, mi nombre es Maurice Lauriston, yo soy
o era una persona muy exitosa hasta que
me escapé; o sea, era un genio, dominaba
la ciencia y la literatura, pero igual decidí
renunciar. Yo siempre fui flaco y malo para
los deportes, seguido de un pelo que parece
más un trapo gris que me pongo en la cabeza
que cabello, pero en fin, debido a mi físico
fui preparado, muy preparado para cualquier
cosa. Los primeros días después del escape
estuvieron bien, pero fue en el cuarto día que
apareció una niebla que me arrastró hasta un
valle escondido entre cuatro montañas. Estas
habían formado el paisaje más hermoso y
majestuoso de todos los lugares conocidos,
había árboles altos que tapaban el sol llenos
de colores, igual se podía ver una parte
despejada como un prado. Fue allí donde
me establecí por un par de semanas hasta
que ocurrió… Para entenderlo, tenemos que
saber que mi carácter era muy curioso, por lo
que dibujé, tracé e investigué el lugar.
Pasada una semana me di cuenta de que
este lugar era distinto, según mi mapa me
encontraba al sur de algún lugar. El punto
es que esa formación de montañas no era
conocida en ninguna parte del mundo; claro
que puede ser un lugar desconocido, igual
me daba mala espina, tenía algo que me
hacía sentir inseguro, como si escondiera un
gran secreto. Poco tiempo después, encontré
una cueva en una de las cuatro montañas
que me llevó hasta la otra montaña que
se encontraba a mi derecha; en ella a su
vez había otra cueva que me llevaba a la
siguiente, hasta que me di toda la vuelta. Caí
en la cuenta de que debía haber otro camino
que me lleve al centro, y ciertamente lo
encontré, pero me demoré y cuando lo seguí
hasta un gran hueco con un resplandor, este
me jaló hasta un hueco que se había abierto
medio segundo antes. Cuando desperté, me
vi rodeada de fantasía como la de los cuentos
e historias; en fin, nada era normal. La luz del
sol constantemente interrumpida por lo que
eran hojas voladoras, también animales ya
extintos o que se parecían a ellos. Cuando
traté de tocar a un animal de esos no
pude, o sea, era imposible de llevar a cabo,
simplemente no podía. Cuando me senté a
procesar todo aquello que estaba ocurriendo
y pensar claramente, me quedé dormido.
Tuve un sueño raro, en él me encontraba en
la nada cuando una voz me explicó qué era
este lugar. “Este es un lugar paralelo a su
mundo, nosotros nos creamos al igual que la
tierra, pero en ese entonces nadie sabía qué
hacer y nos separamos. Con suerte alguien
de aquí salía a su mundo y se posaba en las
cabezas de personas que terminaron siendo
exitosas, según lo que nos cuentan. Pero
lo más importante es que necesitamos un
guía y tú pareces perfecto para el trabajo”,
eso fue lo que escuché. Fue entonces
que lo comprendí, este era el origen de la
inspiración; también entendí que, debido a
ello, estábamos tan escasos de ideas.
Pasé los siguientes días investigando la
“vida” de este lugar o, como me gusta llamarlo,
“El mundo perdido”. Eso, hasta que llegaron
ustedes.
—Creo que sigo sin entender, Mr. Lauriston
—dijo Roxanne—, y mis amigos tampoco
entienden.
Paloma Carrillo, Sexto grado.
Tercer puesto, cuento.
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